CÓMO SABER QUE TE CASAS CON LA PERSONA ADECUADA? 4 SIGNOS
Para los musulmanes, no hay mejor ejemplo de lo que es un esposo ideal que el profeta Muhammad (la paz sea con él).
Él fue el esposo más amoroso, amable, humilde, misericordioso, compasivo, leal, digno de confianza y generoso que haya existido; de hecho, su ejemplo en todas las facetas de la vida es perfecto y la lista de sus atributos son demasiados para enumerarlos.
Por esta razón, él es el estándar que toda mujer musulmana debe usar cuando busca un cónyuge.
Para los hombres musulmanes, los estándares de qué buscar en una esposa ideal se encuentran en la tradición profética:
“Una mujer está casada por cuatro cosas, es decir, su riqueza, su estatus familiar, su belleza y su religión. Entonces debes casarte con la mujer religiosa (de lo contrario) serás un perdedor”. (Al Bukhari)
Además de aprender del ejemplo perfecto y del consejo del Profeta Muhammad (la paz sea con él), al considerar posibles pretendientes, es útil describir cualidades específicas en las que pensar.
Te proporcionamos cuatro consejos importantes que debes tener en cuenta:
AMABILIDAD
Cuando conoces a alguien por primera vez, puedes tener una atracción física instantánea, pero esto no debe confundirse con el amor.
El amor es algo en lo que debes trabajar. Tiene que ser creado y desarrollado entre ustedes dos. La amabilidad y el dar crean amor. Un amor generoso se basa en una conexión interna y es más duradero. La atracción física es una conexión externa y se desvanecerá con el tiempo.
El amor que se basa en dar es porque te preocupas por la persona, no porque quieras recuperar algo a cambio. Este dar debe ir en ambos sentidos. Ambos individuos deben dar el uno al otro desde la compasión y el cuidado. Así que busca a alguien que te dé algo de sí y que te motive a retribuirle.
¿Cómo saber si son atentos, amables y compasivos?
Escúchalos. Escucha lo que dicen, mira cómo tratan a los demás y escucha cómo se sienten al ayudar a los necesitados.
Presta atención a cómo te tratan cuando necesitas comprensión. ¿Están tan absortos en sí mismos que no reconocen tus necesidades o toman en consideración tu problema y tratan de darte empatía?
Si realmente prestas atención, puedes aprender mucho sobre el carácter de una persona por cómo le hablan a los demás y cómo hablan de los demás. ¿Desprecian a los demás, solo se centran en sí mismos y en sus necesidades? ¿Es extrema su reacción hacia las otras personas?
Ten cuidado con cualquier tipo de amor que carece de un sentido de dar y un sentido de cuidado.
OBJETIVOS COMUNES
Es muy importante conocerte a tí mismo primero y luego considerar si compartes objetivos comunes con tu pareja. ¿Ambos tienen los mismos ideales, valores, sueños y aspiraciones?
En esencia, ambos deberían ir en la misma dirección. Si tu pareja tiene sueños y aspiraciones que van en la dirección opuesta a la tuya, no pueden compartir una vida juntos, incluso si esa persona es amable y generosa.
Podrías decir: «¿Qué pasa si no tiene ningún objetivo y está dispuesto/ta a ir en cualquier dirección que yo vaya?»
Ten cuidado con este tipo de pensamiento; estar con una persona que carece de autoconciencia y dirección en su vida solo complicará tu vida. Él/ella necesita madurar y desarrollar un sentido de sí mismo antes de poder tomar decisiones importantes para toda la vida.
Muchas personas se encuentran en el camino del divorcio porque después de que termina la fase inicial de la luna de miel, comienzan a darse cuenta de que sus objetivos en la vida difieren de los de su cónyuge. Es importante estar en la misma página inicialmente.
Al principio de la relación, trata de discutir temas como cuántos hijos quiere tener, cómo quiere criarlos (créeme que si ambos cónyuges tienen ideas opuestas de cómo criar a los hijos es causa de divorcio), qué valores desea inculcarles y qué tipo de estilo de vida desea tener, etc.
Debes saber cuáles son los objetivos de la otra persona y realmente considerar si esos objetivos son compatibles con los tuyos.
CONSIDERA A TODA LA PERSONA
Aprende a apreciar a toda la persona, lo cual incluye lo bueno, lo malo y lo feo. Date cuenta de que la persona que te importa tiene todas las grandes cualidades que disfrutas y algunas que quizás no disfrutes.
Muchas personas se casan con la expectativa poco realista o el sentido idealizado de lo que se supone que es un cónyuge perfecto. Una persona puede enfocarse tanto en la esperanza de que su pareja poseerá todas las maravillosas cualidades de un cónyuge perfecto sin considerar la posibilidad de que tenga alguna cualidad negativa. Es esta expectativa idealizada la que a menudo lleva a las parejas al divorcio.
Entrar en un matrimonio dándote cuenta de que las personas son imperfectas te ayudará a ver que así como tu pareja tiene rasgos positivos, también tendrá sus rasgos negativos. Saber y prepararse para esto de antemano podría disminuir el impacto y ayudarlos a ambos a trabajar juntos para construir la relación que desean. Nunca lo tendrás todo en una relación.
Pregúntate, ¿qué es más importante para ti?
¿Es más importante tener a alguien con quien puedas tener una conexión profunda y significativa o alguien que mantenga una casa bonita y ordenada? Puede que no consigas ambas cosas.
¿Es más importante para ti tener una pareja responsable y confiable o alguien que sea divertido y aventurero? ¿En qué estás dispuesto a ceder?
APARIENCIA FÍSICA
Por último, pero no menos importante, está la apariencia y la atracción física.
La atracción física no se basa necesariamente en un estándar de belleza física. Lo que encuentras hermoso puede no ser lo que tus amigos encuentran hermoso, pero es importante que te guste cómo se ve. No tiene que ser físicamente perfecto/ta, pero definitivamente debería atraerte.
Y ten en cuenta que la apariencia física no lo es todo en la relación. Lo que importa más es cuán compatibles sean, cuán generosos sean en la relación y cuánto se preocupen el uno por el otro. El hecho de que ambos se encuentren atractivos es definitivamente importante, pero trata de verlo como la frutilla del pastel en lugar del ingrediente principal.
Para que una relación tenga éxito, debes tener la humildad de reconocer las limitaciones en ti y en los demás. Todos somos de Dios y todos tenemos defectos. Nadie es perfecto. Por esta razón, debes estar dispuesto/ta a desechar el término «perfecto» y transigir por la relación «suficientemente buena» y el compañero «suficientemente bueno».
No es realista, de hecho es arrogante pensar que mereces alguien perfecto. Como no eres perfecto/ta, debes aprender a aceptar las imperfecciones de los demás. Quien piensa de sí mismo que es perfecto suele ser el que espera perfección de los demás.