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La hermandad en el Islam y algunos


buenos modales





Primer Jutba:


Alabado sea Aquel que envió al Profeta Muhammad con la guía y la religión verdadera, guió a través de él a los que estaban desviados, dio vista a los que estaban ciegos, reunió a los que estaban separados y hermanó a los que estaban enemistados. Alabado sea Al-lah, que hizo que la hermandad entre los creyentes fuera consecuencia directa de su fe, les ordenó diversas obligaciones y pilares para afirmar esta hermandad; y atestiguo que no hay nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Al-lah, Único, sin asociados, el Rey, la Verdad, el que Recompensa por las acciones; y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, el hombre más honrado, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con su familia y compañeros y con todos aquellos que sigan correctamente su guía.


Procediendo:


¡Hermanos musulmanes! Teman a Al-lah, Alabado sea, completen su fe siguiendo aquello que trajo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, tanto sus órdenes como sus informes, pues la felicidad sólo se consigue obedeciendo a Al-lah y a Su Mensajero, y siguiendo su método y su camino.


¡Hermanos en la fe! Dijo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Un musulmán es el hermano de otro musulmán: él no lo oprime ni lo abandona cuando está oprimido. A quien ayude a su hermano, Al-lah lo ayudará; a


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quien alivie a su hermano de alguna angustia, Al-lah lo aliviará de alguna de sus angustias el Día de la Resurrección; a quien cubra la falta de un musulmán, Al-lah cubrirá sus faltas el Día de la Resurrección”. El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos informa que el musulmán es hermano de otro musulmán, y ordenó esta hermandad al decir: “Sed siervos de Al-lah, hermanos”, esta hermandad que nos ha ordenado no está restringida a los que hablan un mismo idioma, al contrario, es una hermandad profunda que está arraigada en los corazones y las almas, su planta es el amor sincero y sus frutos son el buen comportamiento con los hermanos y su defensa; es una hermandad que conlleva a amar para tu hermano lo que amas para ti mismo: amas que sea alguien piadoso y honrado, fuerte y adinerado, alguien con los mejores modales, tal como amas para ti mismo todas estas cualidades.


Procuras aconsejarlo y enderezarlo, usando para ello los mejores métodos para conseguirlo, tal como amas que él haga lo mismo contigo, rechazas para tu hermano lo que rechazarías para ti mismo, no quieres que tenga malos modales; si lo ves en una situación que no desearías para ti mismo, no es suficiente que le pidas a Al-lah que cambie su situación, sino que además de eso tienes que actuar usando los medios más beneficiosos para sacarlo de esa situación.


Una de las obligaciones de esta hermandad es que no seas injusto con él, puesto que su sangre, sus bienes y su honor son sagrados para ti, tal como tú no desearías ser tratado injustamente en esas cosas. ¿Es parte de la hermandad tomar los


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bienes de tu hermano sin derecho alguno? ¿Es parte de la hermandad quitarle sus derechos? ¿Es parte de la hermandad boicotear su sustento y vender a un precio menor que el suyo, rentar a un precio menor que el suyo, labrar un terreno para perjudicar el suyo o pedir la mano a una chica que ya está comprometida con él? ¿Acaso esto es parte de la hermandad? ¿Es parte de la hermandad traicionarlo, incumplir lo que le has prometido o engañarlo si tratas con él? ¿Es parte de la hermandad tratar de exponer sus defectos y hacer la vista gorda a sus buenas obras y no mencionarlas? ¿Es parte de la hermandad violar su honor y hablar mal de él en toda reunión como si estuvieras comiendo su carne muerta?


Desgraciadamente, todos estos pecados se han extendido entre las personas, los menosprecian y no les dan su merecida importancia, siendo que son pecados muy graves. El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue preguntado acerca de la murmuración, del hablar a espaldas de las personas (ghibah), dijo: “Es mencionar a tu hermano en una manera que a él le disgusta”, fue dicho: “Oh Mensajero de Al-lah, ¿aún si lo que yo digo sobre mi hermano es cierto?”, él dijo: “Si lo que has dicho acerca de él es cierto, entonces has murmurado de él; y si lo que has dicho acerca de él no es cierto, entonces lo has calumniado”.


