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El amor es la lluvia que apaga la sed del alma en tiempos desolados en los que el fuerte devora al débil, y los que detentan el poder oprimen a los desposeídos.





Es por esto que el amor fue el enfoque elegido por los mejores de la humanidad, a quienes Dios envió como misericordia para quiar a los pueblos lejos de toda forma de opresión.





El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) fue como Dios lo describe en el Corán:





"Se les ha presentado un Mensajero de entre ustedes mismos que se apena por sus adversidades, se preocupa y desea que alcancen el bien [e ingresen al Paraíso]; es compasivo y misericordioso con los creyentes" (Corán 9:128).





Los compañeros del Profeta lo amaban.





En una ocasión uno de sus discípulos Sawad Bin Gaziah lo abrazó sorpresiva y calurosamente en los momentos previos a una batalla. Sawad le dijo emocionado: "¡Oh, Mensajero de Al-lah! No sé si moriré combatiendo hoy, por ello mi más fuerte deseo fue que mi última acción en este mundo sea abrazarte". Al escuchar estas palabras, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, pidió el favor y bendición de Dios para él.





El amor es lo que hizo que la mujer de la tribu de Banu Dinar, cuando se le informó que su esposo, su hermano y sus dos hijos habían muerto en la batalla, preguntara por el estado del Profeta. Cuando se le dijo que estaba bien, pidió verlo. Y cuando lo vio, le dijo: "Mientras que tú estés bien, cualquier calamidad es algo menor".





¿Alguna vez algún líder en la historia ha sido amado en la forma en que los compañeros del Profeta lo amaron a él?





Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), como Profeta y como hombre, amó profundamente a la gente. Esto gracias a la misericordia que Dios puso en su corazón. Él también amó el mensaje que le fue confiado divulgar, y amó su tierra natal, La Meca, y su tierra adoptiva, Medina. Amó el noble propósito de su vida, se amó a sí mismo, y por ello se aseguró de evitar todo lo que era innoble.





Aisha se preguntó sobre la devoción del Profeta en la adoración, diciéndole: "¿Por qué te fatigas tanto, cuando Dios te ha perdonado todos tus pecados pasados y futuros?". Él le contestó: "¿Acaso no debería ser un siervo agradecido?"[1].





El secreto tras el éxito del Profeta como líder, aparte de la revelación que recibió de Dios, fue que lideró a través del amor. Era amor verdadero el que desbordaba su ser y se extendía a la gente que lo rodeaba.





El mensaje que transmitió fue uno de compasión y misericordia. Toda persona razonable que lo escuchó, lo abrazó con total devoción. El mensaje del Profeta fue uno de misericordia y guía para todos.





Es verdad que el Profeta poseía toda la gama de cualidades de liderazgo, incluyendo valor, sabiduría, paciencia, fortaleza y servicio. Fue un ejemplo a seguir en todos los aspectos de la vida.





El liderazgo, como concepto, a menudo se asume, erróneamente, como una innovación occidental. Sin embargo,  el liderazgo en Occidente es foco de investigación exhaustiva y numerosos estudios académicos. Es conveniente que estudiemos las formas en que el Profeta Muhammad fue un gran líder, y la forma en que sus eminentes compañeros asumieron el liderazgo después de él.





Si dirigimos nuestra atención al tipo de liderazgo que existe hoy en día en el mundo árabe, encontramos que ha seguido el modelo de un régimen militar: seguir órdenes y preguntar después. Este enfoque puede ser adecuado para una operación militar, pero no es la forma de manejar un país. Tal enfoque está condenado al fracaso.





El liderazgo del Profeta Muhammad proporciona un fuerte contraste. Al profesor John Adair, en relación a su libro El liderazgo de Muhammad, se le preguntó durante una entrevista por qué los líderes árabes son un fracaso, cuando el liderazgo del Profeta Muhammad fue tan exitoso. Adair respondió que los líderes árabes de la actualidad lideran a la gente a través del miedo, cuando deberían hacer lo que hizo el Profeta Muhammad, que fe ganarse el corazón de la gente.





Luego agregó: "El líder del pueblo en el mundo de hoy se supone que es su siervo. El liderazgo en sus países [árabes], sin embargo, es una cuestión de herencia y de adquisición de riqueza y poder".





El Profeta Muhammad es nuestro ejemplo de cómo liderar a los demás en cada aspecto de la vida que requiera liderazgo. Él dijo: "El mejor de los líderes entre ustedes es aquel que ama y es amado a cambio. Ellos oran por ti y tú oras por ellos





 



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