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La idea de que Jesús murió en la cruz es central para la creencia cristiana. Ella  representa la convicción de que Jesús murió por los pecados de la humanidad. La crucifixión de Jesús es una doctrina vital en el cristianismo; sin embargo, los  musulmanes la rechazan completamente. Antes de describir lo que los musulmanes creen acerca de la crucifixión de Jesús, podría ser útil entender la reacción islámica ante la noción del pecado original.





Cuando Adán y Eva comieron del árbol prohibido en el Paraíso, no fueron tentados por una serpiente. Fue Satán quien los engañó, a partir de lo cual ellos ejercieron su libre albedrío y cometieron un error de juicio. Eva no carga con la culpa de su error sola. Juntos, Adán y Eva, se dieron cuenta de su desobediencia, sintieron remordimiento y rogaron el perdón de Dios. Dios, en Su infinita misericordia y sabiduría, los perdonó. El Islam no tiene el concepto de pecado original; cada persona tiene la responsabilidad por sus propias acciones.





“Nadie cargará con culpas ajenas”. (Corán 35:18)





No hay necesidad de que Dios, un hijo de  Dios o incluso un Profeta de Dios, se sacrifique a sí mismo por los pecados de la humanidad con el fin de comprar el perdón. El Islam rechaza de plano este concepto. El fundamento del Islam descansa en saber con certeza que nada debe ser adorado sino Dios. El perdón emana del Único y Verdadero Dios; entonces, cuando una persona busca perdón, debe volverse a Dios sumisamente, con verdadero remordimiento, y rogar el perdón, prometiendo no repetir el pecado. Entonces, y sólo entonces, los pecados serán perdonados.





A la luz del entendimiento del Islam sobre pecado original y el perdón, podemos ver que el Islam enseña que Jesús no vino a expiar los pecados de la humanidad; en lugar de esto, su propósito era reafirmar el mensaje de los Profetas anteriores a él. 





“Ésta es la auténtica verdad. No hay otra divinidad excepto Dios. Dios es el Poderoso, el Sabio”. (Corán 3:62)





Los musulmanes no creen en la crucifixión de Jesús ni tampoco creen que él murió.





La crucifixión





El mensaje de Jesús fue rechazado por la mayoría de los israelitas, así como por las autoridades romanas. Aquellos que sí creyeron formaron un pequeño grupo de seguidores, conocidos como los discípulos. Los israelitas complotaron y conspiraron contra Jesús y formularon un plan para que fuera asesinado. Él debía ser ejecutado en público, de una manera particularmente espantosa, bien conocida en el Imperio Romano: la crucifixión.





La crucifixión era considerada una forma vergonzosa de morir, y los “ciudadanos” del Imperio Romano estaban exentos de este castigo. Ésta estaba diseñada no solamente para prolongar la agonía de la muerte, sino para mutilar el cuerpo. Los israelitas planearon esta humillante muerte para su Mesías, Jesús, el mensajero de Dios. Dios, en Su infinita misericordia, previno este abominable evento poniendo el parecido de Jesús en alguien más y elevando a Jesús vivo, en cuerpo y alma, al cielo.  El Corán guarda silencio acerca de los detalles exactos de justamente quién era esa persona, pero nosotros sabemos y creemos con certeza que no era el Profeta Jesús.





Los musulmanes creen que el Corán y las auténticas narraciones del Profeta Muhammad contienen toda la sabiduría que la humanidad necesita para poder adorar y vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios. Por lo tanto, si los pequeños detalles no son explicados, es porque Dios, en Su infinita sabiduría, ha juzgado que estos detalles no son de ningún beneficio para nosotros. El Corán explica, en las propias palabras de Dios, la conspiración en contra de Jesús y Su plan contra los Israelitas de elevar a Jesús al cielo.





“Se confabularon [los incrédulos contra Jesús], pero Dios desbarató sus planes, porque Dios es el Quien mejor lo hace”. (Corán 3:54)





“Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús, hijo de María, el Mensajero de Dios. Pero no le mataron ni le crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero, sino que siguen suposiciones, y en verdad no lo mataron”. (Corán 4:157)





Jesús no murió





Los israelitas y las autoridades romanas no fueron capaces de hacerle daño a Jesús. Dios dice claramente que Él tomó a Jesús elevándolo hasta Él y lo purificó de las falsas afirmaciones hechas sobre él.