En nuestras sociedades se ha llegado al punto –por desgracia– de que la murmuración se ha convertido en algo parecido a tomar el postre en nuestras reuniones, ¡algo necesario! Que Al-lah nos guíe.


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Retornemos al hadiz, el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dice: “A quien ayude a su hermano, Al-lah lo ayudará”. ¡Qué gran recompensa! La ves al instante, tu hermano está necesitado y tú lo ayudas a resolver esa necesidad, Al-lah resuelve tus necesidades y te ayuda; es deber de todo aquel que crea en esto –y todos creemos en ello con el permiso de Al-lah– estar ayudando siempre a sus hermanos, socorriendo al desesperado, auxiliando al oprimido, ayudando al incapaz, reconciliando entre los que están enfadados, uniendo a los enemistados, solucionar la necesidad a quien no pueda solucionarla por sí mismo, es decir, dar de comer al hambriento, vestir al que no tiene ropa, dar agua al sediento, guiar al ciego en el camino…


A quien ayude a su hermano –en algo pequeño o grande– Al-lah lo ayudará, ya que uno recibe lo que da; y quien tenga la ayuda de Al-lah, verá todos sus asuntos solucionados y se le facilitarán. Dice el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Un musulmán es el hermano de otro musulmán: él no lo oprime ni lo abandona cuando está oprimido. A quien ayude a su hermano, Al-lah lo ayudará; a quien alivie a su hermano de alguna angustia, Al-lah lo aliviará de alguna de sus angustias el Día de la Resurrección; a quien cubra la falta de un musulmán, Al-lah cubrirá sus faltas el Día de la Resurrección”. Me refugio en Al-lah de satanás, el lapidado, dijo Al-lah, Alabado sea: {¡Oh, creyentes! Temed a Al-lah como es debido y no muráis sino sometidos a Él. Aferraos todos a la religión de Al-lah y no os dividáis. Recordad la gracia de Al-lah al hermanaros uniendo vuestros corazones después de haber sido


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enemigos unos de otros, y cuando os encontrasteis al borde de un abismo de fuego, os salvó de caer en él. Así os explica Al-lah Sus signos para que sigáis la guía} [Corán 3:102-103].


Que Al-lah, Glorificado sea, nos bendiga con lo que leamos y entendamos del Corán, y nos beneficie con la compresión de Sus sabios signos.


Le pido a Al-lah, Glorificado sea, perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.


Segundo Jutba:


Alabado sea Al-lah, el Señor del universo, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con el enviado como misericordia para el universo, con su familia y todos sus compañeros.


Procediendo:


¡Hermanos musulmanes! Teman a Al-lah, Alabado sea, sean de aquellos con excelsos modales y no de aquellos que tienen bajos modales, ya que si son de los primeros seréis guiados a la tradición (Sunna) de vuestro Profeta y conseguiréis la felicidad en esta vida y la otra.


¡Hermanos en la fe! El Islam ordena, invita e insta al buen comportamiento, y prohíbe y advierte sobre el mal comportamiento. Es parte del buen comportamiento el ser veraces en nuestras palabras y acciones, puesto que la veracidad


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lleva a la piedad, y ésta lleva a su vez al Paraíso. Si un hombre siempre dice la verdad, es registrado ante Al-lah como un sincero amante de la verdad (Siddiq). Al-lah, Glorificado sea, ha ordenado la veracidad y ha elogiado a su gente, dijo: {¡Oh, creyentes! Temed a Al-lah, y contaos entre los veraces.} [Corán 9:119]; y dijo: {Ciertamente que quien os ha traído la Verdad [el Profeta Muhammad] y aquellos que creyeron en él y le siguieron son los piadosos. Ellos tendrán cuanto deseen junto a su Señor. Ésta será la recompensa para los benefactores} [Corán 39:33-34], y Él ha elevado el estatus de los veraces hasta hacer que sean recordados con las mejores palabras, mientras están vivos y después de su muerte; son la gente de confianza para las personas, recordándolos se embellecen las reuniones y son siempre elogiados.


