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TU SEÑOR NO TE HA ABANDONADO: ABORDANDO EL IMPACTO DEL TRAUMA EN LA FE







Najwa Awad es una psicoterapeuta apasionada por ayudar a los musulmanes a curarse, crecer y prosperar en la adversidad. Ella tiene más de una década de experiencia brindando asesoría online y personalmente a niños, adultos y familias. A Najwa también le gusta dar talleres para desestigmatizar las enfermedades mentales, abordar los problemas actuales de salud mental dentro de la comunidad y promover la salud psicológica desde una perspectiva islámica.





SARAH SULTAN





Sarah Sultan es una consejera profesional con licencia que se esfuerza empoderando a sus pacientes mediante el logro de vidas y relaciones más sanas y satisfactorias al mismo tiempo que se reconectan con Allah durante el proceso de curación. Sarah obtuvo una maestría en consejería de salud mental y ha practicado terapia durante casi 10 años. También es instructora en la Universidad de Mishkah, donde imparte un curso sobre las intersecciones entre el Islam, la psicología y la orientación psicológica.








DANDO VOZ A UN DOLOR INSOPORTABLE




Cuando escuchas la palabra «trauma», las imágenes de un soldado en combate, aferrándose a la vida mientras las personas a su alrededor son asesinadas violentamente, pueden llegar a tu mente. O tal vez imagines a un refugiado que a la fuerza abandonó su amado hogar para mudarse a un lugar seguro, solo para que toda su familia se ahogara en el mar. El trauma puede provocar una amplia gama de ideas, pero si eres como la mayoría de las personas, el término clínico se siente como excepcional e inusual, y como algo que no les sucede a personas promedio como nosotros. Pero, ¿qué pasa si no necesitas viajar a diferentes rincones del mundo para dar testimonio de un trauma experimentado? ¿Qué sucede si estas luchas están mucho más cerca de tu hogar—algo que tu amigo soportó cuando era niño, un evento que tu hermano ha mantenido en secreto para sí mismo o una carga que has estado llevando en silencio contigo sin siquiera darte cuenta?





De acuerdo con Adverse Childhood Experiences (ACEs) Study, en una muestra de más de 17.000 personas, los investigadores encontraron que el 64% de las personas encuestadas habían experimentado algo traumático durante sus años de infancia.[1] Contrariamente a las imágenes de trauma que discutimos anteriormente, como la guerra y la violencia, estos incidentes traumáticos más comúnmente experimentados incluyeron abuso emocional, abuso físico, abuso sexual, violencia doméstica, abuso de sustancias en el hogar, enfermedad mental en el hogar, separación/divorcio de los padres, encarcelamiento de un miembro de la familia, negligencia emocional y negligencia física. Cuando caminas por la calle, dos de cada tres personas con las que te cruzas han experimentado al menos uno de estos traumas significativos durante su infancia. Estos traumas de peso son a veces llamados traumas con “T” mayúscula.





Ahora imagina cómo se verían los números a lo largo de la vida de una persona, especialmente durante los tumultuosos años de la edad adulta cuando la mayoría de las personas experimentan relaciones íntimas por primera vez, tienen hijos, enfrentan cambios importantes como ingresar a la fuerza laboral y ajustarse a las expectativas de relación de sus padres. Allah ﷻ nos dice: “¿Acaso piensa la gente que se los dejará decir: «¡Creemos!», y no van a ser puestos a prueba? Puse a prueba a quienes los precedieron, para que Dios hiciera evidente quiénes son los sinceros y quiénes los mentirosos» (Corán, 29: 2-3). Las experiencias adversas y los traumas son mucho más comunes de lo que pensamos y pueden incluir conflictos con la familia (cónyuge, padres o hijos), estrés extremo en el trabajo, desastres naturales, problemas financieros, enfermedades inesperadas, divorcios o problemas legales. Estos traumas más pequeños, pero aún significativos, a veces se denominan traumas con «t» minúscula. Cuando ampliamos la definición de trauma de esta manera, es probable que todos hayan sido tocados por el trauma de una forma u otra.





El trauma, incluso el trauma que quizás no nos demos cuenta que nos ha impactado, puede manifestarse de una manera que no podemos anticipar. Es posible que veamos signos de trauma a nuestro alrededor, como mayor ansiedad, pesadillas, irritabilidad y depresión pero pasemos por alto la conexión de lo que experimentamos en el pasado con nuestra vida cotidiana actual. Ese gran estallido con tu cónyuge que te dejó temblando por un día, el dolor que sentiste de niño cuando tu padre te golpeó por algo que no hiciste, el insulto racial que escuchaste en el supermercado cuando eras un adolescente, todo eso pudo quedarse invisiblemente acumulado en tu sistema nervioso sin que lo sepas y un día te despiertas sintiéndose realmente infeliz y no tienes idea de por qué. ¿Sabías que muchas personas que piensan que tienen depresión crónica y ansiedad en realidad sufren las secuelas de algún trauma? ¿Sabías que algunas personas que parecen tener TDAH o ataques de ira incontrolable están actuando de esta manera debido a un trauma no curado? Incluso las dolencias físicas como dolores de cabeza frecuentes, problemas estomacales y dolores corporales pueden vincularse a un trauma cuando no se pueden encontrar razones fisiológicas. Muchas veces, al tratar de descifrar nuestro ser, vemos los subproductos de nuestro trauma, como la ansiedad y la depresión, en lugar de la fuente en sí misma—lo que nos deja desconcertados de por qué no podemos curar esa parte de nosotros que parece estar siempre más allá de nuestro alcance.





