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Estaba muy impresionado con las enseñanzas del Corán acerca de Dios y las encontré diferentes a las demás escrituras que había estudiado. Esto nuevamente probaba que esta escritura estaba libre de la interpolación humana. También estaba muy impresionado con la manera en la que se manejaba la creencia en Dios particularmente y Su sistema de creencias en conjunto.





Explicaré a lo que me refiero con esto.





Ninguna Fe Ciega





Viniendo desde una tradición cristiana, experimenté lo que muchos experimentaron con respecto a los asuntos de fe y como comprenderlos. Era virtualmente imposible obtener respuestas claras de los pastores y curas acerca de muchas creencias básicas cristianas. La realidad es que los conceptos de fe estaban destinados a ser un "misterio" y creer en lo que uno no puede verdaderamente comprender, es lo que prueba la fe de una persona.





Esa propuesta simplemente no me complacía y la encontraba, y todavía la encuentro, ilógica. No parece ser que la verdad revelada por un Dios Piadoso y Sabio, quien ha mostrado tantos signos maravillosos en la creación, debería llevar a uno ha decir - como se sabe que el Padre Tertulian de la Iglesia africana del norte del 2do Siglo dijo : credo quia absurdum est - “Creo porque es absurdo” . La religión no debería estar simplemente “basada en la fe”, como tal. En realidad, debería estar también “basada en el conocimiento”, para que el corazón y la mente encuentren consuelo en la religión y se entrege a ella con una firme resolución. Y esto es lo que encuentro en el Islam.





Se debe recordar que el Profeta Muhammad, que la misericordia de Dios sea con él, primero encontró personas a las cuales les satisfacía la adoración de ídolos. Además, ellos, en particular, no creían en la vida del Más Allá. Algunos de ellos, parece ser, que no tenían una clara percepción del Ser Supremo.





Fue en este ambiente que fue revelado el Corán. El Corán no les ordenó simplemente creer. ¡Por el contrario! El Corán les dio pruebas tras pruebas, lecciones tras lecciones, signos tras signos para que todos creyeran que existe un Creador que ha creado a los seres humanos y todo lo maravilloso del Universo con un propósito, ya que no es un Creador imprudente o ignorante.





Es así como, el Corán está lleno de pasajes que demandan el pensamiento del ser humano. En esencia el mensaje era este: Allah sabe que si los seres humanos utilizan sus capacidades mentales adecuadamente, reconocerán las verdades que Allah dice en el Corán. De hecho, el Islam enseña que el reconocimiento de estos hechos es innato en el alma de las personas.





El hecho es que la fe en Allah, el Corán y el Profeta Muhammad no se basa en mera emoción o una fe ciega. Se basa en razones reales y evidentes.





Desde mi origen, esta osadía de propagar la fe y desafiar a los seres humanos a pensar y ponderar era un milagro.





Tomando de los cristianos y los judíos





Un concepto que muchos de los escritores no-musulmanes clamaban era que el Profeta Muhammad, que Dios lo alabe, simplemente tomó la mayoría de las enseñanzas de los judíos y los cristianos. Por ejemplo, el título del libro de Bell, The Origin of Islam in its Christian Environmen (El Origen del Islam en su medioambiente cristiano) —que por cierto  ¡cualquier árabe quedaría en shock si se le dijese que el Islam se desarrolló en un medioambiente cristiano!





Reconocí que había dos posibilidades:





(1)  el Profeta Muhammad si tomó de su material o





(2)  la revelación que recibió fue del mismo Dios que envió a Moisés, Jesús y los anteriores profetas, como afirmó el Profeta Muhammad mismo. Si fuese lo último, explicaría las coincidencias en las enseñanzas y el mensaje. El mismo Dios envió a los anteriores profetas y está simplemente volviendo a contar sus historias en su nueva revelación.





