Este es el Islam

Prefacio


5 ¿Por qué hemos sido creados?


8 Qué es el Islam


9 Historia de la Creación


10 El Profeta Muhammad


14 Moral y conducta del Profeta Muhammad


22 Milagros del Profeta


25 Bases de la religión musulmana


29 La Adoración en el Islam


35 Pilares del Islam


36 Carcterísticas de la Religión Musulmana


39 Algunas Virtudes del Islam


50 Qué prohíbe el Islam


52 El Día del Juicio Final


54 La mujer en el islam


65 ¿Qué quiere el Islam de nosotros?


72 El Islam derrumbe lo anterior a él


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Prefacio


Prefacio


Cuando contemplamos la tierra, vemos un hermoso universo, vemos los cielos brillar gracias a las estrellas que se encuentran esparcidas armoniosamente. Vemos la tierra llevar sobre sí montañas, valles, ríos, árboles y cultivos; posee aire, agua, mares, día y noche. Al ver todo eso, debemos preguntarnos: quién es el Creador de todo eso.


Quién hizo descender las lluvias del cielo, necesarias para la vida sobre la tierra y que gracias a ellas crecen las plantas, árboles, flores y frutos. Gracias a las lluvias la gente obtiene aguas y también se benefician de los animales.


Quién hizo que la ley de la gravedad sobre la tierra estuviese en su justa medida.


Quién creó al hombre de un modo perfecto.


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Al contemplar la propia creación del ser humano, nos damos cuenta de que es una obra perfecta. Todos los aparatos dentro del hombre fueron creados de una manera sin igual, funcionan solos, gracias a la maravillosa obra de Dios, y sin tener realmente noción de su bello funcionamiento.


Fíjate en el aire que respiras. Si repentinamente deja de llegar a ti, te mueres. Quién creó el aire.


Fíjate en el agua que consumes, en el alimento que comes; fíjate en en la tierra que te lleva, en el cielo que te cubre, en el sol que te calienta, en la luna, en las estrellas y en todo lo que ves. Quién creó todo.


Es Allah1. Allah creo el universo y Allah es Quien todo lo ejecuta y controla. 1 La palabra Dios en español posee muchos usos. Algunos de éstos ya salieron del ámbito religioso. En principio, Dios, en castellano, denominaba al ser supremo que nos creó a todos, tanto como creó todo cuanto existe. Al mismo tiempo, Dios, se utiliza con otros fines como cuando se dice: dios, diosa, diosito, dioses, etc.


Cuando utilizamos la palabra (Allah) nos referimos única y exclusivamente al Creador del universo, al Único merecedor de


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Es tu Señor. Es quien te creó, te sustentó, te dio vida y te dará la muerte. Es el que te ha creado a partir de nada.


Tras haberte enterado de todo eso, crees que ¿habrá alguien que piense que todo esto ha sido creado en vano y que la gente nace y muere y con eso todo termina? ¿Cuál es lo medular del asunto? ¿Por qué hemos sido creados?


Te contaré, de un modo muy resumido, sobre todo lo que te he dicho.


ser adorado y que posee todas las connotaciones conocidas por todos los musulmanes al decir: Allah.


Personalmente, siempre uso Allah y pocas veces, Dios. De vez en vez, dejo plasmada la palabra Dios para que el común de la gente no crea que con Allah me refiero a un Dios en sí. Algunos dicen: Allah es el Dios de los musulmanes. De ahí, cuando escribo Dios siempre en mi mente está Allah y nadie más que Él. (Sami El Mushtawi).


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¿Por qué hemos sido


¿Por qué hemos sido


creados?


creados?


Allah nos creó para adorarle y nos ha enviado a Sus Mensajeros, asimismo ha revelado las Escrituras Sagradas para enseñarnos cómo adorarle. Sabe que la persona que adora a Allah, obedece Sus órdenes y se aleja de Sus prohibiciones, ganará la complacencia divina. La persona que no lo hace, pues, merecerá la ira y el castigo divino. Debo recordarte de que el mundo terrenal es morado de pruebas y de realización de acciones.


Sabe que el Día de la Resurrección, la gente será conducida para la Rendición de Cuentas y para recibir su recompensa.


Te cuento que Allah creó el Paraíso, morada de la dicha. En él hay lo que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni jamás entró en el corazón del hombre. Dios lo ha preparado para los que Le adoraron y en Él creyeron. Asimismo, Allah creó el Infierno y en él hay todo tipo de suplicio, algo que nadie puede imaginar. Es preparado para los que no creyeron en Allah, adoraron a


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otro y no fueron sometidos a la Providencia divina, al Islam, ni efectuaron las Órdenes divinas.


