Las virtudes de la lectura del Corán durante Ramadán - Primer Jutba
Alabado sea Al-lah, Quien bendijo a Sus siervos estableciendo temporadas en las que el bien desborda y Quien, gracias a Su ayuda, hizo que muchos de ellos aprovecharan estas oportunidades haciendo un sinnúmero de obras de bien, para que no fueran como los otros que desperdician estas dádivas y al final no les queda más que lamentarse por su descuido e iniquidad. Atestiguo que nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único y sin asociados, el Señor de la tierra y los cielos, y El más bondadoso, generoso y dador de todo bien. Y atestiguo que Muhammad fue Su siervo, Mensajero y el mejor de todas Sus criaturas. Que Su paz y bendiciones sean sobre él, sobre sus familiares, sobre todos sus discípulos y sobre todo aquel que les siga de buena manera hasta el fin del tiempo.
Musulmanes y musulmanas, teman a Al-lah dedicando más tiempo a la lectura del Corán en este grandioso mes, de esta manera Él, Altísimo sea, los recompensará enormemente. Esto, porque en cada letra que se lea del Libro de Al-lah se recibirán diez Hasana (recompensa por buenas acciones). En cuanto a las virtudes de la lectura del Corán, existe una serie de textos de la Sunna que confirman los beneficios que este acto tiene de forma general, y algunos Suras lo hacen de forma particular. En Sahih Muslim encontramos que se registró: “Ciertamente Gabriel le dijo al Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: ‘Alégrate, pues se te concedieron dos luceros que no fueron dados a otro mensajero antes de ti: Sura Al Fatiha (La Apertura) y las dos últimas aleyas de Sura Al Baqara (La Vaca), ya que serás recompensado por cada letra que leas y se te responderán las súplicas que hay en ellas’”. Por su parte el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Satanás no entra en la casa en la que se lee todo Sura Al Baqara”. [Muslim y Ahmad]
Usaid Ibn Hadir, que Al-lah esté complacido con él, le comentó al Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que en la noche había estado leyendo el Sura de Al Baqara, de repente notó que su caballo se agitó, así que dejó de recitar y este se calmó; continuó con su recitación, pero el caballo nuevamente se inquietó, por lo que se alejó, ya que a su lado estaba su hijo y temió que el caballo lo golpeara. De repente elevó su mirada al cielo, y la noche estaba muy oscura, y notó que había una especie de luz en él. El Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, le dijo: “¿Sabes qué era esa luz?”, Usaid le respondió que no. Entonces el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le informó: “Eran los Ángeles que al escuchar tu recitación descendieron a tal punto que se podía visualizar su presencia. Si hubieras seguido recitando, ellos hubieran permanecido hasta la mañana sin esconderse y la gente hubiera podido verlos”.
El Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, informó que el favor que recibe quien recita Sura Al Baqara y Sura Al-‘Imran (La Familia de ‘Imran, número 3), es que estos dos Suras le harán sombra el Día del Juicio –día en el que el sol se aproximará tremendamente a la gente y no habrá más sombra que la que hace el Trono de Al-lah–, y además, serán testigos a su favor durante su juicio. Como también mencionó que cuando fue revelado el Sura Al An’am (Los Ganados, número 6) en la Meca, 70 mil ángeles descendieron con este Sura glorificando a Al-lah en susurros que hacían vibrar la tierra. Al sentir y presenciar este noble suceso, el Profeta de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, decía: “Subhanal-lahi-l ‘Adhim” (Alabado sea Al-lah el Majestuoso).
El Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Un Sura del Corán de 30 aleyas intercedió por quien lo leía constantemente, este Sura es Tabarak Al-ladhi bi Iadihil Mulk” (se refería al Sura el Reino, el número 67). Además, se confirmó que quien lea este Sura, entendiendo su significado y aplicando sus enseñanzas, le servirá como protección del castigo en la tumba. Se reportó también, que el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Ciertamente el Sura Qul Huwal-lahu Ahad (Sura el Monoteísmo, el número 112) equivale a una tercera parte del Corán (por el tema que trata: el monoteísmo absoluto de Al-lah, y el significado que encierra)”.
Un hombre le dijo: “A mí me gusta este Sura”, le replicó: “Tu gusto por este Sura te hizo merecedor del Paraíso”; entonces, otra persona le dijo: “Este Sura menciona una de las características principales de Al-lah, y por eso me gusta recitarla”, el Profeta de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, expresó: “Díganle que Al-lah lo ama por esto”. Y en otro relato se reporta que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le dijo a sus Sahaba (discípulos): “Quieren que les enseñe dos Suras, que son los mejores que puede recitar una persona: Qul A’udhu Bi Rabbil Falaq y Qul A’udhu Bi Rabbin Nas” (Sura La Alborada y Sura Los Humanos, las numero 113 y 114).
Así que lean el Corán, y al hacerlo reflexionen sobre cada aleya que recitan, traten de entender su significado y de aplicarlo en la medida de lo posible. En cada aleya que lean en la que se mencione la misericordia de Al-lah, pídanle que les conceda más de ella. Si recitan una en la que se encuentra la mención del castigo o las tribulaciones que vendrán, refúgiense en Su señor de ese castigo y terribles tribulaciones. Cuando pasen por un verso en el que se ordena As-Suyud (la postración) o se señala que se hizo tal acto –como señal de confirmación de la fe en Al-lah y el rechazo de la incredulidad y el politeísmo–, póstrense, no importa la hora, puede hacerse en cualquier momento sin excepción, porque este Suyud hace parte en sí de la misma lectura. Cuando se postren por este motivo, hagan Takbir (decir Al-lahu Akbar: Al-lah está por encima de todo), mientras están en esta posición digan: Subhana Rabbial A’la (gloria a mi Señor el Altísimo), y al levantarse de este Suyud no hagan ni el Takbir ni tampoco saluden como se hace al finalizar una oración, sólo levántense y nada más; porque hacer el Takbir y saludar luego, al levantarse del Suyud por la recitación de una aleya en la que se menciona la postración, no fue un acto del que se conozca registro alguno en las enseñanzas del Enviado de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam. Solamente es permitido hacerlo cuando se está en la oración misma y se recita una de estas aleyas.