Sin embargo, inmediatamente comencé a notar deslumbrantes diferencias entre el Corán y la Biblia, hasta con respecto a las enseñanzas respecto de Dios mismo. Si el Profeta Muhammad estaba "editando" lo que oía de la Biblia - y por cierto, en ese momento, no existía ninguna Biblia disponible en árabe- entonces estaba haciendo un excelente trabajo.





Encontré que las extrañas enseñanzas acerca de Dios que uno encuentra a lo largo de la Biblia son completa e inequívocamente inexistentes en el Corán.





Para resumir, sólo mostraré algunos ejemplos de esto.





La Nueva Versión Internacional del Génesis 3:8-11, dice: 8 Oyeron luego el ruido de los  pasos del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la brisa del día, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista del Señor Dios por entre los árboles del jardín.  


9 El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?" 10 Éste contestó: "Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí." 


11 Él replicó: "¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?"





Aquí, se lo describe a Dios caminando en el jardín en la brisa del día. Lo que es mas sorprendente que Adán y Eva podían esconderse de Dios y él tuviese que preguntar: ¿Dónde estás?" Si un humano puede esconderse de Dios, ¿Cómo es que este Señor va a tener conocimiento de los pecados que el hombre comete? Es complicado para un hombre engendrar en su corazón el tipo de amor y devoción de Dios que debe tener cuando cree que Dios es tan débil que un evento como este puede sucederle.





En Génesis 32:24-28,[1]  se encuentra la historia y la descripción literal de Jacob luchando y derrotando a Dios. En el verso 28, dice: “Tu [Jacob] has luchado con Dios y con el hombre, y tu has Ganado”. En otras palabras, el creador del universo a quien se espera que la humanidad adore y se someta es derrotado por un mero mortal en una lucha.





El Antiguo Testamento muestra a Dios como alguien que tuvo la intención de hacer el mal pero se arrepintió. Éxodo 32:14 dice: “Y el señor se arrepintió del mal que pensó hacerle a su pueblo” (versión del King James).  No sorprendería que alguien niegue a Dios y no lo considere digno de adoración si Él mismo tuvo que arrepentirse de sus propios males





Además, en el Talmud[1]— algunos eruditos no-musulmanes, como Rodinson, afirmaron que el material coránico proviene del Talmud— se afirma que existía una disputa entre Dios y los eruditos judíos. Después de un largo debate sin ninguna resolución, decidieron referir el asunto a uno de los rabinos. Después de la decisión del rabino, Dios tuvo que admitir que estaba equivocado[2]. De este modo, Dios, según ellos, no es perfecto con respecto a Su conocimiento.





La concepción cristiana de Dios teniendo un hijo es, por supuesto, completamente blasfemo desde el punto de vista islámico. A menudo me pregunto ¿cómo podría haber existido un hijo semi-humano de Dios o cómo Jesús particularmente podría haber sido el hijo de Dios?  Como se le ve a Jesús en el Nuevo Testamento, además de realizar algunos Milagros que también realizaron profetas anteriores, no hay nada especial en él. Vivió como un ser humano, comiendo y bebiendo. Sufrió como un humano y hasta le oró a Dios. Los romanos y los judíos[3] derrotaron al supuesto hijo de Dios y él no pudo salvarse siquiera a sí mismo, ni siquiera rogándole a su padre. A causa de ello, existen preguntas difíciles de responder para los cristianos: Era parcialmente divino y parcialmente humano, era completamente divino, completamente humano, fue divino desde su nacimiento, fue divino por un tiempo y luego la divinidad lo abandonó y otras preguntas más. En la concepción islámica de Dios, no existe nada de esta naturaleza.  De hecho, el Corán niega la crucifixión – si el Profeta Muhammad, que Dios le de paz y misericordia, hubiese estado simplemente copiando de la Biblia, hubiese incluido seguramente esa historia.





