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La necesidad de profezar una religión es mayor que la necesidad de comer y beber. Todo ser humano es por naturaleza una persona religiosa. Si no encuentra la religión verdadera, entonces inventará una religión para él. Como sucedió con las religiones paganas que fueron inventadas por la humanidad.  El ser humano, sin importar su ideología o creencias, necesita seguridad en este mundo, de la misma forma que nosotros los creyentes necesitamos seguridad en la vida después de la muerte.  La verdadera religión es la que da a sus seguidores total seguridad en esta vida y en el más allá.





Una de las medidas de la verdadera religión:





Creer en una deidad:





Es fundamental que una persona tenga fe, puede llamarla dios o de cualquier otra manera.  El ser humano es capaz de convertir un árbol, una estrella en el cielo, una mujer, su jefe, una estrella de cine, una teoría científica, o incluso una identidad contenida en sí mismo, en su deidad, pues necesita creer en algo o en alguien que pueda seguir, santificar y en un momento dado, volver a él en su forma de vida y hasta morir por él, esto es lo que llamamos adoración.





El verdadero Dios es el Creador:





El hecho de adorar a cualquier persona, además del único Dios verdadero, implica la afirmación de que es una deidad, pero Dios debe ser un Creador. La prueba de que Él es el Creador es atestiguada por lo que Él creó en el universo y por la inspiración de Dios que demostró ser el Creador. Entonces, si esta afirmación no tiene evidencia de la creación del universo, ni tiene evidencia de las palabras de Dios el Creador, es indiscutiblemente nula.





Una verdad que conocemos es que las cosas no se sumergen sin una causa y lo sabemos sin mencionar que este enorme universo está poblado y las criaturas que lo habitan poseen un sentido intangible, y obedecen a las teorías matemáticas no materialistas. También sabemos que ni la casualidad puede ser la creadora del universo, porque la casualidad no es una causa primaria, es un resultado secundario que depende de otros factores (la existencia del tiempo, el espacio, la materia y la energía) para que ocurra. Por tanto, la palabra “casualidad” no puede usarse para interpretar nada porque no existe. El universo no puede ser creado por casualidad.





 La casualidad en sí misma no es nada en absoluto.





El Creador:





Debe haber precedido al tiempo y al espacio, a la energía y a la existencia. Por lo tanto, la naturaleza no puede ser la creadora del universo porque la naturaleza misma es tiempo, espacio y energía. De ahí que, la causa debe haber existido antes que la naturaleza.


Debe ser omnipotente (tener poder sobre todo).


Debe ser capaz de tomar decisiones para poder tomar la decisión de iniciar la creación.


Debe tener previsión y debe ser omnisciente (tener perfecto conocimiento de todas las cosas).


Debe ser una, porque si esta causa es perfecta entonces no requerirá de ninguna otra causa con ella. No tendrá la necesidad de encarnar en el cuerpo de una de sus criaturas, ni necesitará tener una esposa o hijos en ningún caso.


Debe ser sabio y no hacer nada excepto con sabiduría especial.


Debe ser justo. Para implementar esta justicia, las personas deben ser recompensadas y castigadas por Él. No sería Dios si los creara y los abandonara. Es por eso que les envía mensajeros para aclararles el camino y darles a conocer su precepto: “De acuerdo al camino que hayan tomado durante su vida terrenal, serán merecedores de la recompensa, la dicha en el Paraíso, o del castigo, el tormento del fuego, en la otra vida y para la eternidad”.


La Religión:





Es el acercamiento de Dios a la vida mundana, que organiza la relación de una persona con su Creador y quienes lo rodean, y es el camino hacia la otra vida.





Debe estar más cerca del primer instinto humano que necesita una relación directa con su Creador sin intermediarios y representa las virtudes y buenas cualidades del ser humano.


Debe ser un concepto, fácil y sencillo, comprensible y sin complicaciones, atemporal y gratuito.


Debe ser una religión fija “para todas las generaciones, para todos los países y para todo tipo de personas, que no acepten ni aumentar ni disminuir su contenido según los caprichos de los líderes”.


Debe contener creencias claras y comprobadas que no necesitan un mediador. La religión no se toma por emociones, sino por la evidencia correcta y probada.