¿Sientes que tu alma está cansada sin importar cuánto descanses?





¿Te vence la inquietud y la ansiedad, incluso cuando crees que deberías sentirte seguro?





¿Tienes una sensación de vacío y te cuesta conectarte con los demás de una manera genuina?





¿Te encuentras perdiendo la paciencia por cosas aparentemente pequeñas porque una nube más grande te está eclipsando?





¿Sientes que no puedes confiar en nadie porque nadie tiene lo mejor para ti?





¿Estás adormecido y completamente desconectado de tu vida y relaciones?





¿Luchas para lidiar con el estrés de manera efectiva y te encuentras siempre luchando o huyendo del conflicto?





¿Estás enojado con Dios porque parece que tu carga es demasiado pesada para soportarla?





¿Te encuentras llorando con frecuencia y eres incapaz de sacudirte de una tristeza que te agobia?





¿Luchas por encontrar la alegría en tu vida diaria o incluso te cuesta completar las tareas domésticas?





¿Tienes un profundo sentimiento de vergüenza y sentimientos de indignidad?





Todos estos sentimientos dolorosos pueden ser efectos residuales de un trauma, y cuando comiences a curar tu trauma desde su origen, lo que está pesando sobre tu mente, cuerpo y alma comenzará a desaparecer. La curación hará espacio para conectarte con otros, experimentar alegría, revitalizar tu relación con Dios y recuperar un sentido de control sobre tus emociones, pensamientos y respuestas a las situaciones. Cuando estamos abrumados por las circunstancias que nos rodean, tendemos a perder partes de nuestras identidades y de nosotros mismos. A través de la curación, podemos recuperar las partes que se han perdido y reemplazar las piezas del rompecabezas que el trauma ha eliminado de nuestras mentes, cuerpos y corazones para permitirnos estar completos una vez más.





LA CIENCIA DETRÁS DEL TRAUMA




Nosotras, como terapeutas, hemos visto a decenas de individuos y familias en nuestras prácticas privadas a lo largo de los años, hemos sido testigos del tremendo impacto que el trauma puede tener en las personas y en la comunidad. El trauma afecta tanto al cerebro como al cuerpo, alterando el sistema de respuesta al estrés biológico. Sin el conocimiento de muchos, los traumas con “T” mayúscula y traumas con “t” minúscula agravados pueden integrarse insidiosamente en nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta. Estudios han demostrado que incluso cuando ya no pensamos en un trauma, este aún se esconde en nuestro cuerpo, así que hipotéticamente algo que te sucedió a los 7 años todavía puede estar afectando la forma en que manejas el estrés y cómo manejas tus relaciones en la actualidad.[2]





Durante la exposición al trauma, nuestra mente y nuestro cuerpo crean una respuesta adaptativa necesaria para nuestra supervivencia como seres humanos. En particular, la amígdala hace que las campanas de alarma empiecen a sonar, nuestros músculos se tensan, respiramos más rápido y nuestros corazones comienzan a bombear más rápido para garantizar que más sangre y oxígeno puedan acceder a nuestros músculos. Esto se denomina respuesta de «defensa, escape o rigidez», que prepara a nuestros cuerpos para enfrentar una amenaza o situación difícil que está sucediendo a nuestro alrededor. Básicamente, durante las situaciones estresantes, tenemos tres opciones: atacamos en defensa, huimos hacia la seguridad, o nos congelamos y auto paralizamos.[3] El sistema nervioso simpático es responsable de movilizar los recursos del cuerpo durante situaciones estresantes, lo que induce la respuesta de defensa, escape o rigidez.





En situaciones estresantes normales, experimentar emociones intensas y sensaciones corporales es una respuesta saludable. Aunque los síntomas pueden sentirse abrumadores durante e inmediatamente después de un evento estresante, por lo general son transitorios y no causan un impacto negativo prolongado en la vida cotidiana. Nuestra amígdala, que nos advierte de un peligro inminente y activa la respuesta al estrés del cuerpo, está moderada por los lóbulos frontales, en particular la corteza pre frontal medial (CPFM).[4] La CPFM nos ayuda a emitir juicios sobre lo que es peligroso y lo que no lo es, observando lo que está sucediendo y prediciendo lo que sucederá dependiendo de cómo elijamos responder.





Los problemas comienzan a surgir cuando nuestro sistema nervioso simpático no puede apagarse. Esto puede suceder cuando el estrés extremo persiste durante un período prolongado de tiempo, o un incidente es tan traumático que la amígdala no puede apagarse, reaccionando constantemente como si el peligro hubiera regresado, cuando no es así. Cuanto más traumatizado esté nuestro sistema nervioso, más percibiremos amenazas a nuestro alrededor. La CPFM no puede ser efectiva cuando está constantemente en modo de defensa, escape o rigidez, lo que provoca desequilibrios fisiológicos y dificultades en el funcionamiento diario. Se desarrollan patrones que nos hacen enfocarnos demasiado en los peligros hipotéticos percibidos, lo que nos lleva a experimentar impotencia, miedo, desesperanza y un estado de alerta constante. A veces, el trauma o el estrés pueden ser tan abrumadores que un individuo puede comenzar a desasociarse o desconectarse de los sentimientos, la identidad y los recuerdos de sí  mismo.





