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Se critica al Islam por permitir la poligamia, ya que la cultura popular en Occidente ve a la poligamia como algo relativamente atrasado y empobrecido. Para muchos cristianos, es un permiso para la promiscuidad, y las feministas la consideran como una violación a los derechos de las mujeres y una degradación de la mujer. Un punto crucial que tiene que ser entendido es que para los musulmanes los estándares de moralidad no están establecidos por el pensamiento occidental popular, si no por la revelación divina. Algunos simples hechos deben tenerse en cuenta antes de hablar de la poligamia en el Islam.





El Islam no inició la poligamia





El Islam no introdujo la poligamia. Entre las naciones antiguas orientales, la poligamia fue una institución reconocida. Entre los hindús, la poligamia prevaleció desde tiempos antiguos. No había -como para los antiguos babilonios, asirios y persas- restricciones en cuanto al número de esposas que un hombre podía tener. Aunque Grecia y Roma no eran sociedades polígamas, el concubinato era norma[1]. El Islam reguló la poligamia limitando el número de esposas y poniendo en práctica responsabilidades. De hecho, según David Murray, un antropólogo, históricamente la poligamia es más común que la monogamia[2].





La poligamia practicada por los Profetas de Dios





Los grandes patriarcas hebreos, venerados de igual forma por el judaísmo, el cristianismo y el Islam –Abraham, Moisés, Jacob, David y Salomón, para mencionar unos pocos– eran polígamos. Según la Biblia:





§        Abraham tuvo tres esposas (Génesis 16:1, 16:3, 25:1).





§        Moisés tuvo dos esposas (Éxodo 2:21, 18:1-6; Números 12:1).





§        Jacob tuvo cuatro esposas (Génesis 29:23, 29:28, 30:4, 30:9).





§        David tuvo al menos 18 esposas (1 Samuel 18:27, 25:39-44; 2 Samuel 3:3, 3:4-5, 5:13, 12:7-8, 12:24, 16:21-23).





§        Salomón tuvo 700 esposas (1 Reyes 11:3)[3].





El ejemplo de Jesús, que al contrario pasó por alto la poligamia, es irrelevante, ya que él no se casó durante su ministerio terrenal.





El matrimonio en el Islam





El matrimonio es un acuerdo legal en el Islam, no es un sacramento en el sentido cristiano, y está asegurado con un contrato. El matrimonio Islámico establece derechos y las correspondientes responsabilidades para cada cónyuge. Se les otorga legitimidad y parte de la herencia de los padres a los hijos nacidos en el matrimonio.





El propósito principal del matrimonio en el Islam es regular el sexo dentro del matrimonio, así como crear una atmósfera para la continuidad y extensión de la familia. Ésto contrasta con las crecientes tendencias occidentales. En las últimas décadas, existen más alternativas al matrimonio que nunca antes. La cohabitación –vivir juntos fuera del matrimonio– ha aumentado mucho entre los jóvenes, los adultos solteros, así como los divorciados. Más mujeres tienen hijos fuera del matrimonio, ignorando la secuencia dictaminada por Dios del matrimonio seguido por el nacimiento de los hijos.





La poligamia en el Corán





El libro sagrado de los musulmanes, el Corán, es el único escrito religioso en el mundo que explícitamente limita la poligamia y restringe su práctica:





“…casaos con otras mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero si teméis no ser justos, casaos con una sola…”. (Corán 4:3)





El Corán limita el número de esposas a un máximo de cuatro. En los antiguos días del Islam, quienes tenían más de cuatro esposas al abrazar el Islam debieron divorciarse de las esposas excedentes. El Islam reformó la institución de la poligamia exigiendo el mismo trato para todas las esposas. El musulmán no tiene permitido hacer diferencias entre sus esposas en cuanto al sustento y gastos, el tiempo y demás obligaciones de esposo. El Islam no permite que un hombre se case con otra mujer si no va a ser justo en la forma de tratarla. El Profeta Muhammad prohibió la discriminación entre las esposas o entre sus hijos.





