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La Verdad es la palabra que corresponde a la realidad:





Mientras viajaba por el mundo, siempre me llamó la atención el extraño uso de algunos términos por parte de algunas personas en presentarse o cómo presentan a los demás.





Recuerdo haber enfrentado situaciones divertidas debido a la definición de mi criada africana de sus amigos, primos y la gente de su pueblo.





Ella presenta todo como sus hermanos, hasta que un día le dije en broma: qué gran número de hermanos tienes, estás capaz de hacer un equipo de fútbol.





Yo, No niego, por supuesto, la hermandad humana, pero la religión islámica me ha enseñado que la claridad y la ubicación correcta de las cosas son la base de una vida sana basada en la verdad que el Islam ha llegado a establecer en la tierra.





Así es, porque sólo Allah (Dios el Creador) es la Suprema Verdad, de forma que todo aquello que los hombres invocan en Su lugar es pura falsedad, y porque sólo Dios es excelso, grande. [1]





El Islam vino a establecer la verdad sobre el Creador del universo  en primer lugar,  luego a establecer la verdad sobre las criaturas.





Di: “¿Habéis considerado [realmente] alguna vez a esos seres o fuerzas a los que atribuís parte en la divinidad de Dios, [y] a los que invocáis junto con Dios? Mostradme qué es lo que han creado en la tierra –o ¿es que [sostenéis que] participan en [el gobierno de] los cielos?”¿Les hemos dado acaso una escritura divina en cuya evidencia puedan apoyarse [para defender sus opiniones]? ¡Qué va! [La esperanza que] los malhechores se dan unos a otros [es] sólo un engaño. [2]





El versículo aquí indica que el hecho de adorar a cualquier persona, además del único Dios verdadero, implica la afirmación de que es una deidad, pero Dios debe ser un Creador.





La prueba de que Él es el Creador es atestiguada por lo que Él creó en el universo y por la inspiración de Dios que demostró ser el Creador.





Entonces, si esta afirmación no tiene evidencia de la creación del universo, ni tiene evidencia de las palabras de Dios el Creador, es indiscutiblemente nula.





Algunos árabes creían que el hombre inteligente tenía dos corazones. Si uno de los árabes se enojaba con su esposa, le decía: eres como mi madre.





Otros árabes adoptaron un hijo de otra familia y se lo atribuyeron a sí mismos como si fuera su hijo biológico, como se hace hoy en Occidente.





Entonces, Dios Todopoderoso ha juzgado todas estas declaraciones como meras palabras de la lengua, y son contrarias a la verdad.





DIOS no ha dotado a ningún hombre de dos corazones en un cuerpo: y [tal como] no ha hecho que aquellas esposas vuestras que hayáis declarado “tan ilícitas para vosotros como los cuerpos de vuestras madres” sean [realmente] vuestras madres, así, también, no ha hecho que vuestros hijos adoptivos sean [realmente]hijos vuestros: esto son sólo expresiones [figuradas] de vuestras bocas –mientras que Dios expresa la verdad [absoluta]: y sólo Él puede mostrar[-os] el camino recto. [3]





Los ejemplos anteriores muestran la diferencia entre la verdad y la falsedad, porque la verdad refleja el conocimiento verdadero que corresponde a la realidad, y la falsedad es una ilusión.





El Islam insta a patrocinar a un huérfano y insta al padrino del huérfano a tratar al huérfano como él trata a sus hijos, pero preserva el derecho del huérfano a conocer a su verdadera familia, a preservar su derecho a la herencia de su padre y a evitar la mezcla de líneas.





La historia de la joven occidental, que se enteró por coincidencia después de treinta años de que había sido adoptada y se suicidó, es la mayor evidencia de la corrupción de la ley de adopción.





Si Sus padres adoptivos se lo hubieran dicho desde la infancia, se habrían apiadado de ella y le habrían dado la oportunidad de buscar a su familia.





Por eso era necesario definir correctamente a cada miembro de la sociedad, ya sea hermano, primo, amigo o extraño, etc.





La Equidad de Lengua para todos:





Hoy en día, los homosexuales exigen abolir el llamado sesgo del lenguaje, y afirman que el lenguaje contiene pronombres que se refieren al hombre de manera diferente a la mujerُ.





Ellos prefieren unificar los pronombres para aliviar sus problemas de vida anormales, lo cual es una violación de las leyes de la naturaleza.