En el ambiente actual en el cual estamos expuestos a cada tragedia que se desarrolla por medio de las noticias, Facebook y otras aplicaciones, la mayoría de las personas están expuestas a un trauma de forma constante sin siquiera darse cuenta. La exposición indirecta a un trauma, que incluye ver reportes gráficos de noticias, escuchar una historia traumática detallada de otra persona, escuchar que alguien que te importa ha experimentado algo traumático y trabajar en un campo que te expone al sufrimiento de otros, puede producir los mismos síntomas como si experimentaras el trauma tú mismo. Esto se llama trauma indirecto o estrés traumático secundario.[5] De la misma manera que experimentas algo traumático, podemos quedarnos atrapados en el modo de «defensa, escape o rigidez», donde ya no nos sentimos seguros y sentimos que tenemos que defendernos contra una amenaza que no está presente. Después de un trauma directo o un trauma indirecto, nuestro sistema nervioso cambia y se relaciona con el mundo de una manera muy diferente a la anterior,[6] con un aumento de la hipervigilancia y dificultad para participar plenamente en la vida.





EL CRECIMIENTO Y LA CURACIÓN SON POSIBLES




Esta serie de artículos busca abordar el trauma desde una perspectiva espiritual, mental, emocional y física. El enfoque único de estos artículos será trabajar sobre los sentimientos depresivos, las preocupaciones y las dudas que pueden surgir a medida que las experiencias negativas afecten nuestra fe. No hay una solución fácil para el trauma. Sin embargo, la curación es muy posible. Puedes moverte más allá de tu dolor. Lo vemos en terapia todo el tiempo, y es increíble contemplarlo. Incluso hay un nombre para ello: Crecimiento postraumático.





Aunque el trauma puede cambiar profundamente la narrativa de vida de un individuo, los patrones de pensamiento, las creencias y la capacidad para manejar la angustia emocional, también se pueden experimentar cambios psicológicos positivos.[7] Suena contra intuitivo. Sin embargo, hay una creciente investigación sobre este fenómeno sorprendente. El crecimiento postraumático es un concepto que los investigadores definen como la capacidad de prosperar después de soportar un evento traumático e incluye cambios positivos como el desarrollo de nuevas perspectivas y el crecimiento personal.[8] Los investigadores han identificado cinco áreas de crecimiento postraumático,[9] y nuestra intención al escribir esta serie de artículos es ayudarte a redescubrirte a través de la lente del crecimiento y la curación en todas estas áreas:





Una mayor apreciación de la vida: después de haber sido enterrado en el dolor y el trauma abrumador, salir de los escombros conduce a un cambio de perspectiva y mucha gratitud, haciendo que los detalles mundanos de la vida parezcan bendiciones extraordinarias.





Mayor cercanía en las relaciones: experimentar la ruptura de una relación o superar un trauma puede aumentar el aprecio que sentimos por personas significativas en nuestras vidas y permitirnos ser más empáticos con ellos.





Identificación de nuevas posibilidades: los eventos que cambian la vida cambian nuestras prioridades. De repente, las cosas pueden parecer más claras y las oportunidades que pudieron haber estado allí todo el tiempo son repentinamente perceptibles.





Mayor fortaleza personal: antes de soportar circunstancias particularmente difíciles, es posible que hayas pensado que todo lo que estás manejando actualmente hubiera sido imposible para ti. Una vez que has pasado por tremendas dificultades, los desafíos futuros no parecen tan desalentadores.





Mayor desarrollo espiritual: atravesar el sufrimiento puede resultar en un sentido de renovación espiritual y religiosa y en un mayor sentimiento de cercanía con Dios. Cuando nuestras prioridades cambian, Dios se convierte en una parte más integral de nuestras vidas diarias, lo que se suma a una sensación de estabilidad y crecimiento.





El crecimiento postraumático te muestra que hay una luz al final del túnel y que tu trauma no define quién eres ni a dónde puedes ir en la vida. Tú eres suficiente. Eres capaz de manejar esta situación aparentemente insuperable. Estás perfectamente equipado para lidiar con todo lo que enfrentas porque estabas destinado a enfrentarlo. Y si Dios te ha elegido para enfrentar estas pruebas, entonces tienes la garantía de tener la capacidad de salir con éxito de ellas debido a Su promesa: «Dios no exige a nadie por encima de sus posibilidades» (Corán 2: 286). Eres resistente incluso si sientes que apenas puedes sostenerte ahora mismo. La fuerza, el coraje y la capacidad de curación están incorporados en ti y oramos para que esta serie de artículos sea un punto de partida para ayudarte a lograrlo.





