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El velo islámico o hijab se refiere  a la prenda amplia, simple y opaca que cubre el cuerpo de la mujer musulmana.  Básicamente idéntico a la ropa utilizada en tradicionales representaciones de María (que Dios le conceda misericordia y a su hijo) en el cristianismo, y cada monja que ha buscado imitarla desde entonces, el hijab es clasificado como un signo de extremismo, el supuestamente estatus inferior de la mujer musulmana.  Aquellos que ven a las mujeres musulmanas como poco menos que objetos sexuales, se sorprenden con el fenómeno de mujeres occidentales educadas, profesionales, o en todo caso ‘libres’ que se convierten al Islam.  La afirmación que las mujeres convertidas son fanáticas, que se les ha lavado el cerebro, cegadas por sus velos o víctimas suprimidas, desesperadas por ser liberadas ya no es aceptada.  Aunque, informes sensacionalistas y a menudo con motivos políticos de mujeres musulmanas oprimidas en alguna sociedad contemporánea, alienta este estereotipo negativo.  Lo que sigue es una breve mirada al Islam y al cristianismo.





“Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederemos una vida buena y le multiplicaremos la recompensa de sus obras.” (Corán 16:97)





En lo que sería parte de un ‘Nuevo Testamento’, San Pablo obligó las prácticas comunes de ese entonces del velo para todas las mujeres:





‘[4].Si un varón ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza.  [5].En cambio, la mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta falta al respeto a su cabeza; sería igual si se cortase el pelo al rape.  [6].¿No quiere cubrirse el pelo? Que se lo corte al rape.  ¿Que, le da vergüenza andar con el pelo cortado al rape? Pues que se ponga el velo.





[7].El varón no debe cubrirse la cabeza porque es imagen y reflejo de Dios, mientras que la mujer es reflejo del hombre.  [8].El varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; [9].tampoco fue creado el varón con miras a la mujer, sino la mujer con miras al varón[1].  [10].La mujer, pues, debe llevar sobre la cabeza el signo de su dependencia; de lo contrario, ¿qué pensarían los ángeles?’. (I Corintios 11:4-10)





San Tertulian (el primer hombre en formular la Trinidad), en sus tratado, On the Veiling of Virgins, estaban incluso obligadas a usarlo en sus hogares: ‘Mujeres jóvenes, ustedes usan sus velos en las calles, también deben usarlos en las iglesias; cuando se encuentran entre extraños, entonces úsenlos cuando se encuentren entre sus hermanos’.





Por lo tanto el Islam no inventó el velo, simplemente lo aprobó. Mientras que Pablo presentó el velo como símbolo de la autoridad del hombre sobre la mujer, el Islam evidencia que el velo es simplemente una expresión de fe, modestia y honor que sirve para proteger a las devotas del acoso.





“¡Oh, Profeta!  Dile a tus mujeres, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran [todo el cuerpo] con sus mantos; es mejor para que se las reconozca y no sean molestadas...” (Corán 33:59)





El orientalista del Siglo XIX, Sir Richard Burton, observó como:





‘Las mujeres que disfrutan de las restricciones que las honran, aceptaron (el velo) de buenas maneras y todavía lo hacen, no desean “libertad”, o una licencia que han aprendido a considerar inconsciente con sus nociones de decoro y delicadeza femenina. Pensarían muy mal de un esposo que permita que se expongan a la mirada de los demás’.





