Tanto el Islam como la cristiandad esperan el retorno de Jesús al final de los tiempos, y ambos espera que ocurran pruebas y tribulaciones en ese tiempo. Muchos de los temas de estas pruebas son similares, pero ellas son también muy diferentes en detalle y definición. Ambas religiones esperan que la nación de creyentes sean los vencedores finales, pero el cristiano cree que estos están definidos como los creyentes en el Evangelio del Nuevo Testamento y en Cristo como “el Salvador” y “la Encarnación de Dios”; mientras que el musulmán sabe que ello se refiere a aquellos que creen en el monoteísmo puro, que implica la sumisión al Único y Verdadero Dios.
El retorno de Jesús es precedido en ambas religiones por signos, de nuevo similares en descripción general, pero sutilmente diferentes en detalle. Ambas religiones enseñan que el retorno de Jesús estará precedido por una grandiosa y poderosa figura de falsedad y tentación, llamada Masih Ad-Dayyal (El Falso Mesías) por los musulmanes, y el Anticristo por los cristianos. Antes de este evento, otros signos que concuerdan uno con el otro incluyen un incremento general en la inmoralidad y la fornicación, el asesinato y el crimen, la anarquía, el libertinaje y el alejamiento general de la religión y el verdadero conocimiento. Acompañando a estos signos de malestar civil habrá guerras fratricidas[1] y desastres naturales, siguiendo uno al otro de cerca. Los detalles y tiempos de estos, sin embargo, son substancialmente diferentes, incluso dentro de creencias particulares. Cómo la fe cristiana reconoce la segunda venida depende de la visión doctrinal. Cuatro visiones generales son prominentes: Pre-milenialismo Dispensacionalista e Histórico, y Preterismo Post y A-milenialista[2].
El Pre-milenialismo[3] tiene dos ramas de interpretación. Ambas postulan que Jesús vendrá y luego, después de derrotar al Anti-Cristo, gobernará la tierra con los elegidos por 1.000 años antes que las almas malas sean resucitadas y Satanás sea liberado en el Anti-Cristo[4]resucitado. Ellos difieren significativamente con relación a los eventos alrededor de la segunda venida.
Pre-milenialismo Dispensacional
Mientras ambas concuerdan en que esto ocurrirá durante un periodo de tribulación de 7 años cuando el Anticristo reine, una ubica el retorno de los judíos a Israel y la reconstrucción del templo durante este periodo de 7 años, mientras la otra sostiene que Jesús restablecerá a Jerusalén como su Capital, reconstruyendo el templo durante su reinado. La primera determina que los primeros elegidos de la Iglesia serán resucitados antes de que la tribulación comience, y luego escogidos para gobernar con el descendido Jesús; mientras que los judíos rectos serán resucitados junto con los héroes que se levantaron contra el Anti-Cristo y murieron al final de la tribulación, anunciando su reino de paz y abundancia. La segunda sostiene que el “rapto” de todos los elegidos, siendo estos todos los santos muertos de la cristiandad y los justos del judaísmo antes del advenimiento de Cristo, estarán en la segunda venida de Jesús, y de allí en adelante constituirán, con su descendencia, los ciudadanos merecedores del gobierno del milenio. Cuando Satanás sea finalmente liberado en el Anti-Cristo resucitado, una gran batalla será peleada con sus secuaces y Satanás, el falso profeta, será derrotado y arrojado al Infierno, conduciendo al fin del mundo. Aquí, otra vez, las dos ramas difieren. El historicista ve a Gog y Magog como las naciones que Satanás lidera en rebelión cuando él es liberado, mientras el Dispensacionalista, aunque está de acuerdo en que Satanás liderará un ejército de naciones engañadas, no ubica a Gog y Magog entre ellas.[5]
Pre-milenialismo Histórico
Luego de la derrota de las fuerza del mal, las montañas se desmoronarán, la tierra se volverá una llanura plana y el Juicio será instituido sobre la gente de la tierra. Los verdaderos creyentes en Cristo serán recompensados con el Cielo y la eterna comunión con Dios, y los incrédulos y pecadores que no se arrepientan serán enviados al Infierno y la eterna separación de Dios.
