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Creer en el Día Final


El Día Final es el Día del Juicio en el que se resucitará a todas las personas para que sean juzgadas y retribuidas o castigadas.


Se le denomina así porque no hay otro día después de él, las gentes del Paraíso se establecerán en sus aposentos y las gentes del Infierno, en los suyos.


Creer en el Último Día implica tres asuntos:


Primero: creer en la resurrección, esto es, que revivan los muertos cuando se suene la trompeta por segunda vez. Los muertos se levantarán ante el Señor de todo cuanto existe, descalzos, desnudoscon sus genitales tal y como fueron creados, incircuncisos. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Así como inicié la primera creación, la repetiré. Ésta es una promesa que he de cumplir” (Corán, 21:104).


La resurrección es una verdad firme, constatada en el Corán, la Sunna y el consenso de los musulmanes.


Al-láh Todopoderoso dice: “[Sepan que] después de haber sido creados, han de morir, * pero el Día de la Resurrección serán devueltos a la vida” (Corán, 23:15).


El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “Las personas serán congregadas el Día de la Resurrección, descalzos, desnudos e incircuncisos”. Hadiz consensuado entre Bujari y Muslim.


Los musulmanes han alcanzado un consenso acerca de la veracidad firme de este día, además de que se trata de una cuestión de sentido común. Es lógico que Al-láh, Exaltado sea, fije para todas sus criaturas una cita en la que serán juzgados por todos los mandamientos que les ha impuesto a través de Sus Mensajeros. Al-láh, Todopoderoso, dice:“¿Acaso creían que los creé sin ningún sentido? ¿Creían que no iban a comparecer ante Mí?” (Corán, 23:115).Además, le dijo a Su Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él:“[Oh, Muhámmad,] Quien te ha ordenado el Corán, te hará regresar de la muerte a un lugar establecido [el Día del Juicio]” (Corán, 28:85).


Segundo: creer en el juicio y la retribución, esto es, el siervo será juzgado por sus obras y se le retribuirá según estas sean. Esto lo constata el Corán, la Sunna y el consenso de los musulmanes.


Al-láh, Exaltado sea, dice: “Porque todos comparecerán ante Mí, y seré Yo Quien los juzgue” (Corán, 88:25-26).Y dice, Todopoderoso: “Quienes realicen una buena obra serán recompensados como si hubieran hecho diez obras buenas. En cambio, la mala obra será computada como una sola, y nadie será tratado injustamente” (Corán, 6:160).Y dice, Exaltado sea: “Y dispondré la balanza de la justicia el Día de la Resurrección, y nadie será oprimido en lo más mínimo. Todas las obras, aunque sean tan ínfimas como un grano de mostaza, serán tenidas en cuenta. Nadie lleva las cuentas mejor que Yo” (Corán, 21:47).Ibn Umar, que Al-láh esté complacido con él y con su padre, relató que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “Ciertamente Al-láh [el Día del Juicio] acercará el creyente a Él hasta resguardarlo bajo su protección y le dirá: ‘¿Conoces esta falta? Y ¿conoces esta otra falta?’ Y el creyente repetirá: ‘Efectivamente, oh mi Señor, la reconozco’, así hasta reconocer todas sus faltas y creer que su destino será la perdición. Entonces, su Señor le dirá: ‘Ciertamente te las he cubierto [ocultado antes los demás] en tu vida mundana, y hoy te las perdono’, y se le entregará el libro que contiene sus buenas acciones. Sin embargo, a los incrédulos y los hipócritas se les llamará de entre todas las criaturas, y entonces todos los testigos dirán: ‘Éstos son quienes mintieron acerca de su Señor’. ¡Que la maldición de Al-láh caiga sobre los injustos!".Hadiz consensuado.


Se ha transmitido verídicamente del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, que dijo: “Quien tenga la intención de hacer una buena acción y la realiza, Al-láh se la multiplicará por diez y puede llegar a incrementarse hasta setecientas veces y mucho más. Sin embargo, quien tenga la intención de hacer una mala acción y la hace, Al-láh se la computará como una sola falta”.


Los doctos del Islam han alcanzado un consenso acerca de la certeza del Juicio y la Retribución por las acciones realizadas en vida y esto es lo que dicta el sentido común. Ciertamente, Al-láh ha revelado los Libros, ha enviado a los Mensajeros, ha impuesto a los siervos la aceptación del mensaje que les han traído los Profetas, aplicar las obligaciones que implica, así como obligó a combatir a los que combaten este Mensaje.Así pues, si no hubiera Juicio y Retribución finales, significa que estamos ante un sinsentido, del cual el Sabio Señor está totalmente libre. De hecho, Al-láh, Todopoderoso, señala este aspecto al decir:“He de preguntar a los Mensajeros y a los pueblos donde fueron enviados, y les informaré acerca de todos sus actos con conocimiento, pues nunca estuve ausente” (Corán, 7:6-7).


Tercero: creer en el Jardín (Paraíso) y en el Fuego (Infierno), y en que son el destino eterno de las criaturas.


El Paraíso es la Morada de las Delicias, dispuesta por Al-láh, Exaltado sea, para los creyentes que Le temen de un modo reverencial, aquellos que creyeron en las obligaciones impuestas por Al-láh, fueron obedientes a Él y a Su Mensajero, honestos y sinceros con Al-láh y siguieron los pasos de Su Mensajero. El Paraíso contiene delicias “nunca antes vistas, ni oídas, ni imaginadas por un ser humano”. Al-láh, Exaltado sea, dice:“En cambio, los que creen y obran rectamente son lo mejor entre todos los seres creados. Ellos recibirán como recompensa de su Señor Jardines del Edén por donde corren ríos, en los que estarán eternamente. Al-láh estará complacido con ellos y ellos lo estarán con Él. Esto es lo que aguarda a quienes hayan tenido temor de Al-láh” (Corán, 98:7-8).El Todopoderoso dice también: “Nadie sabe la alegría que les espera [a los creyentes] como recompensa por sus obras” (Corán, 32:17).El Infierno, sin embargo, es la morada del castigo que Al-láh, el Altísimo, preparó para los incrédulos e injustos opresores, aquellos que descreyeron en Él y desobedecieron a Sus Mensajeros. En él se hallan castigos y horrores inimaginables para la mente humana.Al-láh, Exaltado sea, dice: “Y tengan temor de un fuego que ha sido reservado para los que niegan la verdad” (Corán, 3:131).Y dice Todopoderoso: “Diles: ‘La Verdad proviene de su Señor. Quien quiera que crea, y quien no quiera que no lo haga’. Pero sepan que tengo preparado para los que cometen injusticias un fuego que los rodeará. Cuando sofocados pidan de beber, se les verterá un líquido como el metal fundido que les abrasará el rostro. ¡Qué pésima bebida y qué horrible morada!” (Corán, 18:29).Y dice: “Al-láh maldice a los que rechazan el Mensaje y les ha preparado el Infierno. Estarán en él por toda la eternidad; no encontrarán quién los proteja ni los auxilie. El día en que sus rostros se hundan en el fuego del Infierno, dirán: ¡Ojalá hubiéramos obedecido a Al-láh y al Mensajero!” (Corán, 33:64-66).