Debe abarcar todos los aspectos de la vida en cada momento y lugar, debe adaptarse al mundo y al más allá, debe construir el cuerpo sin olvidar el alma.


Debe proteger la vida de las personas, proteger su integridad y su dinero.


“Así, quien no siguió este enfoque, quien vivió de acuerdo con su instinto, quien vivió en un estado de confusión e inestabilidad y con un sentimiento de inquietud en el alma, así ha experimentado en esta tierra un poco del tormento del más allá”.





¿Por qué el Islam?





La religión del Islam es compatible con la naturaleza humana.


La religión del Islam tiene una creencia probada, clara y simple, muy alejada de la creencia ciega, por lo que el Islam no se contenta con dirigirse al corazón y la conciencia y confiar en ellos como base para la fe, sino que sigue sus principios de manera convincente. El argumento convincente es la prueba clara y el razonamiento correcto que lleva las riendas de las mentes y toma el camino de los corazones.


La religión del Islam es una enseñanza que integra todos los aspectos de la vida y es flexible, porque está relacionada con la naturaleza humana que Dios otorgó al hombre. Esta religión surgió de acuerdo con las leyes de este instinto que son: Creer en un solo Dios, que no tiene pareja ni hijo, ni está encarnado en forma de persona o animal, ídolo o piedra, y la adoración de este Creador es solo para él sin intermediario.


La religión del Islam ha traído respuestas a las preguntas innatas de los seres humanos sobre el propósito de la existencia, la fuente de la existencia y el destino después de la muerte, y ha proporcionado evidencia en el tema de la divinidad desde el universo, desde el alma y desde la historia. Sobre la existencia, la unidad y la perfección de Dios, y en el tema de la resurrección ha señalado la posibilidad de crear al hombre, crear los cielos y la tierra, y revivir la tierra Después de su muerte, ha demostrado su sabiduría de justicia al recompensar al benefactor y el castigo del infractor.


La humanidad se encuentra en un origen y avanza hacia un objetivo. La diversidad y la diferencia son necesidades universales que obligan al ser humano a continuar la lógica del diálogo.





Dios dijo:





“Y si tu Sustentador hubiera querido, ciertamente habría hecho de la humanidad entera una sola comunidad: pero [lo dispuso de otro modo, y así] siguen adoptando posturas divergentes”.[1]





El propósito de esta diferencia es el conocimiento y la integración de todas las razas entre sí, y el camino del diálogo es el camino que tomaron los mensajeros de Dios desde Adán hasta Muhammad, que la paz y las oraciones de Dios sean con todos ellos.





Dios dijo:





“¡Oh gentes! Ciertamente, os hemos creado a todos de varón y hembra, y os hemos hecho naciones y tribus, para que os reconozcáis unos a otros. Realmente, el más noble de vosotros ante Dios es aquel que es más profundamente consciente de Él. Ciertamente, Dios es omnisciente, consciente de todo”.[2]





Todos los seres humanos tienen un origen único y vinieron a la Tierra con un objetivo, que es Conocer a Dios y adorarlo solo a Él, de la misma manera en que el Mensajero adoró a su Señor, no deben adorar al Mensajero mismo ni a ninguna otro ser animado o inanimado.





Y para difundir el mensaje del monoteísmo, Dios envió a todos sus mensajeros a todas las naciones, para guiar a su gente hacia las realidades del universo; parten de él y logran la meta de su creación. Cada nación tiene un mensajero, y todos los mensajes celestiales que han sido enviados a la humanidad a través del tiempo y el espacio han llegado a ellos para que puedan cumplir este propósito.





Dios dijo:





“Ciertamente, Nosotros enviamos a cada comunidad un Mensajero: «¡Adorad a Dios y abandonad los ídolos!”»[3]





Cada mensaje celestial nuevo confirmaba lo que se pronunciaba en el anterior, ya que los mensajeros, la paz y las bendiciones sean con ellos, se enfocaron en comunicar lo que Dios quería. Al principio cada mensaje enfatizaba el origen del monoteísmo, pero posteriormente estos mensajes se convirtieron en leyes, que se originaban conforme iban surgiendo nuevas necesidades humanas.