Preterismo es el nombre general para el punto de vista encontrado en ambas visiones que se oponen al Pre-milenialismo. Este ve el retorno de Jesús como si ya hubiera sucedido en el momento de la destrucción del templo de Jerusalén, al menos en términos del juicio. Es decir, ellos ven a la gente como juzgada cuando mueren. Por lo tanto, este ve a la tierra misma como imperecedera; y que perfeccionar nuestra fe y la verdad acerca de Dios es una tarea que no tiene fin, la cual nos ha sido asignada por Dios.[6] Entre los preteristas parciales, el momento de perfección es la segunda venida física de Jesús, quien entonces reinará para siempre sobre aquellos que hayan alcanzado la salvación.
El Post-milenialismo ve el reinado de 1.000 años de Jesús como más figurativo que literal, y que este ya ha comenzado. Jesús es literalmente el rey de la Tierra ahora, juzgando a los muertos a medida que ellos mueren, y la iglesia cristiana está en el proceso de perfeccionar la creencia en él y de derrotar a Satanás. Luego, Jesús retornará para vencer al Anticristo, anunciando el fin del mundo, y establecer a la Iglesia para gobernar con él.
Post-milenialismo
El A-milenialismo[7] también ve el reinado de 1.000 años como figurativo y ya establecido; pero, como el pre-milenialismo, este ve el Día del Juicio como el día de separar los buenos de los malos y consignarlos eternamente a sus respectivos destinos.
A-milenialismo
Estos puntos de vista con frecuencia se superponen, por lo que uno no está seguro dónde una doctrina termina y dónde comienza la otra. Ninguna de ellas, sin embargo, se ajusta a la visión islámica del reino de Jesús y su papel en la segunda venida.
El Islam ve el retorno de Jesús como la culminación de su vida y su misión, la cual dejó incompleta.[8] Como el verdadero Mesías, sólo él tiene el poder que le fue dado por Dios de vencer al falso Mesías al final de los tiempos. Su gobierno será testigo de la invasión del Gog y Magog, a quienes ni siquiera él será capaz de derrotar. En lugar de esto, él orará a Dios, Quien entonces los destruirá. El fin del Gog y Magog anunciará el comienzo de una hegemonía mundial en la cual todos creerán, o al menos se someterán, en su reino como representante de Dios. Él gobernará con la Ley de Dios como fue enseñada por Muhammad (es decir, con el Islam), que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, hasta que muera a la edad de 70 ó 75 años. En este periodo de tiempo habrá abundancia para todos, y paz a lo ancho y largo del mundo. Entonces, algún tiempo después de que él muera y sea enterrado, los musulmanes serán atrapados por una brisa y llevados al Más Allá. La gente que quede en la tierra serán incrédulos, y sólo ellos serán testigos del capítulo final del mundo.
Muchos de estos eventos descritos en el Islam hacen eco del concepto del Mesías al final de los tiempos concebido en el Judaísmo, a pesar de que ellos creen que la Ley con la que él reinará será la Ley de Moisés, en lugar de la de Muhammad, la paz sea con ambos. Tanto el Islam como el Judaísmo ven a la venida del Mesías esencialmente para unir, reunir a los creyentes de los confines de la tierra. Ambos ven su gobierno como un regreso a los fundamentos de la fe y la Ley. Ambos ven su rol como el de un líder que luchará la guerra de Dios contra las fuerzas del mal, y que esta guerra será seguida por una hegemonía pacífica en la que la Ley de Dios prevalecerá en todo el mundo.
En donde ambos difieren es en a quién representa esta figura del final de los tiempos. Para los judíos, el Mesías necesariamente será un líder Judío que restablece a Israel y al templo y todos sus ritos en Jerusalén. Para los musulmanes, él representa la defensa del Islam puro, separando a los hipócritas de los verdaderos creyentes.
Las tres visiones del Mesías al final de los tiempos tienen algo en común. Sin embargo, en los cuatro siguientes artículos expondremos la imagen islámica del futuro, el cual es visto como algo muy cercano. Esta visión es muy clara y sujeta a una pequeña variación doctrinal, a diferencia de los puntos de vista tanto judío como cristiano. Es responsabilidad del lector trazar las similitudes aparentes y rechazar aquello que no refleja la verdad representada aquí.