Creer en el Último Día aporta frutos sublimes como:


Primero: el deseo de realizar los actos de obediencia y esmerarse en ella con el fin de obtener la recompensa ese día.


Segundo: disuade de realizar actos de desobediencia y disuade de estar satisfecho por haberlos realizado, por el temor del castigo de ese día.


Tercero: aliviar al siervo creyente del sufrimiento por lo que no goza en esta vida mundana a través del anhelo de la buena morada en la otra vida y su retribución.


Los incrédulos reniegan de la resurrección después de la muerte y sostienen que no es posible.


Sin embargo, esta creencia está invalidada como se demuestra a través de la legislación islámica, la evidencia material y la lógica.


Al respecto de legislación islámica, Al-láh, Exaltado sea, dice: “Los que rechazan el Mensaje alegan que no serán resucitados. Diles: "¡[Juro] por mi Señor que sí! Serán resucitados, y luego se les informará de cuanto hicieron. Sepan que eso es fácil para Al-láh" (Corán, 64:7).Todas las Escrituras reveladas coinciden en la certeza de la resurrección.


Todas las Escrituras reveladas coinciden en la certeza de la resurrección.


En cuanto a las evidencias materiales, Al-láh ha mostrado a sus siervos cómo revive los muertos en esta vida mundana. La sura de la Vaca (Corán, 2) contiene cinco ejemplos de ello. Estos son:


Primero: El pueblo de Moisés cuando le dijeron: "¡Oh, Moisés! No creeremos en ti hasta que veamos a Al-láh claramente" (Corán, 2:55). Así pues, Al-láh le quitó la vida y luego los revivió.Al respecto, Al-láh, Exaltado sea, dice interpelando al pueblo de Israel:“Y [recuerden] cuando dijeron: ‘¡Oh, Moisés! No creeremos en ti hasta que veamos a Al-láh claramente’. Entonces los azotó un rayo mientras miraban. * Luego de la muerte los resucité para que fueran agradecidos” (Corán, 2:55-56).Segundo: lo encontramos en la historia del muerto sobre el que discutieron los hijos de Israel, así que Al-láh, Todopoderoso, les ordenó que degollaran una vaca y que golpearan al muerto con parte ella con el fin de que les diga quién lo había asesinado. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:“Y [recuerden] cuando mataron a un hombre y disputaron, Al-láh reveló lo que [algunos] ocultaban. * Entonces dije: ‘Golpéenlo con una parte de ella’. De la misma manera Al-láh resucita a los muertos y les muestra Sus milagros para que razonen” (Corán, 2:72-73).Tercero: lo encontramos en la historia del pueblo que salió de sus hogares por millares huyendo de la muerte, así que Al-láh les quitó la vida y luego los resucitó. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:“¿No has visto a quienes, por millares, dejaron sus hogares por miedo a la muerte? Al-láh les había dicho: «¡Morid!» Luego, les resucitó. Sí, Al-láh dispensa Su favor a los hombres, pero la mayoría de los hombres no agradecen” (Corán, 2:243).Cuarto: lo hallamos en la historia de aquel hombre que pasó cerca de una aldea en ruinas y dijo cómo la va a resucitar Al-láh. Así pues, Al-láh, Exaltado sea, le quitó la vida durante cien años y luego lo resucitó. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:“[No has reparado] en aquel [‘Uzeir] que pasó por una ciudad en ruinas [Jerusalén], y exclamó: ‘¿Cómo va Al-láh a darle vida ahora que está en ruinas?’ Y entonces, Al-láh lo hizo morir por cien años y después lo resucitó. Le preguntó [Al-láh]: ‘¿Cuánto tiempo has permanecido así?’ Respondió: ‘Un día o menos aún’. Dijo [Al-láh]: ‘No, has permanecido así cien años, observa tu comida y tu bebida, no se han podrido, pero mira tu asno [del que por el contrario solo quedan sus huesos]. Haremos de ti un signo para la gente. Mira los huesos [de tu asno] cómo los reuní y luego los cubrí de carne [resucitándolo]’. Y cuando lo vio con claridad dijo: ‘Ahora sé que Al-láh es Poderoso sobre todas las cosas’” (Corán, 2:259).Quinto: lo encontramos en la historia de Abraham, cuando pidió a Al-láh, Exaltado sea, que le enseñara cómo resucita a los muertos. Al-láh, Todopoderoso, le ordenó entonces que degollara cuatro aves, que despedazara sus cuerpos y los repartiera por las montañas que hay a su alrededor y que luego las llamara. Las partes de cada ave se juntaron entre sí y acudieron rápidamente a la llamada de Abraham. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:“Y [menciona a la gente] cuando Abraham dijo: "¡Señor mío! Muéstrame cómo das vida a los muertos". Dijo [Al-láh]: "¿Es que acaso no crees?" Respondió: "Claro que sí, pero esto es para fortalecer la fe que hay en mi corazón". Dijo [Al-láh]: "Toma cuatro pájaros distintos y córtalos en pedazos, luego pon un pedazo de cada uno sobre la cima de una montaña y llámalos, vendrán a ti deprisa [con vida nuevamente]; y sabe que Al-láh es Poderoso, Sabio".


Al respecto, Al-láh, Exaltado sea, dice interpelando al pueblo de Israel:


“Y [recuerden] cuando dijeron: ‘¡Oh, Moisés! No creeremos en ti hasta que veamos a Al-láh claramente’. Entonces los azotó un rayo mientras miraban. * Luego de la muerte los resucité para que fueran agradecidos” (Corán, 2:55-56).


Segundo: lo encontramos en la historia del muerto sobre el que discutieron los hijos de Israel, así que Al-láh, Todopoderoso, les ordenó que degollaran una vaca y que golpearan al muerto con parte ella con el fin de que les diga quién lo había asesinado. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:


“Y [recuerden] cuando mataron a un hombre y disputaron, Al-láh reveló lo que [algunos] ocultaban. * Entonces dije: ‘Golpéenlo con una parte de ella’. De la misma manera Al-láh resucita a los muertos y les muestra Sus milagros para que razonen” (Corán, 2:72-73).


Tercero: lo encontramos en la historia del pueblo que salió de sus hogares por millares huyendo de la muerte, así que Al-láh les quitó la vida y luego los resucitó. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:


“¿No has visto a quienes, por millares, dejaron sus hogares por miedo a la muerte? Al-láh les había dicho: «¡Morid!» Luego, les resucitó. Sí, Al-láh dispensa Su favor a los hombres, pero la mayoría de los hombres no agradecen” (Corán, 2:243).