OBJETIVOS DE ESTA SERIE




Tenemos muchas metas y varias audiencias para esta serie. En primer lugar, queremos que sea un recurso para los musulmanes de todo el mundo. Los artículos son fáciles de leer y se pueden completar en trozos o secciones a la vez. Queremos que la información sea fácil de digerir para que una madre ocupada pueda leerla durante todo el día o un profesional que esté trabajando en dos trabajos para llegar a fin de mes pueda leerla durante su hora de almuerzo. Aunque esta serie no está dirigida directamente a los clínicos, también esperamos que los profesionales de salud mental puedan usarla para complementar su terapia con pacientes que podrían beneficiarse del refuerzo de los conceptos discutidos durante las sesiones. Finalmente, queremos que esta serie sea una guía para los imames y los líderes de la comunidad que están en los frentes y que se ocupan de los problemas individuales y comunitarios de sus congregaciones. Debido a que muchos imames y líderes comunitarios generalmente no están capacitados en el campo de la psicología, esperamos que esta serie pueda ser un recurso para mejorar el asesoramiento espiritual que ya realizan a diario.





Antes de discutir el propósito y el uso previsto de la serie, también nos gustaría tomarnos un momento para discutir lo que esta serie no es. Nosotras, como psicoterapeutas autorizadas que han estado en el campo durante más de 20 años juntas, sabemos que el tema del trauma es uno de los temas más complejos y siempre cambiantes en nuestro campo. Cada día, se están publicando nuevas investigaciones y metodologías en un intento de ayudar a los que sufren los efectos del trauma. Habiendo asistido a entrenamientos de trauma múltiple y habiendo trabajado con varios cientos de pacientes con trauma, también reconocemos la importancia de buscar la psicoterapia para curar las complejidades más internas de los síntomas.





Esta serie no pretende ser un sustituto de la terapia, sino solo una introducción al tema y cómo comenzar el proceso de curación. Discutiremos, en profundidad, qué es el trauma y proporcionaremos ejercicios prácticos para ayudar a tratar tus síntomas, pero ten en cuenta que la mayoría de las personas no encuentran alivio completo sin hablar con un profesional. Un psicoterapeuta te ayudará a descubrir, procesar y sanar las partes únicas de tu trauma que nunca pueden abordarse de manera suficiente en un libro de ejercicios o hablando con alguien que no tiene experiencia en este campo. Si en algún momento vienen a tu mente malos recuerdos, sientes que estas a punto de hacerte daño a ti mismo o a otra persona, te sientes incapacitado por la emoción o que el contenido de esta serie es demasiado provocador para ti, deja de leer y busca ayuda profesional de inmediato.





Ahora que hemos discutido para quién es esta publicación y de qué se trata, veamos sus propósitos previstos.







  1. Una cura






El propósito principal de esta serie es brindar refugio y cura a quienes han sufrido traumas en silencio, quizás no comprendiendo completamente lo que les está sucediendo y sin saber cómo ni dónde obtener ayuda. El trauma es multifacético y, a menudo, conlleva emociones muy pesadas y desafiantes, como tristeza profunda, miedo paralizante, ansiedad implacable y la sensación de sofocamiento de estar atrapado e inseguro. Al principio del proceso de contemplar la búsqueda de ayuda, los individuos pueden ser cautelosos y preferirían aprender sobre el tema por sí mismos. Esta serie es una forma segura de comenzar el proceso de curación y un primer escalón para esos individuos.







  1. Establecer la conexión entre el trauma y la fe






Existe una extensa investigación sobre cómo la espiritualidad ayuda a las personas a lidiar con el trauma y cómo el trauma puede profundizar la fe,[10] pero no hay mucha literatura sobre cómo el trauma puede afectar negativamente la fe de una persona. En nuestra experiencia clínica, hemos observado un fuerte vínculo entre el trauma y las dudas basadas en la fe, lo que contribuye a un aumento del ateísmo y el agnosticismo. En nuestras experiencias como terapeutas, hemos visto una amplia gama de respuestas a experiencias traumáticas, pero un hecho sigue siendo cierto: la espiritualidad y una conexión con Dios, ya sea que esté presente antes del trauma o no, es muy útil a medida que las personas se esfuerzan por seguir adelante después de una tragedia. El trauma tiene una forma única de desequilibrarnos; cuando la devastación del trauma se derrama en el sistema de creencias de un individuo de manera negativa, puede llevar a profundizar los pensamientos y emociones difíciles que impactan la espiritualidad, incluso hasta el punto de abandonar por completo la fe. Esto se ve comúnmente cuando las personas preguntan después de un trauma: «¿Por qué Dios permite que sucedan cosas así?», «Si Dios existiera, Él no habría permitido esto», o «Si Dios permitió que me sucediera esto, entonces no quiero tener nada que ver con la religión». Una de las mejores formas de armadura con las que nos podemos equipar para proteger nuestra conexión con Dios en tiempos difíciles es fortalecerla en tiempos de facilidad y estabilidad. Cuando practicamos esta mentalidad en nuestros pensamientos y acciones durante los buenos tiempos, es más fácil aprovechar ese recurso durante las dificultades.





