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La poligamia es común en la comunidad global, normal y aceptada. De acuerdo a Ethnographic Atlas Codebook[1] derivado del Atlas Etnográfico de George P. Murdock grabó la composición marital de 1.231 sociedades, desde 1960-1980. De estas sociedades, 186 eran monógamas. 1041 eran polígamas. De acuerdo a Joseph Ginat, el autor de ‘Familias Polígamas en la Sociedad Contemporánea’, un tercio de la población  mundial pertenece a alguna comunidad que lo permite.[2]





La Poligamia en Occidente Hoy





La actitud del Occidente hacia la Poligamia es etnocéntrica e hipócrita. Lo que a veces no se entiende en Occidente es que las mujeres en otras culturas, especialmente la africana y la islámica, no ven necesariamente a la poligamia como un signo de degradación hacia la mujer. Consecuentemente, equiparar a la poligamia con la degradación de la mujer es un prejuicio etnocéntrico de otras sociedades. El rechazo etnocéntrico a la poligamia se puede ver reflejado en la Opinión de la Corte suprema de Estados Unidos sobre el caso Reynolds vs. USA en el año 1878. La corte se rehusó a reconocer la poligamia como una práctica religiosa legítima, descartándola como “una cualidad casi exclusivamente perteneciente a la vida de los asiáticos y los africanos”. En futuras decisiones, la corte declaró la poligamia como “una mancha en nuestra civilización” Mas elocuentemente, la corte encontró que la práctica es “contraria al espíritu de la cristiandad y de la civilización que la cristiandad ha producido en el mundo Occidental.”[3]





En la actualidad de Occidente es común para los hombres casados tener relaciones extramatrimoniales con amantes, amigas o prostitutas. Consecuentemente, Occidente aclama que la monogamia[4]  es un término equívoco. ¿Cuán común es? Se estima que en un rango de entre 23-50% de los hombres y 13-50% de las mujeres en los Estados Unidos han tenido una relación extramatrimonial a lo largo de su vida. Más del 15% de los esposos aceptan haber tenido varias relaciones, y cerca del 70% de los hombres casados menores de 40 esperan tenerlas.[5]





El hecho de que el concepto de monogamia de Occidente se base en la doble moral puede ser ilustrado con un ejemplo. Cohabitar con mujeres es legal, socialmente aceptable, y hasta masivamente comercializable para sacar al aire de TV un Reality Show, ¡pero los matrimonios polígamos que envuelven la moral y responsabilidad financiera hacia la mujer y sus hijos se consideran socialmente inmorales e ilegales! Existen quienes soportan los ‘matrimonios abiertos’, en donde cada uno de los esposos es libre de tener compañeros ‘extramatrimoniales’. La revista Playboy de la edición de Noviembre del 2005 muestra a las tres mujeres de su fundador-dueño de 80 años, Hugh Hefner en vivo. Esto en coordinación con un Reality Show en el llamado “Girls Next Door”. Las cámaras siguen a las tres novias ‘oficiales’ mostrando como viven con él como ‘esposas’, solo que no poseen un contrato legal.





La monogamia no protege a la mujer, pero si al hombre que la explota. La poligamia protege los intereses de las mujeres y los niños en la sociedad. El hombre está en contra de la poligamia, no porque la monogamia sea moral, sino porque quiere satisfacer su deseo por la variedad al satisfacer un adulterio ilimitado. El pecado, no la fidelidad, ha tomado el lugar de la poligamia. Es por eso que el hombre se opone a la pluralidad de esposas que lo compromete a muchos deberes y responsabilidades, financieras y demás.





 La monogamia le permite disfrutar de un affaire extramatrimonial sin las consecuencias de las obligaciones económicas. El puede ‘juguetear’ sin asumir responsabilidades por sus conductas sexuales. La poligamia legalizada le requeriría mantener económica y moralmente a sus demás esposas e hijos.





Los métodos anticonceptivos y el fácil acceso al aborto han abierto el sexo a la mera diversión para las mujeres occidentales. Igualmente es ella la que sufre el trauma del aborto y los efectos colaterales de los métodos anticonceptivos. Si un hombre desea tener una segunda esposa para cuidar, niños que lleven su nombre, es considerado un criminal que puede ser sentenciado a la cárcel. Sin embargo, si tiene numerosas amantes e hijos ilegítimos su relación es inimputable en muchos países.