En el Corán, por otro lado, Dios es representado de tal manera que uno se percata que Él merece la adoración. Uno siente agradecimiento por Él y tiene fe en Él. Dios realmente es amado por el individuo ya que comprende más acerca de Él a través del Corán. Algunos pasajes en el Corán que describen a Dios son destacables:





“Él es Allah, no hay otra divinidad salvo Él, Conocedor de lo oculto y de lo manifiesto. Él es Clemente, Misericordioso. Él es Allah, no hay otra divinidad salvo Él, Soberano, Santísimo, Pacificador, Dispensador de seguridad, Celador, Poderoso, Compulsor y Soberbio. ¡Glorificado sea Allah!  Él está por encima de lo que Le atribuyen. Él es Allah, Creador, Iniciador y Formador. Suyos son los nombres [y atributos] más sublimes. Todo cuanto existe en los cielos y en la Tierra Le glorifica. Él es Poderoso, Sabio.” (Corán 59:22-24)





“¡Allah!  No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él, Viviente, se basta a Sí mismo y se ocupa de toda la creación. No Lo toma somnolencia ni sueño. Suyo es cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él sino con Su anuencia?  Conoce el pasado y el futuro; y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere. Su Trono se extiende en los cielos y en la Tierra, y la custodia de ambos no Le agobia. Y Él es Sublime, Grandioso.” (Corán 2:255)





“1. Di [¡Oh, Muhammad!]: Él es Allah, la única divinidad. Allah es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él.” (Corán 112:1-4)





Por cierto, incluso al describir a los Profetas, muchas historias muy importantes,  sobresalientes en la Biblia fueron completamente ignoradas en el Corán. Por ejemplo, Éxodo 32:1-6 menciona la historia de Aarón, el hermano de Moisés y uno de los líderes religiosos de la tribu de Israel, haciendo de un becerro dorado un ídolo para ser adorado[4]. En 2 Samuel, capítulo 11, versos 1-17, el líder de los judíos David, quien los musulmanes consideraban un profeta, es vergonzantemente mostrado cometiendo adulterio, hacienda lo mejor de él para ocultarlo y luego haciendo lo mejor de él para que el esposo de la mujer fuese asesinado[5]. Salomón es también acusado de cometer idolatría simplemente por amor a sus tantas esposas[6].





Además, la Biblia también afirma lo siguiente: Jacobo engañó a su padre Isaac. El Profeta Lot, ebrio, cometió incesto con sus dos hijas. Judas cometió incesto con sus hijas políticas.  Pharez y Zarah quienes eran el resultado de ese incesto son honrados como los bisabuelos y bisabuelas de Jesús. Se dice que Jesús desairó a su propia madre al decir: "¿Mujeres, qué es lo que tengo que hacer contigo?”[7]





Todas estas historias no se encuentran en el Corán y un musulmán no cree tales acusaciones innobles acerca de los nobles profetas que Dios selecciona para guiar a la humanidad.





Noté casi inmediatamente que las enseñanzas coránicas son muy exhaustivas, completas, balanceadas y prácticas. En resumen, no me explayaré en este aspecto detalladamente pero debo decir que fue algo que me impresionó bastante. El rango y flexibilidad de las leyes del Corán son impresionantes. Era claro que este Libro no fue revelado para un grupo de personas de una época en particular sino para las personas de diferentes épocas y lugares.





El Corán es muy extenso con respecto a las claras enseñanzas de diversos temas como actos rituales de adoración, transacciones de negocios, matrimonio, divorcio, leyes de guerra y demás. Existe un balance definitivo que uno siente cuando lee el Corán. Una necesidad humana y mundana se encuentra simultáneamente en el mismo pasaje. Incluso los pasajes mas detallados acerca de las leyes todavía contienen admonición, recuerdo de Allah y exhortación para comportarse de la mejor manera posible.