Cuarto: lo hallamos en la historia de aquel hombre que pasó cerca de una aldea en ruinas y dijo cómo la va a resucitar Al-láh. Así pues, Al-láh, Exaltado sea, le quitó la vida durante cien años y luego lo resucitó. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:


“[No has reparado] en aquel [‘Uzeir] que pasó por una ciudad en ruinas [Jerusalén], y exclamó: ‘¿Cómo va Al-láh a darle vida ahora que está en ruinas?’ Y entonces, Al-láh lo hizo morir por cien años y después lo resucitó. Le preguntó [Al-láh]: ‘¿Cuánto tiempo has permanecido así?’ Respondió: ‘Un día o menos aún’. Dijo [Al-láh]: ‘No, has permanecido así cien años, observa tu comida y tu bebida, no se han podrido, pero mira tu asno [del que por el contrario solo quedan sus huesos]. Haremos de ti un signo para la gente. Mira los huesos [de tu asno] cómo los reuní y luego los cubrí de carne [resucitándolo]’. Y cuando lo vio con claridad dijo: ‘Ahora sé que Al-láh es Poderoso sobre todas las cosas’” (Corán, 2:259).


Quinto: lo encontramos en la historia de Abraham, cuando pidió a Al-láh, Exaltado sea, que le enseñara cómo resucita a los muertos. Al-láh, Todopoderoso, le ordenó entonces que degollara cuatro aves, que despedazara sus cuerpos y los repartiera por las montañas que hay a su alrededor y que luego las llamara. Las partes de cada ave se juntaron entre sí y acudieron rápidamente a la llamada de Abraham. Al respecto de ello, Al-láh, Exaltado sea, dice:


“Y [menciona a la gente] cuando Abraham dijo: "¡Señor mío! Muéstrame cómo das vida a los muertos". Dijo [Al-láh]: "¿Es que acaso no crees?" Respondió: "Claro que sí, pero esto es para fortalecer la fe que hay en mi corazón". Dijo [Al-láh]: "Toma cuatro pájaros distintos y córtalos en pedazos, luego pon un pedazo de cada uno sobre la cima de una montaña y llámalos, vendrán a ti deprisa [con vida nuevamente]; y sabe que Al-láh es Poderoso, Sabio".


Esto son ejemplos claros que se percibieron con los sentidos y fueron muestra de la resurrección de los muertos. Ya hemos mencionado anteriormente los milagros de los que Al-láh, Exaltado sea, dotó a Jesús hijo de María para resucitar los muertos y sacarlos de sus tumbas, con el permiso de Al-láh.


En cuanto a la razón, tenemos dos aspectos:


Primero: Al-láh es el Creador de los cielos, la Tierra y todo cuanto hay en ellos. Él fue el que les dio origen, Él es Capaz de iniciar la creación y, por lo tanto, Él es capaz de crearla de nuevo. El Todopoderoso dice:“Es Él Quien inicia la creación y, luego, la repite. Es cosa fácil para Él” (Corán, 30:27).Y dice, Exaltado sea: “Así como inicié la primera creación, la repetiré. Ésta es una promesa que he de cumplir” (Corán, 21:104).Y dice, en respuesta a los que niegan que pueda dar vida a los huesos, estando podridos:“Dile [¡oh, Muhámmad!]: "Les dará vida Quien los creó por primera vez, pues Él tiene conocimiento de todos los pasos de la creación” (Corán, 36:79).Segundo: la tierra puede estar muerta sin el más mínimo tipo de vida, sin árboles ni vegetación, pero, cuando desciende la lluvia, se torna de repente verde, llena de vida y con toda especie primorosa. Así pues, Quien es capaz de darle vida después de estar muerta será capaz de revivir a los muertos. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Entre Sus signos está que puedes ver la tierra sin vegetación, pero cuando hace descender el agua sobre ella, vibra y reverdece. Aquel que le da vida es Quien resucitará a los muertos. Él es Poderoso sobre todas las cosas” (Corán, 41:39).Y dice, Exaltado sea: “Hago descender del cielo agua bendita, con la que hago brotar jardines y el grano de la cosecha, y palmeras esbeltas cubiertas de racimos [de dátiles], como sustento para los siervos. Así como doy vida con la lluvia a la tierra árida, así los resucitaré” (Corán, 50:9-11).


“Es Él Quien inicia la creación y, luego, la repite. Es cosa fácil para Él” (Corán, 30:27).


Y dice, Exaltado sea: “Así como inicié la primera creación, la repetiré. Ésta es una promesa que he de cumplir” (Corán, 21:104).


Y dice, en respuesta a los que niegan que pueda dar vida a los huesos, estando podridos:


“Dile [¡oh, Muhámmad!]: "Les dará vida Quien los creó por primera vez, pues Él tiene conocimiento de todos los pasos de la creación” (Corán, 36:79).


Segundo: la tierra puede estar muerta sin el más mínimo tipo de vida, sin árboles ni vegetación, pero, cuando desciende la lluvia, se torna de repente verde, llena de vida y con toda especie primorosa. Así pues, Quien es capaz de darle vida después de estar muerta será capaz de revivir a los muertos. Al-láh, Exaltado sea, dice:


“Entre Sus signos está que puedes ver la tierra sin vegetación, pero cuando hace descender el agua sobre ella, vibra y reverdece. Aquel que le da vida es Quien resucitará a los muertos. Él es Poderoso sobre todas las cosas” (Corán, 41:39).


Y dice, Exaltado sea: “Hago descender del cielo agua bendita, con la que hago brotar jardines y el grano de la cosecha, y palmeras esbeltas cubiertas de racimos [de dátiles], como sustento para los siervos. Así como doy vida con la lluvia a la tierra árida, así los resucitaré” (Corán, 50:9-11).


A la creencia en el Último Día va unido todo lo que ocurre después de la muerte, como:


a. La atribulación de la tumba: es el interrogatorio a la persona fallecida después de ser enterrada. Se le interrogará acerca de quién es su Señor, cuál es su fe y quién es su Mensajero. Al-láh dará firmeza en la respuesta a los creyentes. Dirán: mi Señor es Al-láh, mi fe es el Islam y mi Profeta es Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él.Al-láh extraviará a los extraviados en vida. Los incrédulos dirán al ser preguntados: ah, ah, no sé. Los hipócritas y los escépticos dirán: no sé, escuché a la gente decir algo y lo dije.b. El tormento y la bendición de la tumba: es un tormento que alcanzará a los hipócritas y a los incrédulos. Al-láh, Exaltados sea dice:“Si pudieras ver [lo terrible que será] cuando los opresores estén en la agonía de su muerte y los ángeles extiendan las manos [para atormentarlos, y les digan]: Entreguen sus almas. Hoy se les retribuirá con un castigo denigrante por haber inventado mentiras acerca de Al-láh y por despreciar con arrogancia Su mensaje” (6:93).