Los cristianos creen que Jesús está vivo hoy, y muchas denominaciones creen que él está activo. Ellos también creen que él ya ha sido resucitado y que nunca morirá otra vez. La posición islámica, sin embargo, es que él nunca murió y, por lo tanto, aún está vivo. El Corán dice que los judíos sostienen:
“Nosotros matamos a Jesús, el Hijo de María, Mensajero de Dios”.
Sin embargo, Dios niega esto, mientras este verso continúa:
“Pero no le mataron ni le crucificaron, pero, aunque así lo creyeron, no lo mataron ni lo crucificaron. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y en verdad no lo mataron. Dios lo ascendió al cielo [en cuerpo y alma]. Dios es el Poderoso, el Sabio”. (Corán 4:157-8)
Esta acción de ascensión es literalmente un movimiento hacia arriba, físicamente ser tomado de la tierra hacia los cielos, justo como él será traído de vuelta sobre las alas de los ángeles desde los cielos a la tierra cuando retorne. Los cristianos estiman que su edad es de 31-33 años, la edad a la que ascendió, porque se considera que los evangelios sinópticos describen aproximadamente un año de su vida. El Evangelio de Juan supuestamente describe 3 años de su vida desde el momento en el que empezó a predicar, de lo cual Lucas dice:
“Jesús tenía unos treinta años cuando comenzó su ministerio…” (Lucas 3:23 y 4:1)
Los eruditos musulmanes concuerdan. Hasan Basri dijo: “Jesús tenía 34 años”; mientras Sa’id Bin Mussayyib dijo: “Él tenía 33 años”, cuando fue elevado al cielo.[1]
“Entre la Gente del Libro no habrá nadie que no crea en Jesús antes de su muerte [cuando descienda otra vez a la Tierra]. El Día de la Resurrección atestiguará contra ellos”. (Corán 4:159)
Dios aquí está hablando acerca de la “Gente del Libro” creyendo en Jesús antes de que él muera, justo luego de que el fue elevado a los cielos. La implicación es que él aún no ha muerto. De hecho, él está a salvo protegido por Dios hasta que complete su término fijado. Como Dios dice en el Corán:
“Dios toma las almas [de los hombres] en el momento de la muerte, y durante el sueño las de quienes aún no les ha llegado su hora. Retiene aquellas de quienes decretó su muerte, y devuelve las otras hasta [que se cumpla] el plazo prefijado [para su muerte]. Por cierto que en esto hay signos para quienes reflexionan”. (Corán 39:42)
Y dice:
“Él es quien toma vuestras almas de noche [cuando dormís] y os la devuelve al despertar, y sabe lo que hacéis [durante el día]. Así hasta que se cumpla el plazo prefijado para vuestra muerte, luego volveréis a Él y os informará de lo que hacíais”. (Corán 6:60)
“El término fijado” indica el número de días de nuestras vidas, ya sabidos y confirmados por Dios. La palabra “tomar” es una promesa hecha por Dios a Jesús, la cual Dios cumpliría cuando Su mensajero sea amenazado por las fuerzas de la incredulidad. El Corán nos informa que Dios dijo a Jesús:
“Cuando Dios dijo: ¡Oh, Jesús! Te tomaré y te ascenderé hacia Mí. Te libraré de los incrédulos y haré prevalecer a los que te han seguido por encima de los incrédulos hasta el Día de la Resurrección. Luego, volveréis a Mí y juzgaré entre vosotros sobre lo que discrepabais”. (Corán 3:55)
De esta forma, tenemos una promesa de Dios cumplida cuando salvó a Jesús de la crucifixión, y otra que será cumplida cuando Él devuelva a Jesús a la tierra y éste complete su vida aquí, una promesa confirmada en la revelación dada María en la anunciación:
“Y cuando los ángeles dijeron: ¡Oh, María! Dios te albricia con Su Palabra [¡Sé!] Su nombre será el Mesías Jesús, hijo de María. Será distinguido en esta vida y en la otra, y se contará entre los más próximos a Dios. Hablará a los hombres desde la cuna y siendo un hombre maduro[2], y se contará entre los virtuoso”. (Corán 3:45-46)
Dado que “hombre maduro” indica una edad superior a los primeros 30 años, esta profecía implica que hablará ante la gente luego de su retorno. Entonces, esta segunda promesa (de que todos creerán en él antes de que él muera) se refiere a su segunda misión cuando él descienda a la tierra otra vez. Cuando llegue será de la misma edad que cuando se fue, y luego vivirá por otros 40 años.[3] El Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, dijo:
“No hay profeta entre él (Jesús) y yo, y él descenderá. Él permanecerá en el mundo por cuarenta años; luego morirá y los musulmanes ofrecerán la oración fúnebre para él”. (Abu Dawud, Ahmad)
