La religión islámica
El Islam es la religión con la que Al-láh envió a Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, y con la que Al-láh puso el sello final a todas las religiones. La perfeccionó para Sus siervos, completó con ella Su gracia sobre ellos y la dispuso para ellos como la religión verdadera. Por ello, ninguna otra forma de adoración fuera del Islam será aceptada. Al-láh, el Altísimo, dice:
“Muhámmad no es el padre de ninguno de sus hombres, sino que es el Mensajero de Al-láh y el sello de los Profetas. Al-láh lo sabe todo”.
Corán, 33:40.
Al-láh, Exaltado sea, dice:
“Hoy les he perfeccionado su forma de adoración, he completado Mi gracia sobre ustedes y he dispuesto que el Islam sea su religión”.
Corán, 5:3.
Al-láh, Exaltado sea, dice:Ciertamente la religión para Al-láh es el IslamCorán, 3:19.Al-láh, Exaltado sea, dice:“Quien profese una religión diferente al Islam no le será aceptada, y en la otra vida se contará entre los perdedores”.Corán, 3:85.Al-láh, Exaltado sea, impuso a todas las personas adorarlo, el Altísimo, por medio del Islam. Dijo interpelando Su Mensajero, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él:“Di [oh, Muhámmad]: ‘¡Oh, gente! Soy el Mensajero de Al-láh para todos ustedes. A Él pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, nada ni nadie merece ser adorado salvo Él, da la vida y la muerte’. Crean en Al-láh y en Su Mensajero y Profeta iletrado que cree en Al-láh y en Sus palabras, síganlo, pues así estarán bien guiados”.Corán, 7:158.En Sahih Muslim, Abu Huraira, que Al-láh esté complacido con él, relata que el Mensajero de Al-láh, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo:“Juro por Aquel que posee mi alma en Su mano que, si una persona de este pueblo, sea judío o cristiano, oye mi Mensaje y muere sin haber creído en él, será de la gente del Infierno”.
“Creer en él” significa dar por cierto el Mensaje, aceptándolo y acatándolo, y no meramente darlo por cierto. Por este motivo, Abu Tálib no creyó en el Mensaje del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, y sin embargo lo dio por cierto, y afirmó que era la mejor de las religiones.
El Islam abarca todas las competencias que incluían las religiones precedentes, pero se distingue de ellas por su compatibilidad con cualquier época, lugar y pueblo. Al-láh, Exaltado sea, dijo dirigiéndose a Su Mensajero:“[Y a ti, ¡oh, Muhámmad!] Te he revelado el Libro que contiene la verdad definitiva, que corrobora los Libros revelados anteriormente y es juez de lo que es verdadero en ellos”.Corán, 5:48.
El hecho de que sea compatible con cualquier época, lugar y pueblo significa que aferrarse al Islam no perjudica el bienestar de ninguna nación en todo momento y lugar, sino que preserva este bienestar. No significa, pues, que está al servicio de cualquier época, lugar o pueblo, como algunos intentan hacernos creer.
El Islam es la religión de la verdad, con la que Al-láh, Exaltado sea, garantizó la victoria para toda persona que se aferre al Islam como es debido y la hará prevalecer sobre los demás. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Él es Quien ha enviado a Su Mensajero con la Guía y la religión verdadera para que prevalezca sobre todas las religiones, aunque ello disguste a los idólatras”.Corán, 61:9.Y dice, Exaltado sea:“Al-láh prometió hacer prevalecer en la Tierra a quienes crean y obren correctamente, como lo hizo con quienes los precedieron. [Al-láh] les concederá el poder necesario para que puedan practicar la religión que Al-láh ha dispuesto [el Islam], y transformará su temor en seguridad. Me adorarán sin atribuirme copartícipe alguno. Pero luego de todo esto, quienes se nieguen a creer, esos son los perversos”.Corán, 24:55.
La religión islámica es credo y ley, completa en su credo y completa en su ley:
1- Decreta la Unicidad de Al-láh, Exaltado sea, y prohíbe que se le asocien otras formas de adoración.
2- Decreta la verdad y prohíbe la mentira.
3- Decreta la justicia y prohíbe la opresión. La justicia es igualar a los que son similares y distinguir a los que son distintos. Por lo tanto, la justicia no es la igualdad absoluta como afirman algunas personas al decir: el Islam es la religión de la igualdad y lo generalizan a todos los asuntos. No obstante, imponer la igualdad en los asuntos donde los individuos se diferencian es una injusticia que no ha impuesto el Islam, ni incentiva que se haga.
4- Decreta el compromiso y prohíbe la traición.
5- Decreta la fidelidad y prohíbe la deslealtad.
6- Decreta la obediencia a los padres y prohíbe su desobediencia.
7- Decreta mantener los lazos de parentesco familiar y prohíbe romper las relaciones con los familiares y allegados.
8- Decreta la buena vecindad común y prohíbe la ofensa a los vecinos.
En suma, el Islam decreta todo comportamiento noble y correcto, y prohíbe todo comportamiento perverso. Decreta todas las acciones buenas y prohíbe todas las malas acciones.
Al-láh, Exaltado sea, dice:“Al-láh ordena la justicia, hacer el bien y ayudar a la familia; pero prohíbe la obscenidad, la mala conducta y la opresión. Así los exhorta para que reflexionen”.Corán, 16:90.
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Los pilares del Islam
Los cinco pilares sobre los que se sustenta el Islam son:Los citados en el relato de Ibn Umar, que Al-láh esté complacido con ambos, del Profeta,que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, que dijo: “El Islam ha sido edificado sobre cinco pilares: ‘El testimonio de que no hay más dios que Al-láh y de que Muhámmad es Su Siervo y Su Enviado; hacer la oración; pagar el zakat (azaque); el ayuno del mes del Ramadán; y la Peregrinación (Hayy)”. Así es como lo oí del Mensajero de Al-láh, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él.
1- En cuanto al testimonio de que no hay más dios que Al-láh y de que Muhámmad es Su Siervo y Enviado, consiste en la creencia firme del contenido de este testimonio expresada con la lengua. Es como si el musulmán, al decirlo de forma rotunda, lo atestiguara. Este testimonio constituye un solo pilar a pesar de que se atestigua más de un hecho,
bien porque el Mensajero, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, es quién transmite el Mensaje de Al-láh, Exaltado sea, y, por ende, el testimonio de su adoración y aceptación del Mensaje que porta supone un complemento del testimonio de que no hay deidad excepto Al-láh;
o bien porque estos dos testimonios son la base necesaria para que las acciones de adoración sean válidas y aceptadas, dado que ninguna obra será válida ni aceptada si no se realiza con sinceridad absoluta hacia Al-láh, Exaltado sea, y siguiendo la guía que ha establecido Su Mensajero, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él.
