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Las disposiciones del Islam, modales y conductas se basan en la consideración del individuo como una parte indivisible de la Ummah (Nación Islámica) y un miembro de su cuerpo que no puede ser arrancado de él. Esta realidad fue plasmada y ratificada por Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, en las mismas órdenes y prohibiciones que dirige hacia el individuo, porque lo hace usando el plural, es decir, que lo hace señalando al grupo, dijo Al-lah, Glorificado sea (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! Inclinaos y prosternaos [en oración], adorad a vuestro Señor y haced el bien para que triunféis} [Corán 22:77].





Cuando el musulmán se entrega a Al-lah en la oración, para rogarle y suplicarle Su ayuda, no lo hace en nombre propio, como un siervo separado de sus hermanos, por el contrario, lo hace para sí mismo y para todos los miembros de la Ummah, tal como lo leemos diariamente en (lo que se interpreta en español): {Solo a Ti adoramos y solo de Ti imploramos ayuda} [Corán 1:5]. Igual hace cuando pide la misericordia de Al-lah, dice (lo que se interpreta en español): {Guíanos por el sendero recto. El sendero de quienes agraciaste} [Corán 1:6-7]. Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, no creó a los humanos para que vivan separados y sumidos en diferencias, sino que les legisló una sola religión, la cual les dio a conocer por medio de Sus Profetas y Mensajeros, para que estos los guiaran a todos hacía una sola vía.





No es coincidencia que nos encontremos en el Corán con la prevención en contra de la división y la diferencia que arruina y corrompe la práctica de la religión y la vida de los hombres, dijo Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (lo que se interpreta en español): {No seáis como quienes, después de haber recibido las pruebas claras, se dividieron y discreparon. Ésos tendrán un enorme castigo} [Corán 3:105]. En este texto coránico es clara la advertencia que Al-lah lanza a los musulmanes, para que estos no se vuelvan sectarios como lo hicieron quienes los precedieron.





Ciertamente la unida es el pilar fundamental para la prevalencia y continuidad de la Nación Islámica, hegemonía de su estado y el éxito de su misión. Por lo que el Islam insta al individuo a integrarse con los demás, empuja al hombre a salir de su soledad, para que se una a su Ummah. Al Bazari, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, registró que el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “El corazón de un creyente no se llenará de odio si tiene las tres siguientes características: ser sincero al obrar, aconsejar a los dirigentes y gobernadores de los musulmanes, y aferrarse a la unidad social.”





El Enviado de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, era persistente y enérgico en prohibir la división en las filas de sus seguidores. En cada campaña y viaje que realizaba llamaba a su gente a que mantuvieran la armonía y la unión. Malik, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, registró el relató en el que Sa’id Ibn Musayib, que Al-lah esté complacido con él, contó que el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “La persona que permanece sola o únicamente con otra están expuestos a los ataques del demonio, él no ataca a quienes permanecen en grupos de tres o mas personas” . Abu Dawud, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, registró en su Sunan el relato de Abi Za’labah, que Al-lah esté complacido con él, en el que dijo: “Cuando la gente acampaba en algún lugar, acostumbraba a separarse y cada quien se instalaba solo. Entonces el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Ciertamente la forma en que acampan, separados, es una costumbre del demonio” . Desde entonces no acamparon más separados, lo hacían tan unidos que se podía decir que si se extendía una bata todos cabían en ella.





Todo lo anterior nos demuestra que no ha existido una religión como el Islam que le dé tanta importancia a la unidad de sus seguidores y los prevenga de la desunión y la diferencia que los lleve a separase; esto es claro en sus dos principales fuentes: el Corán y la Sunnah. La división es sinónimo de debilidad y es la principal causa que lleva a que una nación caiga en desgracia. Por eso es que vemos que Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, le dijo a los musulmanes, una vez les dio la victoria en la batalla de Bader (lo que se interpreta en español): {Y obedeced a Al-lah y a Su Mensajero, y no discrepéis porque os debilitaríais y seríais derrotados} [Corán 8:46].



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