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{Ciertamente eres de una naturaleza y moral grandiosas.} [Corán 68:4]





Amo a los musulmanes conversos. Ellos son los mejores de todos los musulmanes porque se acercaron al Islam con humildad, con asombro, con hambre de aprender y practicar su Din, pero lo más importante, llegaron al Islam sin ningún complejo. Ellos llegaron esperando encontrar la prometida y legendaria “hermandad en el Islam”.





Mi pregunta para todos los musulmanes de nacimiento es: ¿creen que eso es fácil? ¿le están ofreciendo esto a los nuevos musulmanes de forma espontánea, generosa y constante?





Cuando llega un invitado a nuestras casas, somos muy cuidadosos en demostrarle nuestra cortesía, con generosidad, sin negarles nada. Nos sentimos muy orgullosos por la reputación de hospitalidad que nuestras culturas y naciones han construido. Esta maravillosa herencia parece perderse en las puertas de las mezquitas. A menudo escucho a musulmanes de nacimiento decir con orgullo: “¡Al Hamdu li-lah, Subhan Al-lah! Mira cuánta gente de nuestra religión. Esta es realmente la religión de más rápido crecimiento sobre la faz de la tierra”. Presumimos sobre esto, sin embargo, a menudo veo musulmanes que obviamente son americanos o que no pertenecen al grupo étnico mayoritario, que se quedan solos apenas con un “As-Salamu ‘alaikum”. Ellos no saben muchas cosas, cuya piedra angular es cómo establecer un estilo de vida e identidad musulmana. ¿Cómo van a conseguir ayuda para aprender a rezar, cómo y cuándo dar el Zakah, o cómo comprender el Noble Corán? ¿Con quién hablarán acerca de las reacciones de sus amistades y familiares o sus dificultades cotidianas al intentar alejarse de los hábitos y el ambiente no islámicos? ¿Qué se supone que harán esto sin establecer relaciones de Amistad con otros musulmanes que los apoyen?





No solo me refiero a los musulmanes recientemente revertidos, sino a los musulmanes que han encontrado el camino correcto habiendo recibido una educación secular y parejas que han sobrepasado la división étnica y racial y tienen un el deseo de construir una comunidad musulmana donde vivan ellos y sus hijos. Hace poco escuché a un amigo de una familia musulmana lamentarse por el hecho de que su hija (egipcia) se casaría con un iraquí, mientras que otros se burlaban sobre un argelino que se iba a casar con una bangladeshí, o el egipcio casado con la afroamericana, o el pakistaní blanco que se casó con la pakistaní oscura. Me pregunto por qué. Si alegremente primero nos identificamos como musulmanes, ¿acaso la identidad cultural y racial tiene mayor prioridad que la bondad de un alma? ¿Realmente esperamos que esos musulmanes vengan y digan “¡sé mi amigo por favor!; puedes ser mi amigo sin prejuicios”? No nos beneficiamos de nuestra experiencia de vida solo permitiendo a gente exactamente igual a nosotros entrar en nuestra esfera personal. Realmente esto es una pérdida personal, pero es una pérdida aún más grande para la comunidad musulmana que tanto decimes que nos preocupa.





Veo mezquitas que están designadas de forma no oficial como mezquitas pakistanís, mezquitas egipcias, mezquitas albanas, mezquitas yemenís, etc. Para ser justo, es la naturaleza humana que quiere identificarse y permanecer con lo que es familiar y confortable. Es también la naturaleza humana que quiere sentir que somos mejores que otras personas. Deberíamos sentirnos avergonzados, y no orgullosos, cuando no estamos dispuestos a,  concientemente, ofrecer nuestra amistad y hermandad a otros simplemente porque son diferentes a nosotros. Nos convertimos en lo que no queremos ser: hipócritas y los peores representantes de nuestra fe musulmana. Son precisamente estas acciones o negligencias las que causan que la gente no frecuente nuestras mezquitas, que se separen de la comunidad islámica, que abandonen su fe por otra, y ayuda a que se extinga la preciosa luz del Islam que apenas está comenzando a brillar en sus corazones.





Existen muchos hadices que indican el elevado lugar que ocupan los modales (Ajlaq) en el Islam. Sin embargo, ¿dónde están nuestros modales hacia los demás? Los no musulmanes, incluso con el más mínimo conocimiento sobre el Islam, nos caracterizan por nuestros buenos modales. Estas son las cosas por las que los musulmanes son reconocidos en el mundo. Ellos nos observan y dicen: “Si tu religión no te ha hecho una buena persona, ¿cómo puede ser una buena religión para nosotros?” ¿Cuál debe ser nuestra respuesta? Esta pregunta debe ser aún más apremiante cuando los musulmanes nuevos o los que han regresado al Islam la formulan.





