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PODEMOS ESTAR JUNTOS SOLO POR LOS NIÑOS?  BUSCAS CASARTE? AQUÍ HAY ALGUNOS CONSEJOS


«As-salam Aalaikum. Necesito orientación en un asunto.





El caso es que mi esposo y yo solo vivimos juntos por nuestros hijos. No queda ninguna relación entre nosotros.





Apenas hablamos. Y cuando lo hacemos, solo se trata de asuntos de los niños. No queremos estar juntos, eso es seguro.





Mi pregunta es: ¿cuál es el estatus de tal matrimonio en el Islam?





¿Se nos permite seguir viviendo juntos así? Por favor, guíenme en esto.»





RESPUESTA POR HANNAH MORRIS


RESPUESTA CORTA:


En el Islam, el matrimonio es una relación altamente protegida, y se nos alienta a hacer todo lo posible para salvarlo antes de renunciar.





Por favor, busca consejería matrimonial.





Además, ni tú ni tu esposo satisfacen sus necesidades matrimoniales viviendo de esta manera, lo cual puede conducir al adulterio.





No es saludable para los niños ver que así es como se ve el matrimonio.





Hagan su mejor esfuerzo para reparar su matrimonio.





Si nada ayuda, el apoyo social te ayudará a superar con éxito lo que será un gran cambio en la vida, especialmente para los niños.





Wa ‘Alaikum Salaam hermana,





Es una situación desgarradora para el esposo, la esposa y los hijos cuando un matrimonio no parece estar funcionando. Alhamdu lillah, que aunque las cosas están mal, al menos se comunican amigablemente por el bien de los niños.





Sin embargo, aparte de esto, la situación está lejos de ser la ideal. Seguramente es permisible vivir así, ya que no se ha emitido el divorcio, pero la vida que vives no es lo que debería ser la vida de casado.





NIÑOS


En primer lugar, no es saludable para los niños ver que así es como se ve el matrimonio. Pregúntate si te gustaría verlos en un matrimonio como este cuando sean mayores. Probablemente no. Pero vivir de la manera que lo haces les enseña que esto es lo que debería ser el matrimonio.





Claro, es mejor criarse en un hogar con 2 padres. Pero si no estás contenta, esto no puede ser bueno para los niños, ya que verán el matrimonio como algo negativo. Preferirán no casarse en absoluto o esperarán muy poco del matrimonio y no obtendrán satisfacción.





Además, ni tú ni tu esposo satisfacen sus necesidades matrimoniales viviendo de esta manera. Esto podría llevar a hacer cosas que se clasificarían como adulterio, ya que técnicamente todavía están casados.





PROTEGE TU RELACIÓN


En el Islam, el matrimonio es una relación altamente protegida, y se nos alienta a hacer todo lo posible para salvarlo antes de renunciar. Por lo tanto, es aconsejable que primero busquen terapia de pareja. Vean si pueden hacerlo funcionar antes de tomar medidas más drásticas. Es posible que solo necesiten encender la chispa nuevamente.





Parece que al menos se llevan bien, incluso si el único tema de conversación son los niños. Recuerden por qué se enamoraron al principio. Recuerden por qué se casaron.





Pídanle a alguien que cuide a los niños una noche y hablen. Continúen esta conversación con un consejero juntos, o con el imam local que podrá apoyarlos desde una perspectiva islámica.





TERMINENLO


Si todo esto falla y terminan separándose, asegúrate de contar con el apoyo de tus seres queridos. El apoyo social te ayudará a superar con éxito lo que será un gran cambio en la vida, especialmente para los niños.





Hagan que se sientan lo más cómodos posible y asegúrense de hacerles saber que no es su culpa, ya que muchos niños temen cuando se produce el divorcio de los padres.





Al menos si tú y tu esposo aún pueden discutir asuntos relacionados con los niños, entonces esta parte de la transición puede mantenerse lo más fluida posible.





Mientras tanto, oren istikhara y pídanle a Allah (swt) que los guíe a tomar la mejor decisión sobre cómo avanzar. Encuentren consuelo sabiendo que están haciendo lo mejor para todos, con la ayuda de Allah (swt).





Que Allah (swt) te facilite las cosas y te guíe a avanzar de la manera que más le agrade. Que Él traiga felicidad y satisfacción a todos ustedes.





¿BUSCAS CASARTE? AQUÍ HAY ALGUNOS CONSEJOS


Escrito por Waleed S. Ahmed, traducido por Cinthia N. Mascarell





Es una verdad universalmente reconocida que los jóvenes musulmanes solteros, a pesar de no estar en posesión de ninguna fortuna, siempre están buscando un cónyuge.