Con la sinceridad para con Al-láh se cumple el testimonio de que no hay otro dios salvo Al-láh, y al seguir la guía del Mensajero de Al-láh se cumple con el testimonio de que Muhámmad es Su Siervo y Enviado.
Uno de los grandiosos frutos de este testimonio de fe es la liberación del corazón y del alma de la esclavitud y el sometimiento a las criaturas y seguir la guía de otros fuera de los Profetas de Al-láh.
2- En cuanto a hacer la oración, pues consiste en la adoración de Al-láh, Exaltado sea, por medio del rezo correcto y completo, en la hora y de la forma establecidas.
Algunos de sus frutos son: dar amplitud a los corazones, infundir alegría y prevenir la obscenidad y la perversión.
3- En cuanto a dar zakat (azaque), pues es un acto de adoración a Al-láh, Exaltado sea, por medio de la donación de la parte prescrita de los bienes que se poseen en favor de los necesitados.
Entre sus frutos, están la purificación del alma de un comportamiento despreciable (la avaricia) y cubrir las necesidades del Islam y los musulmanes.
4- En cuanto al ayuno del Ramadán, pues se trata de un acto de adoración de Al-láh, Exaltado sea, por medio de abstenerse de incurrir en los actos invalidantes del ayuno durante el día a lo largo del mes del Ramadán.
Entre sus frutos, está educar la voluntad con el fin que sea capaz de dejar aquello que aprecia para procurar la complacencia de Al-láh, Excelso y Majestuoso.
5- En cuanto a la Peregrinación (Hayy) a la Casa de Al-láh, pues es un acto de adoración a Al-láh, Exaltado sea, a través de la visita de los Sagrados Lugares en La Meca y de la realización de los rituales del Hayy.
Entre sus frutos, está educar el alma para que sea capaz de realizar un mayor esfuerzo económico y físico en la adoración de Al-láh, Exaltado sea. Por ello, el Hayy se considera una forma de esfuerzo mayor en el sendero de Al-láh, Exaltado sea.
Estos frutos mencionados como resultado de los cinco pilares, junto con otros frutos y ventajas que no se han mencionado, convierten a la nación islámica en un pueblo puro y limpio que adora Al-láh con la religión verdadera y trata a las criaturas con justicia y honestidad;dado que el resto de normas que impone el Islam serán correctas si estos cinco pilares se cumplen como es debido. Asimismo, la situación de la nación islámica será correcta si su práctica religiosa lo es, y viceversa: su situación no será correcta en la medida de que su práctica religiosa no lo sea.Quien necesite una prueba de esto puede leer las palabras del Altísimo:“Pero si la gente de esas ciudades hubiera creído y tenido temor [de Al-láh], les habría abierto las bendiciones del cielo y de la Tierra. Pero desmintieron [a Mis Profetas] y los castigué por lo que habían cometido * ¿Acaso la gente de esas ciudades se sentían seguros de que Mi ira no podría alcanzarlos por la noche, mientras dormían? * ¿O acaso la gente de esas ciudades se sentían seguros de que no podría llegarles Mi castigo por la mañana, cuando estuvieran distraídos? * ¿Acaso se sentían a salvo del plan de Al-láh? Solo se sienten a salvo del plan de Al-láh los que están perdidos”.Corán, 7:96-99.
Asimismo, pueden volver a la historia de las naciones precedentes, puesto que la historia es una enseñanza para los dotados de intelecto.
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Los fundamentos del credo islámico
El Islam, como se ha indicado antes, se compone de credo y de mandamientos. Se han mencionado algunos de sus mandamientos, así como se han explicado los pilares del Islam, que son el fundamento de sus mandamientos.
En cuanto al credo islámico, este se sustenta sobre la fe en Al-láh, en Sus ángeles, en Sus libros sagrados, en Sus mensajeros, en el Día del Juicio y en la predestinación, tanto para bien como para mal.
La prueba de ello la hallamos en el Sagrado Libro de Al-láh y en la Sunna (Tradición profética) de Su Mensajero, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él.
Al-láh, Exaltado sea, dice en Su Libro:“La verdadera virtud no consiste en orientarse hacia el oriente o el occidente [durante la oración], sino que es piadoso quien cree en Al-láh, el Día del Juicio, los ángeles, el Libro y los Profetas [de Al-láh]”.Corán, 2:177.En cuanto a la predestinación (qadar), el Altísimo dice:“He creado todas las cosas en su justa medida. * Y Mi orden es dada solo una vez, y ejecutada en un abrir y cerrar de ojos”.Corán, 54:49-50.Con respecto a la Sunna (Tradición profética del Mensajero de Al-láh), que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo nuestro Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, en respuesta al ángel Gabriel cuando le preguntó por la fe (imán):“La fe consiste en: creer en Al-láh, en Sus ángeles, en Sus libros sagrados, en Sus mensajeros, en el Día del Juicio y en la predestinación, tanto para lo bien como para mal”.
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La fe en Al-láh, El Altísimo
La fe en Al-láh implica cuatro cuestiones:
La primera: creer en la existencia de Al-láh, Exaltado sea.
Las pruebas de su existencia son: el instinto natural con el que Al-láh ha creado al ser humano, el intelecto, la revelación divina y los sentidos.
1- En cuanto a la prueba innata de la existencia de Al-láh, Exaltado sea, ciertamente cada criatura fue creada con una inclinación natural e instintiva para creer en su Creador, sin reflexión ni aprendizaje previos. Solo se aparta de esta disposición natural a creer en el Creador aquél cuyo corazón haya experimentado algún cambio que lo aparte de ella,a tenor de lo que dijo el Mensajero, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él: “todo ser nacido nace en un estado de disposición innata a creer en su Creador, pero son sus padres los que lo convierten en judío, cristiano, o zoroastriano”.
2- En cuanto a la prueba intelectual de la existencia de Al-láh, Exaltado sea, pues consiste en que todas las criaturas, las anteriores y las posteriores, deben tener un creador que les dé vida y existencia, puesto que no pueden darse vida a sí mismas, ni pueden existir de forma espontánea.
No pueden darse vida a sí mismas, porque un elemento no puede crearse a sí mismo, dado que antes de existir, estaba ausente e inexistente, por lo que, ¿cómo puede crear algo?