¿El verdadero musulmán es capaz de cambiar una vez que se ha llamado su atención sobre este fenómeno? Con todo mi corazón, espero que sí. Es nuestra responsabilidad hacerlos sentir bienvenidos, de hacer sentir a todo el mundo bienvenido cuando entra a una mezquita. Incluso cuando miro alrededor veo que los prejuicios raciales y culturales están profundamente enraizados en la Ummah musulmana, y eso nos divide. Quebranta nuestro orgullo, derriba nuestro honor, y de manera consciente minimizamos la experiencia musulmana para todos nosotros. Déjame recordarte que la práctica de la división basada en el color comenzó con la colonización europea y la esclavitud que se expandió por todo el planeta, dejando a penas un país sin tocar. Inevitablemente, esto ha dado como resultado profundos prejuicios raciales y étnicos que han infectado a todas nuestras culturas y ha debilitado a nuestra gran Ummah. La unidad musulmana no podrá hacerse realidad hasta que esta conversación no se haga efectiva en nuestras mezquitas, nuestros hogares, nuestros intelectos y nuestras consciencias. Hago un llamado a todos los musulmanes a reflexionar y a acercarse a aquellos que están solos o no nos son familiares. Los mejores de ustedes se levantarán y se presentarán diciendo “mi nombre es fulano de tal, bienvenido a la mezquita”. Los mejores de ustedes dirán “me gustaría mucho que vinieras para tomar un té o para cenar o que te reúnas con nosotros en el ‘Id”. Y si encuentras a alguien que es nuevo en el Islam o está tratando de encontrar su camino de regreso, ofrécele tu ayuda tanto como puedas. Al-lah, Glorificado y Alabado sea, Recompensará tu bondad, y también te sentirás recompensado en tu corazón.





Nuestra gran Ummah está en la mira y bajo ataque de todos los lados, ¿podemos darnos el lujo de alejar a aquellos que pueden ser uno de nosotros? Para aquellos que dicen “Esto no se aplica a mí”, piensen una vez más. Al-lah, Glorificado y Alabado sea, Toma nota incluso de las cosas más pequeñas. No puedo terminar con nada mejor que las palabras del último sermón del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam:





“Toda la humanidad viene de Adán y Eva, un árabe no es superior a un no árabe ni un no árabe es superior a un árabe; tampoco un blanco es superior a un negro ni un negro es superior a un blanco, excepto por la piedad y las buenas acciones. Sepan que todo musulmán es hermano de todo musulmán y que los musulmanes constituyen una sola hermandad. Nada que pertenezca a un musulmán puede ser concedido a otro musulmán, a menos que sea dado libre y voluntariamente. Por lo tanto, no cometan injusticias con ustedes mismos”.





 





Criar y educar a los hijos de una manera islámica en una sociedad no musulmana necesita del esfuerzo de todos, sin excepción, empezando con el de los padres, siguiendo con la mezquita y la comunidad. Todos tienen un papel importante que desempeñar. Mientras más fuertes sean estos papeles y mientras más se complementen entre sí, el proceso de crianza será mejor.





El papel de la comunidad musulmana es importante y está basado en una serie de factores, de los cuales los más importantes son:





1. Apoyar al centro islámico para que así continúe proveyendo todos los diferentes servicios y programas, a la vez que realiza mejoramientos.





Apoyo financiero continuo para solventar todos los gastos operativos y de actividades. Cada programa o actividad tiene un costo, el cual debe ser cubierto por la comunidad. Esta comunidad debe manifestar su apoyo al centro de una manera ejemplar, solventando todas sus actividades, la escuela o clases islámicas, las facturas de servicios, etc.