Qué es el Islam


Qué es el Islam


Es la religión que Allah ha aceptado para nosotros. El Islam invita a la adoración a Dios Único y hacerlo de acuerdo con las enseñanzas del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Allah sean con él. Ninguna otra religión será aceptada, por Allah. El Islam es universal.


Allah ha dado a sus siervos determinadas órdenes y ha prohibido ciertos asuntos ilícitos. La persona que aplica todo eso, tendrá éxito y salvación y el que no, pues será de los perdedores.


El Islam no es nueva religión. Es la manera de adoración que Allah mismo ha elegido para sus siervos, desde el comienzo de la vida sobre la faz de la tierra.


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Es la religión que sobre ella todos los Mensajeros hablaron e invitaron a sus pueblos.


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Historiaistoria de lade la CreaciónCreación


La historia comienza con la creación del padre de la humanidad, Adán, la paz sea con él. Allah creó a Adán a partir de barro, le insufló el espíritu, le enseñó el nombre de todas las cosas, ordenó a los ángeles prosternarse ante él y con ello expresaba-Allah- la dignificación a Adán.


Todos los ángeles lo hicieron, salvo Iblis quien no lo hizo por soberbia y envidia a Adán. Allah lo sacó del reino de los Cielos, salió humillado y derrotado. Allah le decretó la maldición y el fuego.


Iblis pidió ser dejado con vida hasta el Día de la Resurrección. Allah aceptó. Iblis, por su parte, juró extraviar a todo el mundo.


Luego, y a partir de Adán, Allah creó a Eva como esposa y compañero de Adán. A ambos


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dos les ordenó habitar el jardín que tenía de todo, algo que no se puede imaginar en cuanto a dicha y delicia se trata.


Allah comunicó a ambos la enemistad de Iblis hacia ellos y les prohibió comer de un árbol en sí, de los del Paraíso. Allah lo hizo como prueba a ambos.


Iblis les susurró y les embelleció el asunto de comer del árbol y les juró que era su buen consejero prometiéndoles, al comer del árbol, una vida eterna.


Después de mucha tentación por parte de Iblis, comieron y desobedecieron la orden de Allah.


Adán se lamentó y también Eva, ambos se arrepintieron y fueron perdonados y sacados del paraíso a la tierra. Habitaron la tierra y tuvieron mucha descendencia desde aquel tiempo y hasta nuestros días.


Tanto Iblis como sus descendientes de Satanás siguen firmes en su enemistad con los hijos de Adán tratando de alejarlos de Allah, privarlos de


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la dicha y embelleciéndoles la maldad para ser arrojados al fuego en la Otra Morada.


Allah, por su parte, no ha dejado a sus siervos sin guía, sino les ha enviado a sus Mensajeros, para seguir aclarándoles la verdad y guiándoles hacia su salvación.


Cuando falleció Adán, su descendencia vivió a lo largo de diez siglos adorando a Allah y decolando su Unicidad. Luego, sucedió la asociación y fueron adorados otros junto a Allah. La gente comenzó a adorar ídolos. Por eso, Allah envió a Noé, la paz sea con él.


Noé invitó a la gente a la adoración a Allah y a alejarse de la adoración de ídolos.


Después de Noé, llegaron muchos otros Mensajeros. Todos invitaban a la adoración de Allah Único, sin socio alguno.


Más tarde, llegó Abraham, la paz sea con él. Abraham, por su parte, invitó a su pueblo a dejar de adorar ídolos y a adorar al Dios Único.


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Luego, fue enviado su hijo Ismael y después, Isaac.


De los descendientes de Isaac nombramos a Jacob, José, Moisés, David, Salomón y Jesús, la paz sea con todos ellos.


Después de Jesús no fue enviado ningún Mensajero descendiente de Isaac.


La profecía fue trasladada a la descendencia de Ismael.


Allah escogió al Profeta Muhammad para que fuera el sello de los Profetas y Mensajeros y su Mensaje fue el último y así lo fue el Libro que le ha sido revelado, el Corán.


Por eso, el Mensaje de Muhammad es completo, íntegro y es para tanto genios como humanos, árabes y no árabes. Es un Mensaje apto para todo tiempo y toda época. Este Mensaje ha mostrado el camino que conduce hacia el bien.


