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Esta sura se cree que es una de las últimas que fueron reveladas, y la mayoría de los eruditos islámicos cree que fue revelada en Medina. Su título, "La ayuda", es tomado de la palabra "socorro" (náser) que aparece en la primera de tres aleyas. Cuando leemos las suras del Corán en orden cronológico hallamos que este capítulo está conectado directamente con el anterior y el siguiente. En la sura anterior, "Los incrédulos" (Al Kafirún), se le dice al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) que se separe por completo de la gente de La Meca que se niega a abrazar el Islam. En "El socorro", el Profeta Muhammad y aquellos que lo siguen tienen la victoria garantizada.





La palabra din en la sura anterior a menudo se traduce como religión, pero también puede ser traducida como resultado. El resultado será que una persona experimentará las consecuencias de sus actos. Las consecuencias para el Profeta Muhammad y para la emergente nación musulmana son relatadas en "El socorro", y son la victoria en este mundo y en el próximo. La sura siguiente a esta es "Las fibras de palmera", donde vemos que la consecuencia para quienes descreen es el fuego ardiente, un resultado completamente distinto.





Aleya 1: La victoria Le pertenece a Dios





En el idioma árabe hay muchas palabras para "ayuda", y estas son utilizadas a lo largo de todo el Corán. Todas ellas tienen matices de significado ligeramente distintos. Esta palabra en particular (náser - socorro), se utiliza para el tipo de ayuda que se usa para dominar a un agresor u opresor. No es ayudar para mover muebles o arar un huerto. Si nos referimos al socorro (náser) de Dios, sabemos que este es tremendo e incomparable.





Esta victoria, generalmente, se cree que es la conquista de La Meca. Cuando el Profeta Muhammad regresó a La Meca como conquistador, fue una conquista no violenta y, por lo tanto, una victoria particularmente sorprendente. Sin embargo, muchos eruditos creen que la palabra victoria aquí no se refiere a una victoria en particular, sino a muchas victorias que demuestran que Dios es el poder supremo tanto en Arabia como más allá.





Curiosamente, muchas de las personas de La Meca y sus alrededores estaban esperando que el Profeta alcanzara alguna victoria antes de seguirlo. Dios profetizó la victoria en esta sura; por lo tanto, aquellos indecisos ahora empezaron a aclarar sus dudas. Dios le dice al Profeta Muhammad que cuando llegue Su tremenda ayuda, no habrá nada que pueda detenerlo ni superarlo.





Aleya 2: El mensaje es claro





Después de la conquista de La Meca, las tribus árabes que se habían resistido a abrazar el Islam, las que estaban esperando una victoria, comenzaron a acudir en masa al Profeta Muhammad para jurarle lealtad a Dios y a la religión del Islam. Hasta ese momento, el Profeta Muhammad a menudo estaba lleno de pena y dolor emocional. Aunque Dios le había asegurado lo contrario, a menudo el Profeta Muhammad se sentía responsable por todos. Si ellos se negaban a creer y terminaban sus vidas en ese estado, se entristecía y deseaba haber hecho más por salvarlos.





En este capítulo, Dios le asegura al Profeta Muhammad que verá multitudes de personas aceptando el Islam. Dios le dice que él verá esos grandes grupos durante su vida. No solo una persona aquí y otra allí, sino grandes familias y tribus enteras, y no solo un par de tribus sino muchas. Que el Profeta Muhammad vea multitudes aceptando el Islam no está restringido a solo aquellos que entraron al Islam mientras estaba con vida. Sabemos por muchas de sus tradiciones que él vio una gran cantidad de creyentes que se reunía tras él en el Día del Juicio. Esta aleya, sin embargo, tranquilizó al Profeta Muhammad, alivió su dolor y tuvo un impacto muy profundo en su vida personal.





Aleya 3: Cómo buscar el perdón





Se les dice al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y a sus seguidores que mantengan la calma, glorifiquen y alaben a Dios. La victoria es solo de Dios. Jamás ha habido duda alguna de que al final sería de esta manera. Permanezcan cerca a Dios, glorifíquenlo, luego alábenlo, y luego busquen Su perdón, porque Él siempre está listo para perdonar. Está bien reportado en las enseñanzas del Profeta Muhammad que, después de que fue revelada esta sura, él aumentó su adoración a Dios pasando largas horas en oración, glorificándolo y alabándolo, y buscando perdón muchas veces al día. Sus hábitos personales cambiaron debido a esta aleya. Seguir las instrucciones en esta sura y emular el comportamiento del Profeta es la clave para suplicarle a Dios.





También está relatado en numerosas narraciones auténticas que esta sura tuvo un gran impacto personal en muchos de los compañeros del Profeta Muhammad. Muchos de ellos reconocieron que esta revelación significaba que el Profeta Muhammad había completado su misión. A través de las historias de los profetas, queda claro que una vez que su misión se ha completado, la vida del Profeta llega a su fin. Muchos de los compañeros quedaron profundamente afectados, y esta sura los redujo a lágrimas de dolor. Estas tres breves aleyas contienen una gran cantidad de información y conocimiento, como hemos mencionado en este resumen.



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