Le damos la buena nueva a todo aquel que done a un centro islámico que sus donaciones le traerán recompensas positivas continuas en esta vida y aún después de muerto, tal y como prometiera el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam. El Imam Muslim, que Al-lah lo Perdone, informó que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: "Cuando una persona muere, sus acciones cesan, excepto por tres cosas (siendo la primera de ellas): una Sadaqah Yariah (una caridad que sigue beneficiando hasta después de la muerte)…". Al-lah, Glorificado sea, Dice (lo que se interpreta en español): {Toda caridad es en beneficio propio, hacedla pues anhelando el Rostro de Al-lah [y Su complacencia]. Y sabed que se os recompensará por cuanto deis y no seréis oprimidos.} [Corán 2:272]





2. Apoyar al centro islámico requiere también de esfuerzo y tiempo invertido en programas y proyectos voluntarios que siempre existen. Lo mejor es ir en persona y llevar a tus hijos contigo. De esta manera, ellos participarán del trabajo voluntario. Este es un factor importantísimo para aumentar su tendencia a trabajar en grupo en lugar de hacerlo de forma egoísta e individualista. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solía participar junto con sus Compañeros como voluntario en proyectos que beneficiosos para la comunidad musulmana y la sociedad en general.





3. Se puede apoyar al centro islámico también sugiriendo una buena idea para emprender nuevos proyectos importantes. Lo mismo se puede hacer con proyectos y programas que ya existen, mediante el criticismo constructivo se los puede mejorar. Aquellos que no toman la iniciativa o que siempre critican por criticar, rechazando las ideas de los demás, no ayudan en lo más mínimo al centro. Lo que acaba haciendo esta clase de gente es debilitar la posición de otros que sí trabajan, haciendo que subsecuentemente abandonen los proyectos debilitándolos.





4. Otra manera efectiva de apoyar al centro islámico es participar continuamente en las actividades ya existentes, llevando a tu familia contigo. Es imprescindible que hagas de esta participación parte de tu programa diario y semanal. El participar te ayudará a continuar asistiendo, lo cual será beneficioso para ti y tu familia. Además, no debes olvidar que tus hijos necesitan relacionarse socialmente, algo que no ocurrirá sino a través de la comunidad musulmana. No puedes lograrlo solo. El Profeta nos ordenó mantenernos unidos a la Yama'ah (comunidad) y nos advirtió contra el aislarnos de la misma. Él dijo: "…Manténganse junto a la Yama'ah (comunidad) y tengan cuidado con las divisiones…" [Sahih Al Yami']





5. Una manera exitosa de apoyar al centro islámico es haciendo que otros musulmanes miembros de la comunidad estén conscientes de las actividades y programas que el centro tiene para ofrecer. También, asegúrate de llevar a algunos de ellos contigo. De esta manera estarás cumpliendo con tus deberes para con los otros musulmanes y, al mismo tiempo, serás recompensado por tu acción sin que la recompensa de ellos disminuya para nada el Día del Juicio.





Lo que te ayuda a participar en las actividades y programas del centro es tu casa. Si vives cerca de la Masyid (mezquita), podrás participar más fácilmente en las oraciones diarias, por ejemplo. Es importante que establezcas buenas relaciones basadas en el Islam con otras familias musulmanas. Haz tu mejor esfuerzo por vivir en un barrio junto a otras familias musulmanas, para que así puedas compartir tus experiencias en criar a tus hijos con ellos.





Necesitamos establecer relaciones basadas en el Islam con otras familias musulmanas. Esa relación debe estar basada en el Islam y en nada más. También, debes tener cuidado de caer en el racismo o el nacionalismo del que nos advirtió el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. El racismo puede ser explotado por los demonios de entre la gente y los Yinn, y este llevará a la destrucción de la unidad de cualquier comunidad musulmana.





Mantenerse apartado del racismo implica muchas cosas:





1. Desarrollar buenas relaciones con familias musulmanas que no pertenecen a la misma nacionalidad o etnia.





2. Evitar las actividades que están dirigidas solamente a ciertas nacionalidades, etnias o razas, por ejemplo, árabes con árabes únicamente, indios con indios, pakistaníes con pakistaníes o latinos con latinos, aún si estas actividades tienen como objetivo construir una mezquita, un centro o una organización. Esto destruirá la unidad entre la comunidad musulmana. Al-lah, Glorificado sea, Dice (lo que se interpreta en español): {Aferraos todos a la religión de Al-lah y no os dividáis…} [Corán 3:103] Al-lah, Glorificado sea, también Dice (lo que se interpreta en español): {Ciertamente los creyentes son todos hermanos entre sí…} [Corán 49:10]





Muchas de las personas que caen en la trampa del nacionalismo ni siquiera están conscientes de la seriedad de esta práctica que arruina la relación entre los niños musulmanes y las familias musulmanas. Esto acabará destruyendo el significado del mensaje universal del Islam que necesitamos cultivar en sus mentes y ejemplificarlo en su realidad.



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