Ni pueden existir de forma espontánea, porque cada hecho debe tener un hacedor y el efecto debe tener una causa-origen.Asimismo, su disposición existencial en este orden sorprendente, en armoniosa coordinación y en una relación que fusiona entre causas y causantes, y entre todas las especies en sí, lo que imposibilita por completo que su existencia sea casual. Si la existencia casual no emana de un orden en su origen, ¡¿cómo va a permanecer en un orden constante a lo largo de su existencia y desarrollo?!
Por lo tanto, si estas criaturas no pueden darse vida ni existencia a sí mismas, ni pueden existir de forma casual, deben tener un Creador, que es Al-láh, Señor de todo cuanto existe.
Al-láh, Exaltado sea, mencionó esta prueba racional y evidencia irrefutable en la sura de At-Tur al decir:¿Acaso surgieron de la nada o son ellos sus propios creadores?Corán, 52:35.Esto es: no fueron creados sin creador, ni son ellos mismos los que se dieron vida, por lo que su Creador debe ser Al-láh, Alabado y Exaltado sea.Por este motivo, Yubair Ibn Mut’im, que Al-láh esté complacido con él, cuando oyó al Mensajero de Al-láh, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, recitando la sura de At-Tur y alcanzó esta aleya:¿Acaso surgieron de la nada o son ellos sus propios creadores? * ¿O crearon los cielos y la Tierra? No tienen certeza de nada. * ¿Acaso poseen los tesoros de tu Señor o tienen autoridad absoluta?Corán, 52:35-37.
Siendo Yubair todavía un politeísta (no musulmán), dijo: “Mi corazón casi da un vuelco. Eso fue lo primero que abrió mi corazón a la fe”.
Pongamos un ejemplo para aclarar esta cuestión: si alguien te habla de un flamante palacio, rodeado de jardines serpenteados por ríos, repleto de mobiliario, alfombras y lechos y decorado con los más lujosos detalles,y te dice: “Este palacio y todo el lujo que encierra se ha creado a sí mismo o se ha creado de la nada”, seguramente no le creerás, lo desmentirás y le presentarás argumentos suficientes para refutarlo.Por lo tanto, ¿es posible que este inmenso universo, con su Tierra, cielo, astros, su ordenmaravilloso y sorprendente, se haya creado a sí mismo, se haya creado espontáneamente de la nada?3- En cuanto a la prueba que constituyen los mandamientos de la revelación divina acerca de la existencia de Al-láh, Exaltado sea, observamos que todos los Libros revelados así lo afirman. Además, todas las normas que incluyen estos libros para las criaturas son prueba de que los mandamientos emanan de un Señor Sabio y Omnisciente acerca de los intereses de sus criaturas.Asimismo, aquellas noticias acerca del universo que la realidad ha confirmado demuestran que provienen de un Señor Poderoso capaz de hacer realidad aquello que ha anunciado.
4- En cuanto a las pruebas que constituyen los sentidos acerca de la existencia de Al-láh, las hay de dos tipos:
Uno de ellos es que oímos y vemos cómo las súplicas son respondidas, cómo se socorre a los afectados, lo que es una prueba irrefutable de la existencia de Al-láh, Exaltados sea. Al-láh, Glorificado sea dice:“Cuando antes Noé Me invocó, le respondí [su súplica]”.Corán, 21:76.Además, Al-láh, Exaltado sea, dice:“Cuando pedían socorro a su Señor y Él les respondió”.Corán, 8:9.
En el Sahih de Bujari, que Anas Ibn Málik, que Al-láh esté complacido con él, dijo: “Un campesino entró en el rezo del viernes, mientras el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, estaba pronunciando el sermón de este rezo, y dijo [el campesino]: ‘¡Mensajero de Al-láh!, se han devastado nuestros bienes y nuestras familias pasan hambre, así que suplica a Al-láh por nosotros’. El Mensajero elevó sus manos y suplicó, e inmediatamente comenzaron a formarse nubarrones como montañas. Todavía se hallaba sobre el mimbar cuando vi la lluvia gotear de su barba”.
El viernes siguiente, ese mismo campesino u otro se levantó y dijo: ‘¡Mensajero de Al-láh!, se han derrumbado nuestras casas y nuestros bienes están sumergidos bajo el agua, así que suplica a Al-láh por nosotros’. El Mensajero elevó sus manos y suplicó. Dijo, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él: ‘¡Oh, Al-láh, [haz que la lluvia caiga] sobre las zonas que nos rodean y no sobre nosotros’. En cada dirección que señalaba se detenía la lluvia”.
La respuesta de Al-láh a los que suplican sigue siendo una cuestión contrastada en nuestros días. Esto es así en el caso de aquellos que se refugian honesta y sinceramente en Al-láh, Exaltado sea, así como cumplen las condiciones para que sus súplicas sean respondidas.
El segundo tipo: las señales que recibieron los Profetas, llamadas “milagros”, que han sido vistas u oídas por la gente, son una prueba del irrefutable valor de la existencia de un Ser que envió esos Profetas, el cual es Al-láh, Exaltado sea, dado que son cuestiones que escapan a la capacidad humana, realizadas por Al-láh, el Altísimo, en apoyo a sus Mensajeros y para asistirlos.
Un ejemplo de ello es la señal a Moisés, que la paz sea con él, cuando Al-láh, Exaltado sea, le ordenó que golpeara con su vara el mar. Él lo hizo y el mar se dividió en doce senderos secos, separados por enormes montañas de agua. Al-láh, Exaltado sea, dice:E inspiramos a Moisés: «¡Golpea el mar con tu vara!» El mar, entonces, se partió y cada parte era como una imponente montaña.Corán, 26:63Otro ejemplo: es el milagro otorgado a Isa, que la paz sea con él, al poder dar vida a los muertos y sacarlos de sus tumbas con el permiso de Al-láh. Al respecto nos dice Al-lah:“y resucitaré a los muertos”Corán, 3:49.Y dijo:“Y cómo resucitaste a los muertos, con Mi permiso”.Corán, 5:110.Un tercer ejemplo: Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, cuando en el clan Quraish le pidieron una señal (un milagro), señaló a la luna y esta se dividió en dos partes ante la vista de la gente. En este sentido, Al-láh, Exaltado sea, dice:“El Día del Juicio está próximo, y la Luna se parte en dos. * Pero cuando contemplaron el signo, se rehusaron a creer y dijeron: ‘Esto es un hechizo persistente’”.Corán, 54:1-2.
Estas señales que se perciben por los sentidos son obra de Al-láh, Exaltado sea, en apoyo y defensa de sus Enviados, y constituyen una prueba irrefutable de la existencia de Al-láh.