En verdad, el velo musulmán es sólo una faceta de su noble estatus, un estatus debido en parte a la tremenda responsabilidad que se espera de ella.  Porque la mujer es la primera maestra en la construcción de una sociedad recta.  Es por eso que de las mas importantes obligaciones individuales de una persona es mostrar gratitud, bondad y compañerismo para con la madre.  Una vez, se le preguntó al Profeta Muhammad, que Dios lo alabe:





“¡Oh Mensajero de Dios!  ¿Quién de entre las personas merece mi mejor compañía? ‘El Profetacontestó: ‘Tu madre’.  El hombre preguntó: ‘¿Luego quién?’ El Profeta dijo: ‘Tu madre’.  El hombre preguntó: '¿Luego quién?' El Profeta contestó: 'Tu madre'.  Nuevamente, el hombre preguntó: ‘¿Luego quién?’ El Profeta finalmente dijo: ‘(entonces) tu padre'.” (Sahih Al-Bujari, Sahih Muslim)





Mientras que la madre posee precedencia sobre el padre en bondad y buen trato, el Islam, como el cristianismo, enseña que Dios designó al hombre para encabezar naturalmente la familia





“…Ellas tienen tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos.  Y los hombres tienen un grado superior [de responsabilidad] al de ellas…” (Corán 2:228)





En el Islam, la autoridad del hombre es proporcional a sus responsabilidades socio-económicas, responsabilidades que reflejan la psicología y las diferencias psicológicas con las que Dios creó los sexos.





“…y el hombre no es como la mujer...” (Corán 3:36)





El matrimonio es el medio por el cual los dos sexos pueden completar sus diferentes pero complementarios y mutuamente benéficos roles.





Y entre Sus signos está haber creado cónyugues de entre vosotros para que encontréis sosiego, y dispuso entre vosotros amor y misericordia. Por cierto que en ello hay signos para quienes reflexionan” (Corán 30:21)





‘La solicitud del Islam, donde sea que haya triunfado, lo ha hecho en su simplicidad. Requiere sumisión a algunas reglas básicas y honradas que son fáciles de mantener, y a cambio ofrece las cosas más hermosas y poco frecuentes, paz mental… su disciplina, seguridad y certezas son atractivas para niñas perdidas en mares agitados de permisividad, cuyas propias familias han sido debilitadas por el rompimiento de las familias de dos-padres, la ausencia de padres y la impermanencia de esposos, si hay esposos en primer lugar, en lugar de novios y "pequeños-padres". Y en muchas sociedades, es la mujer quien sostiene la religión en el hogar y entre los niños’. (Peter Hitchens, Will Britain Convert to Islam?  Mail Sunday, 2/11/03)





“…Ellas son vuestra vestimenta, y vosotros la suya…” (Corán 2:187)





El sexo mismo no es un tabú en el Islam. Por el contrario, ¡las relaciones sexuales legales son consideradas actos de caridad! Renombrada erudita y antigua monja, Karen Armstrong, describe:





‘Muhammed ciertamente no pensó que las mujeres no eran sexualmente atractivas. Cuando su esposa tenía su periodo, él solía reposarse en su regazo, tomar la alfombra para los rezos de su mano, diciendo para el beneficio de sus discípulos: “Tu menstruación no esta en tus manos”. Tomaba de la misma copa, diciendo: "Tu menstruación no está en tus labios”… Los tremendos castigos aplicados a los delincuentes sexuales en algunos países islámicos son porque la sexualidad se valúa, y el ideal ha sido desvasado, no como en el pasado en el Occidente, porque la sexualidad era aberrante.’ (El Evangelio de Acuerdo a la Mujer, 1986:2)





Las tradicionales justificaciones de la Iglesia con respecto a la autoridad del hombre, se heredaron del judaísmo: ¡el demonio inherente de la mujer! De acuerdo a la Biblia, Satanás sedujo a Eva para desobedecer a Dios al comer del árbol prohibido y Eva, en cambio, sedujo a Adán para que comiera con ella. Cuando Dios reprochó a Adán por su desobediencia, Adán le echó la culpa a Eva, y por eso Dios la condenó a ella:





“A la mujer le dijo: Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos y darás a luz a tus hijos con dolor. Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará."” (Génesis 3:16) [1]