Nosotros, como musulmanes, nos vemos obligados a abrir la puerta a la discusión para convencer a los corruptores de la justicia del lenguaje, que ha puesto las cosas en perspectiva,y confirmado la verdad de que Dios creó hombres y mujeres en esta vida, que tienen una naturaleza fisiológica diferente.





los homosexuales requieren la unificación de pronombres, sexo e identidad para que una persona un día se encuentre sin saber si está siendo tratado por un médico masculino o una mujer, o cuál es la identidad de la persona que le habla o el género de la persona sentado a su lado.





Así, nos encontramos defendiendo las constantes cósmicas creadas por el Creador, que están en el origen de los axiomas.





La Equidad de Religión para todos:





Recuerdo la historia de una profesora de francés. Ella era africana originaria de un país llamado Benín, que se ubica al oeste de Lagos, donde vivíamos.





Un día después de clase, le dije que necesitaba una empleada doméstica que pudiera hablar francés, para que me ayudara con el cuidado de mis hijos y con la que yo pudiera practicar el idioma francés. Me sorprendió cuando me respondió: “¡Estoy lista para trabajar para ti!”.





Le dije: “¡Eres mi maestra y tienes todo mi respeto!”.





Ella dijo: “Eres muy amable, pero realmente necesito este trabajo”. “Sabes que vengo de Benín, y aunque está cerca de esta ciudad no puedo ir y venir cada día, y necesito un lugar donde quedarme aquí”. “Limpiaré la casa por la mañana y trabajaré en el centro por la noche. Además, he observado que eres muy amigable a pesar de que lees tu libro sagrado (Corán) que, hasta donde yo sé, nunca habla sobre el amor, ni siquiera sobre el amor del Creador hacia Sus siervos”. “¿Cómo puede amarlos mientras los pone a prueba y restringe su provisión?”





Yo le respondí: “En cuanto al lugar que necesitas para quedarte, eres bienvenida en esta casa, sin costo alguno para ti y sin necesidad de que trabajes para mí”. “Ya tenemos un anexo para los trabajadores y puedes compartir los dormitorios con ellos”. “Con respecto a lo que ha dicho sobre el Corán, ¿alguna vez lo has leído?”





Ella respondió: “No, pero he oído hablar de eso”.





Le dije: “Si lees el Corán, verás lo que se menciona en él, sobre la misericordia y el amor que Dios tiene por sus siervos.





Pero el amor de Dios por sus siervos es diferente del amor que los humanos tienen entre sí, porque el amor para ellos es una necesidad que la persona que ama busca y encuentra en el ser amado, pero Dios no necesita a los humanos.





Por lo tanto, su amor por nosotros proviene de la generosidad, la bondad y la misericordia. Es la clase de amor que los poderosos ofrecen a los impotentes; el amor que proviene de los que no tienen necesidad para los necesitados, el amor que el Competente y Poderoso regala al desamparado, el amor que el Más Grande da a los humildes, el amor que se entrega con sagacidad y sabiduría”.





Ella preguntó: “¿Cómo es eso?”.





Le respondí: “Si tuvieras la necesidad de llevar a tu hijo al hospital y fuera necesario que se le realizara una cirugía para curarlo, ¿No aceptarías con cariño la incisión del abdomen de tu hijo? ¿No confiarías plenamente en la habilidad del médico, en su conocimiento, su amor por tu bebé y en su cuidado para salvarlo de la enfermedad?”.





Ella respondió con otra pregunta: “¿Cómo es que Él ama sus criaturas y al mismo tiempo limita su libertad y no les permite hacer lo que les gusta hacer?”.





“¿Nunca has oído hablar del individualismo? ¿Alguna vez ha oído hablar de este concepto desarrollado?”.





“Esto significa que las decisiones del individuo deben basarse en sus propios beneficios y placeres. El individuo es el centro de atención, por lo que los intereses personales del individuo deben estar por encima de los intereses de la nación, así como por encima de los efectos de la sociedad y la religión. Además, no se debe prohibir a las personas la transición de género; deben poder hacer lo que quieran, por ejemplo, vestirse y comportarse en público de la manera que quieran, ya que la calle es para libre para hacer de todo”.





Le pregunte: “¿Permitirías que tus hijos hicieran lo que quisieran porque los amas, pero aun sabiendo que no es bueno para ellos? ¿Permitirías que tu pequeño hijo saltara por la ventana o que jugara con un cable eléctrico?”.





