articulos

Desembocaduras de los Ríos


Dios ¡alabado sea! dice: “Él es Quien ha hecho que las dos grandes masas de agua fluyan:


una, dulce y agradable; otra, salobre y amarga. Ha colocado entre ellas una barrera y límite


infranqueable.” El Criterio, 53. Dios ¡alabado sea! dice: “Él es Quien ha hecho que las dos


grandes masas de agua fluyan: una, dulce y agradable; otra, salobre y amarga. Ha colocado


entre ellas una barrera y límite infranqueable.” El Criterio, 53.


Realidad científica:


El primer libro sobre oceanografía que apareció durante el siglo XVIII incluía información


muy simple. Cuando el barco británico Challenger realizó su viaje alrededor del mundo,


entre 1872 y 1876, la oceanografía comenzó a tener un lugar destacado entre las ciencias.


Luego se pusieron en marcha otros viajes marítimos sucesivos con el fin de explorar océanos


y mares. A finales del siglo XX, aumentó la esperanza del hombre en descubrir y entender


mejor los fenómenos del mar mediante el uso de satélites y fotografías a distancia. Después


de la investigación de un gran número de áreas en las cuales ríos y mares fluyen, los


investigadores descubrieron que la zona de las desembocaduras es siempre un área


distinguida, ya que posee sus propias características naturales distintas de la de mares y de


ríos. A pesar del movimiento y el choque entre el agua dulce y salada debido a la marea baja


y alta, la inundación y la sequedad de los ríos), éstas no se entremezclan. Es como si hubiera


una barrera entre las dos aguas que no se rebasa. Al mismo tiempo, cada una de ellas


mantiene sus propias cualidades.


Clasificando las tres áreas (río, mar y desembocadura del río), dependiendo de los seres


vivos que habitan en ellas, los investigadores han probado que ciertos seres vivos no pueden


vivir fuera de su hábitat, sobre todo en la desembocadura de un río, porque tiene cualidades


distintas. Del mismo modo, es una zona infranqueable para la mayoría de los seres que


habitan el mar o el río, ya que mueren en cuanto entran en ella debido al cambio de sus


cualidades.


Naturaleza del milagro:


Se puede llamar “mar” a cualquier afluencia (concentración) de agua. El mar dulce y


agradable se llama río, mientras que el salobre, y el amargo se denomina océano o


simplemente mar salado. Sin embargo, no se incluye aquí el agua de la desembocadura,


porque es una mezcla entre agua salada y dulce, debido a ello, no se le puede dar el nombre


ni de río ni de mar salado. Ahora bien, se puede distinguir entre tres clases de masas de


agua: agua dulce de río, agua salada de mar, y entre ambas se encuentra el agua de las


desembocaduras. El Corán describe esta última diciendo: “Él es Quien ha hecho que las dos


grandes masas de agua fluyan: una, dulce, agradable; otra, salobre, amarga. Ha colocado


entre ellas una barrera y límite infranqueable.” También el área de la desembocadura es una


zona que además de ser infranqueable es peculiar, es decir, en ella hay seres vivos que


mueren si salen fuera de su hábitat. Lo mismo sucede con los demás seres vivos que habitan


en el mar o el río, mueren si viven fuera de su medio, a causa de las distintas propiedades de


cada ambiente.


El desarrollo histórico de la oceanografía confirma que antes del siglo XIV, no se poseía


ninguna información precisa sobre océanos y mares. Sin embargo, el noble Corán describe


con exactitud lo que pasa en el área de las desembocaduras de los ríos. Explica que es un


ambiente de características naturales distintas. Asimismo, a pesar del movimiento directo


del agua hacia el mar, declara que tales características se mantienen firmes.


¿Si esa información que expone el Corán no hubiera sido revelada por Dios, entonces de


dónde viene?



recientes publicaciones

La historia de Pablo ...

La historia de Pablo - La salvación a Jesús y Pablo - Es justo Jesús crucifica en vez de Adán

Gané al abrazcé el Is ...

Gané al abrazcé el Islam sin perder la fé en Jesús, ni en ninguno de los profetas de Dios Todo poderoso

Por qué creer en el P ...

Por qué creer en el Profeta del Islam Muhammad