La segunda cuestión que implica la fe en Al-láh es la creencia en Su poder sobre todas las cosas, esto es, que Él es Señor Único, sin asociado ni asistente.
.El Señor: quien Suyas son las criaturas, Suyo es el poder y la orden, así pues, no hay otro creador salvo Al-láh y nadie ostenta el poder y la orden salvo Al-láh. Exaltado sea dice:“¿Acaso no Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las órdenes según Él quiere?”Corán, 7:54.Y dijo:“Ése es Al-láh, su Señor; Suyo es el reino, pero los ídolos que ustedes invocan fuera de Él no poseen absolutamente nada, ni siquiera el pellejo de un hueso de dátil”.Corán, 35:13.
No conocemos casos de alguien que reniegue de la Soberanía de Al-láh, Glorificado sea, excepto de aquellos vanidosos que no creen en Su Palabra, como fue el caso del Faraón, cuando dijo: "Yo soy su Señor supremo" (Corán, 79:24); y "¡Oh, corte! No conozco otra divinidad que no sea yo mismo” (Corán, 28:38). Sin embargo, aquí ni siquiera lo hacían por creencia.
Exaltado sea dice: “Rechazaron los Signos, a pesar de estar convencidos [de que provenían de Al-láh], por perversidad y arrogancia” (Corán, 27:14).
Moisés le dijo al Farón en lo que nos ha transmitido Al-láh sobre él: Dijo [Moisés]: "Tú sabes bien que solo el Señor de los cielos y de la Tierra ha enviado estos milagros claros. ¡Oh, Faraón! Creo que estás perdido" (Corán, 17:102).
Por ello, los idólatras árabes reconocían la Soberanía de Al-láh, Exaltado sea, a pesar de que le asociaban otras deidades. El Altísimo dice:
“Pregúntales [¡oh, Muhámmad!]: "Si saben, ¿a quién pertenece la Tierra y todo lo que existe sobre ella?" Sin duda responderán: "A Al-láh". Diles: "¿Acaso no van a recapacitar [en que deberían adorarlo solo a Él]?" * Pregúntales: "¿Quién es el creador de los siete cielos, y el Señor del Trono grandioso?" * Sin duda responderán: "Al-láh". Diles: "¿Acaso no van a temer?" * Pregúntales: "Si lo saben, ¿Quién tiene en Sus manos el dominio de todas las cosas, y puede amparar a quien Él quiere y nadie puede protegerse de Él [y Su castigo]?" * Sin duda que responderán: "Al-láh". Diles: "¿Acaso están hechizados [y no pueden ver la verdad]?".
Corán, 23:85-89.
Asimismo, Al-láh, Exaltado sea, dice:“Si les preguntas [a los que se niegan a creer y adoran ídolos] quién creó los cielos y la Tierra, te responderán sin duda: ‘Los creó el Poderoso, el Sabio’".Corán, 43:9.Y dice, Glorificado sea:“Si les preguntas [a los que se niegan a creer] quién los ha creado, te responderán: "¡Al-láh!" ¿Cómo entonces se descarrían?”Corán, 43:87.El Poder de Al-láh, Glorificado sea, abarca todos los asuntos del universo y todos los mandamientos legislativos. Al que igual que es Quien dispone lo que estima en este universo, en función de Su Infinita Sabiduría, también es Quien dispone los mandamientos de los actos de adoración y las normas en los tratos, en función de Su Infinita Sabiduría.Así pues, quien tome junto a Al-láh, Exaltado sea, otro legislador en lo que respecta a los actos de adoración o las normas en los tratos, será de los asociadores, y no habrá alcanzado la fe íntegra en Al-láh.
La tercera cuestión que implica la fe en Al-láh es la creencia en Su Divinidad, esto es, en que es el Único dios verdadero, y que no tiene asociado. Aquí “dios” significa aquello que se adora con amor y glorificación.
Al-láh, Exaltado sea, dice: “Su Dios es un Dios Único, no hay divinidad [con derecho a ser adorada] salvo Él, el Compasivo, el Misericordioso” (Corán, 2:163).Y dice, Exaltado sea: “Al-láh atestigua, y con Él los ángeles y los dotados de conocimiento, que no existe más divinidad que Él, y que Él vela por la justicia [y mantiene el equilibrio]. No hay otra divinidad salvo Él, el Poderoso, el Sabio” (Corán, 3:18).Así pues, todo aquel que tome otra deidad que no sea Al-láh y la adore en vez de Al-láh, su creencia y adoración serán inválidas. El Altísimo dice:“Al-láh es la Verdad, y aquello que [los idólatras] invocan en vez de Él es falso. Al-láh es el Sublime, el Grande”.Que se llamen dioses o deidades no les otorga el derecho a ser adorados. Al-láh, Sublime, dice al respecto de los ídolos Al-lat, Al-Uzza y Manat:“[Esos tres ídolos] son solo nombres que ustedes y sus padres han inventado, porque Al-láh no les dio autoridad alguna para ello”.Corán, 53:23.Asimismo, dice que Hud, que la paz sea con él, le dijo a su pueblo:“¿Me van a discutir por [ídolos de piedra] a los que han denominado divinidades ustedes y sus padres? Al-láh no les dio autoridad alguna [para ello]”.Corán, 7:71.Y de Yusuf (José), que la paz sea con él, que le dijo a sus dos compañeros de cárcel:“¡Compañeros de cárcel! ¿Qué es más razonable? ¿Creer en muchos ídolos o creer en Al-láh, el Único, el Victorioso? * Los [ídolos] que adoran en lugar de Al-láh, no son sino nombres que ustedes y sus padres han elegido [para algunas piedras y estatuas], siendo que Al-láh no les reveló nada al respecto”.Corán, 12:39-40.Es por ello que los Profetas, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con ellos, decían a sus pueblos:“Adoren solamente a Al-láh, pues no existe otra divinidad salvo Él”.Corán, 7:59.No obstante, los idólatras no hicieron caso y tomaron otras deidades (ídolos) en lugar de Al-láh a las que adoraban junto a Él, Glorificado y Exaltados sea, y a las que suplicaban la victoria y el auxilio.
Al-láh, Sublime, invalidó la creencia de los idólatras en estas deidades con dos pruebas racionales:
La primera es que ninguna de estas deidades que han adoptado los idólatras posee cualidades divinas, puesto que son ídolos creados y no crean, ni aportan ningún beneficio a quienes les adoran, ni les protegen del mal, ni les dan la vida ni la muerte, así como no poseen nada en los cielos ni participan de ellos.