También le dije: “Tu declaración en la que dijiste que la calle es para todo es correcta, pero tu interpretación de ella es incorrecta. Por ejemplo, si vivieras con un grupo de personas en la misma casa, ¿Alguna vez aceptarías que uno de los miembros de la casa orinara en el pasillo, aplicando el mismo concepto de que la casa es para todo? ¿Aceptarías alguna vez vivir en esta casa sin tener reglas que mantengan el orden?”.





“Un individuo que tiene total libertad se convierte en un ser vil, ya que está probado indiscutiblemente que el hombre es incapaz de manejar este tipo de libertad.





El individualismo nunca puede reemplazar al colectivismo, independientemente del poder o de la influencia que tenga el individuo. Cada miembro de una comunidad desempeña una actividad especifica que contribuye al desarrollo y el funcionamiento de la sociedad.  Estas actividades interactúan entre sí y nunca pueden ser independientes, como es el caso de los soldados, los médicos, las enfermeras y los jueces. ¿Cómo puede alguno de ellos anteponer sus beneficios e intereses personales sin tomar en cuenta a los demás para lograr su propia felicidad y ser el principal centro de atención?”.





Ella preguntó: “¿Cómo podemos entonces alcanzar la felicidad?”.





Respondí: “La felicidad en el individualismo significa victoria, dominación y posesión de la tecnología para un solo individuo. Pero en el Islam, la verdadera felicidad es tener un corazón contento, un matrimonio exitoso, una casa espaciosa, un buen vecino y un vehículo cómodo, y esto es posible por la interacción y la cooperación que existe entre las personas”.





“A pesar de que la civilización islámica estaba compuesta de una mezcla de diferentes pueblos y tribus, estableció los sistemas de responsabilidad y recompensa, que implicaban deberes y derechos. La persona era castigada por sus delitos, pero en algunos casos, también era recompensada por sus buenas obras. El Islam ha liberado al individuo de sus prejuicios previos y lo ha llevado a encontrar su esencia pura para poder vivir como un ser civil, social y honesto que forma parte de una comunidad, que respeta sus leyes y que valora su propio potencial intelectual junto con su capacidad para convivir en armonía con otras personas. Una nación, que aspira al progreso y se fija grandes objetivos, surge del concepto de tener una identidad única. Todos sus habitantes poseen ideas y capacidades propias, pero la aplicación de estas ideas requiere de trabajo en equipo y, por lo tanto, al mostrarlas, todos ellos están en igualdad de condiciones. Por consiguiente, el Islam ha mostrado la relación perfecta que hay entre el individuo y su sociedad”.





Continué: “El individuo es solamente una pequeña parte de la sociedad y ocupa un lugar específico en cada uno de los estratos que la conforman. Cuando cada habitante cumple con su función adecuadamente se logra tener sociedad pacífica y segura, porque de lo contrario, se perturbaría el equilibrio entre las clases, surgirían conflictos y esto llevaría a tener una sociedad insatisfecha”. “El dinero ya no es el estándar más alto que distingue a una persona, ni tampoco determina el poder o el liderazgo de un país”.





El líder del gobierno islámico no es evaluado por la cantidad de dinero que ha obtenido, sino por el conocimiento, la moral y la justicia que posee, y estas son las cualidades que le han permitido avanzar y lograr una victoria tras otra.





El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo:





“El ejemplo de los creyentes en cuanto al amor mutuo, al afecto, al sentimiento de compañerismo consiste de un solo cuerpo; Cuando le duele alguna extremidad, le duele todo el cuerpo, debido al insomnio y a la fiebre”.[4]





Ella dijo: “La individualidad está directamente relacionada con la homosexualidad, entonces, ¿por qué no te gustan los homosexuales?” “¿Es por sus preferencias?”. Hasta donde yo sé, este es un problema genético natural y debemos respetarlo”.





Le dije: “¿Respetarías la atracción que algunos ladrones sienten hacia el robo? También es una inclinación, pero en ambos casos es una propensión anormal que va en contra el instinto humano y también se considera una agresión contra la naturaleza; debería rectificarse”.





Dios creó al hombre y lo guio por el camino correcto. También le dio libre albedrío para elegir entre el camino de la justicia y el camino del mal.





¿Y le hemos mostrado los dos caminos [del bien y el mal]?[5]





Entonces, encontramos que la homosexualidad rara vez se encuentra en las sociedades que la prohíben, mientras que el porcentaje de homosexuales es alto en el ambiente que permite y fomenta tal comportamiento. El ambiente y las enseñanzas circundantes determinan la probabilidad de que uno sea homosexual.





