Alabado sea Dios.

Alabado sea Allah

En primer lugar, alabamos a Dios por haberte guiado al arrepentimiento, le pedimos que te bendiga reafirmándote en la fe y haciendo que te aferres más a la verdad.

En segundo lugar, hay un reporte en el que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) claramente afirma que está prohibido recurrir a los adivinos y hechiceros. Ver la respuesta a la pregunta 

 Pero no todo el que recurre a los adivinos es un pagano que asocia a otros a la divinidad de Dios, en el sentido de que la idolatría y el paganismo colocan a la persona fuera de la comunidad del Islam. Más bien recurrir al adivino cae en diferentes categorías. Puede ser shirk mayor, puede ser un pecado, o puede ser permisible.

 El Shéij Muhámmed ibn ‘Uzaimín dijo:

 “Quienes recurren a un adivino caen en tres categorías:

 1 – Aquellos que van con un adivino y le preguntan cosas para creer en realidad lo que él dice. Esto está prohibido, el castigo para quien lo hace es que su oración no será aceptada por cuarenta días, como fue narrado en el Sahih Muslim (2230), que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Quien va a ver a un adivino y le pregunta algo, su oración no le será aceptada por cuarenta días”.

 2 – Cuando una persona va a ver al adivino, le pregunta algo y cree en lo que él le dice. Esto es descreer en Dios (kufr), porque cree que el adivino tiene conocimiento de lo oculto, y creer que un ser humano tiene conocimiento de lo oculto constituye una incredulidad en el verso en que Allah dijo (traducción del significado):

 “Di: Nadie en los cielos ni en la Tierra conoce lo oculto salvo Allah” (an-Náml 27:65).

 Por eso dice en un reporte auténtico: “Quien acuda a un adivino y crea en lo que él le dice, ha descreído en lo que le fue revelado a Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él)”.

 3 – Cuando una persona acude con un adivino y le hace preguntas para poder explicar a la gente lo que él realmente hace, que es engañar a los crédulos y desviarlos del camino recto. No hay nada de malo en hacer esto. La evidencia para esto es el hecho de que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue con Ibn Saiyád. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) aunque hizo algo especial para sí mismo.  El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) le preguntó en qué estaba pensando, y el adivino respondió “ad-duj”, queriendo decir “ad-duján” (el humo)”. Fin de la cita.

 Maymu’ Fatáwa wa Rasá'il ash-Sháij Ibn ‘Uzaimín, 2/184.

Basándonos en esto, quien recurre al adivino y cree en lo que él le dice, y cree que tiene conocimiento de lo oculto, ha cometido un acto de incredulidad mayor que lo pone fuera de la comunidad musulmana. Pero si no cree en lo que él dice, entonces no ha cometido un acto de incredulidad.

 Cual fuera el caso, la puerta del arrepentimiento está abierta, como el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Dios aceptará el arrepentimiento de Sus servidores hasta que el alma les llegue a la garganta en el momento de la muerte” (3537).

 Cada pecado del que un ser humano pueda arrepentirse, Dios aceptará su arrepentimiento. Allah dijo (traducción del significado):

“Diles  ¡Oh, siervos Míos! Vosotros que os habéis excedido cometiendo pecados en detrimento propio, no desesperéis de la misericordia de Allah; por cierto que Allah puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso” (az-Zumar 39:53).

 Cual sea el pecado en que caiga una persona, si se arrepiente de él, su arrepentimiento será aceptado por Dios, aún la incredulidad y la idolatría.

 El principio básico es que el incrédulo, y también el apóstata, deben pronunciar nuevamente su testimonio de fe frente a dos testigos musulmanes para ingresar nuevamente al Islam. Si tu visita al adivino cae en la segunda categoría mencionada arriba, entonces debes anunciar nuevamente tu testimonio de fe. Como te has arrepentido y comenzaste a vivir nuevamente en base a la verdad y la rectitud, debes haber repetido ya tu testimonio de fe muchas veces, y por lo tanto has cumplido con ese deber y no se requiere que lo hagas nuevamente. Pero debes tomar la firme decisión de no volver nunca más a tales actividades.

 Y esfuérzate en aprender, para que puedas adorar a Dios con entendimiento.

 Le pedimos a Dios que te ayude a realizar eso que Él ama y que le complace.