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La realidad del Paraíso es algo que la gente nunca será capaz de entender hasta que realmente entre en él, pero Dios nos ha permitido  vislumbrar algo de él a través del Corán. Él lo ha descrito como un lugar esencialmente diferente a la vida de este mundo, tanto en la propia naturaleza y el propósito de la vida, así como los tipos de placeres que la gente disfrutará en él. El Corán habla sobre el Paraíso, que Dios ofrece a los creyentes, describe sus grandes bendiciones y proclama su belleza. Se informa a la gente que el Paraíso es una de las dos formas de vida preparadas para el mundo del más allá, y que cada cosa buena será en el Paraíso acorde a un grado que supera nuestra actual capacidad de imaginar. También muestra que el paraíso es un lugar donde todas las bendiciones tienen una naturaleza perfecta y donde la gente recibirá todo lo que sus corazones anhelen, y que sus habitantes jamás experimentarán miseria, necesidad, ansiedad, tristeza, dolor o pesar. Cada tipo de belleza y bendición existe en el Paraíso y se revela con una perfección nunca antes vista o conocida. Dios ha preparado tales bendiciones como regalo y recompensa, y esto sólo se ofrecerá a las personas con quienes Él se complace.





Pero, ¿cuál es la naturaleza de estos placeres en el Paraíso, y cómo se distinguen de los placeres de este mundo? Trataremos de destacar algunas de estas diferencias.





Deleite puro, sin dolor ni sufrimiento





Si bien la gente en este mundo experimenta placer, también se enfrenta a mucho esfuerzo y sufrimiento. Si uno  analiza la vida, se dará cuenta que la cantidad de dificultades a las que se enfrenta es mucho mayor que la facilidad y la comodidad. En cuanto a la vida del más allá, no habrá dificultades ni sufrimientos, y la gente vivirá en ella en puro gozo y alegría. Todas las causas de tristeza, dolor y sufrimiento que se experimentan en esta vida estarán ausentes en el más allá. Echemos un vistazo a algunas de esas causas.





Riquezas





Cuando se piensa en el éxito en esta vida, se suele evocar la imagen de  grandes casas, joyas, ropas, vehículos costosos, es decir que la estabilidad financiera se ve como la clave para una vida feliz. Para la mayoría de las personas, el éxito está inseparablemente relacionado a la riqueza, a pesar de que esta es la más alejada de las verdades. ¿Cuántas veces hemos visto a personas adineradas con vidas miserables, que incluso llegan a cometer suicidio? La riqueza es algo que los seres humanos en su propia naturaleza desean a cualquier costo, y este deseo ha sido creado con un sabio objetivo. Cuando este deseo no es satisfecho, causa cierto grado de dolor y decepción en la persona. Por esta razón, Dios ha prometido a los habitantes de Paraíso que tendrán todo lo que se imaginan en cuanto a riquezas y pertenencias se refiere, tanto para los que son pobres, sufriendo hambre y sed, así como para los adinerados, pero que desean aún más. Dios nos da una idea de esto cuando dice:





“…habrá allí todo lo que deseen, se deleitarán sus miradas [al contemplar la recompensa] y en él estarán eternamente” (Corán 43:71)





“Comed y bebed tranquilos por el bien que hicisteis en los días pasados” (Corán 69:24)





“Ellos alcanzarán los Jardines del Edén por donde corren los ríos. Serán engalanados allí con brazaletes de oro, vestidos con prendas verdes de seda y brocado, y estarán recostados sobre sofás. ¡Qué placentera recompensa y qué bello lugar de descanso!” (Corán 18:31)





Enfermedades y muerte





Otra causa de dolor y sufrimiento en esta vida es la enfermedad o la muerte de un ser querido, algo que no existe en el Paraíso. Nadie sufrirá enfermedad o dolor en el Paraíso. El Profeta Muhammad, que Dios lo alabe, dice sobre los habitantes del Paraíso:





“Nunca estarán enfermos, no tendrán mucosidades ni salivaciones.” (Sahih Al-Bujari)





Nadie morirá en el Paraíso. Todos vivirán eternamente disfrutando de sus placeres. El Profeta Muhammad dijo que un portavoz dirá cuando la gente ingrese en el Paraíso:





“Siempre estarán sanos y no enfermarán, vivirán por siempre y ya no experimentarán la muerte, serán por siempre jóvenes y ya no envejecerán, disfrutarán y ya no sentirán pesar alguno.” (Sahih Muslim)