Al-láh extraviará a los extraviados en vida. Los incrédulos dirán al ser preguntados: ah, ah, no sé. Los hipócritas y los escépticos dirán: no sé, escuché a la gente decir algo y lo dije.


b. El tormento y la bendición de la tumba: es un tormento que alcanzará a los hipócritas y a los incrédulos. Al-láh, Exaltados sea dice:


“Si pudieras ver [lo terrible que será] cuando los opresores estén en la agonía de su muerte y los ángeles extiendan las manos [para atormentarlos, y les digan]: Entreguen sus almas. Hoy se les retribuirá con un castigo denigrante por haber inventado mentiras acerca de Al-láh y por despreciar con arrogancia Su mensaje” (6:93).


Al-láh, Todopoderoso, dice al respecto de la familia del Faraón: “[En la tumba] el fuego los alcanzará por la mañana y por la tarde, pero el día que llegue la Hora [del Juicio, se les ordenará a los ángeles:] ‘Arreen al Faraón y sus seguidores al castigo más severo’” (Corán, 40: 46).


En el Sahih de Muslim, encontramos el hadiz de Zayd Ibn Zabit, que Al-láh esté complacido con él, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “Si no fuera que temo que no vayan a enterrar a sus muertos por temor, le pediría a Al-láh que les haga oir lo que yo puedo oir del tormento de la tumba”. Luego se dirigió hacia nosotros mirándonos, y dijo: “Busquen refugio en Al-láh del castigo del Infierno”. Y dijeron: “Buscamos refugio en Al-láh del castigo del Infierno”. Luego dijo: “Busquen refugio en Al-láh del tormento de la tumba”. Y dijeron: “Buscamos refugio en Al-láh del tormento de la tumba”. Y dijo: “Busquen refugio en Al-láh de las tribulaciones aparentes y ocultas”. Dijeron: “Buscamos refugio en Al-láh de las tribulaciones aparentes y ocultas”. Dijo: “Busquen refugio en Al-láh de las tribulaciones del Masih ad-Dayal (anticristo)”. Dijeron: ‘Buscamos refugio en Al-láh de las tribulaciones del Masih ad-Dayal (anticristo)”.


En cuanto a los placeres de la tumba, estos son para los siervos creyentes y sinceros. Al-láh, Todopoderoso, dice: “Quienes digan: ‘Nuestro Señor es Al-láh’ y obren correctamente, los ángeles descenderán sobre ellos [y les dirán:] ‘No teman ni estén tristes. Bienaventurados sean porque tendrán el Paraíso que les fue prometido’” (Corán, 41:30).


Y dice Al-láh, Exaltado sea: “Entonces, cuando [el alma] llegue hasta la garganta, y ustedes estén mirándolo, pero Yo estoy más cerca que ustedes de él, aunque no lo vean; si es verdad como dicen que no serán juzgados, devuélvanle el alma, si es que son sinceros. Si [el agonizante] es uno de los adelantados tendrá descanso, plenitud y el Jardín de las Delicias” (Corán, 56:83-89).


De Al-Bará Ibn Azib, que Al-láh esté complacido con él, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo al respecto del siervo creyente cuando responde a los dos ángeles en su tumba: “Entonces, se oye una voz proveniente del cielo que dice: ‘Mi siervo ha dicho la verdad. Prepárenle un lecho en el Paraíso y denle vestimenta del Paraíso y ábranle una puerta al Paraíso”. Dijo: “Y el fallecido sentirá la brisa y la fragancia del Paraíso, y su tumba se ensanchará hasta donde alcance su vista”. Lo relataron Ahmad y Abu Daud en un hadiz más extenso.


Algunas gentes desviadas se han descarriado al negar el tormento de la tumba y su gozo, sosteniendo que es algo imposible por ir contra la realidad. Dicen: si se abre la tumba del fallecido, lo encontraremos tal y como se enterró, y su tumba no se habrá ensanchado ni estrechado.


Sin embargo, esta creencia está invalidada por la legislación islámica, evidencias materiales y la razón.


Respecto a las evidencias de la legislación islámica, se han mencionado anteriormente los textos que demuestran la certeza del tormento de la tumba y su bendición.


En el Sahih de Bujari, encontramos el hadiz de Ibn Abbas, que Al-láh esté complacido de ambos, que dijo: “El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, salió de los muros de Medina y oyó la voz de dos personas que estaban siendo torturadas en sus tumbas”. Y citó el hadiz, en el que se dice: “que uno de ellos no se limpiaba de la orina”. En otra versión: “…después de orinar”; y que el otro hablaba mal de los demás. En otra versión de Muslim: “…no se purificaba de la orina”.


En cuanto a los sentidos, la persona cuando duerme ve que está en un lugar amplio y bello, en el que disfruta, o que se encuentra en un lugar estrecho y deprimente, en el que sufre, y puede incluso despertar a causa de lo que ve en sueños,sin embargo, está en todo momento inmóvil, sobre su lecho y en su habitación. Y el sueño es hermano de la muerte, por eso Al-láh, Exaltados sea, lo calificó de “fallecimiento”. Al-láh, Todopoderoso, dice:“Al-láh toma las almas en el momento de la muerte, y durante el sueño las de quienes aún no les ha llegado su hora. Retiene aquellas de quienes decretó su muerte, y devuelve las otras hasta [que se cumpla] el plazo prefijado [para su muerte]” (Corán, 39:42).En cuanto a la razón, la persona cuando duerme ve imágenes verdaderas exactamente iguales a como son en la realidad, y quizás vea al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, tal y como es. Y quien le ve tal y como es, ciertamente lo habrá visto. Sin embargo, el durmiente está en su habitación y sobre su lecho, muy lejos de lo que ve en sueños.Por lo tanto, si esto es posible en esta vida mundana, ¿por qué no puede ser posible en la otra vida?


sin embargo, está en todo momento inmóvil, sobre su lecho y en su habitación. Y el sueño es hermano de la muerte, por eso Al-láh, Exaltados sea, lo calificó de “fallecimiento”. Al-láh, Todopoderoso, dice:


“Al-láh toma las almas en el momento de la muerte, y durante el sueño las de quienes aún no les ha llegado su hora. Retiene aquellas de quienes decretó su muerte, y devuelve las otras hasta [que se cumpla] el plazo prefijado [para su muerte]” (Corán, 39:42).


En cuanto a la razón, la persona cuando duerme ve imágenes verdaderas exactamente iguales a como son en la realidad, y quizás vea al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, tal y como es. Y quien le ve tal y como es, ciertamente lo habrá visto. Sin embargo, el durmiente está en su habitación y sobre su lecho, muy lejos de lo que ve en sueños.


Por lo tanto, si esto es posible en esta vida mundana, ¿por qué no puede ser posible en la otra vida?


En cuanto a su suposición acerca de, si se abre la tumba del fallecido, se encontrará tal y cómo se le enterró, y que su tumba no se habrá ensanchado ni estrechado, se le puede responder de varias formas, como:


Primero: no está permitido contradecir lo que rige la legislación islámica mediante este tipo de comparaciones tajantes. Si quien las utiliza reflexionara como es debido acerca del mensaje de la legislación islámica, sabrá que son inválidas. Se ha dicho:


¡Cuánto infundio encierran verdades aparentes!


