LA SABIDURÍA DEL CREADOR
• No hay coerción en la religión. Todos son libres de creer lo que deseen.
La ley de la atracción dice que obtenemos lo que esperamos (para el creyente esto se llama pensar bien de Dios).
• Entonces, si creemos que venimos a la tierra por nada, sólo para comer, dormir y morir, y luego volvemos a la nada, entonces podemos ser aún peor de lo que esperamos.
• Si creemos que fuimos creados con un propósito importante y que después de la muerte nos espera una bella vida, podríamos ser mejores de lo que esperamos. Podemos suponer que la desilusión y el temor del ateo al encontrarse con el Creador después de la muerte serán mucho peores que los del creyente si no encuentra nada que le aguarde.
En cualquier caso, un creyente nunca perderá, ya que de todas maneras una
vida con fe es una vida más feliz.
• El Creador es Único y no debemos tratar de proyectar nuestros atributos y fallas en Él. Si un juguete operado con baterías pudiera imaginarse, probablemente pensaría que fue hecho por un ser humano que funciona con baterías.
Los seres humanos caen en esta trampa. No podemos imaginar que Dios existe en Su propia esencia sin una causa, porque vemos que todo lo que nos rodea necesita esta causa.
La causalidad es una ley para nosotros que vivimos en el espacio y en el tiempo. Dios, que creó el espacio y el tiempo, es necesariamente trascendente en relación a ambos y es un error de nuestra parte pensar que Él está sujeto a cualquiera de los dos.
• Dios es quien creó la ley de la causalidad y no podemos considerarlo como un sujeto de la ley que Él creó.
Por lo tanto, Dios no se cambia.
Él creó el tiempo, por lo que no puede estar sujeto al mismo. Él no pasa por las mismas etapas de tiempo que nosotros atravesamos; no se cansa, no se pone en una forma de cuerpo humano y luego viene a la tierra. Por lo tanto, no podemos verlo en esta vida porque estamos atrapados en el tiempo y el espacio mientras Él está más allá de ellos.
Por ejemplo: una persona sentada en una habitación sin ventanas solo puede ver el interior de la habitación. Para ver afuera, debe salir de la habitación. Es decir, debe superar la habitación como un obstáculo para poder ver afuera.
Dios aunque cognoscible por la razón, también es conocido por la conciencia. Así como nuestra sed de agua es una prueba de que ésta existe, nuestro anhelo de justicia es una prueba para nosotros de que existe un Dios Justo.
Cuando somos generosos y ricos, invitamos a otros a comer y a beber
porque queremos cumplir con nuestra generosidad.
Dios es el más Generoso y el más Misericordioso. Él nos creó para otorgarnos Sus bendiciones y brindar Su misericordia. Todos los hermosos atributos humanos se derivan de Sus atributos.
• Nuestras acciones son conocidas por Dios en Su registro, pero no están predestinadas para nosotros en contra de nuestra voluntad. Ellas sólo están predestinadas en Su presencia.
• Del mismo modo que podemos prever a la luz del conocimiento de nuestros hijos, que ellos tomarán una decisión equivocada antes de que realmente lo logren. No les impusimos su elección en contra de su voluntad, a pesar de que hayamos esperado esa elección.
Dios preordina las intenciones y los corazones del hombre; si estos son malos, el hombre vendrá al mal; si es bueno, bueno será su destino.
La predestinación no está en contradicción con la libertad de elección, ya que Dios nos predestina en base a Su completo conocimiento de cuáles serán nuestras elecciones e intenciones.
El hombre, en su libertad, puede actuar en contra de lo que satisface a
Dios, pero no puede hacer nada en contradicción con Su voluntad.
Dios nos concedió la libertad de transgredir contra Sus deseos (lo desobedecemos), pero no le dio a nadie la libertad de trascender Su voluntad.
Esta libertad se afirma aún más por nuestra experiencia de que es imposible, bajo cualquier presión, obligar al corazón a aceptar cualquier cosa que no desee.
• Podemos forzar a cualquier persona a través de amenazas y forzarlas a quedarse con nosotros, pero no se puede forzar
alguna a que nos ama.
Dios ha salvaguardado nuestros corazones de todas las formas de compulsión y coacción. Esta es la razón por la cual Dios juzga según lo que está en el corazón y recompensa según la intención, que no es visible para nadie más que para Él.
El hombre tiene libertad de elección en relación con lo que sabe y controla; está predestinado con respecto a lo que desconoce o no controla. El juicio sigue la responsabilidad.
• Por lo tanto, Dios no nos juzgará por nuestra apariencia física, nuestra condición social o afiliaciones tribales, ni nos castigará por no detener al sol en su órbita
• Dios pudo haber obligado al hombre a creer revelando signos incontestables o milagros, y pudo hacernos obedecerle sin darnos la opción, pero la compulsión no es parte de la Ley Divina. Él quiere que seamos libres para obedecer o desobedecer, ya que la libertad con luchas es más honorable para el hombre que la esclavitud con felicidad; el juicio y la recompensa no tienen sentido sin opción.