Dice Al-lah, Altísimo sea: “Por cierto que quienes recitan el Libro de Al-lah, practican la oración y hacen caridades de aquello que les proveemos, en público o en secreto, aguardan mediante ello lo que no les defraudará [la complacencia divina]”.
Siervos y siervas de Al-lah, aprovechen todas las épocas en las que el bien es más latente para hacer acciones que los acerquen a su Señor. Tengan mucho cuidado con el tiempo y la forma en que lo invierten, para que no lo desperdicien en actos que no traen nada bueno consigo o simplemente dejándolo pasar sin hacer nada, porque después se arrepentirán de haber perdido esta oportunidad y ya no podrán hacer nada por recuperar el tiempo que despilfarraron.
Hermanos y hermanas, quien no se hace acreedor de la inmensa recompensa que hay en este mes bendito, el de Ramadán, ¿cuándo lo harán? Quien vive sumido en el descuido, no le importa dejar pasar el tiempo y perder las oportunidades que Al-lah le da, ¿en qué otro mes reaccionará? Quien haya dejado de lado las obras de bien y el cumplimiento de sus deberes, ¿Cuándo cambiará y cumplirá con sus obligaciones como se debe? Así que deben esforzarse para lograr las bendiciones de este inigualable mes y aprovechar la oportunidad que nuevamente Al-lah les está dando, antes de que sea demasiado tarde. Protéjanse a sí mismos de caer en todo lo que los lleve a la infelicidad y perdición. ¿Es que no se dan cuenta que los días de este maravilloso mes iniciaron su cuenta regresiva desde el mismo día en que comenzó? Sus noches y días valiosos, están a punto de finalizar, por lo que deben sacar provecho del resto que queda de este mes y sumirse en el arrepentimiento por todas sus faltas, pequeñas y grandes, y además, esmerarse por realizar todo tipo de actos de bien, voluntarios y obligatorios. Recuerden que la validez de las obras que realizamos y su aceptación dependen de cómo se culminan, así que cierren este mes con las mejores obras.
Aprovechen las diez últimas noches de Ramadán –las mejores noches de todo el año–, para finalizar este mes de la mejor manera. Entréguense en ellas a la adoración, humildes y sometidos a la voluntad de su Señor. Suplíquenle al Altísimo todo el bien que necesiten y que deseen, y que los libre del terrible castigo que tiene preparado para el desobediente e incrédulo.
No olviden nunca que Al-lah es el más Generoso y el más Misericordioso de todos, Él Mismo es Quien dijo: “Y si Mis siervos te preguntan por Mí [¡Oh, Muhammad!, diles] ciertamente estoy cerca de ellos. Respondo la súplica de quien Me invoca. Que me obedezcan pues, y crean en Mí que así se encaminarán”. Él es Quien desde lo más alto desciende al cielo más cercano a nosotros todas las noches, en la tercera parte de la noche, antes del alba, y les ofrece a Sus siervos toda Su bondad, generosidad y perdón, diciéndoles: “¿Quién Me está suplicando para responderle?, ¿quién Me está pidiendo algo para concedérselo? Y ¿quién se está arrepintiendo y pidiendo perdón para absolverlo?
Durante estas diez últimas noches, hay una que no se compara con ninguna otra noche, día o periodo de tiempo, se trata de Lailatul Qader (la Noche del Decreto). En ella, todo asunto se determina con sabiduría, se decreta lo que va a suceder durante el año que viene, obviamente con la anuencia de Al-lah, los ángeles descienden del cielo y en ella el bien, las dádivas y la misericordia de Al-lah se difunde por todas partes. Quien reza, recuerda a Al-lah, lee el Corán y hace todo tipo de obras de bien, durante la mayor parte de esta noche, con fe y esperanza en la recompensa que recibirá por estos actos realizados, le serán perdonados todos los pecados que haya cometido. Mientras que el que el que la deja pasar y no la aprovecha, ese es el que lo ha perdido todo, el arruinado de verdad. Al-lah, Altísimo sea, dispuso que esta noche fuera cualquiera de las últimas de Ramadán, no especificó cuál de todas ellas era, para que el creyente se esforzara en todas estas noches cumpliendo con todo tipo de actos de adoración, esperando ser bendecido al coincidir su esfuerzo con esta noche. Además, lo hizo así, para que se pudiera distinguir el perezoso y descuidado, del musulmán que está activo y pendiente en todo momento, para beneficiarse de las bondades dadas por su Creador. Si la hubiera señalado, la mayoría de la gente descuidaría las demás noches virtuosas con las que se clausura Ramadán, y se acordaría de su Señor solamente en ella.
Así que, siervos y siervas de Al-lah, pídanle a su Señor con fe y sinceridad que sean bendecidos con esta noche, y si están orando en ella, suplíquenle a Al-lah todo el bien que necesiten y deseen, y refúgiense en Él de ser de los perdedores y arruinados en esta vida y la otra. Si están leyendo el Corán en ella, y llegan a una aleya en la que se señala la misericordia y generosidad de Al-lah, ruéguenle que sea Misericordioso y Bondadoso con ustedes, y si es una aleya en la que se menciona el castigo infernal, imploren la salvación y la liberación de este terrible final. Mientras que estén en la oración y lleguen al Ruku’ (la inclinación) incrementen las alabanzas que se deben hacer en esta posición, mientras que en el Suyud, una vez haya mencionado las alabanzas que se hacen, dedíquense a la súplica, y pídanle a Al-lah todo lo que necesiten, porque uno de los momentos en los que el siervo está más cerca de su Señor es durante el Suyud. Las súplicas que vayan a hacer pueden ser por ustedes mismos, por sus asuntos personales, por sus padres, sus esposos y esposas, sus hijos, sus familiares y demás hermanos en la fe.
