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En el diccionario encontramos los siguientes significados de la palabra olvido:





1.      Cesación de la memoria que se tenía.





2.      Cesación del afecto que se tenía.





3.      Descuido de algo que se debía tener presente.





Islámicamente hablando, el olvido puede ser voluntario, involuntario y no intencional. El primero es el que con más frecuencia se menciona en el Corán y es condenado; en cuanto al segundo y el tercero, es el que el que ocurre por descuido o por enfermedad, en este caso la persona no será condenada por pecado alguno, lo que no quiere decir que no sea responsable jurídicamente del daño que hubiese podido causar a otros por su olvido, como nos lo explico el gran erudito y experto en Shari’ah Ibn Rayab, que Al-lah Tenga misericordia de él.





Clases de olvido





Dentro de las clases de olvido que podemos mencionar tenemos:





A.    El olvido de uno mismo:





 





¿Cómo nos olvidamos de nosotros mismos?, Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Se olvidaron de Al-lah y por ello Él los Olvidó} [Corán 9:67], y {No seáis como quienes se olvidaron de Al-lah [y Lo desobedecieron] por lo que Él Hizo que se olvidasen de sí mismos [y no realizaran obras piadosas]. Éstos son los descarriados.} [Corán 59:19]





 





Por su descuido y omisión Al-lah los Condenó a dos castigos, el primero y peor de todos es que Él los Olvidó; y el segundo, que Hizo que se olvidasen de sí mismos.





 





El olvido de Al-lah de una persona se refiere a que Él no lo Guiará y lo Dejará fuera de Su misericordia, así que para esta persona la perdición en esta y la Otra Vida está más cerca de ella que cualquier otra cosa. En cuanto al olvido de la persona de sí mismo tenemos:





 





a)      Pasar por alto todas las causas y medios que lo lleven a la felicidad, armonía y tranquilidad.





b)      No reconocer los errores que comete, ni reflexionar sobre ellos para tratar de mejorar su comportamiento, su vida y relaciones con los demás.





c)      No darse cuenta de lo enfermo que pueda estar su corazón y, por ende, no hacer nada por prevenir la perdición y la maldad que dicha enfermedad pueda causar en su ser.





d)     Olvidar el Paraíso y todo lo que puede llevarlo a él, y el Infierno, en cuyo caso no se cuida de cometer actos que lo hagan ser merecedor de ese terrible castigo.





Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! ¿Queréis que os indique un negocio que os salvará del castigo doloroso?} [Corán 61: 10] Qué castigo mayor puede recibir una persona que olvidarse de este negocio que representa la más grande de todas las recompensas: salvarse del castigo doloroso. Y qué otra pena puede merecer alguien que descuida su ser, los medios que le pueden asegurar la felicidad, que no se da cuenta de que su corazón está enfermo y de que necesita una medicina para curarlo antes de que muera por completo y se destruya su vida completamente.





Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¿Acaso ordenáis la piedad a los hombres y os olvidáis de practicarla vosotros mismos…} [Corán 2:44]. At-Tabari, que Al-lah Tenga misericordia de él, comentó en la interpretación de esta Aleya: “Se alejaron de la práctica a la que llamaban a los demás”. Por su parte, Al Qurtubi, que Al-lah Tenga misericordia de él, expresó: “La amonestación que encontramos en esta Aleya no tiene que ver con el ordenar la piedad y la virtud, sino que ellos mismos no la aplicaban y practicaban; por eso, Al-lah, Altísimo sea, Recrimina a todo aquel que tenga esta actitud. Es tan malo hacer esto que Al-lah Inmortalizo en Su Libro lo horrible que es ver los errores de los demás pero ignorar los de uno mismo”.





Consecuencias de la contradicción entre lo que se dice y lo que se hace





Esta es una de las peores conductas que pueden caracterizar a una persona, porque su sinceridad y veracidad se pone en tela de juicio y hace que la gente lo tome como un mentiroso y duden incluso del comportamiento al que esté llamando, por más que este sea bueno en realidad. Esta actitud hace que la persona escuche todo lo que le es útil para ser mejor, pero que no lo aplique en su comportamiento y presencie o cometa actos prohibidos.





