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ADVERTENCIA: ESTA PUBLICACIÓN PUEDE CONTENER DETONANTES PARA ALGUNOS. PERO TENÍA QUE SER DICHO.




Las mujeres tienen un superpoder. Pero también puede ser nuestra mayor debilidad. Tenemos una naturaleza maternal divinamente diseñada. Un cableado que nos llena de misericordia y compasión por quienes nos rodean. En nuestro «manual no escrito», el mayor crimen que alguien puede cometer es el «abandono».





¿Cómo puede convertirse esto en nuestra mayor debilidad? Bien…Vamos a soportar cualquier cosa.





Recibo mensajes de mujeres de todo el mundo. Y todos estos mensajes tienen un tema común. Oriente y Occidente. Ama de casa o profesional. No educadas o altamente educadas. No importa lo que las mujeres estén pasando en su matrimonio, ella sigue quedándose. He oído de mujeres cuyos esposos están durmiendo con prostitutas. Mujeres que están siendo abusadas por la familia política. Mujeres que están siendo abusadas física y verbalmente por hombres que  tienen relaciones con muchas personas y que reciben el apoyo económico de la mujer porque no ha tenido un trabajo en años. Incluso mujeres cuyos esposos han abusado de sus propios hijos.





Me estremezco cuando veo un título de correo electrónico preguntando si una mujer debe abandonar una relación. Me estremezco porque sé que el contenido debe ser horrible para que una mujer incluso considere la pregunta, y eso sin mencionar llevar a cabo la posibilidad de irse. Y recientemente, ha habido un extraño aumento en las mujeres cuyos esposos han abandonado por completo el Islam. Muchos que se han convertido en ateos. Su matrimonio (nikah) ni siquiera es válido ya.





Y sin embargo, estas mujeres se quedan. Y por años. A veces décadas. He pasado mucho tiempo reflexionando sobre por qué esto puede estar sucediendo. Muchas mujeres «se quedan por los niños», creyendo que es mejor para ellas.





Para algunas mujeres, existe un profundo temor a ser juzgadas y al estigma de ser divorciadas en nuestra comunidad. Otras están tan destrozadas que realmente creen que no merecen algo mejor.





Pero me di cuenta de que también hay algo mucho más profundo.





Las mujeres realmente sienten, en el fondo de su ser, que es su responsabilidad el «salvar» a quienes las rodean. No están dispuestas a hacer lo que consideran «abandono», incluso si se están matando en el proceso. Han internalizado esta noción de que son los «corderos de sacrificio» para todas las personas que las rodean. Y a veces el daño que sufren está oculto del mundo. La mujer puede que no tenga marcas de golpes físicos, pero su corazón ha sido destruido. Su autoestima y amor propio han sido demolidos.





Irónicamente, en muchos casos, los mismos niños que estas mujeres buscan proteger son los que terminan siendo los más perjudicados. He visto los restos y las consecuencias de los niños que crecen en estos hogares abusivos. Una mujer se quebró cuando habló de su hijo que se suicidó a los 21 años. Otra mujer me dijo que cuando su hijo creció, él abandonó por completo el Islam. Al explicar por qué, dijo: «Observaba a mi madre rezar y leer el Corán todos los días, pero estaba absolutamente miserable». Otros niños crecen sufriendo de depresión y ansiedad debilitante como resultado de lo que han vivido. Algunos crecen para convertirse también en abusadores.





Algunos se suicidan.





Me cuesta explicar a estas mujeres que no podemos salvar a una persona de ahogarse ahogándonos a nosotras mismas. Que nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestros hijos son todos un amana (algo que Dios nos confió). Y seremos responsables de cómo los cuidamos. Y por cómo los protegemos de ser abusados por otros.





Les recuerdo que una de las mayores ilusiones es la «ilusión del salvador». Esta es la noción de que nosotras tenemos el poder de salvar a otra persona. Nosotras no salvamos, solo Allah lo hace.





Incluso el Profeta Muhammad (PyB) no pudo salvar a su propio tío.





Y sin embargo, creemos que podemos.





Pero solo terminamos ahogándonos junto con ellos.





A las mujeres que leen esto, que están sufriendo, les recuerdo que son dignas. Eres digna de respeto. Eres digna de ser amada y cuidada. Tus hijos merecen crecer en un hogar seguro y amoroso. Recuerda las palabras del Profeta (as) que dijo que si ves algo mal, trata de cambiarlo. Esto es parte del Iman (fe). Les recuerdo que Allah es el Proveedor y Protector. Y si confías en Él, Él reemplazará todo lo que se ha ido, con algo que es mucho mejor.





Y las dejo con la promesa Divina del capítulo Coránico del Divorcio:







«Sepan que a quien tenga temor de Dios, Él le dará una solución, y le dará sustento de donde no lo esperaba. Quien deposite su confianza en Dios, sepa que Él le será suficiente. Dios hará que el designio se cumpla, y ha establecido para cada cosa un término y una medida». (65: 2-3)





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