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El Profeta Muhammad


El Profeta Muhammad


Muhammad fue enviado como último Mensajero de Allah. Fue enviado para llevar a la gente a la adoración del Único Dios y alejar, a la gente, de toda aberración vinculada con la adoración de ídolos y otras deidades.


Fue enviada al cumplir cuarenta años de edad.


Antes de ser enviado, Muhammad fue uno de los nobles de su pueblo en cuanto a su comportamiento y modales se trata. Lo conocían con el veraz, el honesto.


Muhammad no sabía leer ni escribir. Allah le ha revelado el Corán que a través del mismo Allah desafió a todo el mundo a escribir algo igual a él.


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Pinceladas de la ascendencia y vida de Muhammad, la paz sea con él


Muhammad fue hijo de ‘Abdullâh, hijo de ‘Abd al-Muttalib, hijo de Hisham (…), fue uno de los descendientes de Ismael, hijo de Abraham.


La madre del profeta fue: Amina Bint Wahab. Es de los Banu Zuhrah. Zuhrah fue hermano del abuelo del Profeta Muhammad.


Abdullah se casó con Amina y permaneció en la casa de su propia familia a lo largo de tres días, eso era propio de la costumbre de la época.


Con el andar del tiempo, Amina se quedó embarazada y fue un embarazo sin dolores que habitualmente las mujeres embarazadas padecen.


Muhammad nació el año 571 d.C., y era muy bello y sano. Su padre ya había fallecido y su abuelo ‘Abd al-Muttalib se hizo cargo del recién nacido. Su madre lo amamantó por tres días,


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luego HALIMA AS-SADIYAH se hizo cargo de su lactancia.


Es menester señalar que la mayoría de los árabes tenían por costumbre entregar a sus pequeños a las mujeres que vivían, generalmente, en las afueras de la ciudad, a fin de que los recién nacidos se criaran en ambientes más sanos y puros.


Halima había viajado a La Meca con algunas otras nodrizas de la tribu de los Bani Saad, en busca de los recién nacidos.


Halima había ido junto a su hijo montando una burra, mientras que su marido llevó una vieja camella que no tenía una gota de leche. Durante todo el viaje los tres no podían dormir por la noche y la mujer no tenía leche en su pecho para alimentar a su hijo.


Al llegar a La Meca, Halima no tuvo mucha suerte en encontrar a algún lactante de familia adinerada, y finalmente se quedó con Muhammad. Halima cuenta que de regreso a su comarca su burro superó todos los animales de


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las otras personas que estaban con ella, que observaban con asombro. Al llegar a las viviendas de Bani Saad, que es una de las zonas más áridas de la tierra, se encontró que las ovejas estaban llenas de leche.


Dos años más tarde Halima devolvió al niño a su Madre Amina. La madre lo abrazó. Al tener seis años, la madre de Muhammad falleció. ‘Abd al-Muttalib, se hizo cargo del nieto por dos años más y después, al igual que Amina, falleció y la custodia de Muhammad fue para su tío paterno: Abu Talib. Este último lo trató cual hijo. Abu Talib era pobre, por ello Muhammad nunca disfrutó de una vida placentera. Como ya estaba acostumbrado al cuidado de las ovejas durante su temprana infancia en el seno de la familia en Bani Saad, Muhammad siguió haciéndolo en La Meca y de esta forma colaboraba con su tío Abu Talib.


Al tener doce años, junto a su tío viajaron a Siria haciendo comercio.


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Mucho más tarde viajaría haciendo negocios a Siria contratado por Jadiyyah y ganando mucho dinero.


Hay que señalar que cuando Muhammad todavía era un joven, Jadiyyah le confió parte de su riqueza, pidiéndole que comerciara con esta riqueza en Siria en su nombre. Muhammad era bien conocido por su honestidad, veracidad y confiabilidad. Así regresó de Siria habiendo conseguido una gran ganancia para Jadiyyah. Su sirviente llamado MAISAR le comentó sobre los buenos modales, honestidad, seriedad, sinceridad y rectitud de Muhammad. Jadiyyah decidió que Muhammad sería el mejor marido.


Jadiyyah le confesó a su amiga Nafisah que quería casarse con Muhammad. Más tarde se casaron.


Cuando se casaron, Jadiyya tenía cuarenta años y era considerada la mejor mujer en cuanto a linaje, riqueza y sabiduría, y Muhammad contaba con 25 años. Como fruto de este matrimonio nacieron los hijos de ambos:


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Al‑Qasim, Zainab, Ruqaiyah, Umm Kulzum, Fatimah y ‘Abdullah. Todos los hijos varones murieron en la niñez.