Sin importar cuán poco preparados estén estas personas para emprender esta experiencia, se le da poca importancia y se los arroja al mundo de la búsqueda de pareja. La división generacional en la comunidad ha significado que los jóvenes hayan recibido poca capacitación en el hogar para navegar el proceso de encontrar un cónyuge. Estas personas buscan relaciones de alta calidad, pero pocas tienen las habilidades y la inteligencia emocional necesarias para encontrar una. Se les deja aprender por su cuenta a través de prueba y error, y a menudo mucho dolor.





Con la esperanza de hacer este viaje un poco más fácil, hemos recopilado algunos principios a tener en cuenta al pisar estas aguas frías inexploradas.





1. TRABAJA EN TI MISMO


No atraerás lo que quieres, atraerás lo que eres. ¿Encuentras en ti mismo las cualidades que buscas en otro?





Aspira a ser autosuficiente y completo por tu cuenta, en lugar de esperar que alguien más lo haga por ti.





Operativamente, esto implica refinar tanto tu ser interno como tu externo. En el exterior, esto podría incluir cosas básicas como estar bien arreglado (especialmente para los hombres), saber cómo cocinar comida saludable, hacer ejercicio regularmente y mantenerte económicamente. También debes asegurarte de tener buenas relaciones con tus seres queridos: ¿las personas que te importan te aman? Admite los errores que hayas cometido y haz las paces para mejorar los lazos si están tensos. El estado de tus relaciones actuales puede ser un buen indicador de las futuras.





En el interior, debes hacer un inventario moral y trabajar para abordar tus deficiencias de carácter. Debes trabajar en tu egoísmo, tu ira, tu deshonestidad, tu lujuria, tu orgullo, tu avaricia, tu dureza, tus resentimientos, tu terquedad, tus miedos, tus celos, tu justicia propia, tu vanidad. Esta lista nunca termina y es un proceso de toda la vida; cuanto antes comiences, mejor estarás.





También debes obtener ayuda por cualquier problema grave que temes que pueda afectar una relación, en lugar de esperar que estos problemas desaparezcan con la «pareja correcta». Si tienes un problema de adicción de pornografía, busca ayuda y no te dejes engañar pensando que el matrimonio lo resolverá por ti. Si no tienes control sobre tus deseos antes del matrimonio, mágicamente no ganarás control después. Si tienes un problema de abuso de sustancias, únete a un programa de 12 pasos. Si tienes un problema de ronquidos, revisalo. Si sientes que no estás sano emocionalmente, obten ayuda de un profesional de salud mental. En pocas palabras, ten tu casa en orden antes de decidir construir una nueva.





2. MANTEN UNA BUENA SALUD MENTAL DURANTE TODO EL PROCESO


Sé resuelto en tu búsqueda, pero no lo conviertas en el propósito de tu vida. El proceso de encontrar un cónyuge puede volverse emocionalmente agotador y abrumador si no lo haces de una manera sana. Comprende que este proceso implica demasiados factores que están completamente fuera de tu control; las cosas no siempre irán a tu manera, así que no te apegues demasiado al resultado. Lo único que controlas son tus respuestas y acciones, así que concéntrate en dar lo mejor de ti.





Un error común que cometen las personas es que se dan una línea de tiempo, p. «Quiero casarme a los X años o en tal X año». Esto solo resulta en una presión innecesaria que puede conducir a la ansiedad y la mala salud mental; También puede forzar a uno a tomar decisiones imprudentes. Todos tienen una línea de tiempo diferente; confía en el plan de Dios para ti.





Cada vez que se altera tu salud mental, deténte y vuelve a evaluar. Algunos signos de mala salud mental incluyen: pensamiento obsesivo, incapacidad para concentrarte en tus asuntos cotidianos, apego compulsivo, sueño perturbado, ansiedad, dificultad para tomar decisiones, incapacidad para realizar múltiples tareas, sentirte abrumado, ataques de pánico, depresión, irritabilidad, cambios en los hábitos alimenticios y una pérdida de serenidad interior. Es mejor obtener ayuda de consejeros o de un terapeuta en tales casos.





3. ADOPTA UNA MENTALIDAD DE DAR


En la medida que das es la medida en la que recibes. En lugar de preocuparte tanto por lo que quieres, concéntrate en lo que tienes para ofrecer.





Si bien debes expresar tu interés en alguien que te gusta, no lo corrompas con desesperación y necesidad. Si has implementado el primer punto mencionado, ya eres una persona segura y autosuficiente. Estarás bien pase lo que pase. Concéntrate en dar sin expectativas y construir una compañía saludable. Sé alguien que da y te sorprenderá de lo fácil que atraerás a las personas adecuadas hacia ti. La «mentalidad de querer» es una mentalidad autodestructiva: puede que no encuentres todas las cosas que quieres en alguien, e incluso si lo hicieras, ¡no hay garantía de que te quieran!





