UNA PODEROSA RAZÓN POR LA QUE EL CORÁN ES DIVINO


Por Shakiel Humayun

En sus intentos por desacreditar el origen divino del Corán, los críticos, durante siglos han afirmado que el profeta Muhammad fue el autor del Corán.

Sin embargo, un hecho histórico es suficiente para desacreditar esa teoría: las condiciones de vida del Profeta eran desfavorables para haber escrito una obra maestra impecable.

NO HAY SUFICIENTES RECURSOS


En el período de 23 años de la profecía, el Profeta Muhammad no tenía el equipo adecuado para concluir todos los hechos que se declaran en el Corán. Tomemos, por ejemplo, la declaración del Corán sobre el universo en expansión:

Yo soy Quien construí el universo con [Mi] poder [creador]; y soy Yo quien lo expande continuamente. (Corán 51:47)

Con el telescopio inventado en el siglo XVII, más de 1000 años después del profeta Muhammad, habría sido difícil para él haber descubierto este hecho por sí mismo.

El profeta Muhammad no fue un filósofo, investigador o científico. No sabía leer ni escribir, y no existe evidencia de que haya contratado a un equipo de científicos para realizar investigaciones.

A diferencia del profeta Muhammad (m. 632 a. C.), Aristóteles (m. 384 a. C.) fue un científico y filósofo que participó en el aprendizaje, la ciencia y los debates académicos.

En lo que respecta al desarrollo embrionario, Aristóteles sostuvo la teoría de la epigénesis, que afirmaba que el desarrollo de un organismo pasaba por etapas.

Los científicos del siglo XVII chocaron con esa teoría y defendieron la idea de la preformación, que establecía que un embrión es un hombre en miniatura cuyas partes ya estaban formadas.

Los preformacionistas no podían comprender cómo la materia desorganizada podría autoorganizarse en la vida. En el siglo XVIII, la preformación se convirtió en la teoría dominante y la idea de Aristóteles fue descartada.

En el siglo XIX, sin embargo, la teoría celular influyó en los científicos para que reconsideraran la epigénesis. En el siglo XX, la invención del ultrasonido les dio a los científicos la herramienta para demostrar que el desarrollo temprano efectivamente pasa por etapas.

Un hombre analfabeto no podría haber duplicado esta investigación, que tomó siglos en completarse, y no podría haberla hecho sin tecnología.

El elemento sorprendente es que los hechos sobre el desarrollo embrionario fueron presentados con precisión en el Corán y no tenían necesidad de revisión.

La teoría de la epigénesis de Aristóteles se hizo siglos antes que el profeta Muhammad, pero tenía fallas. La teoría de Aristóteles postuló incorrectamente que un feto se formaba a partir de la sangre menstrual.

Algunos preformacionistas también tenían ideas equivocadas. Como ejemplo, no se consideraba que la mujer tuviera un papel en el material de origen del embrión.

El Corán, sin embargo, describe el desarrollo embrionario como un proceso epigenético en el que el material de origen del embrión emana tanto del hombre como de la mujer.

Algunos críticos afirman convenientemente que el profeta Muhammad “corrigió” las fallas de los científicos anteriores y fue el autor de un relato preciso del proceso de desarrollo.

Sin embargo, las condiciones de vida del Profeta Muhammad, como se explicará más adelante en este artículo, indican que la investigación y los recursos necesarios para realizar la “corrección” simplemente no estaban disponibles.

Luego [hice que se reprodujera por medio de la fecundación, y] preservé el óvulo fecundado dentro de una cavidad segura. Transformé el óvulo fecundado en un embrión, luego en una masa de tejidos, luego de esa masa de tejidos creé sus huesos a los que vestí de carne, finalmente soplé en el feto su espíritu. ¡Bendito sea Dios, el mejor de los creadores! (Corán 23:13-14)

Creé al ser humano de un óvulo fecundado para ponerlo a prueba. Lo agracié con el oído y la vista. (Corán 76:2)

LEJANÍA GEOGRÁFICA


El Profeta Muhammad vivió su vida en áreas desérticas y no exploró ni estudió los vastos mares. Aún así, podemos encontrar datos sobre oceanografía que solo podrían darse cuenta si uno frecuenta las aguas y realiza pruebas con equipos modernos.

Después de analizar factores como la salinidad y la densidad del mar, los científicos han descubierto recientemente que existe una zona de separación, o partición, donde se encuentran el agua dulce y la salada. El Corán habló sobre esta partición hace más de catorce siglos:

Él es Quien ha hecho confluir las dos masas de agua, una dulce y la otra salada. Entre ambas puso un espacio intermedio y una barrera infranqueable. (Corán 25:53)

El Profeta Muhammad, que era analfabeto y vivía en el desierto, no podría haber descubierto la zona de separación, y mucho menos describirla con precisión.

Su lejanía geográfica también le dificultó haber estudiado artefactos y documentos de otras culturas en otros continentes.

El Corán afirma que el profeta José vivió bajo un rey en Egipto, datos históricos que corroboran hoy. Este hecho también refuta la acusación de que el Profeta copió de la Biblia, ya que la Biblia dice que en la época del Profeta José, un Faraón gobernaba Egipto.

Sin visitar Egipto o tener acceso a sus documentos históricos, el Profeta no podría haber estudiado adecuadamente la egiptología y corregido el error bíblico como alegan algunos críticos.

LUCHANDO POR SU VIDA


En La Meca, el Profeta Muhammad llamó al monoteísmo, la creencia en el más allá, y la creencia en Profetas como Abraham, Moisés, Jesús, etc.

La respuesta de los árabes paganos a su llamado fue terrible. Exigieron que él y sus seguidores se retractaran del monoteísmo y siguieran el paganismo de sus padres.

Negándose a hacerlo, los musulmanes fueron torturados y perseguidos durante una década mientras se comprometían con la moderación y la no violencia.

El profeta escapó de los intentos de asesinato contra su vida y huyó a Medina. Los paganos lo persiguieron por el camino, pero no pudieron detenerlo.