El rango de las enseñanzas coránicas no es sólo para el individuo. No es el caso que Allah le ha entregado algún tipo de guía espiritual para, tal vez, solo guiar su moral y carácter. Por el contrario, Allah también ha revelado una ley destinada a la sociedad como un todo. Los seres humanos no tienen que buscar a tientas tratando de decidir qué es lo mejor para la comunidad en general. Allah la ha entregado para guiar a la especie humana hacia el mejor modo de vida.





Cubre la práctica personal del individuo de la devoción así como también su relación con sus padres, esposos, hijos, vecinos, comunidad y la humanidad en general. Todo esto, con un adecuado balance y dentro del marco total de hacer de nuestras vidas una verdadera o completa manera de adorar solamente a Dios. Esto es claramente una meta única para los seres humanos -la adoración de Dios- y todos los actos de esta vida mundana entran en el rango de esta meta. No siembra esquizofrenia en la vida de las personas. No trata de complacer a Dios y al César al mismo tiempo o incluso en momentos diferentes. Ni siquiera necesita recurrir a la persecución después de deseos vanos y comprometer sus éticas para vivir una vida recompensada en este mundo. Simplemente el individuo necesita vivir su vida de una manera sana bajo la sombra de la exhaustiva orientación del Corán.





Un Aspecto Particular de la Ley Islámica: Su Practicidad





La practicidad de la Ley Islámica es un aspecto particular que realmente me impresionó en ese momento, viniendo, repito, de un origen cristiano. Es una enorme bendición que en el Islam uno encuentre enseñanzas detalladas que resulten en sus deseadas metas y que al mismo tiempo sean extremadamente prácticas y consistentes con la naturaleza humana. La falta de esas enseñanzas es uno de los más grandes dilemas que encuentra el cristianismo. Por ejemplo, con respecto a la cohesión e interacción, las mayores enseñanzas que se encuentran en el Nuevo Testamento son lo que conocemos como: "Los dichos duros " de Jesús. Son como el siguiente:





“Ustedes han oído que se dijo, Ojo por ojo y diente por diente, Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda. Ustedes han oído que se dijo, Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto”. (Mateo 5:38-48).





Los eruditos cristianos mismos están perplejos. ¿Cómo se supone que dichas enseñanzas obviamente imposibles o impracticables deben ser aplicadas? Sólo un ejemplo de una discusión será suficiente para mostrar cuan perplejas son para quienes creen en ellas:





[Para interpretar estas palabras], el modelo propuesto por Joachim Jeremías es simple, representativo, y de continua influencia. De acuerdo a este modelo, el Sermón generalmente es visto en una de estas tres maneras: (1) como un código perfeccionista, alineado con el legalismo del judaísmo rabínico; (2) como un ideal imposible, dirigido a llevar al creyente primero a la desesperación, y luego a confiar en la piedad de Dios, o (3) como una 'ética interina' para lo que se esperaba ser un periodo breve de espera en el tiempo final, y que es ahora obsoleto. Jeremías adhiere sus propias cuatro tesis: El Sermón es una representación indicativa de la incipiente vida en el reino de Dios, que propone la posible experiencia de la conversión como condición. Esquematizaciones más complejas o exhaustivas han sido ofrecidas, pero la mayoría de los intérpretes pueden ser comprendidos en relación a las opciones propuestas por Jeremías.[1]





En el Islam, no existen esos dilemas. Las enseñanzas son fáciles, flexibles, prácticas y se adecuan por completo a la vida diaria, incluso para una persona que recientemente ha abrazado el Islam que vive en un medioambiente completamente no-islámico, como me sucedió a mí. El afamado autor James A. Michener también notó y apreció este aspecto del Islam. En una de las primeras escrituras que leí acerca del Islam, llamada “El Islam, una religión que ha sido malinterpretada” Michener escribió:





El Corán es extraordinariamente coherente en sus discusiones acerca de la buena vida. En un memorable pasaje dice: “Cuando traten con otros transacciones que envuelvan futuras obligaciones, escríbanlas... y consigan dos testigos..." es esta combinación de dedicación a un Dios, sumado a instrucciones prácticas, que hacen único al Corán





El siguiente aspecto que llamo mi atención –nuevamente algo que los no-musulmanes mencionaban en sus trabajos- fue el efecto que el Corán tuvo en la generación del Profeta, que Dios Le de paz y misericordia, y en las sub-siguientes.





