Me siento tan oprimido, ¿cómo lidiar con ello?
Por Maria Zain
Piensa en la historia del Profeta Moisés (la paz sea con él), nacido durante un régimen opresivo en el que los niños varones eran ejecutados.
El bebé Moisés tuvo que ser escondido y luego tirado en una canasta por un arroyo.
Recuerda la historia del Profeta Noé (la paz sea con él), cómo huyó de su pueblo corrupto por la voluntad de Dios. Recuerda cómo sus seguidores en su Arca eran de aquellos que eran pobres y oprimidos.
Recuerda la historia del profeta José (la paz sea con él). Sus hermanos se llenaron de odio y celos hacia él, que en lugar de consultar a su padre, lo arrojaron a un pozo.
¿Qué pasa con la historia del Profeta Shuaib (la paz sea con él)? Un hombre anciano y ciego, que pudo “ver” la opresión en la ciudad de Madian, a través de prácticas comerciales corruptas de sus compañeros comerciantes. Les advirtió bien de su fraude, que estaba lastimando a los oprimidos.
Piensa en la historia del profeta Job (la paz sea con él), quien fue golpeado terriblemente por un desafío de Dios, que fue abandonado por las personas más cercanas a él, que deberían haber apoyado su difícil situación.
Y, por supuesto, uno de los profetas más fuertes, David (la paz sea con él), el profeta que permitió que su fe creciera más que sus miedos para derrotar a Yalut (Goliat), incluso con todas sus fuerzas, temía a Dios al máximo y constantemente recordaba la opresión. En un hadiz sagrado, dijo:
“Oh Al-lah, Tú sabes que Te amo y amo a todos los que Te aman, pero ¿cómo puedo hacer que Tus siervos te amen? Al-lah dijo: Recuérdales Mis favores, Mis pruebas y Mi ira. Oh David, cualquiera de Mis siervos que ayudaran a una persona oprimida y estuvieran a su lado en su estado de opresión, Yo mantendré sus pies firmes en el Día en que todos los pies serán sacudidos”. (Al-Bayhaqi)
Llegará un momento en que uno se sienta oprimido y, contrariamente a la creencia popular, el Islam no es la causa de la opresión, sino que las expectativas de las normas sociales que limitan la capacidad de practicar el Islam correctamente es lo que es verdaderamente opresivo. El mundo musulmán habla de opresión todo el tiempo.
Los musulmanes de los países de minoría musulmana a menudo se sienten oprimidos cuando tienen que lidiar con prácticas discriminatorias. Los musulmanes en los países de mayoría musulmana se enfrentan a la opresión de otras formas, a través de políticas gubernamentales desafiantes o la ocupación por parte de otros ciudadanos, ya sean musulmanes o no musulmanes.
También en una escala más pequeña, hay casos en los que puede sentirse sofocado o ver impedida su libertad e incluso hasta cierto punto, puede sentirse obligado a comprometer sus creencias o principios. Aquí es donde se pone complicado, si bien no debería la fe verse comprometida, ¿cómo se previene uno mismo de caer en la duda?
Entre los que experimentaron los peores tipos de opresión estaban los Profetas de Dios. Para empezar, muy pocos de ellos nacieron en familias ricas, e incluso si se les otorgara poder y posición a partir de entonces, se les pidió que renunciaran a sus ganancias mundanas para difundir el Islam, por lo que ninguno de ellos pudo usar las «riquezas» para influenciar a otros. En este mundo materialista, esto solo significaba que ellos fueran apartados de la sociedad.
Además de las historias de los Profetas anteriores, el Profeta Muhammad (la paz sea con él) se vio obligado a vivir una vida muy frágil como Apóstol de Dios, antes de poder aventurarse fuera de La Meca a Medina. Los árabes paganos lo atormentaron hasta la médula, mental y físicamente. Él y sus seguidores fueron boicoteados en una prohibición de tres años que causó a la mayoría de ellos las peores penurias de la época.
Incluso cuando sobrevivieron a la prohibición y se levantó el embargo, los Quraysh conspiraron para matar al Profeta Muhammad. Durante su mandato en La Meca, Dios le ordenó que difundiera el mensaje más allá de los límites de La Meca. En su difícil situación, a menudo fue humillado y rechazado por las normas de la sociedad.
Pero cada vez que tenía dudas, cada vez que tenía miedo, cumplió los mandamientos de Dios con paciencia y, a veces, en silencio, y su fe inquebrantable en Dios lo mantuvo en el camino correcto. Fue seguido por el primer puñado de musulmanes, se encontraban entre ellos los pobres y los que habían sido continuamente oprimidos por los Quraysh.
Entonces, en el mundo de hoy, cada vez que surja un sentimiento de opresión grave, recuerda el viaje del Profeta Muhammad: desde dónde y cómo se difundió el Islam. Recuerda los viajes de todos los Profetas antes que él, cómo algunos de ellos casi mueren. Recuerda que algunos de ellos nunca tuvieron seguidores.
Recuerda que muchos de ellos no fueron capaces de transmitir el mensaje, y luego, la fe que trajeron fue gravemente distorsionada por aquellos que estuvieron presentes durante su tiempo y después. Recuerda que muchos Profetas no tenían ni una fracción de la comodidad que tenemos hoy.
Otros consejos prácticos
No importa cuán difíciles se vuelvan las cosas, recuerda la importancia de tu relación con Dios. Solo Dios puede verdaderamente aliviar todas las formas de dificultad del mundo. Solo Dios puede otorgar doble facilidad para cada dificultad. Y solo Dios puede ser el Juez Perfecto sobre la opresión que uno enfrenta, y solo Dios puede recompensar a una persona que pasa por dificultades con la morada de descanso permanente, el Paraíso.
Habla con Dios todo el tiempo. Dios nos ha dado nuestras oraciones diarias para derramar nuestros corazones hacia Él. Él escucha las 24 horas del día, así que invócalo por Su ayuda y bendiciones. Dios provee los lunes y jueves para observar el ayuno sunna porque nuestros registros son llevados a los Cielos en esos días.
El lado positivo de cualquier forma de opresión es que Dios siempre está del lado de la víctima, siempre que sea capaz de soportar la carga con dignidad, sin comprometer su lealtad hacia Dios. Dios les recuerda a todos los peligros de oprimir a otra persona.
En un hadiz sagrado, Dios Todopoderoso dice:
“Me vengaré del opresor en esta vida y en la siguiente. Me vengaré de alguien que vio a una persona oprimida y pudo ayudarla pero no la ayudó”. (Al-Tabarani)
Para más, el Profeta Muhammad dijo:
“Quien haya oprimido a otra persona por su reputación o cualquier otra cosa, debe rogarle que lo perdone antes del Día de la Resurrección cuando no habrá dinero (para compensar las malas acciones), pero si tiene buenas obras, esas buenas obras serán serán quitadas de él conforme a la opresión que haya hecho, y si no tuviere buenas obras, los pecados del oprimido serán cargados sobre él.” (Al-Bujari)
Con Dios apoyando a las víctimas de la opresión, los verdaderos creyentes ya no necesitan temer lo que los abruma, sino sobrellevarla con fe y consuelo, que Dios es el único Juez al que deben temer, y el único Juez que puede compensar en el más allá.