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7 LECCIONES QUE LA UNIVERSIDAD DE RAMADÁN ME ENSEÑÓ







Por Raiiq Ridwan





 





Finalmente volvemos a nuestras viejas rutinas y estilos de vida anteriores al Ramadán.





Ya no nos sentimos culpables por desayunar, y ya no sentimos la necesidad de tener una larga oración por la noche. Estamos de vuelta a donde estábamos.





Sin embargo, el Ramadán es como una universidad. Nos enseña cosas que aprendemos de por vida, y están destinadas a ser utilizadas por el resto de nuestra vida. Entonces, antes de olvidar por completo el Ramadán, recordemos algunas de las lecciones que nos enseñó:





SÍ, PUEDO




¿Te imaginas pasar 18-20 horas sin comida? Probablemente no, ¡pero ya lo has hecho! ¡Esto es una prueba de que si nos proponemos algo, podemos hacerlo!





«Donde hay voluntad, hay manera de lograrlo», dice el viejo dicho inglés. Y es muy verdadero.





Entonces, por cada obligación islámica que aún no estoy haciendo, y por cada cosa que encuentro difícil de hacer, el Ramadán me ha enseñado que no importa qué, puedo hacerlo.





Cuando Mi siervo viene a Mí caminando, voy a él corriendo. (At-Tirmidhi)





LO HALAL ES MÁS FUERTE QUE LO HARAM




El Ramadán es un mes en el que nos abstenemos de la comida, la bebida y las relaciones íntimas durante la parte del día cuando hay luz solar. ¡Renunciamos a cosas que no solo nos gustan, sino que también son claramente halal!





Aquí es donde la Universidad del Ramadán nos enseña que todas las actividades haram en las que podríamos disfrutar también se pueden renunciar.





Si podemos renunciar a cosas tan importantes para nuestro funcionamiento como la comida y la bebida durante parte del día, entonces podemos renunciar a lo que es solo un impulso pasajero, un deseo, una tentación para nuestras vidas hasta que lleguemos al Día de Juicio. El Ramadán nos ha enseñado, ahora es nuestro trabajo implementarlo.





ALCANZAR UN ESTADO DE IHSAN




El Ihsan se define en un hadiz como:





…adorar a Allah como si lo vieras. E incluso si no lo ves, Él te ve. (Narrado por Bukhari)





Es estar constantemente concientes de Allah. Es saber y comprender que debido a que Allah nos está viendo, haremos lo mejor por Él.





¿Por qué no comemos cuando estamos solos? Porque sabemos que Allah está mirando. Del mismo modo, al hacer buenas acciones y no malas acciones cuando estamos solos, estamos aprendiendo una lección importante.





El Ramadán nos ayuda a alcanzar ese valioso estado de Ihsan que, por lo demás, es una estación muy difícil para todos nosotros.





AMAR A LA FAMILIA




Parte del Ramadán es compartir el suhur y el Iftar con tu familia. Para muchas familias es el mes en que toda la familia reza unida. Es el mes en que las familias invitan a otros a comer.





El Ramadán nos recuerda la importancia de nuestra familia y de orar por ellos. Es un mes cuando se fortalecen los lazos y se refuerzan las relaciones.





SER PACIENTE ES UNA VIRTUD




La recompensa para quienes sean pacientes y perseverantes no tendrá límite. (Corán 39:10)





El Ramadán es la prueba definitiva de la paciencia. Aunque tenemos hambre y sed, esperamos hasta la hora señalada para comer. Y cuando finalmente lo hacemos, es como la mejor comida que hemos tenido en nuestras vidas. Esta es una enseñanza importante en la paciencia. La paciencia es difícil, pero los frutos y las recompensas son hermosos. Y Ramadán se asegura de que lo aprendamos.





LOS BUENOS MODALES SON LO MÁXIMO




«He sido enviado solo para perfeccionar los buenos modales», dijo el Profeta, la paz sea con él. (Narrado por Ahmad).





Ser bueno mientras todo es color de rosa es fácil. La prueba de los buenos modales es cuando estamos bajo estrés, cuando las personas son groseras con nosotros o cuando no es tan fácil.





El Ramadán es esa época del año cuando desatar nuestra ira, irritabilidad y disgusto es muy fácil. Sin embargo, para preservar nuestros ayunos nos abstenemos de comportamientos severos. Del mismo modo, nos abstenemos del mal comportamiento por el resto de nuestras vidas porque sabemos que es perjudicial para nuestras vidas y nuestro más allá. El Ramadán nos enseña sobre modales.





ALLAH ES EL SEÑOR




En todo el Ramadán, hay un recuerdo constante de Allah. La mención y el recuerdo de Allah están en cada rincón de nuestras vidas. Es el mes en que realmente entendemos que Allah es nuestro Señor. Es cuando estamos más cerca de Él, y estamos más maravillados por Él.





Es el mes en que más lo invocamos y amamos más Su cercanía. Allah está en primer plano en nuestras vidas en todo momento. Y también es el momento en que generalmente somos más felices.





Es cuando entendemos la importancia de Allah en nuestras vidas y, por lo tanto, todas las dificultades se hacen mucho más fáciles. Y es esencialmente este punto el que probablemente cubre todos los demás. Y es este punto el que nos afirma que, a pesar de dónde podría estar nuestra práctica del Islam, siempre vamos a extrañar el Ramadán.





Rezo para que aprendamos estas lecciones y muchas más del Ramadán, y dejemos que nos impacte como impactó las vidas de quienes nos precedieron. El Ramadán es una sesión de entrenamiento intensivo de Allah destinada a elevarnos, e In sha’ Allah lo ha hecho.



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