El retorno de Jesús será cercano al fin de los tiempos. De hecho, su descenso será uno de los mayores signos de que la hora final ha llegado. El Corán saca a la luz que:
“[Diles ¡Oh, Muhámmad!:] Por cierto que [el descenso a la Tierra de] él [Jesús] es una prueba de la [proximidad de la] Hora [del Juicio]; no dudéis, pues, de ella y seguidme; éste es el sendero recto”. (Corán 43:61)
Su aparición será seguida por solo otros dos o tres inequívocos portentos. Entre estos están la aparición de la bestia[4], la elevación de los creyentes de la tierra[5] dejando sólo a los incrédulos, y la salida del sol por el poniente.[6]
Los diez signos mayores, entre los cuales está la segunda venida de Jesús, están resumidos en un Hadiz:[7]
“La Hora no vendrá hasta que veas diez signos: el humo; el Falso Mesías; la Bestia; el sol saliendo por el occidente; el descenso de Jesús hijo de María; Gog y Magog; y los tres temblores, uno en Oriente, uno en Occidente y uno en Arabia, al final de los cuales el fuego saldrá desde la dirección de Adén y llevará a la gente al lugar de su asamblea final”. (Ahmad)
Que Dios nos salve de la incredulidad y nos preserve de estar entre aquellos que serán testigos de los momentos finales.
Las circunstancias de la segunda venida involucrarán otras dos personas del final de los tiempos, el Mahdi[1] y el Masih Ad-Dayyal (término árabe para el Falso Mesías), y las pruebas y tribulaciones asociadas con ellos. La tarea primaria de Jesús a su retorno será salvar al mundo del Falso Mesías y unirlo una vez más bajo el Gobierno de Dios.
El advenimiento del Falso Mesías, sin embargo, estará precedido por un hombre que une a todos los Musulmanes bajo su liderazgo. De este hombre, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, dijo que antes de que el mundo se termine, una persona de su familia con su nombre (Muhammad Bin Abdullah) gobernará a los árabes, llenando la tierra con equidad y justicia, donde antes había opresión e injusticia, por 7 años.[2] Dijo además que él estaría apoyado por la nación islámica, de la cual fue dicho:
“Un grupo de mi gente no cesará de luchar por la Verdad y prevalecerá hasta el Día de la Resurrección. Y Jesús hijo de María descenderá y su Líder (de los Musulmanes) dirá: ‘Ven y guíanos en la oración’”. (Sahih Muslim)
De esta forma, antes de la venida de Jesús, la nación islámica defenderá la religión bajo un hombre directamente descendiente del Profeta, quien invitará a Jesús a liderar la oración interrumpida por su llegada. El tiempo que él llevará liderando la nación islámica será menos de 7 años; pero qué tanto menos, no se sabe exactamente. Lo que se sabe es que él será un comandante justo al que la gente seguirá, después de que un ejército que ataque a La Meca sea tragado por la tierra.
El Profeta, que la paz y la misericordia de Dios sean con él, dijo:
“Ocurrirá un desacuerdo a la muerte de un califa y un hombre de la gente de Medina huirá a La Meca. Alguna de la gente de La Meca vendrá a él, lo sacarán contra su voluntad (de donde esté) y le jurarán lealtad entre la Esquina[3] y el Maqam.[4] Una fuerza expedicionaria será luego enviada contra él desde Siria, pero será tragada en el desierto entre La Meca y Medina. Cuando la gente sea testigo de esto, los hombres más piadosos de Siria y la mejor gente de Irak vendrá a él y le jurará lealtad entre la Esquina y el Maqam”. (Abu Dawud)
“Habrá también varias campañas, la primera contra elementos internos[5], y luego contra elementos externos. Un ejército consistente de los mejores soldados musulmanes del mundo vendrá desde Medina a contrarrestar la invasión occidental de Ash-Sham”.[6]
“Cuando ellos se ordenen en rangos, los Romanos dirán: ‘No se paren entre nosotros y aquellos que tomaron prisioneros de entre nosotros. Luchemos con ellos’. Los Musulmanes dirán: ‘No, por Dios, nunca nos aliaremos con ustedes contra nuestros hermanos para que ustedes puedan combatirlos’”. (Sahih Muslim)
La lucha durará tres días con gran matanza en ambos lados hasta que, en el cuarto día, los remanentes del Ejército Musulmán derrotarán a las fuerzas occidentales y marcharán a conquistar Estambul. Mientras los soldados están recogiendo el botín de la ciudad un falso rumor de que el Falso Mesías ha arribado llegará hasta ellos, entonces ellos se marcharán a Siria otra vez. Para cuando lleguen a Damasco, donde el Mahdi los preparará para la guerra contra la venida del Falso Mesías, el Falso Mesías verdaderamente aparecerá.