Durante la oración que realicen en esta noche, demórense al estar de pie luego del Ruku’, para que alaben y glorifiquen a Al-lah mucho, igualmente hagan cuando se sienten entre los dos Suyud, pues esta posición es especial para suplicar el perdón de Al-lah y Su misericordia. También es recomendable que antes de iniciar la velada de esta noche, la del Decreto, se hagan dos Raka’ (genuflexión), ya que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos informó que a la hora de dormir, Satanás le hace tres nudos en la nuca a la persona, y que al despertarse y recordar a Al-lah se deshace el primero, al hacer el Wudu’ (la ablución) se desamarra el segundo, y al hacer la oración el tercero desaparece. Esto porque uno ha dormido antes de velar la noche, pero si se llegó a la mezquita y se encontró con que el Imam ya había iniciado la oración, lo que la persona debe hacer es unirse a esta oración, pues seguir la oración con el Imam prima sobre las oraciones voluntarias.
Dijo Al-lah, Altísimo y Alabado sea, mencionando las virtudes y maravillas de Lailatul Qader: “Por cierto que comenzamos la revelación [del Corán] en la noche del decreto. ¿Y qué te hará comprender [la importancia] de la noche del decreto? [Adorar a Al-lah] La noche del decreto es mejor que [hacerlo] mil meses. Esa noche descienden los Ángeles y el espíritu [el Ángel Gabriel] con la anuencia de su Señor para ejecutar todas Sus órdenes. En ella hay paz hasta el comienzo del alba”.
¿Porqué Laylatul Qadr Es Mejor Que Mil Meses?
El Bendito Profeta Muhammad (BPD) ha dicho: “Cuando Laylatul Qadr se acerca, Dios Todopoderoso le ordena a Gabriel (P) descender acompañado de una multitud de ángeles a la tierra con un estandarte verde”.
Él montaría el estandarte en lo más alto de la Ka’aba con seiscientos alas que no están desplegadas, excepto en Laylatul Qadr que las desplegará durante esa noche, y él y todos los demás ángeles acogerán a todos lo que estuvieran haciendo sus oraciones, sentados, adorando o recitando el Sagrado Corán. Ellos saludarán de mano a esas personas y rezarán a Dios Todopoderoso, Exaltado y Majestuoso, para aceptar sus peticiones y continuarán haciéndolo hasta el alba.
¿Por qué mejor que mil meses?
Matemáticamente esta noche, que está compuesta por nuevos horarios, es honrada por Dios, Exaltado y Majestuoso, que son más de ochenta y tres años que es el equivalente a mil meses.
Los Omeyas pelearon contra el Islam desde su inicio y así lucharon contra la familia del Profeta (BPD), que son los de Ahlul Bayt (P) todo el tiempo que estuvieron en el poder. El primer auto-declarado gobernador Omeya fue Abu Sufyan y el último fue Muawiyah al-Himar.
Si ubicas el período que se extiende desde el primer año en el que Abu Sufyan forzó su autoridad sobre los musulmanes hasta que los Omeyas perdieron el control de su poder, llegarás a una cifra equivalente a mil meses. Es como si el Sagrado Corán está diciendo que una noche a la vista de Dios, Exaltado y Majestuoso, es mejor que todos los miles de meses de esos Omeyas corruptos que gobernaron a la fuerza en ese período de tiempo a las masas musulmanas.
Ibn Abbas, citó en la página 5351 de “al-Sahih al Jami” que el Noble Profeta Muhammad (BPD) dijo: “Laylatul Qadr es fácil, indolente, ni muy caliente ni muy fría, la salida del sol sobre su mañana de color rojo pálido”.
El Bendito Profeta (BPD) estaba diciendo en la mañana de Laylatul Qadr que el sol se eleva sin rayos, con el aspecto de un lavabo hasta que está alto. Laylatul Qadr es una noche serena, ni caliente ni fría, y ningún cometa es lanzado durante ella. Ha sido citado en un libro llamado “Al Iqbal”, escrito por Abul Fadl ibn Muhammad al-Herawi, que el Bendito Profeta (BPD) dijo: “Quien sea que permanezca despierto durante las noches de Laylatul Qadr y las pase en adoración, su castigo será pospuesto hasta el próximo año”.
El Profeta Moisés (P)
Una vez, el Profeta Moisés (P) dijo al Todopoderoso: “Yo deseo estar cerca de ti” en la que Dios, Exaltado y Majestuoso dijo: “Quien sea que desee estar cerca de Mí, debe permanecer despierto (adorándome) durante las noches de Laylatul Qadr”.
“Y deseo ganar Tú misericordia” - Dios, Exaltado y Majestuoso dijo: “Esa es concedida a aquel que es misericordioso con el indigente durante esta noche”.
“Y deseo pasar por el camino correcto” – Dios, Exaltado y Majestuoso dijo: “Esto es concedido a aquel que da limosnas durante Laylatul Qadr”.
“Deseo disfrutar de los árboles y las frutas del paraíso – el Todopoderoso dijo: “Eso es concedido a aquel que me alaba durante esta noche”.
Otra vez el Profeta Moisés (P) pidió: “Deseo lograr la salvación del fuego – Dios, Exaltado y Majestuoso, dijo: “Eso es concedido a aquel que busca el perdón durante Laylatul Qadr”.
Y entonces el Profeta Moisés (P) dijo, “¡Oh Dios, quiero lograr tu complacencia!” el Todopoderoso dijo: “Estaré complacido con cualquiera que realice dos ciclos de oración durante esta noche”.
Zakaah Al-Fitr
Significado
Zakaah al-Fitr se denomina a menudo Sadaqah al-Fitr. La palabra Fitr significa lo mismo que Iftaar, romper un ayuno y proviene de la misma palabra raíz como Futoor que significa desayuno. Así, Islamically, Zakaah al-Fitr es el nombre dado a la caridad que se distribuye al final del ayuno del Ramadán.