Al-láh, Sublime, dice: "Pero [los que se niegan a creer] adoran en vez de Al-láh a ídolos que no pueden crear nada, pues ellos mismos han sido creados, ni siquiera tienen el poder de apartar de sí mismos un perjuicio ni de atraer hacia sí mismos un beneficio. Tampoco tienen poder sobre la muerte, la vida ni la resurrección" (Corán, 25:3).
Y dijo, Exaltado sea: “Diles [¡oh, Muhámmad! a los idólatras]: ‘Invoquen a quien quieran en lugar de Al-láh, pero sepan que los ídolos no pueden [beneficiar ni perjudicar] ni siquiera en el peso de una partícula, tanto en los cielos como en la Tierra, ni tienen participación alguna [en el poder divino], ni tampoco Él tiene ayudantes de entre ellos. * No se aceptará ninguna intercesión y solo podrán hacerlo aquellos a quienes Él se lo permita’” (Corán, 34:22-23).Asimismo, dijo, Exaltado sea: “¿Acaso adoran a quienes no pueden crear nada, sino por el contrario, ellos mismos fueron creados? * No pueden auxiliarlos, ni tampoco auxiliarse a sí mismos” (Corán, 7:191-192).
Por lo tanto, si esta es la descripción de los ídolos, tomarlos como deidades es la mayor de las necedades y la más grave de las perdiciones.
La segunda prueba racional es que estos mismos asociadores admitían que Al-láh, Todopoderoso, era el Único Señor y Creador que ostentaba en Sus manos el dominio de todas las cosas, y puede amparar a quien Él quiere y nadie puede protegerse de Él, y esto obliga a que lo adoren únicamente a Él y a reconocer la divinidad solamente para Él.Como dice Al-láh, Exaltado sea: “¡Oh, seres humanos! Adoren a su Señor que los creó a ustedes y a quienes los precedieron, para que así alcancen el temor devocional de Al-láh. * Él hizo para ustedes de la Tierra un lugar habitable y del cielo un techo, e hizo descender la lluvia del cielo con la que hace brotar frutos para su sustento. En consecuencia, no dediquen actos de adoración a otros además de Al-láh, ahora que saben [que Él es el único Creador]” (Corán, 2:21-22).
Y dice, Exaltado sea: “Si les preguntas [a los que se niegan a creer] quién los ha creado, te responderán: "¡Al-láh!" ¿Cómo entonces se descarrían?” (Corán, 43:87).
Asimismo, dice, Exaltado sea: “Pregúntales: ‘¿Quién los sustenta con las gracias del cielo y de la Tierra? ¿Quién los agració con el oído y la vista? ¿Quién hace surgir lo vivo de lo muerto y lo muerto de lo vivo? ¿Quién tiene bajo Su poder todas las cosas?’ Responderán: ‘¡Al-láh!’ Diles: ‘¿Acaso no van a tener temor de Él [y abandonar la idolatría]?’” (Corán, 10:31-32).
La cuarta cuestión que implica la fe en Al-láh es la creencia en Sus más bellos nombres y Sus cualidades.
Esto es: admitir como cierto aquello que Al-láh nos anuncia acerca de sí mismo en su Libro, o en la Sunna de Su Mensajero, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, en relación a los nombres y cualidades de Al-láh, y hacerlo de un modo acorde a Él, sin distorsión, ni invalidación, ni explicación, ni similitud con sus criaturas. Al-láh, Sublime, dice: “A Al-láh pertenecen los nombres más sublimes, invócalo a través de ellos, y apártate de quienes los niegan. Serán castigados por lo que hicieron” (Corán, 7:180).
Y dice, Exaltado sea: “Suya es la descripción más sublime en los cielos y en la Tierra. Él es el Poderoso, el Sabio” (Corán, 30:27).
Asimismo, dice, Exaltado sea: "Nada ni nadie es igual o semejante a Él, y Él todo lo oye, todo lo ve" (Corán, 42:11).
Al respecto de esta cuestión se han desviado dos corrientes:
Una de ellas la representan los Mu’attilah o yahmíes que niegan los nombres y las cualidades de Al-láh, o algunas de ellas, sosteniendo que su aceptación implica una similitud entre Al-láh y sus criaturas. No obstante, esta creencia está invalidada por diversos motivos, entre ellos:
Primero: alegan requisitos que son inválidos, como la contradicción en la Palabra revelada de Al-láh, dado que Él, Glorificado sea, confirmó para Sí los nombres y las cualidades, y negó que hubiera algo que se asemejara a él.Por lo tanto, si creer en los nombres y las cualidades de Al-láh implicara una comparación, esto obligaría a aceptar que la Palabra de Al-láh es contradictoria, lo que implicaría desmentir parte de ella.Segundo: no es obligatorio que dos cosas que llevan el mismo nombre o tengan las mismas cualidades sean iguales. Así pues, podemos encontrar a dos personas que comparten las mismas cualidades de ser humanos, de poder oír, de poder ver y poder hablar,pero no es obligatorio que sean iguales en sus cualidades humanas, ni en su oído, ni su vista o ni su habla.
Asimismo, vemos que los animales tienen manos, patas y ojos, pero esto no significa que sus manos, patas y ojos sean iguales.
Así pues, si la diferencia entre las diferentes criaturas es patente, a pesar de llamarse igual o tener las mismas cualidades, la diferencia entre el Creador y los seres creados es mucho mayor y más evidente.
La segunda corriente son los Mushabbiha o Muyassima que sostienen que los nombres y las cualidades de Al-láh son una similitud de Al-láh con Sus criaturas, afirmando que este es el sentido semántico de los textos, dado que Al-láh interpela a sus criaturas de un modo que pueden entender, sin embargo, esta postura está invalidada por diversos motivos, entre ellos:
Primero: asemejar a Al-láh, Exaltado sea, acon sus criaturas es algo invalidado por la razón y la legislación, y el contenido del Corán y la Sunna no puede ser inválido.
Segundo: Al-láh, Exaltado sea, interpeló a Sus siervos de un modo que pudieran entender el sentido original de las palabras. Sin embargo, la verdad y la esencia de ese sentido en relación con Al-láh y Sus cualidades solo las sabe Él.
Así pues, si afirma que Él es el que todo lo oye, sabemos cuál es el significado del oído (es decir, es captar los sonidos), sin embargo, la verdad sobre el oído de Al-láh, Exaltado sea, no la conocemos, dado que el sentido del oído puede diferir hasta entre unas criaturas y otras, por lo que la diferencia entre el Creador y los seres creados es mucho mayor y más clara.