“Cuando Dios dijo: ¡Oh, Jesús! Te tomaré y te ascenderé hacia Mí. Te libraré de los incrédulos y haré prevalecer a los que te han seguido por encima de los incrédulos hasta el Día de la Resurrección. Luego, volveréis a Mí y juzgaré entre vosotros sobre lo que discrepabais”. (Corán 3:55)





En el versículo previo, cuando Dios dijo que El “tomaría” a Jesús, usa la palabra mutawaffika.  Sin un claro entendimiento de la riqueza del idioma árabe y sin conocimiento de los niveles de significado en muchas palabras, puede ser posible entender mal el significado de lo que Dios dijo. En el idioma árabe actual, la palabra mutawaffika es a veces usada para referirse a morir o incluso a dormir. En este versículo del Corán, sin embargo, se utiliza el significado original y la comprensión de la palabra denota que  Dios elevó a  Jesús hacia Sí, completamente. De esta forma, él estaba vivo en su ascensión, en cuerpo y alma, sin ninguna lesión o defecto.





Los musulmanes creen que Jesús no murió y que él retornará a este mundo en los últimos días antes del Día del Juicio Final. El Profeta Muhammad dijo a sus discípulos:





“Cómo estarán ustedes cuando el hijo de María, Jesús, descienda entre ustedes y juzgue a la gente por la Ley del Corán y no por la Ley del Evangelio”. (Sahih Al-Bujari)





Dios nos recuerda en el Corán que el Día del Juicio es un Día que no podemos evitar, y nos advierte que el descenso de Jesús es un signo de su proximidad.





“Por cierto que [el descenso a la Tierra de] él [Jesús] es una prueba de la [proximidad de la] Hora [del Juicio]; no dudéis, pues, de ella y seguidme; éste es el sendero recto”. (Corán 43:61)





Por lo tanto, la creencia islámica acerca de la crucifixión de Jesús y su muerte es clara. Hubo un complot para crucificar a Jesús pero éste no tuvo éxito; Jesús no murió, sino que fue ascendido al cielo. En los últimos días que preceden al Día del Juicio Final, Jesús retornará a este mundo y continuará su mensaje.





Luego de leer y entender lo que los musulmanes creen acerca de Jesús, hijo de María, puede haber algunas preguntas que vienen a la mente o asuntos que necesitan aclaración. Ustedes pueden haber leído el término “Gente del Libro” y no tener completamente claro lo que esto significa. Así mismo, mientras se explora la literatura disponible acerca de Jesús, pueden haberse encontrado con el nombre Issa y haberse preguntado si Jesús e Issa eran la misma persona. Si ustedes están considerando investigar un poco más o quizás leer el Corán, los siguientes puntos pueden serle de interés.





¿Quién es Issa?





Issa es Jesús. Quizás debido a la diferencia en la pronunciación, mucha gente puede no estar al tanto que cuando oyen a un musulmán hablando acerca de Issa, él de hecho está hablando acerca del Profeta Jesús. La forma de escritura de Issa puede tomar muchas formas: Isa, Esa, Essa, Issa, etc. El idioma árabe es escrito en caracteres árabes, por lo que cualquier sistema de transliteración trata de reproducir el sonido fonético sin importar cuál sea la ortografía, todas indican a Jesús, el Mensajero de Dios.





Jesús y su gente hablaban arameo, un idioma de la familia Semita. Hablados por más de 300 millones de personas a lo largo y ancho del Medio Oriente, el Norte de África y el Cuerno de África, los idiomas Semitas incluyen, entre otros, el árabe y el hebreo. El uso de la palabra Issaes de hecho una más cercana traducción de la palabra aramea para Jesús: Eeshu. En hebreo esto se traduce como Yeshua.





