Explicando el significado del Adhan


Dios es Grande, Dios es Grande, Dios es Grande, Dios es Grande


1. Dios es Grande


"Alá" es el nombre del Dios verdadero, el Único, que no engendra ni es engendrado, y es el Creador de los cielos y la tierra.


En cuanto a la frase "Dios es Grande", significa que Dios es más grande que todo y demasiado sublime como para atribuírsele algo incongruente con Su majestad y perfección.


Esta frase recuerda a los musulmanes que nada en esta vida debe distraerlos de su Creador, y que el hombre debe vivir según la voluntad y la ley de Dios, no según sus propios caprichos y deseos.


Dios es más grande que todo en este mundo y más grande que toda criatura tiránica u opresora, sin importar cuán poderosa sea.

Doy testimonio de que no hay más dios que Dios. Doy testimonio de que no hay más dios que Dios.


2. Doy testimonio de que no hay más dios que Dios. Este es el primer testimonio de fe y el fundamento de la fe en el Islam. Significa que no existe deidad verdadera digna de adoración excepto Dios.


Este testimonio incluye:


Tawhid: Creencia en un solo Dios, sin compañero, sin descendencia, ni igual.


Rechazo del politeísmo: Negación de todos los ídolos y dioses creados por el ser humano.


Este testimonio es el mensaje central de todos los profetas, desde Abraham, Moisés y Jesús hasta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con ellos).

Doy testimonio de que Muhammad es el Mensajero de Dios. Doy testimonio de que Muhammad es el Mensajero de Dios.


3. Doy testimonio de que Muhammad es el Mensajero de Dios.


Este es el segundo testimonio, sin el cual la fe humana es invaluable. Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) fue enviado por Dios como el Sello de los Profetas y Mensajeros. Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) no se atribuyó la divinidad; más bien, fue un siervo y mensajero de Dios. La mayor evidencia de su profecía es el Sagrado Corán, el libro preservado, incomparable en elocuencia, veredictos y guía, que desafió a la humanidad a producir siquiera una sola sura similar. Sin embargo, fracasaron a lo largo de los años y hasta el día de hoy, y la humanidad sigue siendo incapaz de hacerlo.


El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones sean con él) es un mensajero enviado por Dios para devolver a la gente al monoteísmo, como lo hicieron Abraham, Moisés y Jesús (que la paz sea con ellos) antes que él.

Hayya ala al-Salat (Oremos) (Vengan a orar)


3. Hayya ala al-Salat (Oremos) (Vengan a orar)


Una llamada a la oración que invita a la gente a orar, una conexión directa entre el siervo y su Señor.


La oración no es solo un ritual; es una forma de vida que nutre el alma, inculca disciplina y fortalece la fe. Los musulmanes realizan cinco oraciones diarias, siguiendo el ejemplo de los profetas, para permanecer en constante comunión con Dios.


Este llamado insta a las personas a abandonar las preocupaciones mundanas y a recurrir a la fuente de tranquilidad y guía.

Hayya ala al-Falah (Ven al éxito)


4. Hayya ala al-Falah (Ven al éxito)


Falah en árabe significa verdadero éxito, victoria y felicidad eterna.


El verdadero éxito no reside en la riqueza ni el estatus, sino en obtener la complacencia de Dios, alcanzar el Paraíso y escapar del Infierno. Esto se debe a que quien reza entrará en el Paraíso, si Dios quiere, y permanecerá allí para siempre. El llamado a la oración significa: Ven a la oración, que es la causa del éxito.


El Islam nos enseña que la verdadera felicidad se alcanza adorando a Dios y siguiendo sus mandamientos, no siguiendo los deseos.

Este llamado dice al hombre: Ven al camino que conduce a la paz del corazón, la pureza del alma y la felicidad en este mundo y en el más allá.

Dios es Grande, Dios es Grande, no hay más dios que Dios.


6. Concluyendo con el Takbir y el Tawhid


La llamada a la oración concluye con la repetición de «Dios es Grande» y la afirmación de «No hay más dios que Dios», una amable invitación a recordar quiénes somos, cuál es nuestro camino y a quién merecemos acudir con todo amor y sumisión. El Tawhid otorga al hombre paz interior, una meta elevada y una profunda sensación de satisfacción y tranquilidad.

En conclusión, la llamada a la oración no es simplemente una llamada a la oración; es una llamada a la vida en su sentido más auténtico.


Es un mensaje que se repite en las mezquitas cinco veces al día, susurrando al oído de los corazones: Dios está cerca, la paz es posible y el camino al éxito comienza con una sincera postración.