Su estadía en la tierra será de 40 días. Sin embargo, estos 40 días tendrán algo especial. El primer día y noche durarán un año entero, el segundo un mes entero, y el tercero una semana entera, y los restantes 37 días serán normales.[7] Es en estos 37 días finales que Jesús probablemente vendrá, dado que él matará al Falso Mesías poco después de su llegada.
El Falso Mesías aparecerá por el oriente, en el camino entre Siria e Irak[8], y su venida propagará grandes problemas e injusticias. Él viajará lejos, sobre una nube movida por el viento, yendo primero a una gente y luego a otra. Invitará a la gente a seguirlo, recompensando a los que respondan y afirmen su fe en él ordenando al cielo que llueva, lo que causará que la tierra y los animales florezcan y aumenten. Aquellos que lo rechacen sufrirán de sequía, hambruna y pérdida de la riqueza. Adonde quiera que él vaya, llamará a los tesoros de la tierra, los cuales se reunirán ante él como abejas de un enjambre, e incluso matará a un hombre cortándolo en dos y luego lo resucitará a la vida.
La venida de Jesús y la muerte del Falso Mesías
Como puede observarse, al Falso Mesías le habrá sido concedido milagros para convencer a la gente de desviarse del camino, y muchos lo seguirán. Algunos Hadices mencionan que mucha gente, especialmente los judíos[9], lo tomarán por el verdadero Mesías, pues él se anunciará a sí mismo como el representante de Dios. Sin embargo, él pronto reclamará poder divino y eventualmente reclamará ser el Señor.[10] Conquistará la mayor parte del mundo e irá en contra del Mahdi en Damasco, y este será el tiempo en el que el verdadero Mesías, Jesús, descenderá.
“Dios enviará al Mesías, hijo de María, quien descenderá en el minarete blanco en el lado oriental de Damasco, vistiendo dos prendas levemente teñidas con azafrán, sus manos descansando en las alas de dos ángeles. Cuando baje su cabeza, gotas de transpiración caerán de ella, y cuando la levante, cuentas como perlas se derramarán de ella. Cada incrédulo que lo huela morirá, y su aliento llegará tan lejos como él pueda ver”. (Sahih Muslim)
En otro Hadiz dice:
“Ciertamente, el tiempo de la oración vendrá, y luego Jesús, el hijo de María, descenderá y los liderará en oración. Cuando lo vea, el enemigo de Dios empezará a disolverse justo como la sal lo hace en el agua”. (Sahih Muslim)
El primer Hadiz continúa diciendo que él lo encontrará en Lydda:
“El (Jesús) perseguirá al Falso Mesías hasta que lo capture en las puertas de Lydda y lo mate”. (Sahih Muslim)
Jesús usará una lanza guiada por Dios para darle muerte[11], por la cual las fuerzas de la tentación serán vencidas.
“Luego, una gente que Dios ha protegido vendrá a Jesús, hijo de María, y él limpiará sus rostros y les informará de sus rangos en el Paraíso”. (Sahih Muslim)
Esta información no es el Juicio del Día del Juicio, sino conocimiento dado a Jesús por Dios. Esta gente no son los elegidos del rapto cristiano, sino sobrevivientes de las tribulaciones que rodean su venida. Y esto no es sino el primer episodio de la vida del Mesías en su retorno, que describirá el siguiente artículo, si Dios quiere.