Si Al-láh, Exaltado sea, informa acerca de Sí mismo que se estableció sobre Su Trono, el sentido original de “establecerse” es comprensible, pero el verdadero sentido que Al-láh indica de “establecerse sobre Su Trono” lo desconocemos, debido a que el sentido de “establecerse” difiere incluso entre las criaturas.Por ejemplo, establecerse sobre una silla firme no es lo mismo que establecerse sobre la montura de un camello rebelde y esquivo. Así pues, si ya hay diferencias entre las criaturas, la diferencia entre el Creador y los seres creados es mucho mayor y más grandiosa.
Creer en Al-láh, Exaltado sea, como hemos descrito aporta a los creyentes frutos sublimes, entre los cuales citamos:
Primero: alcanzar la unicidad de Al-láh, Exaltado sea, de modo que no se asocie nada a Él en las súplicas, ni en el temor, ni se adora a otro salvo Él.
Segundo: cumplir a la perfección con el amor a Al-láh, Exaltado sea, y su Glorificación a través de Sus más bellos nombres y distinguidas cualidades.
Tercero: cumplir con su adoración del modo que Él ha ordenado y apartarse de lo que ha prohibido.
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Creer en los ángeles
Los ángeles son seres de un mundo oculto, criaturas de Al-láh, Lo adoran Exaltado sea y carecen de cualidades divinas. Al-láh, el Altísimo, los creó de luz, les dotó de obediencia absoluta de Sus órdenes y la fuerza para cumplirlas. Al-láh, Exaltado sea, dice: “y quienes están junto a Él [los ángeles] no dejan, por soberbia, de adorarlo ni se cansan de hacerlo. * Lo glorifican noche y día, sin cesar” (Corán, 21:19-20).
Son muy numerosos, solo Al-láh sabe cuántos son. En las dos recopilaciones de hadices verídicos (Bujari y Muslim), se transmite de Anas, que Al-láh esté complacido con él, en el episodio de la ascensión al cielo que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, se le erigió la Casa frecuentada en el Cielo, en la que rezan cada día setenta mil ángeles. Si salen de ella, no podrán volver a entrar de tantos que son.
Creer en los ángeles implica cuatro asuntos:
Primero: creer en su existencia.
Segundo: aquellos de los que se nos ha revelado el nombre, debemos creer en ellos por su nombre. Aquellos de los que no se nos ha revelado el nombre, debemos creer de un modo genérico.
Tercero: creer en aquellas cualidades suyas que se nos han revelado, como en el caso de Gabriel, del que nos ha informado el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, que lo vio del modo en que fue creado y que posee seiscientas alas que cubrían el horizonte.
Los ángeles, por orden de Al-láh, Exaltado sea, pueden adoptar la apariencia de un hombre,como le ocurrió a Gabriel cuando fue enviado por Al-láh, Todopoderoso, a María y se presentó ante ella con la apariencia de un ser humano, así como cuando se le apareció al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, mientras se hallaba sentado con sus compañeros: lo hizo con la apariencia de un hombre vestido con ropa extremadamente blanca, con el cabello muy oscuro, que carecía de cualquier signo de fatiga por el viaje y que nadie de sus compañeros lo conocía. Se sentó frente al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, apoyando sus dos rodillas sobre las del Mensajero de Al-láh, las manos sobre sus muslos y preguntó al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, sobre el Islam, la fe, la caridad, la Hora (del Juicio Final) y cuáles eran sus signos. El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, le respondió y éste se marchó. Después, el propio Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo a sus compañeros: “Este era Gabriel, que ha venido a enseñarles su religión”.
Asimismo, los ángeles que Al-láh, Exaltado sea, envió a Abraham y a Lot, tenían la apariencia de hombres.
Cuarto: creer en los ángeles implica creer en aquellas obras que sabemos que fueron realizadas por ellos por orden de Al-láh, Exaltado sea: como glorificarle, adorarle de día y de noche, sin desgano ni cansancio.
Algunos de ellos pueden cumplir una labor específica.
Por ejemplo: Gabriel es el custodio de la Revelación de Al-láh, Quien lo manda a transmitírsela a los Profetas y Mensajeros.
Miguel es el encargado de las lluvias y los cultivos.
Rafael es el encargado de soplar la trompeta cuando llegue el Día del Juicio y resuciten las criaturas.
El ángel de la muerte es el encargado de tomar el espíritu de los seres humanos en el momento del deceso.
Málik es el encargado del Fuego (Infierno) y es su custodio.
Los ángeles encargados de los fetos en el útero materno. Cuando un ser humano cumple cuatro meses en el vientre de su madre, Al-láh le enviará un ángel y le ordenará que registre por escrito los bienes de los que dispondrá en esta vida, cuándo morirá, sus obras en vida, y si será feliz o infeliz en la vida mundana.
Los ángeles encargados de documentar las obras realizadas por los descendientes de Adán (las personas). Todo ser humano tiene dos ángeles, uno a su derecha y otro a su izquierda.
Los ángeles encargados de interrogar a las personas fallecidas al ser depositadas en sus tumbas. Los visitarán dos ángeles que les preguntarán quién es su Señor, qué religión profesan y quién es su Profeta.
Creer en los ángeles aporta frutos sublimes, entre los cuales citamos:
Primero: conocer la Grandiosidad de Al-láh, Exaltado sea, su Fuerza y Poder, dado que la grandeza del ser creado indica la Grandiosidad de su Creador.
Segundo: El agradecimiento a Al-láh, Exaltado sea, por la atención dispensada a los descendientes de Adán (seres humanos), al encargar a parte de los ángeles su protección, registrar sus obras, entre otros asuntos en beneficio de las personas.
Tercero: amar a los ángeles por todo lo que realizan en adoración de Al-láh, Todopoderoso.
Algunas facciones extraviadas han negado que los ángeles sean entes propios. Esgrimen que los ángeles son una especie de fuerzas del bien ocultas en las criaturas. Esto, sin embargo, supone desmentir el Libro de Al-láh, Exaltado sea, la tradición (Sunna) de su Mensajero, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, y el consenso de todos los musulmanes.
Al-láh, Exaltado sea, dice: “¡Alabado sea Al-láh, el Originador de los cielos y de la Tierra! Dispuso que los ángeles fuesen Sus enviados [para transmitir el Mensaje a Sus Profetas], dotados de dos, tres o cuatro alas” (Corán, 35:1).
Y dice: "Si vieras [qué terrible es] cuando los ángeles toman las almas de los que mueren habiéndose negado a creer, y les golpean sus rostros y sus espaldas" (Corán, 8:50).
Y dice: “Si pudieras ver [lo terrible que será] cuando los opresores estén en la agonía de su muerte y los ángeles extiendan las manos [para atormentarlos, y les digan]: ‘Entreguen sus almas’” (Corán, 6:93).