La contradicción entre lo que se dice y lo que se hace trae consecuencias muy negativas para la persona, pues ocasiona que la vitalidad que la creencia genera en el alma desaparezca, y que la luz de la fe se apague. Si quien tiene este tipo de conducta es una persona dedicada a la Da’wah (divulgación del Islam) el asunto es aún peor, pues ello puede ser la causa de que mucha gente se aleje del cumplimiento de sus deberes como musulmanes, que no asistan a la mezquita y que quienes quieran conocer la religión se abstengan de hacerlo.





Los consejos que un individuo así pueda dar serán como lanzas tiradas al vacío o como semillas muertas que nunca germinarán. En el Islam la verdadera creencia es aquella que está firmemente arraigada en el corazón, pero que al mismo tiempo se representa con lo que se dice y se hace sin que haya ningún tipo de contradicción. Cuando un musulmán interpreta lo que cree y dice con sus acciones, será tomado como veraz entre la gente y esta se beneficiará enormemente de él y sus enseñanzas.





Consecuencias de la contradicción entre lo que se dice y lo que se hace





Esta es una de las peores conductas que pueden caracterizar a una persona, porque su sinceridad y veracidad se pone en tela de juicio y hace que la gente lo tome como un mentiroso y duden incluso del comportamiento al que esté llamando, por más que este sea bueno en realidad. Esta actitud hace que la persona escuche todo lo que le es útil para ser mejor, pero que no lo aplique en su comportamiento y presencie o cometa actos prohibidos.





La contradicción entre lo que se dice y lo que se hace trae consecuencias muy negativas para la persona, pues ocasiona que la vitalidad que la creencia genera en el alma desaparezca, y que la luz de la fe se apague. Si quien tiene este tipo de conducta es una persona dedicada a la Da’wah (divulgación del Islam) el asunto es aún peor, pues ello puede ser la causa de que mucha gente se aleje del cumplimiento de sus deberes como musulmanes, que no asistan a la mezquita y que quienes quieran conocer la religión se abstengan de hacerlo.





Los consejos que un individuo así pueda dar serán como lanzas tiradas al vacío o como semillas muertas que nunca germinarán. En el Islam la verdadera creencia es aquella que está firmemente arraigada en el corazón, pero que al mismo tiempo se representa con lo que se dice y se hace sin que haya ningún tipo de contradicción. Cuando un musulmán interpreta lo que cree y dice con sus acciones, será tomado como veraz entre la gente y esta se beneficiará enormemente de él y sus enseñanzas.





Castigo de quien ordena el bien y no lo hace, y prohíbe el mal y él lo comete





Usamah ibn Zaid, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “Escuché al Mensajero de Al-lah, sallallah 'alaihi wa sallam, decir: ‘En el Día de la Resurrección se traerá a una persona que será arrojada al fuego del infierno… sus habitantes le preguntarán: ¿Qué te pasó? ¿Acaso no eras de los que llamaban al bien y prohibían el mal?; responderá: Sí, así era, solo que ordenaba lo que no hacía y prohibía lo que yo hacía’”. [Muslim]





Anas ibn Malik, que Al-lah Esté complacido con él, mencionó que el Profeta Muhammad, sallallah 'alaihi wa sallam, dijo: “La noche en la que Al-lah Hizo que ascendiera al cielo vi hombres a los que se les pellizcaban sus labios con pinzas de fuego, por lo que le pregunté a Yibril: ¿quiénes son y por qué se les hace eso?, me dijo: ‘Esos son los que de tu nación, cuando oraban entre tu gente les ordenaban el bien, pero se olvidaban de sí mismo siendo que ellos conocían y leían el Libro, ¡¿es que no razonaban?!’”



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