Era la imagen de Eva como una tentación engañosa que dejó un legado negativo para las mujeres a lo largo del judaísmo y del cristianismo. Pablo, un apasionado judío anti-cristiano, escribió en la Biblia: ‘Que la mujer sea sumisa y sepa aprender en vez de molestar. [12].No permito que la mujer enseñe, ni que quiera corregir a su marido; que se quede tranquila, [13].pues Adán fue formado primero y después Eva. [14].Y no fue Adán el que se dejó engañar, sino la mujer, y por ella vino la desobediencia. [15].Se salvará, por supuesto, gracias a la maternidad, con tal de que lleve una vida ordenada, perseverando en la fe, el amor y la obra de santificación’. (I Timoteo. 2:11-15)[2]





Nuevamente, la concepción de la mujer es radicalmente diferente. El Corán clarifica que Satanás era el único mentiroso en la historia del Jardín, mientras que Adán y Eva reciben la misma culpa por su desobediencia. No existe ninguna prueba de que Eva fuera la primera en comer la fruta prohibida o que ella lo haya tentado a Adán a hacerlo. Los dos Adán y Eva pecaron, pidieron perdón a Dios, y Él debidamente los perdonó:





“Entonces imploraron arrepentidos: ¡Señor nuestro! Hemos sido injustos con nosotros mismos, si no nos perdonas y nos tienes misericordia nos contaremos entre los perdedores.” (Corán 7:22)





Lingüísticamente, en árabe los términos Coránicos para ‘útero’ y ‘piedad’ son sinónimos. Esto es porque, contrario al castigo de Dios, el embarazo en el Islam es visto como una de Sus incontables bendiciones. Además, ¡la noción de que Dios condena al inocente es un tanto blasfema! Y, mientras que el Cristianismo sostiene que todo niño recién nacido es un pecador - el fruto del castigo de su madre, el Islam enseña que todos los niños nacen inocentes y sin pecados en la fitra: una naturaleza monoteísta y recta. Por lo tanto, el que abraza el Islam se dice que vuelve a su religión natural. Es sólo la crianza inmoral que lo convierte en un pecador.





“Quien hiciere una maldad, será castigado acorde a lo cometido; y quien hiciere buenas obras de entre los creyentes, fuere varón o mujer; ingresará al Paraíso y será inmensamente recompensado.” (Corán 40:40)





Las palabras de Pablo, anteriormente mencionadas, también muestran como el pecado de Eva solía justificar las limitadas aspiraciones educacionales de las mujeres. En el Islam, sin embargo, las mujeres son iguales a los hombres en la búsqueda del conocimiento. El Profeta dijo:





“La búsqueda del conociemiento es una obligación para todo musulmán (sea hombre o mujer).” (Ibn Mayah)





Además, la posición más honrada a la que uno puede llegar en la sociedad musulmana es a la de erudito (el Islam no tiene sacerdocio). La esposa del Profeta, Aa’isha, de la cual los compañeros adquirieron conocimientos, no es mas que un ejemplo de mujeres sabias que imprimieron gran influencia de la sociedad Islámica. Cómo lo fueron muchas maestras del célebre sabio, guerrero y maestro de las ciencias islámicas, Ibn Taymiyya (d. 1328).





“…Dile [¡Oh, Muhámmad!]: ¿Acaso son iguales quienes saben [los preceptos de su Señor y los ponen en práctica] y quienes no saben? Y por cierto que sólo reflexionan los dotados de intelecto...” (Corán 39:9)





Muchas de las existentes prácticas culturales pre-islámicas que trágicamente han sido asociadas al Islam, tales como los matrimonios forzados, la mutilación genital femenina, matanzas honrosas y la criminalización de víctimas de violación,  sólo volvieron a la superficie siguiendo la corrupción causada por el colonialismo y la resultante desconexión entre el musulmán común y sus fuentes de conocimiento. Siempre son los sabios eruditos del Islam, hombres y mujeres, las primeras víctimas de cualquier purga imperialista. Sin embargo, a la luz del Corán y la Sunnah, el velo de la desinformación encubriendo el verdadero estatus de la mujer en el Islam se remueve fácilmente. Además, el Islam continúa creciendo mas rápido que ningún otro estilo de vida con la mujer, contando con el 75% de todas las transformaciones europeas y americanas - irónicamente, ¡debido al perjuicio desparramado de que el Islam oprime a las mujeres!