Clasificación
Sadaqah al-Fitr es un deber que es wáyib en cada musulmán, hombres o mujeres, menores o adultos siempre y cuando cuente con los medios para hacerlo. La prueba de que esta forma de caridad es obligatoria puede encontrarse en la Sunnah que Ibn ' Umar reportó que el profeta (sallallaahu ' alaihi wa sallam) hizo Zakaah al-Fitr obligatoria en cada esclavo, freeman, macho, hembra, joven y viejo entre los musulmanes; un Saa' de dátiles secos o una Saa' de apenas.[1] La cabeza de la familia puede pagar la cantidad requerida para los demás miembros. Abu Sa'eed al-Khudree dijo:
"En nombre de nuestros jóvenes y viejos, hombres libres y esclavos, solíamos sacar durante la vida del Mensajero de Allah (sallallaahu ' alaihi wa sallam) un Saa' (medida) de granos, queso o pasas (de uva)". [ 2]
Significado
El importante papel desempeñado por Zakaah en la circulación de la riqueza en la sociedad Islámica también es interpretado por el Sadaqah al-Fitr. Sin embargo, en el caso de Sadaqah al-Fitr, cada individuo es necesaria para calcular cuánto caridad es debida por él mismo y sus dependientes y entrar en la comunidad con el fin de encontrar a aquellos que merecen tal caridad. Así pues, Sadaqah al-Fitr juega un papel muy importante en el desarrollo de los lazos de la comunidad. Los ricos están obligados a entrar en contacto directo con los pobres y los pobres se ponen en contacto con las personas extremadamente pobres. Este contacto entre los distintos niveles de la sociedad quienes tienen, a ser generoso con quienes no tienen trenes y ayuda a construir reales lazos de hermandad y amor dentro de la comunidad islámica.
Propósito
El objetivo principal de Zakaah al-Fitr es proporcionar aquellos que ayunaban con los medios de compensar sus errores durante el mes de ayuno. Zakaah al-Fitr también proporciona a los pobres con un medio con el que puede celebrar el festival de romper el ayuno ('Eid al-Fitr) junto con el resto de los musulmanes.
Abbás Ibn informó, "el profeta (sallallaahu ' alaihi wa sallam) hizo Zakaah al-Fitr obligatorio para que aquellos que ayunaban para que puedan ser purificados de sus actos de ocio y conversaciones imprudentes (cometidos durante el Ramadán) y para que los pobres puedan ser alimentados. Quien lo da antes del Salaah (oración de Eid al Fitr) tendrá aceptación como Zakaah, mientras que le da después de que el Salaah ha dado Sadaqah." [3] Por lo tanto, el objetivo de Sadaqah al-Fitr es el desarrollo espiritual de los creyentes. Por hacerlos renunciar a algunos de sus riquezas, los creyentes se enseñan las características Morales superiores de generosidad, compasión (simpatía por el desafortunado), gratitud a Dios y la justicia. Pero, desde el Islam no descuidar la necesidad material del hombre, parte del objetivo de Zakaah al-Fitr es el bienestar económico de los miembros más pobres de la sociedad.
Condiciones
Zakaah al-Fitr es sólo wáyib para un periodo de tiempo determinado. Si uno pierde el período de tiempo sin una buena razón, él ha pecado y no puede compensarlo luego. Esta forma de caridad se convierte en obligatoria a partir de la puesta de sol en el último día de ayuno y sigue siendo obligatoria hasta el comienzo de Salaah al-'Eid' (es decir, poco después del amanecer del día siguiente). Sin embargo, puede ser pagado antes del período mencionado, como muchos de los ayunaron [compañeros del profeta (sallallaahu ' alaihi wa sallam)] solía pagar Sadaqah al-Fitr un par de días antes de la ' Eid. Naafi informó que el profeta compañero Ibn ' Umar utilizado para darle a aquellos que aceptaría y la gente solía darle un día o dos antes de la ' Eid.[4]
Ibn ' Umar reportó que el profeta (sallallaahu ' alaihi wa sallam) ordenar que se (Zakaah al-Fitr) darse antes de que la gente va a hacer el Salaah (al-'Eid). Y Ibn ' Abbás, informó que el profeta (sallallaahu ' alaihi wa sallam) dijo, "quien le da antes el Salaah tendrá aceptación como Zakaah, mientras que le da después de la Salaah (no lo hará, pues, sólo se considerará como) caridad ordinaria. Por lo tanto, quien se olvida de pagar esta Zakaah al-Fitr en tiempo debe hacerlo lo antes posible aunque no se contarán como Zakaah al-Fitr.
Cantidad
La cantidad de Zakaah es el mismo para todos independientemente de sus soportes de ingresos diferentes. La cantidad mínima es un Saa' (dos puñados) de alimentos, cereales o frutos secos para cada miembro de la familia.
Este cálculo se basa en Ibn ' Umar informe que el profeta (sallallaahu ' alaihi wa sallam) hizo Zakaah al-Fitr obligatorios y a pagar por un Saa' fechas secas o una Saa' de cebada. El Sahaabee, Abu Sa'eed al-Khudree dijo: "En el tiempo del Profeta, soliamos dar (como Zakaah al-Fitr) un Saa' de alimentos, dátiles secos, cebada, pasas de uvas o queso seco".
Primer Jutba:
Sheij Muhammad ibn Salih Al-Uzaimin
Las alabanzas son para Al-lah, Aquel que prescribió las oraciones a Sus siervos con unos propósitos y objetivos muy sabios, y estableció que estas oraciones fueran la expiación de todos los pecados pequeños y errores que se cometan entre ellas. Atestiguo que no hay nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Al-lah, Único, sin socio alguno, Aquel que posee la Inmensidad, la Gloria y el Poder; y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, el ejemplo de los piadosos y temerosos, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con su familia y sus honorables compañeros.