El vínculo entre el trauma y las dudas basadas en la fe es importante de muchas maneras. Si nuestra hipótesis es correcta, que muchos musulmanes están luchando con la fe debido a problemas relacionados con el trauma, entonces, ¿cómo puede la cura de un trauma afectar la fe? Sospechamos que la cura del trauma y la conciliación de puntos de vista contaminados sobre la religión pueden aumentar la fe. Volver a conectar nuestra respuesta al trauma puede tener un efecto profundo en cada faceta de nuestro ser, incluida la parte espiritual de nosotros mismos. Uno de nuestros objetivos al escribir esta serie es ayudarnos a nosotros mismos y a nuestros lectores a encontrar una fe que pueda ayudarnos a superar nuestros problemas. Hacemos un llamado a los investigadores basados en la fe para que sigan explorando esto a través de estudios cualitativos y cuantitativos, ya que los resultados pueden tener muchas implicaciones para la psicología secular e islámica. También queremos resaltar el vínculo entre el trauma y los puntos de vista adversos hacia la fe para los imames y los que trabajan en dawah (misioneros musulmanes) para que el tema pueda abordarse con la debida diligencia y sensibilidad.







  1. Proporcionar un enfoque y un marco integrales






La principal metodología para tratar el trauma en todo el mundo actualmente se centra en gran medida en el alivio de la sintomatología a través de intervenciones para la mente y el cuerpo. Para los musulmanes y otras personas que creen en un Poder Superior, este marco se queda corto y está incompleto desde una perspectiva holística. Si bien nuestro paradigma se analizará con mayor profundidad en la siguiente sección, uno de los propósitos de esta serie es abordar el trauma en la mente y el cuerpo, así como en el corazón y el alma.







  1. Promover la lectura en psicología.






Por último, esperamos que esta serie sea un medio para promover la lectura en psicología. El campo de la psicología es vasto y la mayoría de los estudiantes de todo el mundo no toman psicología durante la escuela primaria, y solo un porcentaje de los que van a la universidad tomarán una clase introductoria. La falta de exposición al conocimiento psicológico contribuye a los conceptos erróneos que rodean este tema, lo que profundiza aún más el estigma asociado con el campo de la psicología y la psicoterapia. Si bien esta serie apenas rozará la superficie del campo de la psicología, uno de nuestros objetivos es tocar una variedad de términos, conceptos y técnicas psicológicas básicas para que el musulmán promedio pueda  sentirse más capacitado sobre su comprensión de la salud mental y bienestar.





PARADIGMA UTILIZADO EN ESTA SERIE




Esta serie utiliza un enfoque holístico e islámico para tratar el trauma. La psicología secular busca abordar el trauma principalmente a través de la mente y el cuerpo, mientras que la psicología islámica incorpora la mente, así como el corazón, el ruh (alma) y el nafs. Para los propósitos y el alcance limitado de esta serie, nos centraremos principalmente en curar traumas a través de la mente, el corazón y el cuerpo.





LA MENTE




La importancia de los pensamientos y las cogniciones es evidente en la tradición islámica:





Los envié con evidencias claras y con Libros revelados. Y a ti [¡oh, Muhammad!] te he revelado el conocimiento [de la Sunnah] para que expliques a la gente la revelación [el Corán] que habían recibido, para que así reflexionen. (Corán 16:44)





Hay muchas aleyas adicionales que enfatizan la importancia del pensamiento, algunas de ellas son:





Diles [¡oh, Muhammad!]: «Los exhorto a que hagan una cosa [para que se les evidencie la verdad]: Pónganse ante Dios en grupo o individualmente, y reflexionen, pues su compañero no es un loco, sino que es un amonestador que les advierte de un castigo severo». (Corán 34:46)





En la creación de los cielos y de la Tierra, y en la sucesión de la noche y el día, hay signos para los dotados de intelecto, que invocan a Dios de pie, sentados o recostados, que meditan en la creación de los cielos y la Tierra y dicen: «¡Señor nuestro! No has creado todo esto sin un sentido. ¡Glorificado seas! Presérvanos del castigo del Fuego. (Corán 3:190-191)





Allah ﷻ nos enseña que pensar es importante para reflexionar, observar y creer.





En el campo de la psicología, la terapia cognitiva y la terapia conductual cognitiva son algunas de las modalidades de tratamiento más populares debido a su practicidad, versatilidad y eficacia bien documentada.[11]





La teoría cognitiva afirma que la forma en que los individuos perciben e interpretan el mundo que los rodea influye en cómo se sienten y se comportan[12]. Día a día, minuto a minuto, los individuos interpretan rápidamente los estímulos de su entorno en pensamientos de diferentes tipos de conciencia. Muchos de estos pensamientos son «pensamientos automáticos» cuyo contenido se supone que es correcto, aunque en realidad podría ser incorrecto. Con el tiempo, los pensamientos se interpretan y se agrupan en categorías de información, llamadas «esquemas», en función de las relaciones entre los pensamientos. Los pensamientos negativos crónicos pueden llevar a esquemas disfuncionales o «distorsiones cognitivas», que posteriormente pueden conducir a sentimientos y/o conductas perjudiciales.