Relaciones Sociales





En cuanto a los que sentían remordimiento debido a una fisura en las relaciones personales, la gente del Paraíso nunca escuchará comentarios o palabras hirientes en el Paraíso. Sólo escucharán buenas palabras de paz. Dios dice:





“Allí no oirán banalidades ni [palabras que encierren] pecado, sólo oirán palabras buenas y saludos de paz.” (Corán 56:25-26)





No habrá enemistad entre las personas, ni malos sentimientos:





“Purificaremos sus corazones del rencor que hubiere habido entre ellos.” (Corán 7:43)





El profeta dijo:





“No habrá odio ni resentimiento, sus corazones serán como uno solo, glorificando a su Señor mañana y tarde.” (Sahih Al-Bujari)





Las personas tendrán la mejor compañía en el más allá, que son también las mejores personas en este mundo:





“Quienes obedezcan a Dios y al Mensajero estarán con quienes Dios ha agraciado: los Profetas, los veraces, los mártires y los justos. ¡Qué excelentes compañeros!” (Corán 4:69)





El corazón de la gente del Paraíso será puro, sus palabras serán buenas, sus acciones justas. No habrá palabras hirientes, molestas, ofensivas o provocativas. Si analizáramos las causas de angustia en esta vida, encontraríamos que estarán ausentes en el Paraíso.





Las palabras Islam, musulmán y salam (paz) provienen todas de la misma palabra árabe "sa - la - ma", que significa "paz", seguridad, protección. Cuando una persona se somete a la Voluntad de Dios, experimenta una sensación innata de seguridad y tranquilidad. Salam es una palabra descriptiva que implica algo más que tranquilidad y calma, también abarca los conceptos de protección, seguridad y sumisión. De hecho, Islam, en un sentido completo, significa sumisión al Dios Único, Quien nos garantiza protección, seguridad, paz y armonía. Esta es la verdadera paz. Los musulmanes se saludan unos a otros con las palabras "as-salamu aláikum"; estas palabras árabes significan "que Dios te otorgue protección y seguridad (paz real y duradera)". Estas breves palabras árabes les permiten a los musulmanes saber que están entre amigos, no entre extraños. Este saludo anima a los creyentes a ser una comunidad global sin el estorbo de lealtades tribales o nacionales, unidos todos por la paz y la unidad. El Islam en sí mismo está asociado intrínsecamente con la paz y la tranquilidad interiores.





"Quienes hayan creído y obrado correctamente serán introducidos en jardines por donde corren ríos y donde morarán por toda la eternidad, con el permiso de Dios. El saludo allí será: ¡Salam!". (Corán 14:23)





5.   El Islam nos permite conocer a Dios





El primer principio y punto focal del Islam es creer en el Uno, el Único Dios Verdadero, y todo el Corán está dedicado a ello, hablándonos de forma directa sobre Dios y Su esencia, Sus nombres, atributos y actos. La oración nos conecta con Dios, sin embargo, conocer y entender realmente los nombres y atributos de Dios es una oportunidad importante y única, que solo está disponible en el Islam. Quienes no se esfuerzan por conocer a Dios, pueden hallar la naturaleza de su existencia desconcertante o incluso angustiante. Un musulmán es animado a recordar a Dios y a serle agradecido, y una persona puede hacer esto contemplando y entendiendo los hermosos nombres y atributos de Dios. Es a través de esto que somos capaces de conocer a nuestro Creador.





"¡Dios! No hay más divinidad que Él. A Él pertenecen los nombres [y los atributos] más sublimes". (Corán 20:8)





"A Dios pertenecen los nombres más sublimes, invócalo a través de ellos, y apártate de quienes los niegan…". (Corán 7:180)





6.   El Islam nos enseña cómo cuidar el medio ambiente





Él reconoce que los seres humanos somos los custodios de la Tierra y de todo lo que hay en ella, incluyendo vegetación, animales, océanos, ríos, desiertos y tierra fértil. Dios nos provee todas las cosas que necesitamos para sobrevivir con éxito y florecer, pero estamos obligados a cuidarlas y preservarlas para las generaciones futuras.





En 1986, el príncipe Felipe de Inglaterra, entonces presidente del Fondo Mundial para la Naturaleza, invitó a los líderes de las cinco mayores religiones del mundo para reunirse en la ciudad italiana de Asís. Se reunieron para discutir cómo la religión puede ayudar a salvar el mundo natural, el medio ambiente. Lo que sigue es parte del aporte de los musulmanes en la Declaración de Asís sobre la Naturaleza:





"Los musulmanes decimos que el Islam es el camino intermedio, y que vamos a rendir cuentas por la forma en que hemos recorrido este camino, cómo hemos mantenido el balance y la armonía en toda la creación que nos rodea.