Además, el matrimonio y la poligamia en el Islam es un asunto de consentimiento mutuo. Nadie puede obligar a una mujer a ser desposada por un hombre casado. El Islam simplemente permite la poligamia, no la hace obligatoria ni la exige. Por otra parte, una mujer puede estipular que su esposo no contraiga matrimonio con ninguna otra mujer como segunda esposa en su contrato prenupcial. El punto que usualmente es malentendido en Occidente es que las mujeres en otras culturas –especialmente africanas e islámicas– no ven a la poligamia como un signo de degradación de la mujer. En consecuencia, equiparar a la poligamia con la degradación a la mujer es un juicio etnocéntrico de otras sociedades.





Aunque nosotros vemos la clara permisión de la poligamia en el Islam, su práctica es bastante rara en muchas sociedades musulmanas. Algunos investigadores estiman que no más del 2% de los hombres casados practican la poligamia[4]. La mayoría de los hombres musulmanes sienten que no pueden costear los gastos que implican mantener a más de una familia. Incluso quienes pueden mantener financieramente familias adicionales son reacios muchas veces, debido a las cargas psicológicas de relacionarse con más de una esposa. Se puede decir que el número de los matrimonios polígamos en el mundo musulmán es mucho menor que el número de relaciones extramatrimoniales en Occidente[5]. En otras palabras, contrario a la noción que prevalece, los hombres en el mundo musulmán actual son más monógamos que los hombres en el mundo occidental.





Todos los mandatos de la religión del Islam provienen de Dios, el Sabio, y por eso uno deduce que todas las cosas que están permitidas lo están por el hecho de que su beneficio para el ser y la sociedad pesan más que su perjuicio. Cuando uno analiza las razones y resultados de permitir la poligamia, se encuentra con que las reglas de la religión del Islam son aquellas que verdaderamente se adaptan a todos los tiempos y lugares, porque su fuente es Dios Todopoderoso, el Sabio y el Conocedor.





Cómo lo indica el Corán (4:3), el tema de la poligamia se entiende a la luz de las obligaciones de la comunidad hacia los huérfanos y las viudas. El Islam, como una religión universal que se adapta a todos lo tiempos y lugares, no puede ignorar esas obligaciones.





La poligamia islámica apunta a problemas sociales como la prostitución y las relaciones extramatrimoniales tan comunes en Occidente. En lugar de engañar – la infidelidad es una de las principales razones de divorcio en Occidente – el Islam permite al hombre casarse con más de una esposa. Con el total reconocimiento de los derechos de ambas. El principio básico en el Islam es que los hombres se responsabilicen de sus comportamientos para con las mujeres así como también las mujeres para con los hombres.





El número de mujeres en el mundo excede al de los hombres. El excedente es resultado de los hombres que mueren en las guerras, crímenes violentos y mujeres que viven más tiempo que los hombres.[1]  La homosexualidad incrementa más el problema. Bertrand Russell escribió: “En todos los países en donde hay un excedente de mujeres, es injusto que esas mujeres, por necesidad aritmética, deban permanecer solteras y privadas de la experiencia sexual.”[2]  La poligamia, entonces, es la única solución responsable para esta situación. 





Tomemos por ejemplo a los Estados Unidos. ¿Por qué se expanden tanto las relaciones extramatrimoniales? “Una razón es la cantidad de mujeres. La mayoría están solteras, (en la actualidad hay 34 millones en los Estados Unidos) y porque las mujeres solteras generalmente tienen mas tiempo libre y energía que las casadas. Tomemos en cuenta estas estadísticas: Una de cada cinco mujeres hoy no tiene un potencial compañero simplemente porque no hay suficientes hombres solteros. Una mujer soltera de 25 años se enfrenta a un serio desabastecimiento de hombres disponibles, y la situación se empeora cuando las mujeres envejecen. Es menos probable que los hombres divorciados vuelvan a casarse (y tienden a casarse con mujeres menores que ellos), por lo tanto hay el doble de mujeres solteras que de hombres solteros a los 40. De hecho, una mujer que se divorcia hoy en día a los 35 es probable que permanezca soltera por el resto de su vida. atrapadas en un problema demográfico al buscar la autonomía, más y más mujeres solteras optan por iniciar relaciones con hombres casados.”[4]





Además, un porcentaje de mujeres que no son mantenidas económicamente por sus esposos son la causa del incremento de la prostitución en la sociedad. Por ejemplo, Alemania posee 0.96 hombre/mujer. Ante el bienestar de las reformas alemanas, ¡cualquier mujer de menos de 55 que ha estado sin trabajar por más de un año, puede ser forzada a tomar un trabajo disponible - incluyendo ser prostituta en la industria sexual - o perder su beneficio de desempleo! En un estudio del año 1994 se encontró que el 16% de los hombres mayores de 18-59 en los Estados Unidos había pagado por sexo (Gagnon, Laumann, and Kolata 1994).





