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El rencor es una carga muy pesada que la persona acarrea, el cual resulta en su propia miseria, ocupando sus pensamientos, arruinando su mente y agregando amargura y ansiedad. Lo extraño es que la gente ignorante insiste en llevar esta pesada carga de maldad, hasta que satisfagan sus egos y se venguen de aquel a quien odian y envidian.





El rencor devora gran parte de la virtud que una persona pueda tener en su corazón, y se incrementa a costa de esa virtud, causando eventualmente su desaparición.





 





El significado del rencor:





 





Observando al rencor, podemos ver que consiste en un odio severo y el deseo de tomar venganza que se interna en el corazón de una persona maliciosa, hasta que llegue el momento en que pueda atacar a la persona a quien le guarda rencor. Por lo tanto, el rencor es esconder la enemistad en el corazón y esperar la oportunidad de vengarse de la persona hacia la cual se siente malicia.





 





Al-lah Exaltó a aquellos creyentes cuyos corazones son puros y libres de sentir odio por otros creyentes, cuando Dice (lo que se interpreta en español): {Y también les corresponde una parte de dicho botín a los emigrados necesitados que fueron expulsados de sus hogares y despojados de sus bienes cuando buscaban la gracia de Al-lah y Su complacencia, y lucharon por la causa de Al-lah y Su Mensajero. Ellos son los veraces. Quienes estaban establecidos en Medina y aceptaron la fe antes de su llegada, aman a los que emigraron a ellos, no sienten envidia alguna en sus corazones por lo que se les ha dado [del botín] y les prefieren a sí mismos aunque estén en extrema necesidad. Quienes hayan sido preservados de la avaricia serán los triunfadores. Quienes les sucedieron dijeron: ¡Oh Señor nuestro! Perdónanos, a nosotros y a nuestros hermanos que nos han precedido en la fe. No infundas en nuestros corazones rencor hacia los creyentes ¡Señor nuestro!, Tú Eres Compasivo, Misericordioso} [Corán 59:8-10].





 





Nuestro corazón puede estar débil y por eso puede ser que otra persona nos caiga mal o incluso a veces podamos odiar a alguien. Sin embargo, este sentimiento no se queda permanentemente en el corazón del creyente hasta llegar a convertirse en rencor. Más bien, tales sentimientos pasan de largo, como un caminante que pasa a través de un pueblo durante su viaje, estos sentimientos desaparecen y se evaporan, porque un creyente está unido a los otros creyentes mediante el fuerte lazo de la “Hermandad en la Fe”. Los sentimientos de hermandad del creyente salen a borbotones, con amor y misericordia hacia sus hermanos en la fe…por tanto, ¿podría imaginarse que estos sentimientos tan bellos puedan coexistir juntamente con el rencor en el corazón de una persona?





 





El veredicto sobre el rencor:





 





Algunos estudiosos consideran que el rencor es uno de los pecados interiores más grandes, del cual debemos alejarnos para evitar cometerlo, y debemos arrepentirnos ante Al-lah si caemos en él.





 





La cura del rencor:





 





La cura del rencor se encuentra en deshacerse de la principal razón que lo causa, la cual es el enojo. Cuando tú te enojas y no puedes controlar tu enojo siendo tolerante o practicando la virtud de reprimir el enojo, entonces estás abrigando sentimientos de rencor, y esto requiere una lucha contra ti mismo.





 





Una persona debe prevenirse a sí misma de las consecuencias de tomar venganza, y debe recordar que el Poder y la Capacidad de Al-lah son, por mucho, más grandes que las suyas. Uno debe recordarse a sí mismo que el dominio está en Las Manos de Al-lah y que nadie puede escapar de Su dominio o decreto.





 





Si ocurre que la persona no puede suprimir sus sentimientos y estos alcanzan el estado de rencor, entonces debe forzarse a sí mismo a actuar de manera contraria a las implicaciones de esos sentimientos. Así, él podría exaltar a la persona a quien odia en lugar de despreciarla, y ser humilde con ella en lugar de ser arrogante. Además de esto, uno puede ponerse a sí mismo en el lugar de la otra persona y recordar que le gustaría que la gente tratara con él de manera gentil, y así podemos esforzarnos por tratar a esa persona en la forma en que nos gustaría ser tratados.





 





Un método útil mediante el cual esta enfermedad puede curarse, es que la persona odiada se refrene a sí misma de su maldad y se reforme a sí misma.





 





Debe recordar que nunca tendrá la capacidad de erradicar este sentimiento dañino (el rencor) del corazón de otras personas, hasta que logre que los demás se sientan seguros y relajados con respecto a él. Además, debe tratar de reconciliar y aliviar el corazón de la persona que siente rencor hacia él.





 





Por otro lado, la persona que cometió el error de albergar rencor, debe, a cambio, aceptar las disculpas y las excusas de quien lo haya ofendido…así es como el rencor y los sentimientos dañinos mueren y desaparecen, y el amor pasa a ocupar su lugar.





Las malignas consecuencias del rencor:





Algunos estudiosos dicen: “La corrupción del corazón a causa del odio, es una enfermedad crónica y letal, y la fe escapa de tales corazones como gotas que filtran de un jarrón resquebrajado”.





 





Satanás podría desesperarse tratando de hacer que un hombre sabio adore ídolos, pero está dispuesto a desviar y extraviar al hombre, y llevarlo a la destrucción. Satanás no dejará de alejar a la persona de su Señor, hasta el punto en que tal persona se vuelva más ignorante de los derechos de su Señor que un idólatra.