Asimismo dice: “hasta que, cuando el terror se aleje de sus corazones [los ángeles] se preguntarán [unos a otros]: ‘¿Qué dijo su Señor?" Responderán: "La Verdad. Él es el Sublime, el Grande’” (Corán, 34:23).
Al respecto de las gentes del paraíso, dice: “Los ángeles ingresarán ante ellos por todas las puertas, y les dirán: “¡La paz sea sobre ustedes! Porque fueron perseverantes [en la adoración]. ¡Qué hermosa es la recompensa de la morada eterna!” (Corán, 13:23-24).
En la recopilación Sahih de Bujari, Abu Huraira, que Al-láh esté complacido con él, relata que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “Cuando Al-láh ama a un siervo, llamará a Gabriel [y le dirá]: ‘Ciertamente Al-láh ama a fulano, así pues, ámalo, y Gabriel lo amará. A continuación, Gabriel hará un llamado a los habitantes del cielo [los ángeles]: ‘Ciertamente Al-láh ama a fulano, así que los habitantes del cielo lo amarán, y después se descenderá sobre ese siervo la aceptación en la Tierra”.
En el Sahih de Bujari también encontramos que Abu Huraira, que Al-láh esté complacido con él, transmitió que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo:“El día del viernes se aposentarán en cada una de las puertas de entrada a la mezquita ángeles que anotan el orden de llegada de los musulmanes [al rezo del viernes]. Cuando salga el imam y se sienta sobre el mimbar, cerrarán las hojas y se aproximarán a escuchar la mención de Al-láh [la jutba del viernes]”.
Los textos antes citados no dejan ningún atisbo de duda respecto de que los ángeles son entes concretos constituidos y no fuerzas abstractas como dicen los extraviados. El contenido de estos textos goza del consenso de todos los musulmanes.
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Creer en los Libros
“Libros” tiene aquí el significado de “escrituras”.
Esto se refiere a los Libros revelados por Al-láh, Exaltado sea, a sus Mensajeros, como Misericordia para sus criaturas, y como guía para ellos y con el fin de que alcancen la felicidad en esta vida y en la otra vida.
Creer en los Libros implica cuatro cuestiones:
Primero: creer en la veracidad de que fueron revelados por Al-láh.
Segundo: creer en los nombres de los libros que conocemos, como por ejemplo el Corán que fue revelado a Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, y la Torá que fue revelada a Moisés, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él,El Evangelio que fue revelado a Jesús, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él,y los Salmos entregados a David, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él. Al respecto de aquellas escrituras de las que desconocemos el nombre, debemos creer en ellas de un modo genérico.
Tercero: admitir como cierto su contenido verídico, como el contenido del Corán y aquellos contenidos inalterados o adulterados de los Libros precedentes.
Cuarto: aplicar las normas que contienen, siempre que no hayan sido abrogadas, así como aceptarlas y admitirlas, sepamos o no la sabiduría que encierran. En este sentido, todas las Escrituras anteriores han sido abrogadas por el Corán.Al-láh, Exaltado sea, dice: “Te hemos revelado la Escritura con la Verdad, en confirmación y como custodia de lo que ya había de la Escritura” (Corán, 5:48).
Por ello, no está permitido aplicar ninguna norma o mandamiento incluido en las Escrituras anteriores, excepto aquellas que sean verídicas y hayan sido ratificadas por el Corán.
Creer en los Libro aporta frutos sublimes, entre los cuales citamos:
Primero: conocer la atención dispensada por Al-láh, Exaltado sea, para con sus siervos, dado que reveló a cada pueblo un libro como guía.
Segundo: conocer la sabiduría de Al-láh, Exaltado sea, por medio de sus mandamientos, dado que impuso normas a cada pueblo según su situación.Así, Al-láh, Exaltado sea, dice: “A cada uno os hemos dado una norma y una vía” (Corán, 5:48).
Tercero: agradecer a Al-láh, por Sus enormes gracias en este sentido.
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Creer en los Mensajeros
“Mensajeros” aquí significa los profetas y enviados que portan un mensaje.
Esto se refiere a aquellas personas a las que se les revelaron normas u otros asuntos para que los anuncien.
El primer mensajero fue Noé, que la paz sea con él, y el último fue Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él.
“Te he descendido la revelación como lo hice con Noé y con los Profetas que le sucedieron” (Corán, 4:163)
En el Sahih de Bujari, Anas Ibn Málik, que Al-láh esté complacido con él, relató en el hadiz de la intercesión, que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él:“Dijo que las personas acuden a Adán para que interceda por ellos, pero él se disculpa con ellos y le dice: ‘acudan a Noé, el primero de los Mensajeros enviados por Al-láh” y mencionó todo el hadiz.Al-láh, Exaltado sea, dice al respecto de Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él:“Muhámmad no es el padre de ninguno de sus hombres, sino que es el Mensajero de Al-láh y el sello de los Profetas” (Corán, 33:40).No hubo pueblo al que no se le envió un mensajero de Al-láh, Exaltado sea, con una legislación independiente para su pueblo, o un profeta al que se le revelaba una legislación anterior para que la actualice. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Envié a cada nación un Mensajero [para que los exhortara a] adorar a Al-láh y a rechazar la idolatría” (Corán, 16:36).
Y dice: “no hubo ninguna nación a la que no se le haya enviado un amonestador” (Corán, 35:24).
Y dice: “He revelado la Torá, en la que hay guía y luz. Los Profetas entregados [a la voluntad de Al-láh] juzgaban según ella entre los judíos” (Corán, 5:44).
Los Mensajeros son personas creadas, carecen de dotes divinas y no se les debe adorar. Al-láh, Exaltado sea, dijo al respecto de Su Profeta Muhámmad, que es el señor de todos los Profetas y el que posee la estima más elevada ante Al-láh:“Diles [oh, Muhámmad]: ‘No poseo ningún poder para beneficiarme ni perjudicarme a mí mismo, salvo lo que Al-láh quiera. Si tuviera conocimiento de lo oculto tendría abundantes bienes materiales y no me alcanzaría nunca un mal. Yo solo soy un amonestador y nuncio de buenas nuevas para la gente que cree’” (Corán, 7:188).
También dice, Exaltado sea: “Diles: "No tengo poder personal para desviarlos ni para guiarlos por el camino recto". * Diles: "Nadie puede protegerme de Al-láh y no tengo refugio fuera de Él” (Corán, 72:21-22).