Su plaga es quien carece de entendimiento.


Segundo: los asuntos que oculta la barrera de lo desconocido que no se pueden percibir por los sentidos, e incluso los que se pueden percibir, deben incluirse en la creencia en lo oculto, puesto que confrontan a los creyentes en lo desconocido y los que reniegan de estos asuntos ocultos.


Tercero: el tormento, la gracia, la amplitud de la tumba y su estrechez solo las percibe el fallecido y no otro salvo él, del mismo modo que quien duerme sueña que está en un lugar estrecho y deprimente, o en un lugar amplio y alegre, mientras quien está a su lado no lo ve ni lo siente.Sobre el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, descendía la Revelación estando sentado entre sus compañeros, él la oía, pero no sus compañeros; y podía aparecer ante él un ángel con la apariencia de un hombre, pero sus compañeros no veían al ángel ni le oían.Cuarto: la percepción de las criaturas está limitada en la medida que Al-láh, Exaltado sea, les ha brindado esta capacidad. Asimismo, no pueden percibir ni comprender todo cuanto existe. Los siete cielos, la Tierra, cuanto hay en ellos y todo cuanto existe glorifican a Al-láh en señal de alabanza de un modo verdadero, un modo que Al-láh, Exaltado sea, permite a veces oír a quien Él desea,sin embargo, esta realidad está oculta para nosotros. Al respecto, Al-láh, Todopoderoso, dice:“Lo glorifican los siete cielos, la Tierra y todo cuanto hay en ellos. No existe nada que no Lo glorifique con alabanzas, aunque ustedes no puedan percibir sus glorificaciones. Él es Magnánimo, Perdonador” (Corán, 17:44).Y así deambulan los demonios y los genios por la Tierra yendo y viniendo. Los genios ya presenciaron la recitación del Mensajero de Al-láh, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, la escucharon con atención y volvieron a su pueblo para advertirles, y a pesar de esto, nosotros no los podemos ver porque están ocultos a nuestra vista. Al respecto de esto, Al-láh, Exaltado sea, dice:“¡Oh, hijos de Adán! Que no los seduzca el demonio como lo hizo con sus padres [Adán y Eva] haciendo que salieran del Paraíso y fueran despojados de lo que los cubría. El demonio y sus secuaces los acechan desde donde no los ven. Hice que los demonios fueran aliados de los que se niegan a creer” (Corán, 7:27).Si las criaturas no perciben todo cuanto existe, no les está permitido negar asuntos contrastados del mundo oculto, aunque ellos no los hayan percibido.


Sobre el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, descendía la Revelación estando sentado entre sus compañeros, él la oía, pero no sus compañeros; y podía aparecer ante él un ángel con la apariencia de un hombre, pero sus compañeros no veían al ángel ni le oían.


Cuarto: la percepción de las criaturas está limitada en la medida que Al-láh, Exaltado sea, les ha brindado esta capacidad. Asimismo, no pueden percibir ni comprender todo cuanto existe. Los siete cielos, la Tierra, cuanto hay en ellos y todo cuanto existe glorifican a Al-láh en señal de alabanza de un modo verdadero, un modo que Al-láh, Exaltado sea, permite a veces oír a quien Él desea,


sin embargo, esta realidad está oculta para nosotros. Al respecto, Al-láh, Todopoderoso, dice:


“Lo glorifican los siete cielos, la Tierra y todo cuanto hay en ellos. No existe nada que no Lo glorifique con alabanzas, aunque ustedes no puedan percibir sus glorificaciones. Él es Magnánimo, Perdonador” (Corán, 17:44).


Y así deambulan los demonios y los genios por la Tierra yendo y viniendo. Los genios ya presenciaron la recitación del Mensajero de Al-láh, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, la escucharon con atención y volvieron a su pueblo para advertirles, y a pesar de esto, nosotros no los podemos ver porque están ocultos a nuestra vista. Al respecto de esto, Al-láh, Exaltado sea, dice:


“¡Oh, hijos de Adán! Que no los seduzca el demonio como lo hizo con sus padres [Adán y Eva] haciendo que salieran del Paraíso y fueran despojados de lo que los cubría. El demonio y sus secuaces los acechan desde donde no los ven. Hice que los demonios fueran aliados de los que se niegan a creer” (Corán, 7:27).


Si las criaturas no perciben todo cuanto existe, no les está permitido negar asuntos contrastados del mundo oculto, aunque ellos no los hayan percibido.





Creer en la predestinación divina


La predestinación divina (qadar) es el destino que Al-láh, Todopoderoso, establece para sus criaturas, según su haya anticipado Su Conocimiento y en función de lo que disponga su Sabiduría.


Creer en la predestinación divina implica cuatro asuntos:


Primero: creer en que Al-láh, Exaltado sea, es conocedor de todos los asuntos, íntegra y detalladamente, eternamente y por siempre, ya sea en relación con Sus acciones o con las acciones de Sus siervos.


Segundo: creer en que Al-láh, Exaltado sea, ha registrado todo en la Tabla Protegida. Al respecto de los dos asuntos anteriores, Al-láh exaltado sea, dice:“¿Acaso no sabes que Al-láh conoce cuanto hay en el cielo y en la Tierra? Todo está registrado en un libro, eso es fácil para Al-láh” (Corán, 22:70).


“¿Acaso no sabes que Al-láh conoce cuanto hay en el cielo y en la Tierra? Todo está registrado en un libro, eso es fácil para Al-láh” (Corán, 22:70).


En el Sahih de Muslim, se transmite de Abdullah Ibn Amru Ibn al-‘As, que Al-láh esté complacido con ambos, que dijo: “Escuché al Mensajero de Al-láh, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, decir: ‘Al-láh ha registrado el destino de las criaturas cincuenta mil años antes de crear los cielos y la Tierra’”.


Tercero: creer en que todos los sucesos solo acontecen con la Voluntad de Al-láh, Exaltado sea, ya estén relacionados con Sus Actos o con los actos de Sus criaturas. Al respecto de Sus Actos, Al-láh, Exaltado sea, dice:“Tu Señor es Quien crea y elige hacer lo que quiere” (Corán, 28:68).Y dice: “Al-láh hace lo que desea” (Corán, 14:27).Y dice: “Él es Quien, acorde a Su voluntad, les da forma en el útero” (Corán, 3:6). Al-láh, Exaltado sea, dice al respecto de las acciones de las criaturas:“Si Al-láh hubiera querido, les habría otorgado valor de combatir contra ustedes” (Corán, 4:90).Y dice: “Pero si Al-láh hubiera querido no lo habrían hecho; aléjate de ellos y de sus mentiras” (Corán, 6:112).Cuarto: creer en que todas las criaturas han sido creadas por Al-láh, Exaltado sea, con sus esencias, características y movimientos. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Al-láh es el Creador de todas las cosas, y Él es su Custodio” (Corán, 39:62).Y dice, Glorificado sea: “creó todos los elementos de la creación y facultó plenamente a cada uno de ellos para cumplir su función” (Corán, 25:2).Y dijo que su Profeta Abraham, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, que dijo a su pueblo:“Al-láh es Quien los creó a ustedes y a lo que ustedes hacen” (Corán, 37:96).