 





Para mantener a una persona alejada de su Señor, Satanás usa engaños como inflamar el odio hacia sus compañeros musulmanes. Una vez que este fuego es encendido, Satanás se aleja y lo disfruta, observando cómo este fuego quema su vida presente y futura, y devora sus virtudes. Es así, porque la maldad controla el corazón rencoroso, el corazón de la persona se vuelve duro y obstinado, y rompe los lazos que Al-lah Ha ordenado mantener, esparciendo la corrupción en la tierra.





 





El rencor es la fuente de muchos actos de maldad, sobre los cuales el Islam nos ha advertido. Acusar falsamente al inocente es un crimen que sólo el odio extremo puede provocar, y el Islam considera esto como uno de los peores actos de falsedad.





 





La calumnia es la forma en que una persona rencorosa libera su odio, y eso refleja la carencia de misericordia en su corazón. Además, el Islam ha prohibido y advertido sobre el rencor y todas sus implicaciones o manifestaciones, tales como pensar mal de otros, buscar sus errores o defectos, burlarse o difamarlos.





 





El corazón de la gente rencorosa hierve con odio, porque ellos ven que en esta vida no han conseguido lo que deseaban tener, mientras que otros lo consiguieron. Este es el problema más grande que continuamente les causa un sentimiento de aprensión. Al hacer eso, estas personas están siguiendo los pasos de Satanás, quien envidió a Adam (Adán), la paz sea con él, porque el había obtenido la posición que él (Satán) deseaba para sí.





 





Este sentimiento satánico es lo que hierve en el corazón de la gente rencorosa, y corrompe sus corazones hasta el punto en que pierden su voluntad. Lo mejor para ellos sería que retornaran ante su Señor, le pidieran Su generosidad y se esforzaran por alcanzar lo que las otras personas han logrado.





 





Las bendiciones de Al-lah son infinitas y están limitadas a ciertas personas; tener esperanza de conseguir lo que Al-lah Ha deseado, mientras que seguimos los medios permitidos, es lo único legal que se puede hacer cuando uno ve que otros son bendecidos con los favores de Al-lah…Existe una gran diferencia entre envidia y ambición.





 





Tener un corazón puro…el camino al Paraíso:





 





Al-lah Ha descrito a las personas del Paraíso, quienes disfrutarán de un eterno placer, como gente que está libre del rencor y la envidia, y si alguna vez han experimentado tales sentimientos en esta vida, entonces serán purificados de esos sentimientos antes de ser admitidos en el Paraíso, como Al-lah Dice (lo qe se interpreta en español): {Purificaremos sus corazones del rencor que hubiere habido entre ellos} [Corán 7:43].





 





La cualidad de tener un corazón puro al tratar con los demás, fue una razón por la cual algunos de los Compañeros del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fueron albriciados con las buenas noticias de su entrada en el Paraíso. Anas ibn Malik, que Al-lah esté complacido con él, narró lo siguiente: “Estábamos sentados con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, en cierta ocasión, cuado él dijo: “Uno de los moradores del Paraíso entrará ahora”, y entró un hombre de Al Ansar (es decir, residentes de Medina), cuya barba estaba goteando a causa de la ablución y sujetaba sus sandalias con su mano izquierda. Al día siguiente, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo lo mismo, y entró el mismo hombre. Al tercer día, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo lo mismo, y el mismo hombre entró una vez más. Cuando el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, abandonó la reunión, ‘Abdul-lah ibn ‘Amr siguió a aquel hombre y le dijo: ‘Tengo un malentendido con mi padre y juré no quedarme en su casa por tres noches, así que, si me lo permites, me gustaría pasar esas tres noches contigo’. El hombre le dijo: ‘Sí, te lo permito’. Anas, que Al-lah esté complacido con él, agregó: “‘Abdul-lah ibn ‘Amir nos dijo que pasó las tres noches con él, y no notó que aquel hombre rezara las oraciones voluntarias durante ninguna de esas noches, pero que si despertaba durante la noche, simplemente mencionaba a Al-lah. No obstante, nunca lo había escuchado decir sino cosas buenas; así que cuando las tres noches finalizaron, casi desprestigió sus acciones (como si estas fuesen insignificantes) y le dijo: ‘¡Oh, siervo de Al-lah! No existía ninguna disputa entre mi padre y yo, sino que escuché al Profeta, sallahu ‘alayhi wa sallam, decir tres veces: “Uno de los moradores del Paraíso entrará ahora”, y tú entraste en las tres ocasiones; así que quería dormir en tu casa para ver qué es lo que haces para poder imitarte, pero no he visto que hagas un esfuerzo extra al realizar ninguna acción. ¿Cómo has alcanzado tal estatus para merecer que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, diga eso acerca de ti?’ El hombre respondió: ‘Mis acciones no son más que las que has visto’. Luego cuando me marché, él me llamo y dijo: ‘Mis acciones no son más que las que tú has visto, pero la única cosa que hago es no guardar ningún rencor en contra de ningún musulmán ni envidio a nadie por las bondades que Al-lah les Ha concedido’. Seguidamente, ‘Abdul-lah ibn ‘Amir le dijo: ‘Eso es lo que te ha hecho merecedor de este rango”.





 





Amados hermanos musulmanes; consideren las siguientes palabras que fueron declaradas por uno de los sabios: “No existe nada más relajante y consolador para una pena, y no existe nada más reconfortante que vivir teniendo un corazón puro y limpio de toda habladuría y rencor. Si él observa una bendición concedida a otros, se mostrará contento con lo que él tiene, y comprende la necesidad de los humanos por su Señor. Si ve que el mal afecta a otros, expresa simpatía y suplica a Al-lah que los Libre de aquel mal y Perdone sus pecados. Es así como un musulmán vive su vida, con sus obras libres de maldad, complacido con lo que Al-lah le Ha concedido, contento son su vida, con tranquilidad en su corazón, libre del rencor que enceguece a las personas y les impide ver la verdad”.



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