La benevolencia es la regla en el universo, mientras que el mal es la excepción. El mal en el universo es como los espacios sombreados en una pintura.
Si te acercas mucho a la pintura, verás estas partes como defectos y fallas, pero si retrocedes y tomas una visión general de la
pintura como un todo, descubrirás que las sombras son necesarias e indispensables para cumplir una función estética dentro de la estructura de la obra de arte.
• No nos es posible tener salud si la enfermedad no existiera. La salud reluce como una corona en nuestras cabezas que
solamente se reconoce cuando estamos enfermos.
• Del mismo modo, es imposible conocer la belleza si no se conoce la fealdad, o saber qué es lo normal sin familiarizarnos con lo anormal.
• Las imperfecciones del universo son la esencia de su perfección, al igual que la forma curva del arco es la característica esencial de su utilidad.
• ʺUn arco de forma rectaʺ no sería apto para disparar flechas. Las dificultades y los sufrimientos resuelven a los hombres y revelan su verdadera naturaleza. La enfermedad lega inmunidad, el sufrimiento
engendra fuerza. Estas tribulaciones son pruebas con las cuales conocemos nuestra verdadera naturaleza. Son pruebas que determinan nuestros grados a la vista de Dios.
• El bien viene de Dios y el mal de nosotros mismos. Dios envía los vientos y hace fluir los ríos, pero un capitán codicioso puede sobrecargar su barco con personas y bienes y cuando se hunde, maldice al destino.
Hay sabiduría detrás de los desastres naturales y del sufrimiento:
Para enseñarnos que debemos adherirnos a las leyes naturales y morales de Dios, ya que los desastres naturales pueden suceder cuando el hombre viola las leyes de Dios.
El sufrimiento de los justos viene con promesas de gran recompensa y bendiciones de Dios.
Los desastres naturales sacan lo mejor de algunas personas en términos de la exhibición de valores humanos elevados y caridad.
De cualquier manera, Dios no hizo este mundo permanente. Este mundo es temporal y todo en la vida está limitado por el tiempo.
Cuando su tiempo termina, muere o termina. Ni las cosas buenas de este mundo son para siempre, ni las cosas malas son eternas. Estamos aquí por un corto tiempo y estamos siendo probados. Aquellos que pasen esta prueba encontrarán un mundo eterno que es perfecto y permanente. Aquellos que fallen en esta prueba verán las consecuencias de sus pecados y corrupción.
• Una persona en el Paraíso es recompensada según sus obras, buenas acciones y deberes en este mundo. Y la gente del Fuego del Infierno sufrirá tormento según la cantidad de pecados y faltas.
Las almas de algunas personas son en realidad llamaradas de envidia, celos y amargura; son llamas de ira y resentimiento. Tales almas nunca pueden vivir en paz o soportar una sola hora sin causar conflicto y prendiendo fuego a todo lo que los rodea; porque el Fuego del Infierno es su elemento y su hábitat natural. Es un juicio justo que el Infierno sea su último lugar permanente. Será como colocar una cosa en su elemento legítimo. No merecen la belleza y la paz del Paraíso, ya que desdeñaban la paz en la Tierra.
• Todo está en las manos de Dios; sin embargo, no podemos mantener nuestras manos hacia abajo. Nuestro rol en la vida es esforzarnos al máximo en nuestros estudios, trabajo y demás y luego esperar lo mejor de Dios.
• Dios nos creó para adorarlo porque Él es el Señor del universo
ʺy [diles que] no he creado a los genios y a los hombres sino para que Me [conozcan y] adoren.ʺ
(Corán 51:56).
• Él nos dio la vida, la salud y todo lo que tenemos en esta vida, por lo que no tiene sentido adorar y pedirle a sus criaturas en lugar de a Él. (Dios le dio salud al hombre y cuando se enferma le pide a santos, sacerdotes, ídolos, profetas o cualquier otra criatura que lo cure).
• A una madre no le gustará si sus hijos llaman a su niñera 'Mamá', ya que ella tiene los derechos exclusivos sobre ese nombre.
• Del mismo modo Dios, el Todopoderoso, tiene derecho exclusivo a su título.
" En verdad, Dios no perdona que se atribuya divinidad a nada excepto a Él, pero perdona lo que es más leve a quien Él quiere: pues quien atribuye divinidad a algo junto con Dios ha urdido en verdad un enorme delito.ʺ
(Corán 4:48).
• Algunas personas creen que es suficiente ser amable y caritativo con otros seres humanos. No tiene sentido que un empleado mantenga perfecta su relación con sus colegas mientras ignora la relación con su jefe.
Nuestra relación con el Creador debería ser la mejor relación en nuestra vida.
• Muchas personas atraviesan un período de búsqueda y duda, antes de encontrar un camino hacia el Creador. Son como un niño perdido que busca a su madre. Una vez que comienzan la relación con Dios, finalmente encuentran la paz.