Dios, gloria a Él, dijo acerca del pueblo del profeta Lot, la paz sea con él:





“Y [recordad] a Lot, cuando dijo a su pueblo: “¿Os entregáis a una abominación que nadie en el mundo ha cometido antes? (80) Veis a los hombres con deseo, en vez de a las mujeres: ¡sois, realmente, una gente desaforada!”. [6]





Este versículo asegura que la homosexualidad no se hereda ni se relaciona con la composición del código genético, muestra que la gente del Profeta Lot fue la primera en idear tal obscenidad. Este fragmento del Corán está sustentado por un eminente estudio científico que manifiesta que la homosexualidad no tiene nada que ver con la genética.





La personalidad de un ser humano cambia constantemente debido a la influencia que el medio que lo rodea ejerce sobre él. Por ejemplo, puede cambiar, por lo que ve en los programas de televisión, por las tecnologías que utiliza, por el gusto por un equipo de fútbol o con las redes sociales que promueven la comunicación y la información casi inmediata desde cualquier parte del mundo.





Hoy en día, un traidor se describe como alguien que argumenta que su deslealtad es justificable. A su vez, un homosexual es considerado como una persona que, aunque sus preferencias son diferentes, disfruta plenamente de los derechos legales que le han permitido participar en debates públicos. Además, tenemos que defenderlo y convivir con él.





En nuestros días, la supremacía la tiene quien es el poseedor de la tecnología. Por lo tanto, si un homosexual tuviera la oportunidad de adquirirla, seguramente utilizaría esta oportunidad para difundir sus convicciones. Esto provocaría un deterioro en la relación del ser humano, con su sociedad y con el Creador.





Por la correlación que existe entre el individualismo y la homosexualidad, el concepto original de la naturaleza humana se disipa y se abandona el concepto de formar una familia tradicional.





Por lo tanto, los occidentales comenzaron a establecer acuerdos para deshacerse del individualismo. La razón detrás de esto es que mantener esta percepción sobre la homosexualidad ciertamente causa la pérdida de los logros alcanzados por el hombre moderno y, de la misma manera, la pérdida del concepto original de la composición de la Familia, es decir, padre, madre e hijos.





Como consecuencia, en la actualidad, los occidentales están experimentando una disminución de su población, lo que ha llevado a ver a los inmigrantes como una opción atractiva.





De hecho, creer en Dios, respetar las leyes divinas que Él creó para nosotros, tener la determinación de seguir Sus instrucciones y evitar las malas acciones, son el camino para lograr la felicidad tanto en la vida terrenal como en el más allá.





Llamado a plantear la consigna de justicia y no igualdad:





En el contexto de la discusión sobre la injusticia del lenguaje hacia las mujeres, así como las demandas occidentales de unificación de género en el área de los pronombres de referencia masculinos y femeninos, los musulmanes reconocieron la igualdad de mujeres y hombres en términos de humanidad y los derechos innatos a los que se guía la religión, pero como musulmanes y como seres humanos, no están de acuerdo con Occidente en cuanto a igualdad física y moral.





Creemos, como cualquier individuo natural, en la existencia de diferencias físicas que requieren la división de deberes de una manera compatible con la diferencia según la creación. Si miramos la igualdad en todo, el resultado será inevitablemente el deterioro del estado psicológico y moral de la mujer.





La distinción entre hombres y mujeres eleva el estatus de la mujer y preserva su dignidad.





Recuerdo una conversación divertida que tuve con una dama latina que me preguntó: “¿Se le permite a una mujer musulmana usar aretes como a otras mujeres?”.  Me reí y respondí: “Una mujer musulmana es un ser humano que no es diferente de ninguna otra mujer, pero es perspicaz, conoce sus derechos y obligaciones y cómo organizar sus prioridades. Tiene la capacidad de lidiar con estos asuntos con asombrosa moderación y de una manera muy peculiar. Una habilidad que las mujeres latinas y occidentales no poseen.





Ella preguntó: “¿Qué quieres decir?”.





Le respondí: “La mujer musulmana ha entendido bien el significado del término “privacidad”. Entonces, mientras ama a su padre, hermano, hijo y esposo, se ha dado cuenta de que cada tipo de amor que siente es diferente y que por lo tanto está obligada a otorgarle a cada uno de ellos derechos apropiados. Es decir, su padre requiere honor y respeto, mientras que su hijo requiere crianza y cuidado. Sabe cuándo y cómo mostrar su belleza y no luce de la misma forma ante todos.