“Tu Señor es Quien crea y elige hacer lo que quiere” (Corán, 28:68).


Y dice: “Al-láh hace lo que desea” (Corán, 14:27).


Y dice: “Él es Quien, acorde a Su voluntad, les da forma en el útero” (Corán, 3:6). Al-láh, Exaltado sea, dice al respecto de las acciones de las criaturas:


“Si Al-láh hubiera querido, les habría otorgado valor de combatir contra ustedes” (Corán, 4:90).


Y dice: “Pero si Al-láh hubiera querido no lo habrían hecho; aléjate de ellos y de sus mentiras” (Corán, 6:112).


Cuarto: creer en que todas las criaturas han sido creadas por Al-láh, Exaltado sea, con sus esencias, características y movimientos. Al-láh, Exaltado sea, dice:


“Al-láh es el Creador de todas las cosas, y Él es su Custodio” (Corán, 39:62).


Y dice, Glorificado sea: “creó todos los elementos de la creación y facultó plenamente a cada uno de ellos para cumplir su función” (Corán, 25:2).


Y dijo que su Profeta Abraham, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, que dijo a su pueblo:


“Al-láh es Quien los creó a ustedes y a lo que ustedes hacen” (Corán, 37:96).


Creer en la predestinación divina, según hemos descrito, no contradice que el siervo tenga una elección en sus actos voluntarios, ni que no tenga una capacidad para realizarlos, dado que la legislación islámica y la realidad así lo indican de forma tajante.


En lo que respecta a la legislación islámica, Al-láh, Exaltado sea, dice sobre la elección:“Quien quiera, entonces, que busque refugio en Su Señor” (Corán, 78:39).Y dijo: “id, pues, a vuestro campo de cultivo como queráis” (Corán, 2:223).Al respecto de la capacidad, dijo: “Tengan temor de Al-láh tanto como puedan, escuchen y obedezcan” (Corán, 64:16).Y dice: “Al-láh no exige a nadie por encima de sus posibilidades, a su favor tendrá el bien que haga, y en su contra tendrá el mal que haga” (Corán, 2:286).En cuanto a la realidad, todo ser humano sabe que posee una elección y una capacidad, con las que hace y deshace, distingue entre lo que ocurre con su voluntad como caminar y entre lo que no ocurre por su voluntad como los temblores. Sin embargo, la voluntad y capacidad del siervo son consecuencia de la Voluntad de Al-láh, Exaltado sea, y Su Capacidad, a tenor de lo que dice Al-láh, Exaltado sea:“para que se encamine quien quiera. Pero sepan que solo se encaminará quien quiera Al-láh, Señor del universo” (Corán, 81:28-29)Y dado que todo el Universo es propiedad de Al-láh, Todopoderoso, no hay nada en él que escape a Su Conocimiento y Su Voluntad.


“Quien quiera, entonces, que busque refugio en Su Señor” (Corán, 78:39).


Y dijo: “id, pues, a vuestro campo de cultivo como queráis” (Corán, 2:223).


Al respecto de la capacidad, dijo: “Tengan temor de Al-láh tanto como puedan, escuchen y obedezcan” (Corán, 64:16).


Y dice: “Al-láh no exige a nadie por encima de sus posibilidades, a su favor tendrá el bien que haga, y en su contra tendrá el mal que haga” (Corán, 2:286).


En cuanto a la realidad, todo ser humano sabe que posee una elección y una capacidad, con las que hace y deshace, distingue entre lo que ocurre con su voluntad como caminar y entre lo que no ocurre por su voluntad como los temblores. Sin embargo, la voluntad y capacidad del siervo son consecuencia de la Voluntad de Al-láh, Exaltado sea, y Su Capacidad, a tenor de lo que dice Al-láh, Exaltado sea:


“para que se encamine quien quiera. Pero sepan que solo se encaminará quien quiera Al-láh, Señor del universo” (Corán, 81:28-29)


Y dado que todo el Universo es propiedad de Al-láh, Todopoderoso, no hay nada en él que escape a Su Conocimiento y Su Voluntad.


Creer en la predestinación divina, según se ha descrito, no es excusa para que el siervo abandone sus obligaciones, ni para que cometa pecados. Por ello, no es válido emplearlo como excusa por diversos motivos:


Primero: Al-láh, Todopoderoso dice: “Quienes Le asociaron divinidades a Al-láh dirán: Si Al-láh hubiera querido no Le habríamos asociado nada y no habríamos vedado nada, ni nosotros ni nuestros padres. Así es como desmintieron quienes los precedieron, hasta que sufrieron Mi castigo. Pregúntales: ¿Acaso tienen algún conocimiento que puedan presentar? Solo siguen conjeturas, y no hacen más que especular” (Corán, 6:148).Y si pudieran emplear la predestinación divina como excusa, no les habría inflingido Su castigo.Segundo: Al-láh, Exaltado sea, dice: “A los Mensajeros los envié como anunciadores de albricias y como amonestadores, para que [la humanidad] no tuviera argumento alguno ante Al-láh [por haber rechazado el mensaje]. Al-láh es Poderoso, Sabio” (Corán, 4:165).Y si la predestinación divina fuese una excusa para los infractores, no la habría refutado Al-láh al enviar Sus Mensajeros, alegando que la infracción después su envío acontece por predestinación de Al-láh, Todopoderoso.Tercero: lo relatado por Bujari y Muslim, y la que sigue es la versión de Bujari, sobre Alí Ibn Abu Talib, que Al-láh esté complacido con él, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “todos y cada uno de ustedes se le ha prescrito un asiento en el Infierno o en el Paraíso”. Así que un hombre le preguntó: “Mensajero de Al-láh, ¿acaso no debemos confiarnos en que todo está determinado en nuestra predestinación [y abandonar las obras]?”. Le respondió: “No, obren, pues a cada uno se le ha dado facilidad”. Después, recitó: “A quien dé caridades, tenga temor [de Al-láh]...” (Corán, 92:5).En la versión transmitida por Muslim: “pues a cada uno se le ha facilitado para el fin con el que fue creado”. De este modo, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, ordenó que se obre y se actúe y prohibió que se confíen de la predestinación divina.Cuarto: Al-láh, Exaltado sea, ha ordenado al siervo y le ha prohibido, y solo le ha encargado hacer aquello de lo que tiene capacidad. Al-láh, Todopoderoso, dice:“Tengan temor de Al-láh tanto como puedan. Escuchen y obedezcan [la revelación]” (Corán, 64: 16).También dice: “Al-láh no impone a nadie sino en la medida de su capacidad” (Corán, 2:286).Si fuera obligatorio para el siervo actuar, se le habría encomendado realizar aquello que escapa a su capacidad y esto es un argumento inválido. Por ello, cuando el siervo comete un pecado por desconocimiento, olvido o coerción, no habrá cometido falta alguna puesto que tiene un motivo que lo exime.