Procediendo:
¡Hermanos musulmanes! Teman a Al-lah, Alabado sea, y reflexionen en la gran sabiduría que estableció en todos los actos de adoración que nos ordenó, y en todos los males y pecados que nos prohibió; y sepan que Él no prescribió los actos de adoración porque estaba necesitado de nosotros, al contrario, Él prescinde de todas las criaturas, pero nos ha ordenado todos estos actos de adoración porque somos nosotros quienes estamos necesitados de Él y porque todos nuestros asuntos –religiosos y mundanos– dependen de Él.
Todos los actos de adoración son un bien para los cuerpos, los corazones, los individuos y las naciones; por ello, si se purifican los corazones se purifican también los cuerpos. Dijo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Por cierto que en el cuerpo existe un órgano que si se encuentra sano, todo el cuerpo lo estará también; y si se corrompe, todo el cuerpo se corromperá. Este es el corazón”.
¡Hermanos musulmanes! Ciertamente estamos necesitados de nuestro Señor, lo necesitamos en todo momento, no podemos prescindir de Él ni un solo instante; por lo tanto, debemos adorarlo, agradecerle y recordarlo continuamente. Y sepan que Él ha legislado diversos actos de adoración que nos acercan a Él y nos traen una gran recompensa, como las cinco oraciones, las cuales purifican el corazón de los pecados y hacen llegar al siervo a su objetivo, son un lazo de unión entre él y su Creador, pues antes de realizar la oración tiene que purificar su interior y exterior, y se presenta ante su Señor completamente limpio, concentrado y sometido ante Él; no distrae su rostro ni su corazón, su rostro está en dirección al recinto sagrado de la Meca y su corazón con Al-lah, es decir, se ha dirigido a su Señor interna y externamente.
Al rezar, el siervo recita el Corán reflexionando en sus significados, acata las órdenes de su Señor y Sus prohibiciones, reflexiona en todo lo que les sucedió a los pueblos anteriores y extrae lecciones de ello. Si recita un versículo que habla de la Misericordia de Al-lah lo ves anhelando el favor de Al-lah, pidiéndole a Al-lah, Glorificado sea, que le otorgue parte de ello. Si recita un versículo que habla del castigo y el Infierno lo ves atemorizado, buscando refugio en Al-lah de Su castigo. Después, inclina su espalda y cabeza (ruku’) exaltando a Al-lah, el Señor Grandioso, y dice: “Glorificado sea mi Señor, el Grandioso” (Subhana Rabbi Al ‘Adhim); a la vez que tiene presente el Poder de Aquel al que se someten todas las personas y todos los asuntos difíciles, se somete ante Su Poderío e Inmensidad, de esta forma estará exaltando a Al-lah con su lengua, su corazón y su cuerpo –internamente y externamente– y estará obedeciendo la orden de su Señor y Su Mensajero.
Dijo Al-lah, Alabado sea: {¡Oh, creyentes! Inclinaos y prosternaos [en oración], adorad a vuestro Señor y haced el bien para que triunféis} [Corán 22:77]; y dijo también: {Glorifica, pues, el nombre de tu Señor, el Grandioso} [Corán 69:52]. Dijo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Dilo (Glorifica el nombre de tu Señor, el Grandioso) cuando estés inclinado (en la oración)”. Después de exaltar todo lo que quiera a su Señor, levanta su cabeza elogiando a su Señor y alabándolo por Su perfecta Generosidad y por Sus sublimes atributos, pues ciertamente Él es el Alabado en toda situación y el Agradecido en todo idioma.
Después de esto, cae postrado (suyud), apoyándose sobre las partes de su cuerpo más importantes y más honradas: las palmas de las manos, las rodillas, la punta de los pies y la frente incluyendo la nariz –todas estas partes bien asentadas sobre el suelo–. En esta situación tiene presente en su mente a Aquel que está siempre por encima de todos y nunca por debajo, es decir, la Elevación del Señor Altísimo, y dice: “Glorificado sea mi Señor, el Altísimo” (Subhana Rabbi Al A’la), es decir, niega cualquier imperfección de su Señor –tal como estar debajo de alguien– y lo describe con la Elevación sobre todas las cosas. Puesto que Él es Sublime en sí mismo y Sublime con Sus atributos, Él está por encima de todas las cosas y Sus atributos son los más sublimes y más perfectos; y debido a esta sumisión del siervo al postrarse exaltando a su Señor es que está más próximo a Él. Luego de glorificar cuanto desee a su Señor, el Altísimo, le pide todo lo que quiera; dijo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Y cuando estén postrados aprovechen para hacer muchas súplicas, porque es más propicio que les sean contestadas”.
Luego de esta postración y sumisión ante Al-lah, se incorpora y toma asiento humildemente sobre el suelo, colocando sus manos sobre sus muslos, suplicándole a su Señor el perdón, la misericordia y la salud.
Y termina su oración exaltando a Al-lah, Elevado sea, y describiéndolo tal como Él merece: “At tahiatu Lil-lahi wa as salawatu wa at taibatu” (Las salutaciones, las oraciones y las buenas obras son para Al-lah); pide a Al-lah que elogie a Su Profeta y haga descender sobre él Su misericordia y bendiciones (As-Salamu ‘alaika aiuha an nabiu wa rahmatul-lahi wa barakatuh), después pide a Al-lah que descienda la Misericordia sobre él como siervo y sobre quienes están junto a él, y sobre el resto de siervos piadosos de Al-lah –ya sea en los cielos o en la tierra–, luego vuelve a pedirle a Al-lah que elogie y bendiga a Su Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y finalmente busca refugio en Al-lah de los males de esta vida y la otra, diciendo: “Al-lahuma inni a’udhu bika min ‘adhabi yahannama wa min ‘adhabi al qabr wa min fitnati al mahia wal mamati wa min sharri fitnati al masihi ad dayyal” (¡Oh Al-lah! En Ti me refugio del castigo del Infierno, del castigo de la tumba, de la tribulación de la vida y de la muerte, y del mal de la tribulación del Falso Mesías), luego pide lo que quiera.
