Por cierto que la práctica de la oración es difícil, excepto para los piadosos,aquellos que tienen certeza del encuentro con su Señor y de la comparecencia ante Él.}[Corán 2:45-56]
La singularidad del Salat se encuentra en el hecho de que no se repite una vez al año o al mes o incluso al día, sino cinco veces cada día. Esta es la distinción más remarcable de la vida de un creyente. Sin embargo, debido a esta naturaleza continua y exigente del Salat, puede ser una causa de dificultad para quien carece de entendimiento y piedad o para quienes son nuevos en su práctica.
Si es enfocado con sinceridad y paciencia, el Salat puede ser el placer más grande de nuestras vidas diarias, “la frescura de los ojos” como lo expresó un hadiz. He aquí diez cosas que pueden hacer al Salat fácil y placentero.
1. Conoce su valor
Si no se conocen los méritos y la necesidad del Salat, los inmensos beneficios que vienen con él, y el indescriptible placer espiritual y felicidad de la Compañía de Al-lah, que es la recompensa de un Salat bien hecho, es probable que uno se canse de él.
El Salat separa a los creyentes de los incrédulos. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo en un hadiz auténtico: “Quien lo haya abandonado (al Salat) ha cometido un acto de incredulidad”.
En aquel terrible Día del la rendición de cuentas, la primera cosa sobre la que el siervo será preguntado será el Salat, si tiene éxito en esto, el resto será fácil; si no, lo demás también será una ruina.
2. Retrasar el placer es el camino al éxito
Cualquier logro digno de mencionar en este mundo, ya sea la excelencia en el trabajo o en los estudios o en cualquier otra tarea, todo requiere un grado de autocontrol y represión de los deseos inmediatos. De hecho, los expertos han descubierto que en general el más sabio de entre la gente, incluso en transacciones mundanales, es quien reprime sus deseos y retrasa el placer. Tal persona es un comerciante exitoso, un científico productivo y un estudiante sobresaliente. Entonces, ¿qué diremos acerca del verdadero examen de esta vida, cuya recompensa no otra es sino el Paraíso de nuestro Señor?
El Salat requiere de esta actitud de paciencia, reprimir los deseos y retrasar los placeres. Sin embargo, a medida que lo hacemos regularmente, también nos entrena a reprimir los deseos y retrasar los placeres en todos los demás aspectos de la vida, y de esta forma hace a la persona exitosa en todos los aspectos de su vida, tanto mundanales como religiosos.
3. Luchar contra la pereza y la postergación de los deberes
Realizar el Salat a tiempo es una prueba. De hecho, el Infierno está rodeado por caprichos y deseos, mientras que el Paraíso está rodeado por adversidades. Todos enfrentan esta dificultad proporcional al nivel de su fe. Cuanto más débil la fe, más grande es la dificultad. En consecuencia, el Salat es más duro para los hipócritas.
Hay que luchar con determinación contra la pereza. Cuando ganas esta lucha, tu fe aumenta, y realizar el Salat se vuelve más fácil. Se relata en un hadiz que Al-lah Dice: “Quien se acerca a Mí la distancia de un palmo, Yo Me Acero a él la distancia de un brazo…”, y Dice: “Si él se acerca a Mí caminando, Yo Me Acerco a él rápidamente”.
4. No esperes al último minuto
Más bien, apresúrate a hacer el Salat en la primera hora, y así se te hará más fácil. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, advirtió contra retrasar el Salat e indicó que este es un signo del hipócrita. Gradualmente se convierte en hábito realizar el Salat bien y duele hacerlo de forma incorrecta.
5. La adoración es un alimento para el alma
Ibn Al Qaiem mencionó que Ibn Taimiah solía quedarse recordando a Al-lah después del Salat del Fayer hasta que salía el sol. Él solía decir: “Este es mi alimento”, es decir, su medio de subsistencia. “Si no consumiera esto, entonces no tendría la fuerza para pasar el día”. Del mismo modo, se ha reportado de varios de los virtuosos Salaf que ellos no solían lamentarse por perder algún asunto de esta vida como lo hacían al perder estos actos de adoración.
Por lo tanto, si te preguntas cómo podrías alcanzar el mismo nivel de virtud, la respuesta es: mediante la fe y las acciones. Solo con desearlo no es suficiente, y solo porque uno es capaz de llegar al nivel más bajo de adoración no significa que automáticamente uno será capaz de alcanzar el nivel más elevado. De hecho, todo esto depende de la paciencia y el trabajo duro. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {E Hicimos de algunos de ellos líderes ejemplares para guiar a los hombres con Nuestra voluntad. Esto por haber sido perseverantes y haber estado convencidos de Nuestros signos.} [Corán 32:24]
6. Entrénate para ser entusiasta con tu Salat
Ten por seguro que tu entusiasmo en cualquier asunto está basado en la rapidez o lentitud al realizarlo. Así, si acudes al Salat temprano y apresuradamente, verás que te sentirás animado para realizarlo. Sin embargo, si lo haces aletargadamente, lo encontraras abrumador y esperarás librarte pronto de él. Si quieres ver un buen ejemplo, entonces observa a quien acude temprano al Salat, verás que es el último en irse; pero ocurre lo opuesto con el que llega tarde. De igual forma, encontrarás que lo mismo ocurre contigo. Observa la forma en que realizas el Salat al que acudes temprano, tu disposición después del mismo y la forma en que haces tus súplicas. Por otro lado, cuando llegas tarde al Salat lo haces apresuradamente, y difícilmente realizas las súplicas o el Salat voluntario posteriores. Este fenómeno no se limita únicamente al Salat, sino que incumbe a todos los asuntos y ejemplos.