En el pasado, hasta para los hombres licenciosos, las oportunidades para el pecado estaban limitadas. Es por eso que tenía que tomar el recurso de la poligamia y, en lugar de evadir sus deberes, tenía que afrontar ciertas responsabilidades con respecto a sus esposas e hijos. Hoy en día, un hombre que posee amplias oportunidades de divertirse no ve la necesidad de comprometerse; por eso su aversión a la poligamia.





La hipocresía de Occidente hacia la poligamia también puede ser vista en el hecho de tomar una segunda esposa, hasta con el consentimiento de la primera, como una violación a la Ley en Occidente. Por otro lado, engañar a la esposa, sin su conocimiento o consentimiento, es legitimado ante los ojos de la ley. ¿Cuál es la sabiduría legal detrás de tanta contradicción? ¿Está la ley diseñada para recompensar el engaño y castigar la honestidad? Es una paradoja inconmensurable de la sociedad moderna del mundo ‘civilizado’. Además, la homosexualidad es legal, pero la poligamia es ilegal y, en algunos casos criminal.





También, además de dejar un substancial número de mujeres ‘para vestir santos’ al negar su compromiso con un hombre como segunda esposa, las naciones occidentales privan a las mujeres del sexo masculino al impulsar la homosexualidad. Es inhumano tener una mujer como segunda esposa, de acuerdo a estos criterios tendenciosos, pero si la segunda ‘esposa’ es un amante ‘masculino’, entonces no es un crimen. ¡Se nos dice que la homosexualidad es un estilo de vida aceptable en conformidad con los requerimientos de la vida moderna! La actitud de Occidente es el resultado lógico del rechazo a la revelación de Dios que nos brinda armonía entre los humanos y la naturaleza.





La poligamia no es una práctica que se limita a la religión del Islam; más bien es algo muy conocido en la historia de la Gente del Libro, los judíos y los cristianos. Sólo en los últimos tiempos sus religiosos lo vieron con malos ojos y lo prohibieron. Sin embargo, cuando uno observa las primeras instancias de la historia de las religiones, encontrará que no sólo era una práctica aceptable, sino también alentada.





La Poligamia en el judaísmo





La poligamia existía entre los israelitas antes de los tiempos de Moisés, quien continuó la institución sin imponer límite alguno en el número de matrimonios que un esposo hebreo podía contraer. La Enciclopedia judía expone:





Aunque no existen evidencias de poligamia en la sociedad judía primitiva, parece ser que la poligamia era una institución bien aceptada, desde los tiempos mas antiguos y extendiéndose comparativamente a tiempos modernos.[1]





Otra practica común era la de tomar concubinas.[2]  En tiempos mas modernos, el Talmud de Jerusalén restringió el numero a la habilidad del esposo de mantener a sus esposas adecuadamente. Algunos rabinos, sin embargo, aconsejaron que el hombre no tome más de cuatro esposas. La poligamia fue prohibida en el judaísmo por los rabinos, no por Dios. El rabino Gershom ben Judah es acreditado por haber prohibido la poligamia en el siglo 11 prohibiéndola por 1.000 años (terminó en 1987) a los judíos de Europa occidental (Ashkenazí). Los judíos del mediterráneo (Sefaradíes) continuaron con la práctica de la poligamia.[3]  Consecuentemente, de acuerdo a Will Durant: ‘la poligamia fue practicada por los judíos ricos en las tierras islámicas, pero raramente por los judíos que vivían entre cristianos.’[4]  De acuerdo a Joseph Ginat, profesor de antropología social y cultural de la Universidad de Haifa, es común y creciente entre los 180.000 beduinos de Israel.  También es frecuente entre los del Yemen, los rabinos permiten a los judíos casarse hasta con cuatro esposas.[5]  En el Israel moderno, cuando una mujer no puede tener hijos o está mentalmente enferma, los rabinos le dan al esposo el derecho de casarse con una segunda esposa sin divorciarse de la primera.[6]





