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El capítulo 31 del Corán tiene 34 versículos de longitud y se titula Luqmán, por el sabio del mismo nombre, cuyo consejo a su hijo aparece en las aleyas 13 a 19. La sura inicia con una descripción de los creyentes y condena fuertemente a quienes intentan desviarlos por otro camino. La sura Luqmán fue revelada en La Meca en el apogeo de la persecución contra los musulmanes, y Dios educa a los musulmanes jóvenes acerca de cómo comportarse cuando sus padres tratan de alejarlos del Islam. Se les advierte a los incrédulos sobre las consecuencias de sus actos, y se le dice al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) que no se entristezca por las acciones que ellos realizan.





Aleya 1





Está compuesta por algunas de las catorce letras del alfabeto árabe, que son utilizadas en diferentes combinaciones para dar inicio a veintinueve de los capítulos del Corán. A lo largo de los siglos se ha especulado mucho en cuanto a su significado, pero Dios jamás reveló ningún significado específico relacionado con ellas.





Aleyas 2 a 7: Características y distracciones





Estos son los versículos del Corán. Son guía y misericordia para aquellos que llevan una vida consciente de Dios y que se enfocan principalmente en el Más Allá. Ellos son quienes tendrán éxito. Sin embargo, algunas personas no tienen conocimiento y pagan por cosas que distraigan y desvíen a los demás y los alejen de Dios. Quienes distraen a un creyente encontrarán un tormento humillante esperándolos. Esos son los que se apartan con desdén cuando son recitadas las aleyas, como si las palabras hiriesen sus oídos. Dios repite Su advertencia diciendo: Diles que habrá un tormento doloroso.





Aleyas 8 a 11: Una promesa veraz





Quienes creen y hacen buenas obras permanecerán en los Jardines de la bienaventuranza. Es una promesa veraz por Aquel que es Poderoso y Sabio. Él creó los cielos sin pilares visibles, estableció firmemente las montañas sobre la tierra y dispersó todo tipo de animales por ella. Él envía lluvia del cielo y hace crecer todo tipo de vida vegetal. Esta es la creación de Dios, ¿qué crearon los otros que ustedes han adorado? Los incrédulos sin duda están en el error.





Aleyas 12 a 15: Consejo a los jóvenes





Dios dice que Él le dio sabiduría a Luqmán para que fuera agradecido. Quien es agradecido y da gracias a Dios, lo hace por su propio bienestar. Aquellos que son ingratos y niegan los favores de Dios, deben entender que Dios no necesita de sus agradecimientos. Luqmán le aconseja a su hijo diciéndole que no Le atribuya socios a Dios, pues ello es un error terrible.





Dios le ordena a la gente que sean buenos con sus padres, en especial con sus madres, que llevan a sus hijos con gran dificultad y suelen alimentarlos de sus propios cuerpos durante dos años. Dios asocia la gratitud hacia Él con la gratitud hacia los padres. Él dice: "Sean agradecidos con ellos y obedézcanlos, pero no deben obedecerlos si les piden que cometan el peor pecado, el de asociar a otros con Dios". No debemos obedecerlos en asuntos que vayan en contra de los mandamientos de Dios, y debemos hacer lo que es correcto. A la vez, se espera que tratemos a nuestros padres con cuidado y respeto.





Aleyas 16 a 19: Consejo sabio





Nada puede escapar al conocimiento de Dios, le dice Luqmán a su hijo. Incluso si es algo tan pequeño como una semilla de mostaza, o está oculto entre una roca, o es una ínfima mota en el vasto universo, Dios puede verlo con claridad y es capaz de exponerlo. Luego, Luqmán le aconseja a su hijo que lleve una vida moral y honrada, y le dice cómo: estableciendo la oración, disfrutando de lo bueno, prohibiendo lo malo y soportando las pruebas y aflicciones de la vida con paciencia. No le des la espalda a la gente con desprecio ni camines con arrogancia por la tierra, pues a Dios no le gustan los jactanciosos.





Camina a paso moderado y habla en voz baja, porque a Dios no le gustan las voces ásperas como el rebuzno de los burros. Todo esto es un sabio consejo para el comportamiento moral y la interacción entre las personas.





Aleyas 20 a 26: Amonestación





Dios pregunta: ¿No ven que todo en los cielos y en la Tierra es para beneficio de la humanidad? Esto es evidente, pero todavía hay quienes podrían discutir sobre eso. Cuando se les dice que deben seguir la guía de Dios, responden que no lo harán, sino que seguirán el camino de sus antepasados. Ellos dicen esto aun cuando Satanás los está invitando a entrar en el Fuego. Aquellos que se someten a la voluntad de Dios y llevan una vida recta, se han agarrado de la mano más confiable, porque el resultado de todo asunto está con Dios.





Si no creen, que eso no te aflija (¡oh, Muhammad!), porque ellos regresarán a Mí (Dios) y les informaré la realidad de sus obras. Dios sabe lo que contienen sus corazones. Yo les concederé el disfrute durante algún tiempo, pero en el Más Allá serán conducidos a un castigo implacable. Si les preguntas quién creó los cielos y la Tierra, contestarán que Dios, pero luego asocian a otros junto a Dios en la adoración. Al reconocer que Dios es el Creador de todo cuanto existe, y luego adorar a seres u objetos creados, establecen pruebas en su propia contra. Dios es el Creador y Dueño de todo lo que hay en los cielos y en la Tierra, Él no necesita nada de Su creación y es el Único digno de adoración y de alabanza.





Aleyas 27 a 30: El más Grande





Si se hicieran cálamos con todos los arboles de la Tierra, y el agua de los océanos fuera tinta, se acabarían las plumas y la tinta escribiendo las Palabras de Dios y estas no se agotarían. Es fácil para Dios crear y resucitar a todos los seres vivientes, tan fácil como le resulta crear y resucitar a una sola alma. Dios es el Omnioyente y Omnividente. ¿No ves que Dios hace que el Día siga a la noche, uno tras del otro, una y otra vez en un patrón preciso? El Sol y la Luna giran en sus órbitas de acuerdo al plan de Dios. Dios sabe bien lo que haces. Dios es la verdad y aquellos que ustedes invocan fuera de Él son falsedad. Él es el Altísimo y el más Grande.





Aleyas 31 a 34: Cuidado con Satanás y el engaño de este mundo





Los barcos navegan por el océano por la gracia de Dios. De cierto que hay señales en ello para cualquier persona agradecida. Cuando las olas se ciernen sobre ellos, los pasajeros invocan a Dios con devoción sincera, pero cuando Él los trae a salvo a la tierra, algunos vacilan entre la creencia y la incredulidad. ¡Oh, humanos! Teman a su Señor y el Día en que ningún miembro de la familia podrá ser útil a sus familiares. No dejen que la vida en este mundo los engañe ni dejen que Satanás los embauque. Solo Dios tiene conocimiento de la Hora; Él hace llover y sabe lo que hay en los vientres, nada escapa a Su conocimiento. Los humanos no sabemos lo que ocurrirá en el próximo instante, pero Dios sabe y es consciente de todo.





 



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