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EL TRABAJO ES MÁS QUE GANARSE LA VIDA, TAMBIÉN ES UNA FORMA DE ADORACIÓN


Escrito por el Dr. Kamal Badr





El Islam pone gran énfasis en el trabajo. En muchos lugares del Corán se aclara que no se debe perder el tiempo.





En el Corán, Dios llama la atención sobre todas las magníficas creaciones como una indicación de la planificación adecuada que conduce a resultados maravillosos, porque los musulmanes creen que Él no crea nada al azar.





Dios relata en el Corán cómo se crearon los cielos y la tierra en seis días y lo describe como una señal para la humanidad. Luego, el Corán envía un mensaje a la humanidad de que debe contribuir positivamente a la tierra, es decir, debe trabajar para hacer uso de lo que fue creado para su beneficio:





…que el ser humano no obtendrá sino el fruto de sus esfuerzos, que sus esfuerzos se verán, que será retribuido con una recompensa total (53: 39-41)





En el Islam, el trabajo recibe una importancia especial en la medida en que se considera un acto de adoración en sí mismo. Aunque algunas personas creen que no están obligadas a trabajar porque se dedican a adorar a Dios, esta es en realidad una percepción errónea del concepto de adoración.





El erudito Imam Al Ghazali mencionó en su libro Ihyaa Ulumudd-in (Renacimiento de las ciencias religiosas) que Jesús (la paz sea con él) vio una vez a un hombre que se había dedicado por completo a la adoración. Cuando le preguntó cómo conseguía su pan de cada día, el hombre respondió que su hermano, que trabajaba, le daba de comer. Entonces Jesús le dijo:





“Ese hermano tuyo es más religioso que tú” (The Book of Provision, Capítulo 1).





Al Ghazali también menciona al Compañero del Profeta, Umar ibn Al Jattab, quien solía enfatizar este punto más al decirle a la gente:





“Ninguno de ustedes debería pensar que la dua’ (súplica) por sustento sin trabajo le servirá, porque el cielo nunca llueve oro ni plata” (The Book of Provision, Capítulo 1).





Por lo tanto, el Islam es una religión de adoración al Creador, y una parte esencial de esa adoración es trabajar por la supervivencia. Dios nos dice en el Corán que recorramos el universo y hagamos uso de todos los abundantes recursos que se han creado para nosotros.





El Islam es una religión que ordena a sus seguidores ser parte integrante de una sociedad productiva y trabajadora. El Corán dice:





… cooperen con ellos a obrar el bien e impedir el mal, pero no cooperen en el pecado y la enemistad. (5: 2)





El mismo Profeta Muhammad (la paz sea con él), considerado un modelo de virtudes en el Islam, solía orar buscando el refugio de Dios de la pereza o la ociosidad. Incluso antes de ser elegido como mensajero de Dios, era una persona trabajadora. Esto le valió el respeto de su empleador,a Jadiya, quien más tarde le propuso matrimonio por todos los méritos y virtudes que vio en él.





En sus instrucciones a los musulmanes sobre este aspecto, el profeta Muhammad logra un equilibrio entre la adoración y el trabajo. Entonces, como los musulmanes tienen que ser constantes en sus actos de adoración, también tienen que trabajar duro para ganarse la vida, como se registra en uno de los famosos dichos de los eruditos:





“Trabaja duro (para ganarte la vida y sobrevivir) como si fueras a morir” (Al Albani, Serie de hadices débiles y fabricados). Además, al exhortar a los musulmanes sobre la importancia del trabajo, el Profeta Muhammad dejó en claro que obtener el sustento del trabajo es uno de los actos de adoración dignos de alabanza.





Está registrado en sus tradiciones cómo convirtió a un hombre que acudía a él pidiendo limosna en un miembro productivo de la sociedad enseñándole cómo trabajar y mantenerse a sí mismo.





A uno de los eruditos del Islam, Imam Hasan Al Basri, se le preguntó un día cuál era el secreto de su ascetismo. El imam mencionó cuatro cosas en respuesta:





“Uno, creo que mi sustento nunca será robado por nadie (así que trabajo para lograrlo).





Dos, sé que un trabajo que es mío debe ser realizado por mí, así que no disminuyo mis esfuerzos en realizarlo.





Tres, creo que mi Señor es Omnipresente (mirándome), así que no me gusta que Él me vea cometer pecados.





Cuatro, sé que la muerte me espera en algún lugar, así que me preparo para ella (a través de buenas obras)”.





De esta manera, el Islam establece un marco práctico para la vida al hacer estos principios y orientación. El Islam se esfuerza por erradicar los males y vicios sociales que resultan del desempleo, la ociosidad y la pobreza, instruyendo a los jóvenes para que se enfrenten al desafío de asumir la responsabilidad a una edad temprana, y también para que los mayores no cedan en sus esfuerzos por beneficiar a la población con su experiencia y habilidades laborales.





Por lo tanto, el verdadero mensaje del Islam no es solo que un musulmán profese su fe y no haga nada por su sociedad. Más bien, el Islam enseña que la verdadera fe es lo que se demuestra a través de hechos sinceros que hacen una notable adición al progreso de la sociedad.



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