Al cumplir cuarenta años, el Profeta Muhammad se aislaba en la cueva de Hira.


Hira es una pequeña cueva situada en una montaña, a una distancia de dos millas de La Meca. Allí Muhammad encontraba buen ambiente para contemplar y reflexionar.


Estando en uno de sus retiros y meditaciones en la cueva de Hirá, y en una de las últimas noches del mes de Ramadán, Muhammad escucha una voz que le dice: "Lee", Muhammad responde: "No sé leer". La aparición le ordena: "Lee", Muhammad responde nuevamente: "No sé leer", y la luz le dice: "Lee en el nombre de tu Señor, el que creó; creó al hombre de un espermatozoide. ¡Lee! tu Señor es el más Generoso, que ha enseñado al hombre lo que no sabía." (96:1-5). Era el arcángel Gabriel. En un principio, Muhammad se quedó muy alterado, pues no había visto nunca un Ángel.


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Cuando Muhammad contó a su esposa Jadiyyah todo lo que le había ocurrido, y todo lo que el Ángel Gabriel le había dicho. “Dios nunca te deshonrará” dijo Jadiyah a su esposo, “porque tú haces muchas cosas buenas. Mantienes unidas a las familias. Llevas la carga de los débiles, ayudas al pobre y al necesitado, atiendes a los invitados y pasas dificultades por seguir el camino de la verdad".


Durante este tiempo, y también más adelante, el Ángel Gabriel apareció nuevamente sentado sobre una silla que cubría el cielo y la tierra y le dijo a Muhammad estás aleyas: ¡Tú, el arropado!: ¡Levántate (de tu lecho, o de tu letargo) y advierte (a tu pueblo), y a tu Señor engrandece y tu vestimenta purifica y de las abominaciones (ídolos y maldades) huye! (74:1-5). La revelación siguió después de eso.


Allah, de esta forma, ordenó a Muhammad invitar a la gente hacia la Unicidad, hacia la adoración del Dios Único y Muhammad lo hizo utilizando la prudencia y la buena exhortación.


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Aceptaron esta invitación su esposa Jadiyyah, su amigo Abu Bakr y su primo Ali Ibn Abi Talib.


Sucesivamente la gente abrazó el Islam. La tarea no era fácil. La gente de La Meca persiguió a los musulmanes y por eso se fueron a Medina.


Muhammad murió a los sesenta y tres años. Su Mensaje es el último y sus seguidores se encargaron de llevarlo a todo el mundo.


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Moral y conducta del


Moral y conducta del


Profeta Muhammad


Profeta Muhammad


El carácter del Mensajero era tan eminente y sobresaliente que Dios lo menciona en Su Libro: "Eres, sí de eminente carácter”. (68:4). El Mensajero de Allah gozaba de impresionante moral y conducta.


Anas ibn Malik, dijo una vez: “He servido al Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) por diez años, nunca me regañó por algo que había hecho o por algo que no había hecho”. Asimismo dijo: “Estaba caminando con el Mensajero de Allah, un beduino lo acosó, lo agarró por la capa de tal manera que dejó una marca en su cuello y le dijo: Muhammad, dame algo de dinero. El Profeta sonrió y le dio algo de dinero.


Aisha, esposa del profeta, dijo, al ser consultada sobre la vida del Profeta dentro del hogar, lo siguiente: El Profeta hacía lo mismo que hacíamos, o sea se encargaba de asuntos


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domésticos. Cuando llegaba el horario de la oración, hacía su ablución e iba a rezar".


Abdullah Ibn Al hariz dijo: nunca he visto a alguien sonreír más que el Profeta Muhammad. Yabir dijo: al pedirle algo, nunca el Profeta ha dicho no, A lo largo de toda su vida, el profeta Muhammad era generoso, valiente, justo, veraz y honesto. El profeta solía bromear con sus compañeros, conversaba con ellos, era cariñoso con los niños, al ser invitado atendía la invitación, visitaba al enfermo y aceptaba las disculpas.


Llamaba a sus compañeros con los nombres que ellos más querían y no les interrumpía al hablar con él.


Abi Qatada dijo: cundo se presentó la delegación de Negus, el Profeta se levantó para atender la visita personalmente. Los compañeros le dijeron: déjanos hacerlo Profeta. Contestó: ellos atendieron muy bien a mis compañeros y me agrada retribuirles.


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Solía decir: soy siervo de Dios, como tal cual comen los siervos, me siento como ellos. Montaba un burro, visitaba a los necesitados y pobres.