7. Ámalo y te bebeficiará
Siembra las semillas del Salat en tu corazón y cosecha sus frutos por la voluntad de Al-lah. ¿Cómo no podría ser así cuando este es un lazo entre el siervo y su Señor? Esta es una de las puertas del Paraíso y un vasto río que pasa por nuestras puertas para limpiarnos de todas las malas obras. Es una expiación de los pecados entre uno y otro Salat. Sus beneficios son tan numerosos que nos llevaría muchos volúmenes mencionarlos a todos.
8. Cuando estés vacilante, recuerda la Otra Vida
Esto es porque cuando hay vacilación es cuando Satanás trata de afectarte. Por tanto, si eres firme encontrarás a Satanás humillado y deshonrado. Así como cuando se vacila a la hora de sacar dinero para la caridad. Si recuerdas la Otra Vida, Satanás no podrá distraerte o disuadirte. Del mismo modo, si estás a punto de entrar a tu casa cuando de pronto escuchas el llamado para la oración, y vacilas entre entrar a la casa o responder al llamado, entonces tómate un minuto para pensar. Si entras a tu casa, no sentirás nada, será la cosa más fácil de hacer. Sin embargo, si sacrificas una cantidad insignificante de tu tiempo y te diriges hacia la mezquita, entonces sentirás una sobrecogedora sensación de satisfacción, comprensión y entendimiento que demostrará la facilidad de lo que estás haciendo, y el error y pérdida de aquellos que no hacen lo mismo. Entonces, quien se arrepiente ante Al-lah es el que recuerda y medita, y quien lo olvida es el que no se arrepiente.
Ciertamente este es el factor decisivo. Uno puede ser puntual en realizar el Salat cuando tiene tiempo libre y energía, como en el Dhuhur los fines de semana. Sin embargo, ¿es así también cuando hay mucho trabajo y/o los requisitos aumentan o en tiempos de letargo? ¿Das a tu Salat una importancia secundaria en tales momentos?
9. Responder de inmediato a su llamado
Es importante saber que la orden del Salat nunca viene en el Corán sin la palabra Iqamah (Establecimiento). De mismo modo, esto se aplica a alguien realmente ha establecido una acción. Establecer una acción es llevarla a cabo en el nivel más elevado de rendimiento. Por lo tanto, no es sorprendente que quien no establece el Salat no guste realmente de éste ni tienda a volverse a él. Esto dará como resultado que su Salat sea deficiente.
Una de las mejores formas de establecer el Salat es tener la presencia del corazón, comprender los significados de las palabras que son recitadas y de las acciones que son realizadas. Ibn Al Qaiem dijo: “Si ves a una persona en el Salat perfeccionando sus reverencias y postraciones, entonces ha realizado el Salata correctamente en sus aspectos externos. Con respecto a los aspectos internos, Al-lah Sabe mejor sobre esto”. Ibn Al Qaiem dijo esto sobre quien realiza su Salat de forma correcta en lo exterior. Entonces, ¿qué podemos decir de aquel cuyo Salat es deficiente incluso en su aspecto externo? Cuando digas “Al hamdu lil-lah” en tu oración, asegúrate de hacer que tu corazón reflexione sobre su significado. Haz lo mismo cuando dices “Subhana Rabil-adhim”, “Subhana Rabil-A’la”, “Ash-hadu an-la ilaha ila Al-lah”, cuando te inclinas ante Al-lah y pones tu frente sobre el suelo en reverencia a Él. Si pierdes la concentración durante el Salat, entonces haz tu mejor esfuerzo por concentrarte, incluso si esto ocurre en el último minuto del cuarto Rak’at. Verdaderamente, las mejores súplicas son las realizadas con el corazón así como con la lengua.
10. La súplica es el camino más seguro para complacer a Al-lah
Además, sabemos que Al-lah no Decepciona a quien Lo busca. Sabiendo esto, ¿qué piensas de alguien que suplica y pide la ayuda de Al-lah y se esfuerza en realizar lo que Al-lah Ama y Le complace? Dice Al-lah en un hadiz qudsi: “Oh, siervos Míos, todos están perdidos excepto aquél a quien He guiado; por tanto, pídanme la guía y los Guiaré”.
Entonces, debemos pedir en nuestras súplicas por la Otra Vida. Recordemos que el amigo cercano de Al-lah, Ibrahim, la paz sea con él, dijo: “Señor mío, hazme y a mi progenie de aquellos que establecen el Salat”. Por Al-lah, ¿cuántas veces no hemos dicho esto? ¿O creemos que el asunto se establecerá aunque no le pidamos al Dios Único que nos Haga de aquellos que lo establecen? Nunca sería este el caso.
Si vamos a buscar a Al-lah, Glorificado y Alabado sea, y Él Sabe que somos honestos en nuestra búsqueda, nunca se Negará a nosotros. Entonces, busquémoslo y estemos seguros de Su respuesta.