En términos simples: nuestros pensamientos afectan nuestros sentimientos, que a su vez afectan nuestro comportamiento, y cuando modificamos nuestros pensamientos, podemos cambiar nuestras emociones y la forma en que interactuamos con el mundo. Una vez que los pensamientos se vuelven conscientes, podemos tomar la decisión de mantenerlos o alterarlos. Si elegimos pensamientos sanos, positivos e islámicos congruentes, es probable que nuestro estado de ánimo y comportamiento sigan su ejemplo. Si elegimos pensamientos poco saludables (aunque a veces pueden ser muy difíciles de manejar y cambiar, especialmente con el trauma), nuestro estado de ánimo y comportamiento probablemente reflejarán nuestra actitud. Aaron Beck, el padre de la terapia cognitiva, identificó muchas distorsiones cognitivas comunes, o formas de pensamiento poco saludables, que todos experimentamos de vez en cuando. Los que sufren de ansiedad, depresión y trauma son mucho más susceptibles a estas distorsiones cognitivas.





Cada artículo de esta serie abordará uno de los diez tipos más comunes de distorsiones cognitivas relacionadas con preguntas comunes basadas en la fe.[13] A través del enfoque cognitivo empleado, comprenderás por qué tienes los pensamientos negativos que tienes y cómo puedes cambiarlos en un esfuerzo por disminuir tus sentimientos generales de ansiedad, depresión y el impacto del trauma que has experimentado.





EL CORAZÓN




En la psicología islámica, hay un énfasis especial en el corazón en cuanto al razonamiento, la creencia y la curación psicológica. El corazón se menciona más de 100 veces en el Corán y es fundamental para nuestro pensar y sentir.





¿Acaso [los que se niegan a creer] no viajan por el mundo, y no tienen intelecto para reflexionar, ni oídos? No son sus ojos los que están ciegos, sino los corazones que están dentro de sus pechos [los que están ciegos]. (Corán 22:46)





El Corán indica que el corazón tiene la capacidad de razonar, y hoy los científicos están descubriendo que nuestros cuerpos tienen conciencia cardíaca, lo que demuestra que el corazón tiene una forma de comunicarse con la mente, aunque no se sabe mucho acerca de esta conexión.[14] La supremacía del corazón se demuestra en el siguiente hadiz:





Hay en el cuerpo un pedazo de carne, que si está sano, todo el cuerpo está sano; y si está enfermo, todo el cuerpo está enfermo. En verdad, este pedazo de carne es el corazón. (Bujari y Muslim)





Hay varias formas de suavizar el corazón en el Islam, pero en esta serie de artículos, hemos optado por incorporar técnicas islámicas basadas en el Corán, enfocadas principalmente en cómo Dios habla con el Profeta Muhammad ﷺ en Sura Ad-Duha cuando él estaba triste y ansioso. Ad-Duha es la palabra árabe que significa «Amanecer», que es una metáfora bastante apropiada para lo que ofrece esta sura—una luz al final de un túnel de oscuridad. Antes de que se revelara esta sura, el Profeta ﷺ no había recibido revelación de Dios durante un largo tiempo, lo que realmente lo angustió. Además, algunos de los que no creían en su mensaje se burlaron de él, diciendo que Dios estaba disgustado con él. ¿Cómo lo consoló Dios?





Juro por el resplandor matinal, 





por la noche cuando se serena, 





que tu Señor no te ha abandonado ni aborrecido [oh, Muhammad]. 





La vida del más allá será mejor para ti que esta. 





Tu Señor te agraciará y te complacerás. 





¿Acaso no te encontró huérfano y te dio amparo, 





y te encontró perdido y te guio, 





y te encontró pobre y te enriqueció? 





No maltrates al huérfano 





ni rechaces al mendigo. 





Y divulga las bendiciones de tu Señor.





Al examinar este capítulo del Corán, nos queda claro que ofrece una respuesta a la pregunta de cómo podemos curarnos de un trauma psicológico. El capítulo nos da una idea de cómo Allah, el Único Dios, consoló al profeta Muhammad, el mejor de la humanidad. Lo que nos fascinó, como profesionales en este campo, fue la variedad de investigaciones clínicas con las que nos hemos topado al escribir estos artículos, que confirmaron aún más el método que Dios utilizó para consolar a Muhammad, la paz sea con él, mientras que él experimentó tal momento traumático en su vida. Si bien creemos que Dios es capaz de cambiar el estado psicológico de uno a voluntad, tal vez la conclusión de que incluso el mejor de los seres humanos es vulnerable a los eventos traumáticos de la vida es para proporcionarnos una sensación de comodidad de que no estamos solos al enfrentar los más oscuros retos de la vida. Basándonos en este marco, que acuñamos El Enfoque Duha, intentamos brindar a nuestros lectores un enfoque integral y sólido a nivel islámico para tratar el trauma. Veamos brevemente algunas de estas intervenciones y cómo las verás en los artículos de esta serie.