Thomas Carlyle dijo: Acusar a Muhammad de confiar en la espada para que la gente responda a su predicación ¡es un sinsentido incomprensible!


George Bernard Shaw dijo sobre él: “Debe ser llamado el Salvador de la humanidad. Creo que si un hombre como él asumiera la dictadura del mundo moderno, tendría éxito en resolver sus problemas de forma que traería la tan necesaria paz y felicidad. Él fue el hombre más extraordinario que jamás haya puesto un pie en esta tierra. Predicó la religión, fundó un estado, construyó una nación, estableció un código moral, inició numerosas reformas sociales y políticas, estableció una sociedad poderosa y dinámica para practicar y representar sus enseñanzas, y revolucionó por completo los mundos del pensamiento y del comportamiento humanos para todos los tiempos por venir”.


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Milagros del Profeta


Milagros del Profeta


Junto con el Corán, el más grande de los milagros, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) realizó, con la anuencia de Dios, muchos milagros visibles frente a sus contemporáneos.


Uno de los milagros es la de partir la luna en dos mitades iguales. Dios dividió la luna en dos mitades separadas y luego las volvió a unir.


Las aguas surgieron de entre de los dedos del Profeta.


Las piedras alabaron a Dios estando en una de las palmas del Profeta.


El brazo envenenado de la oveja que una mujer judía le dio para comer, le habló y le comunicó que estaba envenenado para que el Profeta no lo comiese.


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Un beduino le pidió un milagro, el Profeta dio órdenes a un árbol, éste se movió del lugar, fue hasta sus pies y luego volvió a su lugar original.


El Profeta pasó sus manos por sobre las ubres de una oveja que no daba leche, la oveja dio leche del cual el Profeta bebió junto a Abu Bakr.


Curó el ojo de Ali Ibn Abi Talib.


Un pie de uno de sus compañeros fue alcanzado por heridas graves sobre las cuales el Profeta deslizó su mano y éstas se cerraron de inmediato.


Rogó a Allah por Anas Ibn Malik para que tuviese larga vida. A consecuencia de ello, Anas la tuvo (vivió ciento veinte años), tuvo ciento veinte hijos, Sus palmeras- las de Anas- daban frutos dos veces al año lo que no era común, pues habitualmente las palmeras lo hacen una vez al año.


Las personas sufrían hambre en la época de Muhammad. Un hombre se puso de pie cuando


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Muhammad estaba ofreciendo el sermón semanal del viernes, y dijo: 'Mensajero de Dios, nuestra riqueza se ha destruido por la sequía y nuestros niños están hambrientos. Pide a Dios por nosotros'. Muhammad levantó sus manos e hizo una plegaria. Aquéllos que estaban presentes testificaron que en el momento en que él bajó sus manos, las nubes empezaron a formarse tan grandes como las montañas. ¡Cuando él bajo de su púlpito, la lluvia estaba goteando de su barba! ¡Llovió durante una semana entera hasta el siguiente viernes!


El mismo hombre se puso de pie nuevamente, y esta vez se quejó así: 'Mensajero de Dios, nuestros casas se derrumban, y nuestras propiedades se inundan, pide a Dios por nosotros’.


Muhammad levantó sus manos y elevó una plegaria: 'Oh Dios, (haz que caiga la lluvia) alrededor nuestro, pero no sobre nosotros'.


Aquéllos que estaban presentes testificaron que las nubes se retiraron en la dirección hacia la


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que él apuntó, la ciudad de Medina fue rodeada por las nubes, pero no había ninguna nube sobre ella.


Mil hombres durante la batalla del foso comieron de tan solo un par de kilos de cebada, todos se quedaron satisfechos y la comida se quedó intacta.


Cien de los incrédulos de La Meca se pusieron junto al umbral de su casa para asesinarle, salió de entre sí sin que lo viesen.


SURAQAH IBN MALIK quiso alcanzarle para matarle durante su hégira hacia Medina. El Profeta al verle cerca, rogó a Allah que no llegara hasta él. A consecuencia de ello, las patas del caballo de SURAQAH se hundieron en la tierra.


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Bases de la religión


Bases de la religión


musulmana


musulmana


Creer en Allah. La adoración corresponde únicamente a Allah, tanto el hombre como toda la creación están en este universo para adorar a Allah.


Dado que Allah es nuestro Creador, todo proviene de Allah y todo regresará a Allah, la creación entera, incluyendo al hombre, es la manifestación del Poderío y de la gloria de Allah.