Poligamia en el cristianismo





Jesús, quien pasó por alto la poligamia, es irrelevante como modelo de costumbre matrimonial, ya que él no se casó durante su ministerio en la tierra. De acuerdo al Padre Eugene Hillman: ‘En ningún lugar del Nuevo Testamento encontramos un mandamiento explícito acerca de que el matrimonio deba ser monogámico ni un mandamiento explícito que prohíba la poligamia.’[7]  La Iglesia en Roma prohíbe la poligamia conforme a las culturas Greco-Romanas que prescribieron solo una esposa legal tolerando el concubinato y la prostitución.[8]





El Emperador romano, Valentino I, en el cuarto siglo, autorizó a los cristianos a tomar dos esposas. En el siglo octavo, Carlomagno, con el poder de las dos iglesias y del estado, practicó él mismo la poligamia, teniendo seis, o de acuerdo a algunos registros históricos, nueve esposas.[9]  De acuerdo a Joseph Ginat, el autor de Familias Poligámicas en la Sociedad Contemporánea, la Iglesia Católica vio con malos ojos la práctica, pero ocasionalmente permitió segundos matrimonios de líderes políticos.[10]





San Agustín parece no haber observado en ello ninguna inmoralidad intrínseca o pecado, y declaró que la poligamia no era un crimen si era legal en la institución de un país.[11]  Él escribió en El Bien del Matrimonio (capitulo 15, párrafo 17), que la poligamia





…era legal entre los antiguos padres: si lo sigue siendo todavía, no me apresuraría a decirlo. Ya que no hay necesidad de engrandar niños, como la que había en ese entonces, cuando, aún cuando las mujeres tenían niños, estaba permitido, para tener una numerosa posteridad, casarse con otras mujeres, lo que ciertamente ahora no es legal”.





No se atrevió a juzgar a los patriarcas, pero no dedujo de su práctica la aceptabilidad de la poligamia. En otro lugar, escribió: “Ahora bien en nuestros tiempos, y dejándonos llevar por las costumbres romanas, ya no se permite tomar otra esposa, para poder tener mas de una esposa con vida.”[12]





Durante la Reforma Protestante, Martín Lutero dijo: “Confieso de mi parte que si un hombre  desea casarse con dos mujeres o mas, no puedo prohibírselo ya que no contradice la Escritura”. Él mismo le aconsejó a Philip de Hesse que mantuviera a su segundo matrimonio en secreto para evitar el escándalo público.[13]  Uno de los mas grandes poetas de la lengua Inglesa y famoso Puritano Inglés, John Milton (1608 - 1674), escribió:  ‘No he dicho ‘el matrimonio de un hombre con una mujer’ menos debería implicar la carga a los santos patriarcas y pilares de nuestra fe, Abraham y otros quienes tienen mas de una esposa, al mismo tiempo, con el pecado habitual; y por miedo a ser forzado a excluir del santuario de Dios como falsos, a toda su descendencia, si, todos los hijos de Israel, para los que fue hecho el santuario. Ya que dice en Deuteronomio (xxii. 2,): “Un bastardo no debe ingresar en la congregación de Jehová hasta la décima generación.”[14]  El 14 de febrero de 1650, el parlamento de Nürenberg decretó que por la muerte de tantos hombres durante la Guerra de los Treinta Años, todos los hombres tenían permitido casarse con diez mujeres.[15]





Las iglesias africanas han reconocido a la poligamia por mucho tiempo. Establecieron en la Conferencia Lambeth: “Hace mucho tiempo que se ha reconocido que la poligamia y el matrimonio tradicional, en la Comunión Anglicana, genuinamente poseen características de fidelidad y rectitud.”[16]  Mwai Kibaki, el presidente cristiano de Kenya, cuya victoria fue atribuida a “la mano del Señor” por la Iglesia Presbiteriana del Este de África, es polígamo.[17]  Ya no más bajo el mando de los cristianos blancos, Sudáfrica posterior al Apartheid también ha legalizado la poligamia.[18]





Antiguamente en su historia, la Iglesia Cristiana de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días practicó la poligamia en los Estados Unidos. Grupos disidentes dejaron la Iglesia para continuar la práctica después de que la Iglesia la prohibió. La poligamia aun persiste entre estos grupos hoy en día en Utah y estados vecinos, así como también entre individuos aislados sin ninguna afiliación a alguna Iglesia.