Continué: “La mujer musulmana es una mujer libre. Ella se ha negado a rendirse a los caprichos de los demás y a la moda. Viste lo que le gusta y le agrada a su Creador. ¿No ves cómo la mujer occidental se ha convertido en una cautiva de la moda? Si esta temporada sale la moda para que las mujeres usen pantalones ajustados, todas las mujeres inmediatamente se apresuran a usarlos, aunque si no sean adecuados para su figura o si no se sienten realmente cómodas usándolos.





Continué: “¡¿No te asusta ver cómo la mujer se ha convertido en una mercancía?! Casi no hay publicidad sin una mujer semidesnuda. Esto transmite un mensaje indirecto del deterioro del valor de la mujer en esta época”.





Al ocultar su belleza, es la mujer la que envía un mensaje al mundo. Un mensaje de que ella es una persona valiosa, honrada por Dios, y quienes tratan con ella deben juzgarla según sus conocimientos, creencias e ideas, no según su apariencia física.





Ella dijo: “¡Eso es extraño! Esto es lo que se llama etiqueta”.





Le dije: “¡Sí! La mujer musulmana ha entendido la naturaleza humana y ha entendido que necesita cubrir su cuerpo de los extraños para evitar que ella y la sociedad sufran. No creo que se pueda negar que todas las mujeres que están acostumbradas a lucir sus cuerpos deseen cuando envejezcan que todas las mujeres lleven la cabeza cubierta”.





Ella respondió: “¡Eso es 100% correcto!”.





Luego le pregunté: “¿Has leído sobre las tasas de muerte y las deformaciones que sufren las mujeres durante las cirugías plásticas? ¿Qué crees que obligó a la mujer a pasar por este sufrimiento? Es esa competencia de belleza la que se le ha impuesto en lugar de una intelectual, y que la ha hecho no solo perder su verdadero valor en la sociedad, sino también perder su vida”.





Ella dijo: “Esta es una filosofía extraña que nunca antes había escuchado”.





Luego dijo: “Bueno, ¿El Islam le ha otorgado a la mujer la igualdad con los hombres?”.





Le respondí: “La mujer musulmana busca justicia, no igualdad. La igualdad con el hombre le ha hecho perder mucho poder y valor”.





Ella preguntó: “¿Y cómo es eso?”.





Le respondí: “Imagínate que estás comprando camisetas para dos de tus hijos que tienen cinco y dieciocho años. Si aplicaras el concepto de la igualdad, al comprarlas de la misma talla, ocasionarías que uno de ellos sufriera por no tener una camiseta a su medida, pero si empleas la justicia, comprarías una camiseta adecuada para cada uno y ambos estarían felices”.





Continué: “La mujer en esta época se esfuerza por demostrar que tiene la capacidad de lograr todo lo que el hombre puede hacer, pero en realidad está perdiendo su singularidad y sus cualidades distintivas. Dios la ha creado para hacer lo que los hombres no pueden hacer. Se ha comprobado que el dolor de parto es uno de los dolores más severos. Por esta razón, la religión la ha honrado y a cambio de esto, la ha compensado aliviándola de la carga de cubrir los gastos de vida, o incluso de compartir su riqueza privada con el hombre, a diferencia de lo que sucede en las sociedades occidentales. En cuanto a los hombres, Dios no les ha dado la capacidad de tolerar el dolor que se siente al momento de dar a luz, pero le ha dado la habilidad de escalar montañas, por ejemplo.





Ella dijo: “Pero me gusta escalar montañas y podría hacerlo como lo hacen los hombres”.





Le dije: “Sí, tal vez puedas escalar una montaña y trabajar duro, pero aún así eres tú quien dará a luz y amamantará a tus hijos, porque no hay manera que los hombres lo puedan hacer. Entonces, si realizas las actividades que están destinadas para ellos, tendrás una doble carga que podrías haber evitado.





Hay algo de lo que mucha gente no se da cuenta. Si una mujer musulmana decide exigir sus derechos ante las Naciones Unidas y al mismo tiempo renunciar a los derechos que le otorga el Islam, en realidad perdería mucho, porque sus derechos tienen más valor en el Islam. El Islam logra la integración entre el hombre y la mujer de una manera tal que proporciona felicidad para todos.





POR FATEN SABRI 



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