La relación entre el hombre y Allah es la de Servidor y Amo. El hombre debe su adoración exclusivamente a Allah, y si adora a otro que no sea Él, comete el pecado más grave que jamás existe.


Creer en los Ángeles. Los ángeles pertenecen a un mundo desconocido, para nosotros. Los ángeles adoran a Allah y no poseen ningún carácter divino, ni de soberanía. Se encuentran sometidos por naturaleza. Acatan las órdenes


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divinas y las ejecutan. Creemos en todos ellos, tanto en los que sabemos sus nombres como Gabriel, Miguel, como en los que ignoramos sus nombres.


Creer en los Libros Sagrados. Los Libros poseen la verdad procedente de Allah. Todos estos Textos invitan a la gente a creer en la Unicidad de Dios, y en que Él es el Creador, Soberano y Dueño, y que a Él corresponden los mejores Nombres y Atributos.


Creer en La Torá: La Torá es el Libro Sagrado que fue revelado a Moisés. Creer en El Zabúr, los Salmos es el Libro que le fue revelado a David. Creer en El Evangelio: es el Libro que le fue revelado a Jesús.


Creer en El Sagrado Corán: el Corán es la Palabra de Allah, la cual Gabriel transmitió a Muhammad (la paz sea con él) en idioma árabe. El Corán es el último de los Libros Sagrados, el cual confirma los Textos anteriores que proclamaban el Mensaje de la Unicidad y la obligación de adorar y obedecer a Dios. Todos


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los Libros anteriores fueron abrogados por el Corán.


El Sagrado Corán, desde el punto de vista de la elocuencia, es lo más elocuente que hay. Es lo máximo en cuanto a la legislación se trata y es, sin parangón alguno, un Libro único en lo relacionado con lo no-visto. Es un Libro excepcional que nadie puede imitar, ni siquiera hacer un solo capítulo ni aleya igual a él.


Creer en los Mensajeros: Allah ha enviado a Sus mensajeros para orientar a la gente hacia el Hacedor de los Mundos y para llevar a sus pueblos a adorar al Dios Único.


Los Mensajeros son simplemente humanos y no poseen ningún atributo divino. Los Mensajeros comen y beben como cualquier mortal. Son escogidos de entre de la mejor gente.


Creer en ellos implica que el Mensaje que ellos trajeron es verdadero, creer asimismo en sus nombres, los nombres que conocemos y los que no conocemos. Después de creer en todo eso, hay que aplicar la ley del Profeta Muhammad,


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que es el sello de todos los Mensajeros y profetas.


Creer en el Día del Juicio Final: Nos referimos al Día de la Resurrección. Después de este Día, los moradores del Paraíso se quedarán en él para siempre y asimismo los del Infierno.


Creer en el Día del Juicio Final quiere decir: estar totalmente convencido de ello, que ese Día vendrá y hay que obrar en este mundo terrenal a la luz de ello.


Eso requiere tres asuntos:


A- Creer en la Resurrección. La gente saldará de sus tumbas, desnuda, descalza, incircuncisa.


B- Creer en la recompensa y en la Rendición de Cuentas.


Allah enjuiciará a cada persona y recompensará o castigará. Habrá quienes van al Paraíso, mientras que habrá otros, al Infierno. La recompensa y el castigo se ajustan a la lógica, puesto que Allah ha enviado a Mensajero que


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dilucidaron la verdad y la falsedad y aclararon el verdadero camino hacia Allah. La gente, en ello, se ha dividido en dos: creyente e incrédula. Por eso, la Sapiencia Divina estableció separar entre sí. El Corán dice: ¿Acaso en nuestro juicio hemos de ser injustos e igualar a los musulmanes con los incrédulos? ¿Qué os pasa? ¿Cómo juzgáis de manera tan errónea? (68:35-36).


C- Creer en el Paraíso y en el Infierno.


Ambos son la Morada final de los humanos. El Paraíso es la morada que Allah ha preparado por los piadosos, mientras que el Infierno, para los perversos, injustos, incrédulos y desobedientes. Hay grados dentro del Paraíso y lo mismo dentro del Infierno.


No todo el mundo es igual, pues hay quienes están en lo más elevado del Paraíso y hay los que estarán en los más profundo del Infierno.


Creer en el Destino. Creer que Allah sabe lo que hay, lo que hubo, lo que habrá y también sabe de lo que si hubiese sucedido que habría


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pasado. Todo lo que sucede es materia asimilada y bien conocida por parte de Allah.


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