El sagrado Corán, es el libro de Dios y sus palabras; no ha cambiado a pesar de que ha existido por cientos de años, y de que ha sido llevado a diferentes países y civilizaciones, sigue siendo tal como fue revelado al Profeta Muhammad a través- del ángel Gabriel y continúa guiando a los musulmanes en su vida mundana y en su camino hacia el más allá y confirma el origen de las religiones que le precedieron y abarcaron su tiempo, que fueron traídas por los Apóstoles y eran apropiadas para su época.





Y con el cambio de necesidades, llegó una nueva fase de la religión en la que seguía siendo consistente con su origen pero que paulatinamente difería en su legislación dependiendo de esas necesidades. A pesar de estos ajustes, se logró la posterior ratificación de la anterior en cuanto al origen del monoteísmo, tomando el camino del diálogo.





El creyente ha comprendido la realidad de la unidad de la fuente, El mensaje del Creador, para proceder desde su punto de fe hasta el inicio del viaje en la tierra.





Esta diversidad no constituye un obstáculo para la comunicación humana, pues el diálogo tiene orígenes, perspectivas existenciales y de fe, que deben ser respetadas y compartidas para comunicarse unos con otros, porque el propósito de este diálogo es deshacerse del fanatismo y de las pasiones que son proyecciones de afiliaciones neuronales ciegas que transforman tanto a una persona como a la verdad del monoteísmo puro, y los lleva al enfrentamiento y la destrucción, tal como lo vemos en nuestra realidad ahora.





El diálogo de los mensajeros de Dios comienza con una base fundamental, que es el reconocimiento de todos los mensajes celestiales y la fe que se tiene en ellos.





No se puede negar la existencia de la diversidad, así como tampoco se puede negar la realidad de la frecuencia con la que los apóstoles fueron enviados a la Tierra. El Noble Corán, al reconocer las realidades cósmicas, al presentar un resumen de los mensajes divinos cuyo origen se encuentra en el monoteísmo, y al llamar a sus seguidores a reconocer este origen, se ha convertido en el libro final que representa la culminación de esta comunicación de Dios con la humanidad.





El creyente reconoce que Dios es la fuente de todo, y este hecho es su mayor motivación para seguir su camino por la vida de acuerdo a los preceptos y a la ley de Dios.





Por lo tanto, la vida mundana es el comienzo de un viaje eterno que una persona reanuda después de la muerte, y el Islam considera que nuestra existencia en este mundo tiene una meta y un propósito supremo que es el de conocer a Dios Todopoderoso y adorarlo directamente solo a Él.





Y cualquier desgracia o calamidad que ocurre, Dios la conoce y la ha permitido. Dios tiene sabiduría absoluta, y la sabiduría absoluta está relacionada con el bien absoluto, y por ende, no existe el mal absoluto.





A pesar de la brevedad de esta vida mundana, es considerada como un hogar de aflicción y una prueba para los seres humanos. Por lo que, obtienen grados y rangos acordes a sus acciones que les son otorgados cuando se acercan a la próxima vida.





El Islam proporciona la interconexión y la armonía entre la razón y la religión, entre la razón y la comunicación, entre la mente y el corazón. Por ende, el Islam es el único medio para alcanzar la iluminación, permitir el renacimiento, dar lugar al progreso, apreciar la belleza o encontrar la ciencia verdadera, entre otros.





El Islam se considera un sistema y como tal ha tenido éxito, mientras que el capitalismo y el comunismo han fracasado. Han existido algunos orientalistas que han estudiado el Islam y su civilización y han tenido diferentes ideas y opiniones al respecto. Sin embargo, cualquiera que sea su posición, han admitido que el Islam es una religión y un Estado.





Sin embargo, el alejamiento de los musulmanes de su verdadera religión y su incapacidad para difundir adecuadamente los principios del Islam han contribuido en las últimas décadas al aumento en el número de personas que se vuelven ateos o escépticos y del mismo modo, han generado una mayor incertidumbre en el mundo.





Las personas en Occidente avanzaron en la ciencia y ampliaron sus conocimientos cuando abandonaron las creencias equivocadas que se basaban en la religión distorsionada que tenían, y adoptaron el método de la ciencia y la lógica. Sin embargo, al enfocarse tanto en el manejo de la ciencia de una manera adecuada, perdieron los valores, la moral y el propósito de su existencia, al negarse a abrazar la religión correcta.





por faten sabri 



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