Poseen las mismas características que el resto de seres humanos: padecen la enfermedad, fallecen, necesitan comer y beber, etc. En Libro de Al-láh, Exaltado sea, Abraham, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dice en referencia a su Señor:“Él me da de comer y de beber. * Cuando enfermo, Él es Quien me cura. * Él es Quien me hará morir y luego me dará vida [resucitándome]” (Corán, 26:79-81).
El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, dijo: “No soy más que un ser humano como ustedes, olvido como ustedes olvidan, así pues, recuérdenme aquello que haya olvidado”.
Al-láh, Exaltado sea, ha descrito a Sus Profetas con la cualidad de la más distinguida servidumbre a Él. En el contexto del elogio de Sus Profetas,el Altísimo dice sobre Noé, que la paz y las bendiciones sean con él: “Fue un siervo agradecido” (Corán, 17:3).Y sobre Muhámmad dice: “Bendito sea Quien reveló la fuente de todo criterio a Su siervo [el Profeta Muhámmad], para que con él advierta a todos los mundos” (Corán, 25:1).
Al respecto de Abraham, Isaac y Jacob, que las paz y las bendiciones de Al-láh sean con ellos, dice: “Recuerda a Mis siervos Abraham, Isaac y Jacob, todos ellos dotados de firmeza y visión. * Los distinguí encomendándoles [transmitir el Mensaje y] recordar a la gente la morada de la otra vida. * Ellos se cuentan entre los virtuosos que he elegido [para transmitir el Mensaje]” (Corán, 38:45-47).
Y sobre Jesús el hijo de María, dice: “Él [Jesús] es solo un siervo a quien agracié [con la profecía], y lo envié como ejemplo a los Hijos de Israel” (Corán, 43:59).
Creer en los Profetas implica cuatro cuestiones:
Primero: creer en que su mensaje proviene verazmente de Al-láh, Exaltado sea. Así pues, quien descrea del mensaje de uno de los Profetas, habrá descreído de todos ellos.Así, Al-láh, Exaltado sea dice: “El pueblo de Noé desmintió a los Mensajeros” (Corán, 26:105). De este modo, Al-láh los calificó como desmentidores de todos los Mensajeros, si bien no había por aquel entonces otro mensajero excepto Noé.En este sentido, los cristianos que desmintieron a Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, y no le siguieron, han desmentido también a Jesús, hijo de María, y no se pueden considerar sus seguidores, máxime cuando el propio Jesús les anunció la llegada de Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, por lo que esta buena nueva no tendría otro sentido que el de que es un Mensajero para ellos, con el que Al-láh les salva del desvío y les guía por el sendero recto.Segundo: en aquellos de los que conocemos el nombre, debemos creer específicamente por su nombre. Por ejemplo: Muhámmad, Abraham, Moisés, Jesús, Noé, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con ellos.Estos cinco son los Mensajeros que más determinación tuvieron. Al-láh, Exaltado sea, les mencionó en dos pasajes del Corán. Dice:“Celebré una alianza con todos los Profetas, la misma que celebro contigo [¡oh, Muhámmad!], con Noé, Abraham, Moisés y Jesús, hijo de María. Tomé de ellos un compromiso firme” (Corán, 33:7).Y "Les he legislado la misma religión [monoteísta] que le había encomendado a Noé, y que te he revelado a ti [en el Corán] y que le encomendé a Abraham, a Moisés y a Jesús, para que sean firmes en la práctica de la religión, y no creen divisiones. Pero a los idólatras les parece difícil aquello a lo que tú los invitas. Al-láh elige [para que acepte la fe] a quien quiere, y guía hacia Él a quien se arrepiente” (Corán, 42:13).No obstante, en aquellos de los que desconocemos el nombre, debemos creer de un modo genérico. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Envié otros Mensajeros antes de ti, de algunos de ellos te he relatado su historia, y de otros no te relaté su historia” (Corán, 40:78).
Tercero: aceptar como ciertas todas aquellas informaciones verídicas que se nos han transmitido de ellos.
Cuarto: actuar según los mandamientos del Mensajero que se nos han enviado, que es el sello de todos ellos: Muhámmad, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, enviado a todas las personas. Al-láh, Exaltado sea, dice:“Pero no, [juro] por tu Señor que no creerán [realmente] a menos que te acepten como juez de sus disputas, y no se resistan a aceptar tu decisión y se sometan completamente” (Corán, 4:65).
Creer en los Mensajeros aporta frutos sublimes, entre los cuales citamos:
Primero: conocer la Misericordia de Al-láh, Exaltado sea, y la atención dispensada a sus siervos al enviarles los Mensajeros para que les guíen hacia el sendero de Al-láh, Todopoderoso, y les aclaren cómo adorar a Al-láh, dado que el intelecto humano por sí solo no dispone de este conocimiento.
Segundo: El agradecimiento a Al-láh, el Altísimo, por Su inconmensurable gracia y favor.
Tercero: amar a los Profetas, que la paz y las bendiciones de Al-láh sean con ellos, glorificarles y elogiarles del modo oportuno, dado que son los Mensajeros de Al-láh, Exaltado sea, y porque Le han adorado, han transmitido Su mensaje y han guiado a sus siervos.
Los obstinados han desmentido a sus Mensajeros, sosteniendo que los Mensajeros de Al-láh, Todopoderoso, ¡no pueden ser humanos! Al-láh, Exaltado sea, mencionó esta suposición y la invalidó al decir, Glorificado sea:“No ha impedido a los hombres creer cuando les ha llegado la Guía sino el haber dicho: ‘¿Ha mandado Al-láh a un mortal como enviado?’ * Di: ‘Si hubiera habido en la tierra ángeles andando tranquilamente, habríamos hecho que les bajara del cielo un ángel como enviado’" (Corán, 17:94-95).Así pues, Al-láh, Exaltado sea, invalidó esa suposición alegando que el Mensajero debe ser un ser humano, ya que es enviado a los habitantes de la Tierra y estos son humanos. Si los habitantes de la Tierra fueran ángeles, Al-láh les habría enviado un ángel como mensajero, para que sea de su misma especie.Así se ha referido Al-láh, Todopoderoso, a los que desmienten los Mensajeros alegando que:“Dijeron: ‘No sois más que unos mortales como nosotros. Queréis apartarnos de los dioses a los que nuestros antepasados servían. ¡Aportadnos, pues, una autoridad evidente!’ * Sus enviados les dijeron: ‘No somos más que unos mortales como vosotros, pero Al-láh agracia a quien Él quiere de Sus siervos. Y nosotros no podemos aportaros una autoridad sino con permiso de Al-láh’” (Corán, 14:10-11).