‘Los occidentales desesperados de su propia sociedad – con el incremento del crimen, rupturas familiares, drogas y alcoholismo – han llegado a admirar la disciplina y la seguridad del Islam. Muchas convertidas, solían ser cristianas, desilusionadas por la inseguridad de la iglesia y la infelicidad del concepto de Trinidad y la divinificación de Jesús'. (Lucy Berrington, “¿Por qué las mujeres inglesas se están convirtiendo al Islam”, Times, 9/11/93)





Estas mujeres conocen la misma verdad que llevó al cristiano Negus de Abisinia a abrazar el Islam siguiendo un discurso en el que los Compañeros le informaron: ‘El Mensajero de Dios nos prohíbe hablar mal de las mujeres.’ (Ibn Hisham)





“Quienes difamen a las mujeres honestas, inocentes y creyentes serán maldecidos en esta vida y en la otra, y sufrirán un gran castigo.” (Corán 24:23)





Hoy en día, muchas monjas y mujeres devotas de las Iglesia ortodoxa, católica, del cercano Este y africanas todavía llevan el velo cristiano. Las mujeres musulmanas también llevan su hijab, declarando su fe en la humanidad y servicio a Dios. Sólo a aquellas a las que se les otorgó un permiso divino - su familia inmediata y otras mujeres – pueden ver su belleza corporal. En efecto, ella esta diciendo: ‘Júzguenme por mi fe, no por mi cuerpo, no les doy otra opción'. Al ser fielmente implementadas, como lo fue por sus antiguos adherentes, el Islam ofrece la libertad a las mujeres, dignidad, justicia y protección que han buscado por mucho tiempo. La humanidad heredó del Profeta una gran tradición islámica cuando dijo:





‘Los mejores (hombres) de entre ustedes son los que mejor tratan a sus mujeres’.





Mientras que las mujeres cristianas heredaron la tradición de la misoginia del rabinismo judío y el pensamiento griego. Fue la reacción de la mujer Occidental a este pobre estatus al cual llegó, y su ‘explotación sexual’ que llevó al incremento del movimiento feminista.





“Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el Zakát y obedecen a Alá y a Su Mensajero. Alá tendrá misericordia de ellos; y Él es Alá, Poderoso, Sabio.” (Corán 9:71)





¡El Islam garantiza a las mujeres derechos contractuales, derechos conyugales, derecho a la herencia, a iniciar el divorcio, a la tenencia y control independiente de propiedades, instalar y manejar un negocio, ganar y recibir pagos equitativos, retener sus nombre de soltera, etc., hace 1400 años mientras que el Occidente democrático garantizó derechos similares sólo en los últimos 50 años del Siglo 20! De hecho, aparte del aborto casual, mucho por lo cual el feminismo todavía lucha ya ha sido sancionado por el Islam. Sin mencionar que estilo de emancipación occidental - esencialmente mujeres imitando a los hombres - no sólo ha impuesto demandas imposibles en el sexo femenino, sino que también ha dejado a las mujeres sin ningún calor intrínseco. Tratándose de las mujeres con velo celebrando su condición de ser mujer, no es más que un reflejo de honor, humildad y dignidad, un espejo de su devoción  y creencia en Dios - factores que liberaron, no subyugaron - y por esto, ella puede esperar una mayor recompensa.





“Alá les tiene reservado Su perdón y una gran recompensa a los musulmanes y las musulmanas, a los creyentes y las creyentes, a los piadosos y las piadosas, a los justos y las justas, a los pacientes y las pacientes, a los humildes y las humildes, a aquellos y aquellas que hacen caridades, a los ayunadores y las ayunadoras, a los pudorosos y las pudorosas, y a aquellos y aquellas que recuerdan frecuentemente a Alá.” (Corán 33:35)





 



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