4. TRABAJAR PARA SALVAR LAS DIFERENCIAS RELIGIOSAS


Uno de los desafíos únicos que enfrentan los musulmanes occidentales cuando buscan un cónyuge es encontrar compatibilidad religiosa. La diversidad de nuestra comunidad, junto con la naturaleza individualizada de la fe en Occidente, ha dado lugar a una gran cantidad de «marcas» del Islam. Los niveles personales de observancia pueden variar enormemente, incluso dentro de los miembros de la misma familia, por lo que puede ser difícil encontrar la opción adecuada.





Siempre encontrarás diferencias en la observancia religiosa y las opiniones entre los cónyuges. Es imposible, y tonto, tratar de buscar a alguien exactamente al mismo nivel. Algunas personas pueden ser más conservadoras que tú, algunas pueden ser más liberales. ¿Realmente tienes que rechazar a alguien porque no está de acuerdo con tus puntos de vista sobre las hipotecas convencionales? ¿Qué pasa si te gusta vestirte para Halloween e ir a pedir dulces, y se oponen a eso? ¿Qué pasa si no comen zabiha halal como tú? ¿Qué pasa si no rezan las cinco oraciones a tiempo?





Dadas las circunstancias únicas en las que vivimos, debemos ser flexibles y de mente abierta para resolver tales diferencias. Debemos tener cuidado al juzgar las creencias de alguien; No sabemos qué hay en el corazón de alguien. A algunos de nosotros se nos enseñó a honrar a Dios a través de la adoración y al observar Su ley, algunos de nosotros fuimos criados con énfasis en servir a Su creación con buen carácter. Las personas tienen sus fortalezas y debilidades en la fe; a veces estas son aparentes, a veces están ocultas. Tu relación con Dios no es perfecta y tampoco lo será la de tu pareja; Todos somos un trabajo en progreso.





Si se aborda con amabilidad, respeto mutuo y voluntad de compromiso, estos diferentes puntos de vista religiosos podrían resolverse en muchos casos. Si bien a veces las personas realmente están en los extremos, la mayoría de nosotros caemos en algún punto intermedio y podemos encontrar un punto medio cómodo. A menudo es nuestra terquedad, y una comprensión estrecha de la religión lo que se interpone en el camino. Las personas buenas son difíciles de encontrar, así que no dejes ir a la pareja adecuada porque no sigue tu sabor exacto de observancia religiosa. Este es ciertamente un tema delicado y debe tratarse con tacto y sabiduría; Es aconsejable buscar el consejo de personas más experimentadas.





5. NO EXPONGAS TU PASADO Y NO TE ENTROMETAS EN EL DE OTRA PERSONA


Si tienes un pasado del que no estás orgulloso y no le concierne a tus relaciones futuras, no debes sentirte obligado a exponerlo. De hecho, si esto se relaciona con los pecados del pasado, en realidad está prohibido revelar tus pecados a otra persona, incluso en el contexto del matrimonio. Shaykh Nuh Keller resume bien esta trampa: “En el Islam, mencionar un pecado es en sí mismo un pecado. ¡Cuántas personas han sido incapaces de resistirse a contarle a un amigo o cónyuge la maldad que cometieron en su vida anterior, y Allah los castigó con el asco y desprecio en el corazón del otro que nunca podría olvidarse del todo! No hay barakah en lo haram”.





Del mismo modo, no hace falta decir que no deberías entrometerte en el pasado de otra persona y tratar de desenterrar los detalles de sus desventuras. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) nos ordenó tener una buena opinión de la gente; advirtió contra la naturaleza destructiva de la sospecha. Nos dijo: “Cuidado con la sospecha porque es el pensamiento más engañoso. No busquen las faltas de los demás y no espíen, y no se pongan celosos el uno del otro, y no abandonen (corten su relación con el otro), y no se odien el uno al otro; Más bien, sean siervos de Dios como hermanos».





6. EL ISTIKHARA NO ES UNA SOLUCIÓN PARA LA INDECISIÓN


La oración para buscar orientación, o Istikhara, es frecuentemente citada por quienes consideran el matrimonio. Sin embargo, el error que muchos cometen es que realmente deseamos que alguien más tome la decisión por nosotros. Tenemos tanto miedo de tomar una decisión equivocada que nos resulta difícil tomar alguna. Esperamos que suceda una señal divina o un milagro que nos diga que la otra persona es adecuada para nosotros y que viviremos felices para siempre con ellos.





Tomar decisiones importantes en la vida, emocionalmente prudentes, es una habilidad vital importante que se debe aprender. Estas decisiones conllevan riesgos inherentes, incertidumbres e incógnitas; No hay garantías. Si habitualmente te resulta difícil decidir, es probable que se deba a factores externos. Puede tener algo que ver contigo, puede tener algo que ver con la persona que estás considerando. Es aconsejable buscar asesoramiento si te encuentras en esta situación.



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