Y si pudieran emplear la predestinación divina como excusa, no les habría inflingido Su castigo.


Segundo: Al-láh, Exaltado sea, dice: “A los Mensajeros los envié como anunciadores de albricias y como amonestadores, para que [la humanidad] no tuviera argumento alguno ante Al-láh [por haber rechazado el mensaje]. Al-láh es Poderoso, Sabio” (Corán, 4:165).


Y si la predestinación divina fuese una excusa para los infractores, no la habría refutado Al-láh al enviar Sus Mensajeros, alegando que la infracción después su envío acontece por predestinación de Al-láh, Todopoderoso.


Tercero: lo relatado por Bujari y Muslim, y la que sigue es la versión de Bujari, sobre Alí Ibn Abu Talib, que Al-láh esté complacido con él, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “todos y cada uno de ustedes se le ha prescrito un asiento en el Infierno o en el Paraíso”. Así que un hombre le preguntó: “Mensajero de Al-láh, ¿acaso no debemos confiarnos en que todo está determinado en nuestra predestinación [y abandonar las obras]?”. Le respondió: “No, obren, pues a cada uno se le ha dado facilidad”. Después, recitó: “A quien dé caridades, tenga temor [de Al-láh]...” (Corán, 92:5).


En la versión transmitida por Muslim: “pues a cada uno se le ha facilitado para el fin con el que fue creado”. De este modo, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, ordenó que se obre y se actúe y prohibió que se confíen de la predestinación divina.


Cuarto: Al-láh, Exaltado sea, ha ordenado al siervo y le ha prohibido, y solo le ha encargado hacer aquello de lo que tiene capacidad. Al-láh, Todopoderoso, dice:


“Tengan temor de Al-láh tanto como puedan. Escuchen y obedezcan [la revelación]” (Corán, 64: 16).


También dice: “Al-láh no impone a nadie sino en la medida de su capacidad” (Corán, 2:286).


Si fuera obligatorio para el siervo actuar, se le habría encomendado realizar aquello que escapa a su capacidad y esto es un argumento inválido. Por ello, cuando el siervo comete un pecado por desconocimiento, olvido o coerción, no habrá cometido falta alguna puesto que tiene un motivo que lo exime.


Quinto: la predestinación impuesta por Al-láh, Todopoderoso, es un secreto oculto que solo se conoce después de ocurrir el hecho predestinado, mientras que la voluntad del siervo es anterior a la acción que vaya realizar. Así pues, su voluntad de hacer una acción no se sustenta en su conocimiento de la predestinación de Al-láh, y de este modo cae la excusa de la predestinación, puesto que el ser humano no puede excusarse en algo que desconoce.


Sexto: observamos que el ser humano se esmera en aquello que le conviene de los asuntos de esta vida mundana hasta que logra su objetivo y no los abandona por otros con la excusa de la predestinación divina. Así que, cabe preguntarse ¿por qué abandona los actos que le benefician en los asuntos de su fe por otros que le perjudican y, al mismo tiempo, se excusa en la predestinación divina? ¿Acaso la naturaleza de los dos casos no es la misma?


He aquí un ejemplo explicativo:


Si el ser humano pudiera emprender dos caminos, uno lo conduce a un territorio en que reina el caos: asesinatos, saqueos, violaciones, miedo y hambre; el otro lo conduce a un territorio en que reina el orden, la seguridad, la buena vida, el respeto a la integridad física, moral y material de las personas, ¿cuál de los dos caminos emprenderá?


Ciertamente emprenderá el segundo camino que lo conduce al territorio en que reina el orden y la seguridad. Nadie en su sano juicio querría ir a un territorio en que reina el caos y el miedo, y luego excusarse en la predestinación divina.Así pues, ¿por qué emprende, en lo que respecta a la otra vida, el camino del Infierno, dejando de lado el camino del Paraíso, y se excusa en la predestinación divina?Otro ejemplo: observamos que el enfermo cree en los medicamentos, de ahí que los bebe, aunque no sean de su agrado; se le prohíbe comer aquellos alimentos dañinos, y él no los come, si bien le apetece hacerlo. Todo esto lo hace para poder curarse y estar bien. Así que no puede dejar de tomar los medicamentos o seguir comiendo aquellos alimentos que le dañan y excusarse en la predestinación divina.Así pues, ¿por qué el ser humano no hace lo que Al-láh y Su Mensajero le han ordenado hacer, o por qué hace aquello que le han prohibido y, sin embargo, se excusa en la predestinación divina?Séptimo: quien se excusa en la predestinación divina a la hora de no cumplir sus obligaciones, al cometer pecados, si otra persona le agrede, le arrebata sus bienes o allana su morada, y le dice que lo hace por predestinación divina: “así que no me lo tengas en cuenta, pues mi agresión fue por la predestinación de Al-láh”, seguro que no va a aceptar sus excusas.Así pues, ¡¿cómo no acepta que otros se excusen en la predestinación divina cuando le agreden a él y, sin embargo, él sí se excusa en ella cuando transgrede el derecho de Al-láh, Exaltado sea?!


Así pues, ¿por qué emprende, en lo que respecta a la otra vida, el camino del Infierno, dejando de lado el camino del Paraíso, y se excusa en la predestinación divina?


Otro ejemplo: observamos que el enfermo cree en los medicamentos, de ahí que los bebe, aunque no sean de su agrado; se le prohíbe comer aquellos alimentos dañinos, y él no los come, si bien le apetece hacerlo. Todo esto lo hace para poder curarse y estar bien. Así que no puede dejar de tomar los medicamentos o seguir comiendo aquellos alimentos que le dañan y excusarse en la predestinación divina.


Así pues, ¿por qué el ser humano no hace lo que Al-láh y Su Mensajero le han ordenado hacer, o por qué hace aquello que le han prohibido y, sin embargo, se excusa en la predestinación divina?


Séptimo: quien se excusa en la predestinación divina a la hora de no cumplir sus obligaciones, al cometer pecados, si otra persona le agrede, le arrebata sus bienes o allana su morada, y le dice que lo hace por predestinación divina: “así que no me lo tengas en cuenta, pues mi agresión fue por la predestinación de Al-láh”, seguro que no va a aceptar sus excusas.


Así pues, ¡¿cómo no acepta que otros se excusen en la predestinación divina cuando le agreden a él y, sin embargo, él sí se excusa en ella cuando transgrede el derecho de Al-láh, Exaltado sea?!


Se ha transmitido que, ante el Emir de los creyentes, Umar Ibn Al-Jattab, que Al-láh esté complacido con él, fue llevado un ladrón que merecía que se le ampute la mano con que robó, así que el Emir ordenó que se le amputara, pero el ladrón dijo: “Un momento, Emir de los creyentes, solo he robado por predestinación de Al-láh”. Y Umar le respondió: “Y nosotros solo cortamos tu mano por predestinación de Al-láh”.