Son estos los valores que llevaron a Muhammad, el Profeta del Islam, a decir: ‘Quien planta un árbol y se ocupa diligentemente de él hasta que madura y da frutos, es recompensado’.





Por todas estas razones, los musulmanes se ven a sí mismos como responsables con el mundo y el medio ambiente, que son creaciones de Al-lah.





A diferencia de muchas otras religiones, los musulmanes no tienen festivales específicos para agradecer por la cosecha o por el mundo. En lugar de eso, agradecen permanentemente a Dios por la creación"[1].





7.   El Islam es respeto





Otro bello aspecto del Islam es el respeto por la humanidad y el universo en que vivimos. El Islam afirma claramente que es la responsabilidad de cada miembro de la raza humana tratar a la creación con respeto, honor y dignidad. El más merecedor de respeto es el propio Creador y, por supuesto, el respeto comienza por amarlo y obedecer Sus mandamientos. El respeto total por Dios permite que todos los modales y elevados estándares de moralidad que son inherentes al Islam, fluyan por nuestras vidas y por las vidas de quienes nos rodean. Debido a que el Islam une el respeto con el amor y la compasión, esto implica respetar el honor, la reputación y la privacidad de los demás. El respeto implica permanecer completamente alejados de los pecados mayores, como la mentira, la calumnia, el engaño y el chisme. Esto significa evitar todos los pecados que siembran discordia entre la gente o que llevan hacia la destrucción.





El respeto incluye también desear para nuestros hermanos y hermanas lo que queremos para nosotros mismos. Eso implica tratar a los demás en la forma en que esperamos ser tratados, y en la forma en que esperamos que Dios nos trate, con compasión, amor y misericordia. Los pecados mayores ponen una barrera entre la humanidad y la Misericordia de Dios, y causan todo el tormento, la miseria y el mal en este mundo y en el Más Allá. Dios nos ordena mantenernos lejos del pecado y luchar contra nuestros propios defectos destructivos. Vivimos en una época en la que a menudo exigimos respeto de los demás, pero quizás no respetamos a quienes nos rodean. Una belleza del Islam es que nos permite recuperar el respeto perdido mediante el sometimiento total de nuestro corazón a la Voluntad de Dios. Sin embargo, si no entendemos cómo y por qué nos sometemos a la Voluntad de Dios, no podemos obtener el respeto que queremos y necesitamos. El Islam nos enseña y Dios nos recuerda en el Corán, que el único propósito de nuestras vidas es adorarlo a Él.





"No he creado a los yinnes y a los seres humanos sino para que Me adoren". (Corán 51:56)





Dios dijo en el Corán:





“Y dales la buena noticia a los que creen y practican las acciones de bien, de que tendrán jardines por cuyo suelo corren ríos....” (Corán 2:25)





Dios también dijo:





“Tomad delantera hacia un perdón de vuestro Señor y un Jardín (Paraíso) cuya anchura son los cielos y la tierra, que ha sido preparado para los que crean en Allah y en sus mensajeros...” (Corán 57:21)





El profeta Muhammad nos dijo que el menor de los habitantes del Paraíso tendrá diez veces más de lo mejor de la vida terrenal,[1]  y él o ella tendrán lo que deseen multiplicado diez veces.[2]  El profeta también dijo: “Un espacio en el Paraíso equivalente al tamaño de un pie, será mejor que el mundo y todo lo que hay en él”.[3]  Dijo también: “En el paraíso hay cosas que ningún ojo ha visto ni oído escuchado, y que ninguna mente humana ha imaginado.”[4]  Dijo también: “El hombre más miserable de este mundo, de entre aquellos que entrarán al Paraíso, será inmerso en el Paraíso tan solo una vez, y después se le preguntará, “¡Oh hijo de Adán!  ¿Acaso has enfrentado alguna vez la miseria?  ¿Has experimentado alguna vez la dificultad?”  y el dirá: “¡No, por Dios!  nunca enfrenté miseria alguna, y nunca experimenté miseria alguna.”[5]





Si entras en el Paraíso vivirás una vida completamente feliz, sin enfermedades, infortunios o muerte, y vivirás en él por siempre, Dios dijo en el Corán:





“Y a los que creen y practican las acciones de bien, les haremos entrar en jardines (el Paraíso) por cuyo suelo corren los ríos; allí serán inmortales para siempre...” (Corán 4:57)





 



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