APEGO




En la tercer aleya de Sura Ad-Duha, Dios dice: «que tu Señor no te ha abandonado ni aborrecido [oh, Muhammad]«, reconfortando al Profeta ﷺ que, a pesar de la suspensión en la revelación, Dios no lo abandonó. El mismo concepto se aplica a ti y a tus dificultades o trauma. Los traumas en tu vida no son porque Dios te odie o haya dejado de protegerte. Ten en cuenta que antes de este tiempo de angustia, el Profeta ﷺ experimentó muchos eventos que serían considerados traumáticos para la persona promedio; Algunos de estos incluyen orfandad, pobreza, ser víctima de asalto físico y abuso emocional. También fue un veterano de guerra. En esta serie, esperamos volver a generar tu apego y conexión con Dios y que sepas que tu trauma no es un medio para alejarte de la fe, sino para acercarte más a Él. El apego seguro a un Poder Superior está vinculado al bienestar psicológico.[15]





CAMBIO DE PERSPECTIVA




En la cuarta y quinta aleya en Sura ad-Duha, Dios afirma: “La vida del más allá será mejor para ti que esta. Tu Señor te agraciará y te complacerás«, lo que le da una perspectiva al Profeta ﷺ de que, aunque ahora está sufriendo y experimentando angustia, las cosas mejorarán. Cuando experimentamos un trauma, podemos sentir como si estuviéramos atrapados en un túnel oscuro, sin salida y con la certeza de que nos quedaremos atascados allí para siempre. Dios está asegurando al Profeta ﷺ e indirectamente a los creyentes, que no solo las dificultades en este mundo llegarán a su fin, sino que el Más Allá será mejor, lleno de alegría. Nuestra serie aborda el cambio de perspectiva, tanto cognitivamente como a través de un marco islámico. El cambio de perspectiva es una parte importante de la terapia cognitiva, así como de la Terapia dialéctica conductual (TDC), que son eficaces para tratar una gran cantidad de enfermedades psicológicas.[16] [17]





TERAPIA COGNITIVA




En las aleyas sexta, séptima y octava en Sura ad-Duha, Dios dice: “¿Acaso no te encontró huérfano y te dio amparo, y te encontró perdido y te guio, y te encontró pobre y te enriqueció?”. En estas aleyas, Dios está trabajando directamente en las cogniciones del Profeta. Lo confronta gentilmente señalando sus bendiciones y reformulando cómo estaba pensando en su estado actual de los asuntos, que es una de las técnicas más fundamentales de la terapia cognitiva. Ya hemos discutido el valor del enfoque cognitivo, pero queríamos señalar el mérito de este enfoque ya que Dios también lo usó con el Profeta ﷺ.





ACTIVACIÓN DE COMPORTAMIENTO




En las aleyas novena y décima en Sura Ad-Duha Dios dice: “No maltrates al huérfano ni rechaces al mendigo”, enfatizando la importancia de actuar. La teoría cognitiva conductual afirma que no solo nuestras cogniciones afectan nuestra conducta, sino que nuestra conducta también refuerza nuestras cogniciones.[18] Cuando tomamos medidas, esto fortalece las vías neuronales de los pensamientos y comportamientos deseados, aumentando la probabilidad de repetir los mismos pensamientos y comportamientos en el futuro y lograr la meta de cambio. No es suficiente para nosotros simplemente cambiar nuestros pensamientos, sino que también debemos acompañar nuestros nuevos pensamientos con nuevas acciones. La sección de ejercicios en cada artículo de esta serie te ayudará a prepararte para implementar estrategias específicas en tu vida cotidiana para que tus nuevos comportamientos puedan fortalecer tu nueva mentalidad más sana.





CULTIVANDO GRATITUD




En el última aleya de Sura Ad-Duha, Dios declara «Y divulga las bendiciones de tu Señor«, instruyendo al Profeta ﷺ para que reconozca y proclame sus bendiciones. En esta serie, discutiremos la importancia de identificar y reflexionar sobre las bendiciones, y cómo la ciencia considera que estas pequeñas prácticas tienen un inmenso impacto en el bienestar.[19]





Además, al final de cada artículo, incluimos una sección inspirada de aleyas y hadices para una mayor contemplación y recuerdo, ya que pensar y reflexionar sobre Dios es importante para ablandar el corazón:





¿Acaso se puede comparar a aquel a quien Dios abrió su corazón al Islam y está colmado por la luz de su Señor [con quien se niega a creer]? ¡Cuán desdichados son quienes tienen el corazón endurecido al Mensaje de Dios! Ellos están en un desvío evidente (Corán 39:22)





¿Acaso no es hora de que los creyentes subyuguen sus corazones al recuerdo de Dios y a la Verdad que ha sido revelada, y que no sean como quienes recibieron el Libro anteriormente? A estos, a medida que transcurría el tiempo, se les endurecía el corazón. Muchos de ellos eran corruptos. (57:16)





Creemos que esta combinación de técnicas abordará lo que muchos corazones buscan desesperadamente y no pueden encontrar en el tratamiento secular del trauma.





EL CUERPO




En las últimas dos décadas, ha habido una gran cantidad de investigaciones que señalan cómo se almacena el trauma en el cuerpo.[20] Los investigadores han descubierto que el trauma se mantiene en la memoria somática y crea alteraciones fisiológicas crónicas a largo plazo. Cuando uno piensa en un trauma, la persona promedio podría darse cuenta de que el trauma se procesa y se mantiene únicamente en el cerebro; sin embargo, la investigación muestra que mientras el trauma se procesa en el cerebro, el trauma no procesado permanece en el cuerpo.[21] Mientras que la mente se olvida con el tiempo, el cuerpo no, y puede desarrollar síntomas psicosomáticos, como dolores de estómago, dolores de cabeza u otros dolores y molestias inexplicables.





