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NUEVOS MUSULMANES – CONSEJOS PARA CONSTRUIR LA CONFIANZA EN SÍ MISMOS EN LA ORACIÓN


Por Aisha Stacey





La oración es uno de los cinco pilares del Islam. Es uno de los actos más importantes que puede hacer un musulmán y se realiza cinco veces al día. Estas cinco oraciones rituales forman la columna vertebral de la fe y ayudan al creyente a permanecer firme en la fe y alejarse del pecado.





Las oraciones marcan el ritmo del día y, de hecho, a veces sirven como reloj. Las citas se hacen antes o después de una determinada oración, en lugar de a una hora determinada. La oración es una gran parte de la vida en el Islam; la palabra árabe para oración salah significa conexión. Es nuestra conexión con Dios.





Sin embargo, ¿qué sucede cuando aprender a orar causa ansiedad o nos hace sentir menos seguros? Este es el momento de dar un paso atrás y pensar en la oración como nuestro vínculo con Dios.





La oración es nuestra oportunidad de conversar con nuestro Creador. Si no podemos controlar nuestra ansiedad, prepararnos para la oración ayudará a aumentar nuestra confianza. El Profeta Muhammad dijo:





Cuando alguno de ustedes se pone de pie para orar, se está comunicando con su Señor, así que presten atención a cómo hablan. (Al-Bujari)





Podríamos extrapolar esas palabras a pensar en lo que estamos a punto de hacer y por qué lo estamos haciendo.





¿Cuántos de nosotros recordamos la primera vez que entendimos que la oración era una audiencia privada con Dios? Nada fuera de esta cámara metafórica podría interrumpirnos o distraernos. Este sentimiento no es exclusivo de aquellos que vienen al Islam de una religión diferente o de ninguna religión en absoluto.





A veces, los musulmanes se encuentran reconectados con su religión de una manera que nunca creyeron posible. En efecto, están abrazando el Islam; y para todos aquellos que se sumergen en el Islam, estos días, semanas o meses están llenos de grandes emociones.





Tal vez puedas recordar la alegría y el temor de tu primera oración. Quizás también puedas recordar el sentimiento que surge cuando estableces tu vínculo con Dios.





Es ese sentimiento de entrega que te envuelve el que te deja inundado de lágrimas u hormigueando de emoción. Abarca la comprensión de que no tenemos el control, y que la entrega tiene que ver con nuestra falta de él. Nos volvemos como plumas en el viento, que soplan de un lado a otro, no por elección propia sino por la voluntad de Dios.





2 FORMAS DE COMUNICACIÓN


En el Islam hay dos formas de comunicarse con Dios. Uno es a través de la oración ritual, el otro es a través de la súplica, lo que se conoce en el Islam como duaa. Aquellos que alguna vez fueron cristianos llamaron oración a sus súplicas, por lo que inicialmente podría haber cierta confusión o preocupación.





Sin embargo, la duaa se puede hacer en cualquier momento del día o de la noche, en silencio o en voz alta. Esta forma de comunicarse con Dios no está mal. Las cinco oraciones diarias deben rezarse de cierta manera y en ciertos momentos, para que sean aceptadas.





Por lo tanto, agregamos el temor de que nuestra oración no sea aceptada a la lista de todas las demás emociones abrumadoras que se arremolinan en nuestras mentes. De repente estamos montados en una montaña rusa de emociones. Una vez, no hace mucho tiempo, nos preocupábamos por no despertarnos a tiempo para la oración del alba, ahora eso palidece en comparación con el miedo de no poder cumplir con todos los elementos obligatorios en la oración.





Debe ser dicha en árabe, hay ciertos movimientos y posiciones. La ligereza de la entrega se siente como si hubiera sido reemplazada por una gran carga de preocupación.





Esta no es la forma correcta de acercarnos a nuestra nueva fe o a Dios. El Islam es fácil, no está diseñado para estresarnos y presionarnos. No estamos obligados a convertirnos de alguna manera en expertos en el idioma árabe o recordar palabras, acciones y posiciones que quizás nunca hayamos visto antes. El aspecto más importante es establecer una conexión con Dios.





Trata de entender que cuando vamos a nuestros lugares de oración estamos con Dios, e incluso en los aspectos rituales de la oración estamos en conversación con Dios.





CONSTRUYE LA CONFIANZA EN TI MISMO


Sentir esta conexión es lo que construye nuestra confianza en nosotros mismos. El Islam nos dice que demos un paso a la vez. Los pasos de bebé algún día serán pasos de gigante.





El propósito de la oración es fortalecer nuestra relación con Dios, es una forma de expresar nuestro agradecimiento por todas Sus bendiciones y recordarnos Su Grandeza. Es también un tiempo en el que podemos contemplar el gran honor que Dios nos ha concedido. Nos eligió entre miles de millones de incrédulos y nos ofreció el Islam. Eso es algo que debería inspirar una gran confianza.





En lugar de tener miedo o estar sobrecargados, debemos aprovechar la oportunidad para examinar nuestras vidas y contemplar lo que Dios vio cuando nos miró. ¿Qué luz estaba escondida de todos menos de Él? Esa luz ahora puede surgir y guiarnos a la oración perfecta.





TÓMALO CON CALMA


Cada persona es diferente y requerirá un ritmo diferente. Algunos pueden orar inmediatamente leyendo un libro, otros pueden tener dificultades incluso para aquietar sus mentes el tiempo suficiente para sentir la presencia de Dios. No hay una agenda estricta, todos aprendemos a nuestro propia manera. De hecho, lento, constante y consistente es mejor.





Elige un momento y elige un lugar. Toma el Corán, lee una pequeña porción, invitando a Dios a que te guíe a una oración perfecta. Tal vez podrías aprender algunas palabras árabes de alabanza como Alhamdu lil-lah (todo agradecimiento y alabanza se debe a Dios), o Al-lahu Akbar (Dios es el más grande). Estas palabras te ayudarán a calmar tu corazón y tu mente, y podrás decidir la mejor manera de comenzar.





Dios nos aseguró en el Corán que:





Sin duda, en el recuerdo de Dios encuentran descanso los corazones. (Corán 13:28)





Y el Profeta Muhammad nos dijo que:





Lo más cerca que estaremos de nuestro Señor es cuando estemos en postración. (Muslim)





Por lo tanto, sería prudente comenzar postrándose ante Dios y familiarizándose con este poderoso símbolo de entrega.





Los sitios web como este tienen secciones diseñadas para que los nuevos musulmanes aprendan a orar. Los libros están disponibles en las mezquitas, o de forma anónima en línea, para leer o comprar.





Dios proveerá el mejor método diseñado específicamente para ti. El nuevo musulmán solo necesita estar atento a las oportunidades de aprender que se le presenten.





 





Fuente: About Islam



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