También, el problema de la desequilibrada proporción de sexos puede empeorar durante la guerra. La Segunda guerra mundial fue un fenómeno de este tipo. Después de la Segunda guerra mundial había 7.300.000 más mujeres que hombres en Alemania solamente (3,3 millones de ellas viudas). Había 100 hombres de entre 20 y 30 años cada 167 mujeres de la misma edad. Muchas de esas mujeres necesitaban un hombre, no solo como compañero sino también como proveedor para el hogar en un tiempo de miseria y apuros. Los soldados en el ejército de los Aliados explotaron la vulnerabilidad de estas mujeres. Muchas mujeres jóvenes y viudas  tuvieron relaciones amorosas con miembros de las fuerzas dominantes. Muchos soldados norteamericanos y británicos pagaban por su placer con cigarrillos, chocolates y pan.[5]





La poligamia es una alternativa al divorcio en el caso de problemas matrimoniales. En lugar de divorciarse de una mujer enferma o estéril, el Islam permite al hombre casarse con otra cuidando de la primera si esta elige permanecer con él.





Las enseñanzas del Islam, incluyendo la poligamia, conforman la naturaleza humana. Los hombres y mujeres difieren en sus deseos de variedad sexual. Estas diferencias son universales. De acuerdo a los científicos evolucionistas los hombres son “programados” para repartir su semilla. Los hombres de cualquier parte del mundo – solteros o casados – quieren más parejas sexuales que las mujeres. La solución islámica provee la única alternativa responsable al deseo arraigado del hombre.[6]





Existe una reserva biológica universal en la reproducción femenina y masculina. La capacidad reproductiva de la mujer declina después de los 20 y termina en la menopausia, pero el hombre posee, todavía hasta en los 70 años la capacidad de engendrar un hijo.[7]  La poligamia es una solución para el hombre que desea tener más hijos, especialmente en las sociedades agrarias tradicionales. Esto puede parecer irrelevante en el contexto occidental en donde tener hijos se está convirtiendo en algo independiente al matrimonio. La poligamia es también una alternativa para un hombre que desee satisfacer sus deseos sexuales naturales dentro de los lazos del matrimonio, pero cuya esposa no lo desee por edad o enfermedad. Además el Islam prohíbe las relaciones durante el ciclo menstrual de la mujer. Por lo tanto, el ciclo menstrual prolongado de la mujer que previene al hombre tener sexo con ella, o un hombre cuyo impulso sexual no sea satisfecho por su esposa, puede casarse con otra mujer. El Islam les permite a esos hombres realizar sus deseos dentro de un marco legal, responsabilizándose  de su sexualidad, para no tener que recurrir a la cohabitación o la prostitución. La poligamia legalizada controla la transmisión de enfermedades sexuales como Herpes y HIV. Estas enfermedades venéreas se esparcen en las sociedades en donde son comunes las relaciones extramaritales y la prostitución. Esto puede llegar a suceder por un marido que trae la enfermedad con la que él se ha infectado con una relación extramatrimonial cuando regresa a la relación monogámica con su mujer.





Se puede ver claramente que existen muchos beneficios resultantes en la poligamia. Muchas enfermedades sociales no son tratadas, hasta creadas o empeoradas, gracias a las restricciones a la poligamia en las relaciones modernas. No se debe atribuir a la cultura y la época actual la superioridad en la historia, sino que se debe analizar las costumbres, tradiciones y creencias basadas en hechos sólidos y tangibles. Cuando las personas lo hacen, con la mente y el corazón abiertos, se acercarán a la verdad hasta que la apreciarán tan clara y evidente como la luz del día.



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