Es evidente que los árabes en los tiempos del Profeta estaban habituados a beber, divertirse y desarrollar batallas triviales. Se conocía que a veces mataban a sus hijas . Sin embargo, en el breve lapso de veinte años un movimiento que comenzó con un solo hombre pudo, debido a la gracia de Dios y el efecto milagroso del Corán, cambiar acaso todos los árabes y no-árabes en la Península árabe y los unió en una hermandad de fe y piedad tan fuerte que si una parte de la hermandad pasaba algún mal, toda la hermandad se vería afectada negativamente. En esos tiempos, se podían encontrar dos personas que pertenecían a previas tribus antagónicas compartiendo su fortuna y dispuestos a dejar de lado sus vidas por los demás. De hecho, uno de ellos estaría dispuesto a repartir la mitad de su riqueza vienen beneficio de su nuevo hermano que pertenecía a una tribu "extraña".





Tal vez una de las mejores descripciones del cambio que se llevó a cabo entre los musulmanes puede ser visto en la famosa afirmación del Compañero Yafar ibn Abu Talib quien preguntado por el Negus de Abisinia acerca de la misión del Profeta al decir:





“Oh Rey, éramos personas ignorantes, adoradores de ídolos, comiendo carroña y satisfaciendo desenfrenadamente placeres sexuales. Ridiculizábamos a nuestros vecinos, un hermano oprimido por su hermano, y el más fuerte devoraba al más débil. En ese momento un hombre surgió entre nosotros, quien ya era conocido como una persona confiable, noble y honesta. Este hombre nos llamó al Islam. Y nos enseñó a dejar de adorar piedras, a decir la verdad, a abstenernos de derramar sangre, y no estafar a los huérfanos en sus propiedades. Nos enseñó a proveer comodidades a nuestros vecinos y a no calumniar a las mujeres honestas. Nos alentó a que ofreciéramos plegarias, ayunáramos y diéramos caridad. Lo seguimos, dejamos el politeísmo y la idolatría y nos abstuvimos de los malos actos. Fue debido a esta nueva vida que nuestra gente nos fue hostil y nos obligó a  regresar a nuestros antiguos e equivocados modos de vida.[1]





Esa generación, en cambio, llevó el mensaje al resto del mundo. Eran claramente un pueblo llevado de la oscuridad a la luz y al camino correcto hacia Dios. Cuando el Emperador Persa preguntó que trajeron los musulmanes a sus tierras, dos diferentes compañeros contestaron en similares términos: "Dios nos ha enviado ha llevar a quien lo desee de la adoración a seres humanos a la adoración  de Dios, de la estrechés de este mundo a su mayor amplitud, de la injusticia en este mundo a la justicia del Islam"[2].





Durante la vida del Profeta, que Dios le de paz y misericordia, se pudo ver a estas personas convertirse en una piadosa generación, temerosa de Dios y expectante de Su recompensa. Incluso cuando ellos, como el resto de los seres humanos, resbalaban y pecaban, ansiosamente se arrepentían y volvían con Dios buscando Su perdón. Preferían enfrentar severas penas en su vida, como la muerte, que enfrentar a Dios con sus pecados en sus manos. Esto se puede ver en los casos de Maaiz ibn Maalik al-Aslami y la mujer llamada al-Ghaamidiyah. Los dos fueron al Profeta a admitir que habían cometido adulterio y cada uno le pidió al Profeta por la retribución en este mundo para borrar sus pecados. En el caso de al-Ghaamidiyah, el Profeta le pidió que vuelva después de su confesión y que regresara al Profeta después de haber dado a luz. Volvió con su bebe en brazos y le pidió al Profeta que la purifique de sus pecados. El Profeta, entonces, le pidió que regrese cuando haya destetado al bebe. Entonces ella regresó después de un tiempo y le dijo al Profeta que el niño ya no necesitaba de su leche materna. Nuevamente pidió la expiación de sus pecados por haber cometido adulterio. El Profeta entonces, elogió su acto de arrepentimiento[3].