Los síntomas psicosomáticos están bien documentados en la literatura científica y también se mencionan en el Corán. Cuando el profeta Yaqub/Jacob عليه السلام experimentó el trauma de lo que pensó que era la pérdida de su hijo, el profeta Yusuf/José عليه السلام, se volvió ciego; Su estado psicológico afectó a su estado fisiológico:





Y [le recordó el dolor por su hijo perdido y] se apartó de ellos diciendo: «¡Qué pena siento por la falta de José!» Y perdió la vista por tanta pena, y quedó desconsolado, sufriendo en silencio. (Corán 12:84)





Las terapias expresivas, que son diferentes de la terapia de conversación y pueden incluir ejercicios de arte, movimiento, visualización y respiración, son eficaces para complementar la terapia, especialmente cuando alguien ha experimentado un trauma complejo con el tiempo.[22] Si bien no todos nuestros artículos incluirán técnicas de terapia expresiva, las estrategias que compartimos son aplicables a todos nuestros artículos.





FORMATO DE LA SERIE




Los artículos desde la Parte 2 de la serie están diseñados para ser independientes, de modo que si una persona quisiera buscar acerca de un problema en particular, podría obtener ayuda y alivio sin tener que leer toda la serie. Sin embargo, recomendamos leer la serie en su totalidad, ya que toda la información importante y las diferentes intervenciones se entrelazarán a lo largo de la misma. La mayoría de las intervenciones se describen en detalle en artículos separados, pero algunas importantes vuelven a aparecer.





Cada artículo tiene un tema específico (como la muerte, la infidelidad o las relaciones tóxicas crónicas) y aborda una de las diez distorsiones cognitivas más comunes del marco de comportamiento cognitivo. Además, cada artículo se combina con una de las preguntas más comunes que surgen en medio del trauma y la crisis de fe de hoy, como:





¿Por qué Dios me odia?





¿Por qué Dios permite que estas cosas sucedan? ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?





Mi fe debería ser más fuerte. ¿Por qué otra razón me sentiría de esta manera?





Otros artículos abordan cuestiones básicas relacionadas con el trauma, tales como:





¿Por qué solo me pasan cosas malas?





¿Por qué molestarse en vivir si el futuro está lleno de dolor? El mundo estaría mejor sin mí.





¿Por qué la vida de todos es mejor que la mía?





Cada artículo tiene el mismo formato e incluye:







  • Un caso de estudio


  • ¿Por qué me está pasando esto?


  • Entendiendo tus pensamientos y emociones


  • Cambiando tu mente, cuerpo y corazón


  • Hadith inspirador y aleyas para la reflexión


  • Ejercicios prácticos


  • El caso de estudio revisitado






La Parte 3 contiene las habilidades de afrontamiento comunes de los artículos y las habilidades de afrontamiento adicionales que pensamos que serían útiles para que los lectores también las conozcan. Las habilidades de afrontamiento están escritas de una manera fácil de acceder para una referencia rápida al leer o al completar toda la serie.





La Parte 4 contiene recursos y consejos sobre cómo obtener ayuda más allá de esta serie de artículos.





DU’AA DE APERTURA




Debido a que estás a punto de comenzar la sección principal de esta serie, te alentamos a identificar tus intenciones para así guiarte de la mejor manera. La intención es un concepto importante en el Islam, así como la conciencia plena y la curación.





Umar bin Al Khattab informó que el Apóstol de Allah (la paz sea con él) dijo que «las acciones deben ser juzgadas solo por las intenciones y un hombre solo tendrá lo que él quería…» (Sunan Abi Dawud, 2201)





Pensamos que sería útil comenzar nuestro viaje con una du’aa. Puedes decidir utilizarla o no. Siéntete libre de modificar la du’aa como quieras para satisfacer tus necesidades.





Oh Allah, recompénsame por buscar los primeros pasos en mi viaje de sanación para poder convertirme en la mejor versión posible de mí mismo y del musulmán que puedo ser. Allah, por favor acepta mis intentos de buscar la cercanía a ti y construir una relación más fuerte contigo. Allah, por favor abre mi corazón para recibir los contenidos de esta serie de la mejor manera, y facilítame trabajar e implementar las estrategias. Allah, por favor, cuéntame entre aquellos que buscan conocimiento para mejorar mi persona, mi fe y los que me rodean.





Al comenzar a internalizar los mensajes dentro de esta serie, oramos por una sanación que te permita ser tu mejor yo, y que el pasado ya no tenga el mismo poder sobre ti. Le pedimos a Dios que las luchas diarias que se presenten en tu camino sean resilientes y que te sientas capaz de enfrentar el presente con serenidad y fuerza. Oramos para que a través de una conexión fortalecida contigo y con Dios, te sientas como en casa en tu vida una vez más.





Esperamos sinceramente que te beneficies y disfrutes del crecimiento en esta serie de artículos. Los mejores deseos al comenzar tu viaje de sanación.



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