Hermanos musulmanes, el orante se va moviendo entre los diversos jardines de la adoración: de pie, sentado, inclinado, postrado, recitando el Corán, recordando y suplicando a Al-lah; es decir, su corazón está con su Señor en todas estas situaciones. ¡¿Acaso hay alguna bendición mayor que esta?! ¿Existe situación mejor que esta? De ahí que la oración sea la alegría y el deleite de los creyentes, el jardín que calma sus corazones y la vida para aquellos que recuerdan a Al-lah. Sus frutos son grandiosos: el orante terminación su oración con un corazón diferente al que tenía cuando entró en ella, con un corazón repleto de luz y felicidad, abierto para todas las bendiciones del Islam; por ello encuentra que ama el bien y detesta el mal, confirmándose de esta forma las Palabras de Al-lah: {Recita lo que se te ha revelado del Libro [el Corán] y haz la oración, que ciertamente la oración preserva de cometer actos inmorales y reprobables. Y sabe que tener presente a Al-lah en el corazón durante la oración es lo importante, y Al-lah sabe lo que hacéis} [Corán 29:45].
¡Siervos de Al-lah! Un acto de adoración cuyas consecuencias son estas, una obra cuyos frutos son estos, es digna de cumplirla y aferrarse a ella, y establecerla como nuestra mayor preocupación; y a Al-lah Le pedimos que nos asista para poder recordarlo, agradecerle y adorarlo correctamente. Nos refugiamos en Él de las tretas y del desvío de Satanás, y que nos haga de aquellos sobre los que Al-lah, Elevado sea, dijo: {Observad la oración prescrita, y especialmente la oración intermedia [Salat Al ‘Aser], y cumplidla con sometimiento a Al-lah} [Corán 2:238].
Que Al-lah, Glorificado sea, nos bendiga con lo que leamos y entendamos del Corán, y nos beneficie con la compresión de Sus sabios signos.
Primer Jutba:
Alabado sea Al-lah que creó a los seres humanos con la predisposición natural por aquello que la razón encuentra encomiable, lo reafirmó con aquello que le reveló al Mensajero, fueron creados por Al-lah con esta predisposición natural, y también fueron ordenados a tenerla como acto de adoración. Y atestiguo que no hay nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Al-lah, Único, sin socio alguno, las mentes son incapaces de conocer la sabiduría de Sus actos, todas las dificultades se someten ante Su poderío e inmensidad, y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, aquel que fue enviado con la religión monoteísta de Abraham, a quien Su señor escogió y lo guió al camino recto, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con su familia y compañeros, y con todos aquellos que sigan su método firme.
Procediendo:
¡Hermanos musulmanes! Teman a Al-lah, Glorificado sea, sean firmes en esta religión, sean monoteístas apegados a esta predisposición natural en la que han sido creados, y esto lo conseguirán purificando el interior y el exterior. En cuanto al interior: purificar el corazón de adorar a otros junto a Al-lah, y adorarle solamente a Él y obrar rectamente; y en cuanto a purificar el exterior, es parte de ello lo que se reporta en Sahih Muslim de ‘Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo:
“Diez asuntos son parte de la Fitra (predisposición natural en la que Al-lah ha creado al ser humano): recortarse el bigote, dejar crecer la barba, usar el Siwak (cepillo de dientes hecho de las ramitas del árbol Arak; en la actualidad el cepillo de dientes convencional cumple con esta misma función), aspirar agua con la nariz (para limpiarla), cortarse las uñas, lavarse entre los dedos, depilarse las axilas, afeitarse el pubis y lavarse las partes privadas con agua”
Dijo el transmisor de este hadiz: “Y olvidé la décima, pero puede haber sido enjuagarse la boca”. Y en el hadiz que reporta Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, se menciona que la circuncisión es también parte de la Fitra.
Como vemos, todos estos asuntos son parte de la limpieza e higiene personal que la predisposición natural y toda mente racional aprueban, y la Ley Islámica también incita a ello.
Recortarse el bigote: dejarlo crecer propiciaría la retención de suciedades que salen de la nariz, y por ende cada vez que bebiera algo las transmitiría a la bebida, de ahí que la Ley Islámica y la Fitra ordenen recortarlo.
En cuanto a dejar crecer la barba y no recortarla ni afeitarla ni depilarla, es porque Al-lah la ha creado como una importante distinción entre hombres y mujeres, además de ser un signo de hombría y fuerza, por eso empieza a crecer cuando la persona está llegando a la pubertad y se va haciendo más fuerte, cuando se requiere de él mucha entereza, cuando empieza a cargar con responsabilidades en la vida; en cambio, cuando todavía es un niño no le crece, puesto que todavía no carga con ninguna dificultad, pero debido al decreto de Al-lah, Su ley y la Fitra, la barba es signo característico de los hombres y ha ordenado dejarla crecer. Del mismo modo, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, al
decir:
“Sean diferentes de los idólatras; recórtense el bigote y dejen crecer sus barbas”
Por ello, tanto el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, como sus compañeros fueron guiados a la Fitra, se dejaban crecer sus barbas; y la mejor guía es la guía del Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y sus compañeros, pues ellos fueron los que fielmente lo siguieron y estaban en el camino recto. Por tanto, afeitarse la barba es ilícito, se considera una desviación de la predisposición natural en la que Al-lah nos ha creado, supone desviarse del camino del Mensajero y sus seguidores, para en su lugar asemejarse a los idólatras y cambiar la creación de Al-lah, Alabado sea, sin Su permiso.