En los Estados Unidos, la poligamia es ilegal, pero existe extraoficialmente, aproximadamente 30.000 a 80.000 personas viviendo como polígamos en el Oeste. Típicamente, estas familias son Mormones Fundamentalistas o Grupos Cristianos que sostienen que la poligamia es una práctica que honra el tiempo y la escritura.[19]





Antes de señalar al Islam y a los musulmanes cuando se discute sobre la poligamia, es necesario tener suficiente conocimiento del tema y su historia. No se debe juzgar prácticas que se consideran aceptables a lo largo de la historia para las mentes cerradas de los tiempos presentes. En cambio, uno debe investigar acerca del tema en profundidad y más importante, buscar la orientación divina.





La poligamia ha sido practicada por la humanidad durante miles de años. Muchos de los antiguos israelitas eran polígamos, y algunos tuvieron cientos de esposas. Se dice que el rey Salomón llegó a tener 700 esposas y 200 concubinas. Su padre, David, tuvo 99; y Jacobo, de quien descienden las tribus de Israel, tuvo cuatro[1]. Algunos hombres sabios judíos han aconsejado que ningún hombre debe casarse con más de cuatro esposas.





Ninguna de las primeras sociedades puso restricciones al número de esposas ni puso condición alguna sobre la forma en que debían ser tratadas. Tan recientemente como en el siglo XVII, la poligamia era practicada y aceptada por algunas sectas de la Iglesia Cristiana. Los mormones (Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días) han permitido y practicado la poligamia en los Estados Unidos, incluso hoy en día.





La monogamia fue introducida en el cristianismo en la época de Pablo, cuando se llevaron a cabo muchas revisiones en las doctrinas cristianas. Esto se hizo para que la Iglesia se adaptara a la cultura grecorromana dominante, en la que los hombres eran monógamos pero tenían muchas esclavas a quienes utilizaban libremente: En otras palabras, ellos también practicaban una forma de poligamia sin restricciones[2].





Los primeros cristianos inventaron ideas de que las mujeres estaban “llenas de pecado” y el hombre estaba en mejor situación si “nunca se casaba”. Dado que esto sería el fin de la humanidad si se pusiera en práctica, esta misma gente cedió y dijo “cásense con sólo una”.





Es frecuente que en la sociedad estadounidense, cuando las relaciones se ponen tensas, el marido simplemente abandone a la esposa. Entonces puede cohabitar con una prostituta o con otra mujer inmoral, sin pasar por el ritual de la legalización del matrimonio. Las mujeres en ocasiones se comportan de igual manera, abandonan a sus esposos y luego viven con un nuevo compañero en una relación inmoral. Más común, sin embargo, es la práctica de la inmoral “unión libre” premarital, para poder probar muchas parejas antes de decidirse a casarse con una.





Hoy día hay tres clases de poligamia practicada en las sociedades occidentales:





(1)  Poligamia serial, es decir, matrimonio, divorcio, matrimonio, divorcio, matrimonio, divorcio, y así sucesivamente muchas veces más.





(2)  Un hombre se casa con una mujer, pero tiene y mantiene a una o más amantes.





(3)  Un hombre soltero tiene varias amantes.





El Islam tolera pero desalienta la primera y prohíbe las otras dos.





Las guerras pueden provocar que el número de mujeres exceda por mucho al número de hombres. En una sociedad monógama estas mujeres, al quedarse sin marido o apoyo, llegan a recurrir a la prostitución, las relaciones ilegales con hombres casados, dando como resultado hijos ilegítimos por quienes no responde el padre, o viven una soltería o viudez solitaria.





Algunos hombres en Occidente toman la posición de que la monogamia protege los derechos de la mujer. ¿Pero estos hombres se preocupan en realidad por los derechos de la mujer? La sociedad tiene muchas prácticas que explotan y reprimen a las mujeres, y esto es lo que ha llevado a la formación de los movimientos de liberación femenina, desde las sufragistas de principios del siglo XX a las feministas de hoy, y que todavía llevan a estos movimientos a continuar sus campañas para obtener un trato igualitario en la sociedad, así como ante la ley.





La verdad del asunto es que la monogamia protege al hombre, permitiéndole “jugar por ahí” sin responsabilidad. El fácil control de la natalidad y los abortos legales accesibles han abierto la puerta para el sexo ilícito con mujeres, y ellas han sido atraídas por la llamada “revolución sexual”. Pero ellas siguen siendo las que sufren los traumas del aborto y los efectos colaterales de los métodos de planificación.