Traducir el nombre de Jesús a idiomas no Semitas complicó las cosas. No había ninguna “J” en ningún idioma hasta el siglo catorce[1]. Cuando el nombre semita de Jesús fue traducido al Griego, este se volvió Iesous, y en Latín, Iesus[2].  Posteriormente, la “I” y la “J” fueron usadas alternativamente; y finalmente el nombre transicionó al español como Jesús. La “S” final es un indicativo del idioma griego, donde todos los nombres masculinos terminan en “S”.





  





¿Quiénes son “La Gente del Libro”?





Cuando Dios se refiere a la Gente del Libro, está hablando principalmente acerca de los judíos y los cristianos. En el Corán, el pueblo Judío es llamado Bani Israil, literalmente los hijos de Israel, o comúnmente los Israelitas.  Estos grupos distintivos siguen, o siguieron, la revelación de Dios como fue revelada en la Tora y el Evangelio. Ustedes también pueden oír de los judíos y los cristianos referidos como  “La Gente de la Escritura”.





Los musulmanes creen que los libros revelados divinamente antes del Corán han sido perdidos en la antigüedad o cambiados y distorsionados, pero también reconocen que los verdaderos seguidores de Moisés y Jesús fueron musulmanes que adoraron Un Dios con verdadera sumisión. Jesús, hijo de María, vino a confirmar el mensaje de Moisés y a guiar a los hijos de Israel de vuelta al camino recto. Los musulmanes creen que los judíos (hijos de Israel) negaron la misión y el mensaje de Jesús, y los cristianos incorrectamente lo elevaron al  status de Dios.





“Di: ¡Oh, Gente del Libro! No os excedáis en vuestra fe tergiversando la Verdad, y no sigáis las pasiones de quienes se extraviaron anteriormente e hicieron que muchos [también] se extraviaran, y se desviaron del camino recto”. (Corán 5:77)





Ya hemos discutido en partes previas cómo el Corán trata extensivamente acerca del Profeta Jesús y su madre María. Sin embargo, el Corán también incluye muchos versículos donde Dios habla directamente a la Gente del Libro, particularmente a aquellos que se llaman a sí mismos cristianos.





Dios también dirige la atención al hecho de que los cristianos (aquellos que siguen las enseñanzas de Cristo) y los musulmanes tienen mucho en común, incluyendo su amor y su respeto por Jesús y todos los Profetas.





“Los más allegados a los creyentes en afecto son quienes dicen: Somos cristianos. Esto es porque entre ellos hay sacerdotes y monjes [sabios y desapegados], y por que no son soberbios. Y cuando oyen lo que le ha sido revelado al Mensajero ves que sus ojos se inundan de lágrimas porque reconocen la Verdad. Dicen: ¡Señor nuestro! Creemos, cuéntanos pues, entre quienes son testigos [de la Verdad]”. (Corán 5:83)





Como Jesús, hijo de María, el Profeta Muhammad vino a confirmar el mensaje de todos los Profetas anteriores a él; llamó a la gente para que adoraran al Único Dios.  Su misión, sin embargo, fue diferente a la de los antiguos Profetas, (Noé, Abraham, Moisés, Jesús y otros) en un aspecto. El Profeta Muhammad fue enviado para toda la humanidad, mientras que los Profetas anteriores a él vinieron específicamente para su propio tiempo y su propio pueblo. El advenimiento del Profeta Muhammad y la revelación del Corán completaron la religión que había sido revelada a la Gente del Libro.





Y Dios habló al Profeta Muhammad en el Corán y le pidió que llamara a la Gente del Libro diciendo:





“Di: ¡Oh, Gente del Libro! Convengamos en una creencia común a nosotros y vosotros: No adoraremos sino a Dios, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como divinidad fuera de Dios”. (Corán 3:64)





El Profeta Muhammad dijo a sus compañeros, y por lo tanto a toda la humanidad:





“Yo soy el más cercano de toda la gente al hijo de María, y todos los Profetas son hermanos y no hay ningún profeta que haya venido entre él y yo”. 





Y también:





“Si un hombre cree en Jesús y luego cree en mí obtendrá una doble recompensa”. (Sahih Al-Bujari)





El Islam es una religión de paz, respeto y tolerancia, y aplica una actitud justa y compasiva hacia otras religiones, particularmente con respecto a la Gente del Libro.








 





 



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