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Este breve capítulo de diecinueve versículos fue revelado en La Meca y recibe su nombre de la palabra infatarat, que se encuentra en la primera aleya y significa dividir o partir. El capítulo 18 fue revelado al mismo tiempo, y ambas suras están estrechamente relacionadas. Su tema es similar, y juntas dan una visión muy clara del Último Día. Las suras mecanas tienden a enfocarse en los fundamentos del Islam, en particular la Unidad y Unicidad de Dios y la inevitabilidad del Día del Juicio. En consecuencia, este capítulo trata sobre la ingratitud de la humanidad y su falta de reconocimiento del Día del Juicio.





Aleyas 1 a 3: Un evento poderoso





En el Día del Juicio los cielos se separarán, las estrellas serán lanzadas por todo el universo, y los mares y océanos explotarán como si se rompiera la pared de una presa. Un cambio violento devastará el universo entero, y el sistema perfecto que Dios había establecido dejará de ser operativo. Exactamente cómo ocurrirá esta agitación feroz, solo lo sabe Dios, pero podemos usar nuestro conocimiento del universo para imaginar escenarios, cada uno más terrorífico que el otro. Si el océano explota, esto puede significar que quedará reducido a sus componentes hidrógeno y oxígeno. En forma gaseosa, esto sería una explosión terrible, más destructiva que la de los dispositivos nucleares que tanto tememos hoy día. Los océanos se incendiarían como se describió en la sura anterior. Lo que creemos que es permanente, ya no existirá en ninguna forma que conozcamos ni imaginemos.





Aleyas 4 a 5: La Resurrección





Las tumbas serán volteadas, sus contenidos expuestos y dispersos. Esto podría ser el resultado de la agitación mencionada en las primeras tres aleyas o podría ser un evento separado. Las personas serán arrojadas de sus tumbas, resucitadas para ponerse de pie y hacerle frente a la rendición de cuentas prometida. Toda alma se enfrentará con lo que hizo y lo que dejó de hacer. Esta agitación no es el final del asunto, ya que algunos enfrentarán consecuencias aún más aterradoras que los eventos que acaban de tener lugar.





Aleyas 6 a 8: Una creación maravillosa





Dios reprenderá a las personas preguntándoles qué fue lo que los alejó de Él. Dios les recuerda que fue Él Quien las creó, les dio forma y las sustentó. ¿Es tan difícil aquello que Dios les está pidiendo que evita que cumplan sus obligaciones para con Él? Él ha sido bondadoso y generoso con ustedes, elevando a la humanidad por encima de toda la creación. Dios ha forjado la humanidad y balanceado cuidadosamente sus aspectos físico, mental y espiritual. La gente debe observar sus cuerpos y mentes sorprendentes, y esto debe ser suficiente para impulsarlos a mostrar gratitud y respeto hacia Dios.





Aleyas 9 a 12: Los ángeles que registran





En lugar de meditar sobre la generosidad que Dios te ha mostrado al crearte, pasas tu tiempo negando la Resurrección. Si pensaras en lo que Dios ya ha creado, no tendrías duda de que Él puede fácilmente destruir Su obra y resucitarla de nuevo. Niegas el Día del Juicio, pero sin duda tendrás que enfrentarlo. Hay guardianes observándote y todo lo que haces en esta vida es registrado. Nada se les escapa a los nobles ángeles que nos acompañan de día y de noche.





Aleyas 13 a 16: ¿Justo o malvado?





Los justos vivirán en jardines de bienaventuranza, mientras que los malvados arderán en el fuego. El final es cierto. La persona recta, que consistentemente hace buenas obras de todo tipo, tendrá un buen final, una felicidad dichosa. Por el contrario, quienes son insolentes o descarados terminarán en el Infierno. Esa es la recompensa por la maldad. Todos entrarán a su morada en el Día del Juicio. El destino de cada persona ha sido determinado con base en los registros de los ángeles nobles. Nadie tiene la capacidad de escapar de su destino determinado ni puede dejarlo siquiera por un instante.





Aleyas 17 a 19: Consecuencias





Dios formula una pregunta retórica: ¿Qué te hará comprender lo que es el Día del Juicio? Y para darle énfasis, repite la pregunta por segunda vez. Este estilo retórico se utiliza con frecuencia en el Corán. Sugiere que el asunto en discusión es muy difícil de entender para aquellos que no piensan, no reflexionan ni buscan significado en las señales de Dios. Dios está preguntando cómo puede Él hacerte entender, qué más puede Él decirte para convencerte de que este mundo no es para juegos y pasatiempos agradables. Todo lo que haces tiene consecuencias en esta vida y en la siguiente.





Y para darle a cada persona una última oportunidad, Dios nos dice que el Día del Juicio es un día en el que ninguna persona podrá ayudar a otra; no podrás pedirle ayuda a tu familia, solo podrás confiar en los registros de los ángeles nobles. El Día del Juicio es algo que no puedes ignorar, solo los ignorantes y los presuntuosos tratan de hacerlo. Aquí Dios nos está dando a todos una descripción vívida de lo que ocurrirá. Cambia tus caminos antes de que sea demasiado tarde, porque en ese Día todos nos presentaremos en solitario ante Dios, y es Él el Monarca Supremo, todo el poder está con Él. Esta sura se cierra y deja al lector con una sensación de temor y expectativa.



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