Haciendo a un lado las plagas de las enfermedades venéreas, herpes y SIDA, los hombres continúan disfrutando sin preocupaciones. Los hombres son los protegidos por la monogamia, mientras las mujeres siguen siendo víctimas de los deseos de los hombres. La poligamia es todo lo opuesto a la sociedad dominada por los hombres, ya que obliga a los hombres a encarar sus responsabilidades y su fidelidad. Ella los obliga a tomar responsabilidad por sus inclinaciones polígamas, y a proteger y mantener a las mujeres e hijos.





Entre todas las sociedades polígamas en la historia, ninguna limitó el número de esposas. Todas las relaciones eran ilimitadas. En el Islam, las regulaciones relativas a la poligamia limitan el número de esposas que un hombre puede tener, mientras lo hacen responsable de todas las mujeres involucradas.





“Si teméis no ser equitativos con [las dotes de] las huérfanas, entonces casaos con otras mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero si teméis no ser justos, casaos con una sola… Esto [casarse con una sola mujer] es lo recomendable para evitar cometer alguna injusticia”. (Corán 4:3)





Este versículo del Corán le permite al hombre casarse con más de una mujer, pero sólo si es capaz de tratar con justicia a todas sus esposas.





“No lograréis ser justos con vuestras mujeres aunque así lo deseaseis. No os inclinéis demasiado [por una de ellas, dándole más tiempo o provisión] dejando a otra como abandonada (es decir, ni divorciada ni casada)”. (Corán 4:129)





El Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, recibió inspiración divina sobre cómo manejar matrimonios múltiples y las dificultades que se presentan en ellos. No es una tarea fácil para un hombre manejar dos esposas, dos familias y dos hogares, y ser justo con ambos. Ningún hombre de inteligencia razonable entraría en esa situación sin una buena dosis de reflexión.





La base de toda relación matrimonial es la buena moral y la felicidad, creando una sociedad justa y cohesionada donde las necesidades de hombres y mujeres están bien atendidas. La sociedad occidental actual, que permite el sexo libre entre mayores de edad, ha dado lugar a gran cantidad de relaciones sexuales irresponsables, una abundancia de hijos “sin padre” y a muchas madres solteras adolescentes, todo lo cual se constituye en una carga para el sistema de bienestar social de cada país. En parte, es una carga tan indeseable, que ha llevado a inflados déficits presupuestarios a los que incluso un país poderoso como Estados Unidos no puede dar cabida. Estos déficits presupuestarios importantes han llevado a un juego político que está afectando el sistema político de los Estados Unidos.





En resumen, vemos que la monogamia creada artificialmente se ha convertido en un factor de la ruina de la estructura familiar y de los sistemas social, económico y político del país.





Tenía que ser un Profeta, y de hecho fue el Profeta Muhammad, quien dirigió a los musulmanes a casarse o a observar la paciencia hasta que consigan casarse. Abdullah Bin Mas’ud reportó que el Mensajero de Dios dijo:





“Hombres jóvenes, aquellos de ustedes que puedan mantener a una esposa deben casarse, ya que esto los previene de mirar a las mujeres extrañas y los preserva de la inmoralidad. Pero aquellos que no puedan, deben dedicarse al ayuno, ya que es una forma de suprimir el deseo sexual”. (Sahih Al Bujari, Sahih Muslim)





El Islam busca que la gente se case y desarrolle una buena estructura familiar. También se da cuenta de las exigencias de la sociedad y de los individuos, y que la poligamia puede ser la solución a muchos problemas. Por lo tanto, el Islam permite la poligamia, pero limita el número de esposas a cuatro.





En las sociedades musulmanas de nuestra época, la poligamia no se practica con frecuencia a pesar de que está legalmente permitida en muchos países. Parece que los hombres que no recurren a la poligamia limitada y responsable son, en contraste, polígamos en forma irregular, rehuyendo a las responsabilidades que tienen con las familias por las que deberían responder.





(En este artículo, la palabra “poligamia” ha sido utilizada para significar poliginia con dos o más esposas. El Islam prohíbe la poliandria, en la que la mujer tiene dos o más esposos.)



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