Y esta orden no es algo simple y sin ninguna importancia –como creen algunas personas–, por el contrario, es un acto de adoración más que nos ha ordenado el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y el principio básico con respecto a las órdenes del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, es que implican obligatoriedad y son actos de adoración, en tanto que no haya alguna prueba que indique que no sea obligatorio. Dijo Al-lah, Glorificado sea:
{No tratéis al Mensajero con el mismo trato que entre vosotros, y sabed que ciertamente Al-lah conoce a quienes de vosotros se retiran con disimulo [sin pedir permiso]. Y que aquellos que desobedezcan las órdenes del Mensajero de Al-lah [y rechacen su Mensaje] estén precavidos, no sea que les sobrevenga una desgracia o los azote un severo castigo} [Corán 24:63]
La “desgracia” mencionada en el versículo hace referencia a la desgracia en la religión, es decir, que la persona rechace seguir la orden del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y debido a ello su corazón albergue desvío que sea la causa de su destrucción. El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ha ordenado dejarse crecer la barba y diferenciarse de los idólatras; y aunque haya idólatras que también se dejen crecer la barba, nosotros no abandonamos la orden del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, puesto que son ellos quienes nos están imitando, y no nosotros a ellos.
Igualmente, es parte de la Fitra el uso del Siwak, puesto que con ello se limpian los dientes y se purifica la boca, y se hace muy recomendable a la hora de hacer la ablución, antes de cada oración, al despertarse, al entrar a casa, ya que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, lo primero que hacía al entrar a casa era cepillarse sus dientes.
También es parte de la Fitra el aspirar agua con la nariz, puesto que así se limpia; cortarse las uñas, ya que si son largas retienen mucha suciedad que acabaría dañando a la persona; lavarse entre los dedos es otra característica de la Fitra, porque es una parte donde se acumula la suciedad y por ello hay que limpiarla.
Asimismo, depilarse las axilas es parte de la Fitra, de lo contrario desprendería muy malos olores, por ello se recomienda la depilación, para elimina el bello o lo rebajarlo considerablemente; quien no lo depile, que se lo afeite completamente. Afeitarse el pubis es beneficioso para la vejiga, y no afeitarlo podría causar la acumulación de suciedad, lo cual podría provocar diversas infecciones.
Y el intervalo de tiempo que ha establecido el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, para recortarse el bigote, cortarse las uñas, depilarse las axilas y afeitarse el pubis, es que no sobrepase las cuarenta noches (lógicamente, esto se entiende como lo máximo, siendo lo recomendable hacerlo mucho antes).
En cuanto a lavarse las partes privadas, es también parte de la Fitra, puesto que limpia e higieniza los lugares de donde salen la orina y las heces; asimismo, la circuncisión es parte de la Fitra, ya que de esta forma es más completa la purificación, y se recomienda hacerla cuando todavía se es un niño. Me refugio en Al-lah de Satanás, el lapidado. Dijo Al-lah en el Corán:
{Conságrate [¡Oh, Muhammad!] al monoteísmo, que ello es la inclinación natural con la que Al-lah creó a los hombres. La religión de Al-lah es inalterable y ésta es la forma de adoración verdadera, pero la mayoría de los hombres lo ignoran. Arrepentíos ante Al-lah, temedle, haced la oración y no seáis de los que Le atribuyen copartícipes, Pues éstos alteraron su religión y formaron sectas; y cada una de ellas está conforme con lo que cree}[Corán 30:30-3
Que Al-lah, Glorificado sea, nos bendiga con lo que leamos y entendamos del Corán, y nos beneficie con la compresión de Sus sabios signos.
Le pido a Al-lah, Glorificado sea, perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.
Segunda Jutba:
Las alabanzas son para Al-lah, tan numerosas como Él ha ordenado, le agradezco, pues ha decretado el aumento de bendiciones para quien sea agradecido; y atestiguo que no hay nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Al-lah, Único, sin socio alguno, aunque ello disguste a los asociadores e incrédulos; y que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con el Mensajero de la guía, Muhammad Ibn Abdullah, su familia y buenos compañeros.
Procediendo:
¡Siervos de Al-lah! El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, solía decir en sus sermones el día viernes:
“Ciertamente, el mejor discurso es la Palabra de Al-lah, y ciertamente la mejor guía es la guía de Muhammad, y el peor de los asuntos son las innovaciones”.
Y en efecto así es, la mejor guía es la guía de Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y la guía hace referencia al camino y a la ley que seguía el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, en los actos de adoración, las relaciones interpersonales y los atributos internos y externos; y era parte de sus atributos y de su senda recta el dejarse crecer la barba y recortarse el bigote. Dijo Yabir Ibn Samura: “El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, tenía una barba extensa”, ya que se la dejaba crecer, así como los honrados Profetas que le precedieron, la paz sea con ellos. Al-lah, Alabado sea, menciona que Aarón le dijo a Moisés:
{¡Oh, hijo de mi madre! No me tomes por la barba ni la cabeza} [Corán 20:94].
Y del mismo modo que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, se dejaba crecer la barba, también ordenó a su nación hacerlo, tal como se reporta en Bujari y Muslim, un hadiz de Abdullah Ibn ‘Omar, que Al-lah esté complacido con él, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo:
“Recortarse el bigote y dejad crecer la barba”, combinando de esta forma entre su orden y la práctica de ello, lo cual refleja que este era su sendero y el de los Profetas que le precedieron. Y el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo:
“Ciertamente la mejor guía es la guía de Muhammad”.
Hermanos musulmanes, aferraos al camino de vuestro Profeta porque es lo mejor para vosotros en esta vida y en la otra, aferrarse a su camino ilumina el rostro, otorga apertura y alegría al corazón, y da luz a la capacidad de discernimiento. Ciertamente la buena vida, el deleite del corazón y el alma sólo se consigue con la creencia en Al-lah y obrando rectamente, dijo Al-lah, Glorificado sea:
{Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederemos una vida buena y le multiplicaremos la recompensa de sus obras} [Corán 16:97]; más aún, cuando el siervo se aferra a la Ley de Al-lah habiendo otras fuerzas que lo incitan al desvío, esto sin duda alguna multiplica su recompensa y aumenta su fe. Hay hombres a los que se les hace difícil dejarse crecer la barba cuando hay otros amigos suyos que se la afeitan, y al final acaban imitándolos y afeitan sus barbas, ellos son personas que rápido se rinden ante sus deseos y apenas tienen fuerza de voluntad.