Creer en la predestinación divina aporta frutos sublimes, entre los cuales cabe mencionar:


Primero: confiar en Al-láh cuando se realizan las acciones que pueden conducir a un desenlace determinado y no confiar en las acciones mismas, dado que todo está predestinado por Al-láh, Exaltado sea.


Segundo: que la vanidad y el orgullo no se apoderen de la persona cuando logra aquello que deseaba, puesto que su logro es un don de Al-láh, Exaltado sea, alcanzado gracias a todos aquelloscausales del bien y del éxito que ha prescrito para esta persona. Por lo tanto, el orgullo de la persona en sí misma la hace olvidar dar gracias a Al-láh por este don con el que la ha agraciado.


Tercero: la tranquilidad y el sosiego del alma por todo aquello que Al-láh, Exaltado sea, nos ha predestinado, por lo que la persona no se debe preocupar por los anhelos que no haya alcanzado, o por las desgracias que le ocurran, dado que todo sucede por predestinación del Al-láh, Todopoderoso, Suyo es el Reino de los cielos y la Tierra, nada puede escapar de Su predestinación. Sobre esto, Al-láh, Exaltado sea, dice:“No sucede ninguna desgracia en la Tierra, ni a ustedes los azota adversidad alguna sin que esté registrada en un libro antes de que suceda. Eso es fácil para Al-láh. No se depriman por lo que pierdan y no se regocijen con arrogancia por lo que se les ha concedido. Al-láh no ama a los arrogantes, jactanciosos” (Corán, 57:22-23).El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “¡Es sorprendente el caso del creyente! En todo asunto hay un bien para él, y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la prosperidad, es agradecido con Al-láh y eso es bueno para él, y si le llega una adversidad, es paciente y también eso es bueno para él”.


“No sucede ninguna desgracia en la Tierra, ni a ustedes los azota adversidad alguna sin que esté registrada en un libro antes de que suceda. Eso es fácil para Al-láh. No se depriman por lo que pierdan y no se regocijen con arrogancia por lo que se les ha concedido. Al-láh no ama a los arrogantes, jactanciosos” (Corán, 57:22-23).


El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “¡Es sorprendente el caso del creyente! En todo asunto hay un bien para él, y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la prosperidad, es agradecido con Al-láh y eso es bueno para él, y si le llega una adversidad, es paciente y también eso es bueno para él”.


Al respecto de la predestinación divina, han se han desviado dos tendencias:


Una de ellas es la corriente Yabria, que sostiene que el siervo está predestinado en todos sus actos, así que no goza de voluntad de elección ni de capacidad sobre sus actos.


La segunda corriente es la Qadaría, que alega que el siervo es totalmente independiente y libre en sus actos, atribuyéndole voluntad y capacidad, y que la voluntad de Al-láh, Exaltado sea, y Su poder no tiene ninguna influencia sobre los actos del ser humano.


La respuesta a la primera corriente (Yabriyah) la hallamos en la legislación islámica y en la realidad:


En cuanto a la legislación islámica, Al-láh, Todopoderoso, ha confirmado que el siervo posee voluntad y elección y lo hizo responsable de sus actos. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Entre ustedes hubo quienes anhelaron los bienes materiales de esta vida, pero otros anhelaron la recompensa de la otra vida” (Corán, 3:152).Y dice, Exaltado sea: “Diles: ‘La Verdad proviene de su Señor. Quien quiera que crea, y quien no quiera que no lo haga’. Pero sepan que tengo preparado para los que cometen injusticias un fuego que los rodeará” (Corán, 18:29).Y dice, Exaltado sea: “Quien obre rectamente lo hará en beneficio propio, y quien obre el mal se perjudicará a sí mismo. Tu Señor no es injusto con Sus siervos” (Corán, 41:46).


“Entre ustedes hubo quienes anhelaron los bienes materiales de esta vida, pero otros anhelaron la recompensa de la otra vida” (Corán, 3:152).


Y dice, Exaltado sea: “Diles: ‘La Verdad proviene de su Señor. Quien quiera que crea, y quien no quiera que no lo haga’. Pero sepan que tengo preparado para los que cometen injusticias un fuego que los rodeará” (Corán, 18:29).


Y dice, Exaltado sea: “Quien obre rectamente lo hará en beneficio propio, y quien obre el mal se perjudicará a sí mismo. Tu Señor no es injusto con Sus siervos” (Corán, 41:46).


En cuanto a la realidad, sabemos que todo ser humano conoce la diferencia entre los actos que realiza por elección y voluntad propias, como comer, beber, vender, comprar, etc.; y lo que hace de forma involuntaria, como temblar cuando padece fiebre, caer del techo, etc. En los primeros actos, él es quien eligió hacerlos por voluntad propia y sin que nadie le obligue; en los segundos, los hace de forma involuntaria y sin elegir lo que le ha sucedido.


La respuesta a la segunda corriente (Qadaria) la hallamos en la legislación islámica y en la razón:


En cuanto a la legislación islámica, Al-láh, Todopoderoso, ha creado todo cuanto existe y todo tiene su razón de ser por elección de Al-láh. Exaltado sea, nos ha aclarado en Su Libro que los actos de los siervos ocurren por Su elección. El Todopoderoso dice:“Pero si Al-láh hubiera querido, las naciones que los siguieron no hubiesen combatido entre ellas tras habérseles presentado los Profetas y las evidencias; pero discreparon, y hubo entre ellos quienes creyeron y quienes negaron la verdad. Si Al-láh hubiera querido, no se habrían combatido los unos a los otros, pero Al-láh obra según Su designio” (Corán, 2: 253).Y dice, Exaltado sea: “Si hubiera querido habría impuesto a todas las personas la guía. Pero se ha de cumplir Mi designio: "He de llenar el Infierno de yinnes y seres humanos [que rechazaron el Mensaje]” (Corán, 32:13).


“Pero si Al-láh hubiera querido, las naciones que los siguieron no hubiesen combatido entre ellas tras habérseles presentado los Profetas y las evidencias; pero discreparon, y hubo entre ellos quienes creyeron y quienes negaron la verdad. Si Al-láh hubiera querido, no se habrían combatido los unos a los otros, pero Al-láh obra según Su designio” (Corán, 2: 253).


Y dice, Exaltado sea: “Si hubiera querido habría impuesto a todas las personas la guía. Pero se ha de cumplir Mi designio: "He de llenar el Infierno de yinnes y seres humanos [que rechazaron el Mensaje]” (Corán, 32:13).


En cuanto a la razón, tenemos que la propiedad íntegra de todo el universo es de Al-láh, Exaltado sea, y el ser humano es parte de este universo, por lo que es también propiedad de Al-láh, Todopoderoso. Así pues, una propiedad no puede hacer y deshacer a su antojo si no es con el permiso y la elección de su Propietario.



 



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