El efecto de este cambio en los Compañeros continúo mucho después de la muerte del Profeta. Preste atención en los siguientes relatos de los Compañeros cuando buscaban expandir el mensaje del Islam hacia el resto del mundo:





El excelente carácter y cualidades de los soldados musulmanes fue elogiado una vez por un oficial romano con estas palabras: "Por la noche los encontrarán en plegaria; durante el día los encontrarán ayunando. Mantienen sus promesas, ordenan buenos actos, suprimen el mal y mantienen una completa igualdad entre ellos".





Otro atestiguó de esta manera: “Son jinetes de día y ascéticos por la noche. Pagan lo que comen en territorios ocupados por ellos. Son los primeros en saludar cuando llegan a un lugar y son valientes luchadores que acaban con el enemigo".





Un tercero dijo: “Durante la noche parece que no pertenecieran a este mundo y no hacen otra cosa mas que rezar, y durante el día, cuando uno los ve montados en sus caballos, uno siente que no han hecho otra cosa en sus vidas. Son grandes arqueros y grandes lanceros, sin embargo son tan devotamente religiosos y recuerdan tanto a Dios que muy a menudo uno apenas puede escucharlos hablar de otra cosa al estar en su compañía"[4].





Los beneficios de la civilización se fomentaron las enseñanzas del Corán más allá de las tierras de los musulmanes. Muchos están familiarizados con las influencias de los musulmanes en Europa y como las influencias islámicas eventualmente llevaron al Renacimiento. El autor  de A History of the Intellectual Development of Europe (La historia del desarrollo intelectual de Europa), John Draper escribió: “Cuatro años después de la muerte de Justiniano, 569 A.D., nació en la Meca, en Arabia, el hombre que, entre todos los hombres, ejercitó la mayor influencia sobre la raza humana”[5].  Este trabajo sirvió para abrir mis ojos en el momento de mi conversión al Islam. Draper, escribiendo en el Siglo 19, estaba muy desilusionado y parecía enojado de que los musulmanes nunca conseguían recibir sus elogios por todo lo que contribuyeron a la sociedad y la civilización europea. Por ejemplo, escribió: “Con estos sarracenas estamos en deuda por muchas de nuestras comodidades personales. Religiosamente limpios, no era posible para ellos vestirse, de acuerdo a la moda de los nativos europeos, con una vestimenta sin cambiarla hasta que se desarmara en pedazos, una desagradable masa de bichos, apestosos y andrajosos… Nos enseñaron el uso de las a menudo cambiadas y a menudo lavadas prendas interiores de lino y algodón, que todavía pasan por las mujeres bajo su antiguo nombre árabe…”[6].





Muchos eruditos han reconocido la importancia del Islam y las enseñanzas del Corán para la mejora de la humanidad. El famoso intelectual George Bernard Shaw afirmo una vez:





“Siempre he tenido gran estima por la religión de Muhammad debido a sus grandiosas vitalidades… he profetizado acerca de la fe de Muhammad que será aceptada en el futuro como lo esta siendo en Europa hoy en día. Los eclesiásticos medievales, por ignorancia o intolerancia, pintaron al Mahometanismo con los más oscuros colores. Para ellos Muhammad fue un anti-Cristo. Yo lo he estudiado, al maravilloso hombre, y en mi opinión lejos de ser un anti-Cristo debe ser llamado el salvador de la Humanidad



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