Pero si el siervo reflexionara detenidamente en esto y comparara entre el beneficio de dejarla crecer y el perjuicio de afeitarla, se le haría muy fácil su cumplimiento –al evidenciar los grandes beneficiosos que tiene dejarla crecer– y quizás haría un gran bien a sus amigos y conocidos, quienes tal vez se animarían a dejársela crecer siguiéndolo a él, sobre todo si tiene un buen discurso y capacidad de convencimiento. Por tanto, la recompensa es mucho más grande si se deja crecer la barba cuando hay otras causas que lo incitan a afeitársela.
Hay personas que piensan que dejarse crecer la barba o afeitársela es parte de las costumbres de cada país, es decir, algo sin importancia alguna, y esto es erróneo, ya que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ordenó dejarla crecer, y toda obediencia a una orden del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, es un acto de adoración. Pero suponiendo que fuera una costumbre, ¿qué es mejor? ¿Aferrarse a una costumbre que ordenó el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que la ejemplificó él mismo dejándose crecer su barba, que es la práctica de los Profetas que lo precedieron, así como de todos los antecesores virtuosos (Salaf Salih), de entre los compañeros del Profeta, que Al-lah esté complacido con ellos, y de aquellos que les siguieron correctamente? ¿Es mejor aferrarse a esto o a la costumbre de aquellos que difieren con ellos?
Y el Shaij Al Islam Ibn Taimiah, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, señaló que afeitarse la barba es ilícito, del mismo modo nuestro Shaij Abdurrahman As-Si’di, dijo en uno de sus sermones del viernes: “Oh hombres, teman a Al-lah y aférrense al sendero de nuestro Profeta escogido, obedezcan lo que nos ha ordenado y apártense de todo lo que ha prohibido y advertido; ciertamente nos ha ordenado recortarnos el bigote y dejarnos crecer la barba, nos ha informado que afeitarse la barba o recortarla es una característica propia de los idólatras e incrédulos, y quien se asemeje a un cierto pueblo será considerado (en el Islam) como uno de ellos”, hasta que dijo: “Teman a Al-lah –Oh siervos de Al-lah– y aférrense a su religión, no prioricen otras cosas sobre ella; juro por Al-lah que seguir a la gente corrupta sólo trae humillación y lamentación, pero el seguimiento a nuestro Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sólo trae piedad, éxito y honra. Y tengan cuidado con teñir vuestro cabello de color negro, pues lo ha prohibido el mejor de entre los siervos”. Estas son las palabras de nuestro Shaij Abdurrahman As-Si’di, que Al-lah lo tenga en Su misericordia.
Y nuestro Shaij Abdul’Aziz Ibn Baz respondió en la Revista de la Universidad Islámica –de Medina–, a una pregunta que decía: ¿Cuál es el veredicto sobre recortarse o afeitarse la barba? ¿Es algo prohibido o simplemente desaconsejable? Contestó: “Los dichos auténticos que se reportan del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, evidencian que es algo prohibido y abominable, es obligación de todo musulmán dejar –de afeitarse o recortarse la barba– y advertir la gravedad de esto, y que el musulmán no se deje engañar por la cantidad de personas que se la afeitan o recortan, pues ciertamente, la Verdad es la que tiene que ser seguida, aunque la gente la abandone”.
¡Hermanos musulmanes! Seguir al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y a sus compañeros es el verdadero desarrollo (y no un retraso), la verdadera fuerza, la belleza que beneficia, la vida llena de felicidad y el futuro más esperanzador. Por desgracia, muchos están entretenidos y distraídos con la vida mundanal, pero llegará un momento en que se darán cuenta y despertarán cuando les llegue la muerte, cuando tengan que abandonar esta vida, sus bienes y su familia, y anhelarán –cuando de nada sirva el anhelo– haber seguido la guía del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y sus generosos compañeros.
Le pido a Al-lah que nos embellezca con los modales de Sus siervos piadosos, Le pido que nos fortalezca con una gran fuerza de voluntad para contrarrestar nuestra pereza y así obrar rectamente y apartarnos de todo lo perjudicial, ciertamente Él es Magnánimo, Generoso, Indulgente y Misericordioso. Me refugio en Al-lah de Satanás, el lapidado; dijo Al-lah, Alabado sea:
{Te ordenamos [¡Oh, Muhammad!] que sigas la religión monoteísta de Abraham, que no se contó entre los idólatras} [Corán 16:123].
Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él}; y dijo el Profeta Muhammad, sal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “A quien pide a Al-lah, Glorificado sea, una bendición para mí, Al-lah lo recompensa por esta acción con diez bendiciones”.
¡Oh Al-lah! Da bendiciones y paz a nuestro Profeta Muhammad, a sus familiares, a todos sus discípulos y a quienes sigan su guía de buena manera hasta el Día del Juicio. ¡Oh Al-lah! Da tu complacencia a todos los discípulos de Tu Mensajero, de quienes fueron destacados Abu Baker, Omar, ‘Uzman y ‘Ali. Complácete también con todos los seguidores de estas nobles personas, quienes siguen su guía hasta el Día del ajuste de cuentas, y con nosotros los presentes, pues Tú eres en verdad el más Clemente.
¡Oh Al-lah! Enaltece y dignifica al Islam y a los musulmanes, protégenos del mal de nuestros detractores, y líbranos de los problemas del encarecimiento de los productos, la propagación de enfermedades, de la usura y el interés monetario, del adulterio y la fornicación, de los terremotos, de las dificultades y las tribulaciones, y de la perversión y corrupción oculta y evidente.
¡Oh Al-lah! Perdónanos y perdona a nuestros hermanos creyentes que ya fallecieron, y no hagas que en nuestro corazón se encierre el desprecio y el odio por los que han creído en Ti como se debe. Tú eres el más Bondadoso y Misericordioso.