Parte del mal comportamiento es el ser mentiroso en las palabras y acciones, pues la mentira lleva a la corrupción y ésta a su vez lleva al Infierno; si un hombre siempre dice mentiras es registrado ante Al-lah como un mentiroso. Al-lah, Glorificado sea, ha mencionado en Su Libro que la mentira es una de las características de aquellos que no creen en Él, dijo: {Solamente inventan mentiras quienes no creen en los signos de Al-lah. Ellos son los mentirosos [y no el Profeta].} [Corán 16:105]; y el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ha establecido que la mentira es una de las señales de la hipocresía, dijo: “Las señales del hipócrita son tres: cuando habla miente, si hace una promesa no la cumple y si se le confía algo traiciona”. Al-lah, Alabado sea, debido a Su sabiduría, ha dispuesto que los


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mentirosos estén en el lugar que les corresponde, es decir, nadie confía en ellos y son siempre menospreciados.


Es también de los buenos modales que la persona dé buenos consejos y un buen trato a los demás, se relacione con ellos tal como le gustaría que ellos se relacionaran con él, es decir, basado en la franqueza y transparencia, y no en la traición, alevosía y engaño, pues éstos son atributos muy bajos sobre los cuales la religión advierte, además de que son rechazados por cualquier mente racional y son parte de la corrupción en la tierra. Al-lah, Glorificado sea, nos ha informado en Su Libro que Él no secunda las tretas de los traidores ni hace que prosperen las obras de los corruptores; y el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él ha dicho: “Cada traidor tendrá un estandarte el Día de la Resurrección con el que será humillado delante de la gente, que dirá: ‘Esta es la traición de fulano’”; dijo también, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Quien nos engañe no es de los nuestros”; y dijo: “A todo siervo a quien Al-lah, Alabado sea, ponga sobre sus manos una responsabilidad y muera habiendo engañado esa responsabilidad que se le confió, Al-lah le vedará el Paraíso”.


¡Hermanos! Lo que más nos llena de pesar es que algunos musulmanes adquieran estos malos atributos como parte de su comportamiento, destruyéndose de esta forma a ellos mismo y decayendo su personalidad y su fe. Hay personas que han tomado la mentira como una cualidad y habilidad, se aproximan a cierta gente con un rostro y a otra gente de otra forma, y la peor gente es la de dos rostros; y después se engañan


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a sí mismos diciéndose que la mentira es algo lícito en el Islam, excepto que sea para tomar un dinero ajeno, es decir, miente doblemente: miente sobre la Ley de Al-lah y miente a la gente.


Y la peor mentira es aquella que combina la mentira con un falso juramento, y peor aun cuando es para obtener un dinero sin derecho alguno, juntándose de esta forma tres graves pecados: la mentira, el falso juramento y el dinero obtenido injustamente; y se reporta en Bujari y Muslim que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Todo hombre que jure en falso para obtener sin derecho alguno el dinero de un musulmán, es alguien corrupto y se encontrará con Al-lah estando enojado con él”. Esto sucede mucho en la compra venta y en los pleitos ante un juez, lo ves jurando falsamente que las características de su mercancía son tal y cual, y su único deseo es aumentar el precio para obtener más beneficios, o jura falsamente delante del juez que él no debe nada a fulano; por desgracia, algunas personas creen que engañar y traicionar es propio de alguien listo e inteligente, que es un gran método para obtener grandes ganancias, por eso los ves muy contentos cuando engañan o traicionan a otros, y piensan que eso es una virtud que aumenta su estatus; pero la realidad es que el engaño es una necedad, una pérdida, destrucción y privación.


Por tanto, ¡hermanos musulmanes!, teman a Al-lah, tengan siempre un buen comportamiento y apártense de todo lo opuesto, y obedezcan a Al-lah y a Su Mensajero si es que son creyentes. Le pido a Al-lah que nos guíe hacia los buenos modales y las buenas acciones, nos conceda la veracidad en las palabras y


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acciones, y aparte de nosotros el mal comportamiento, las malas obras, las pasiones y todos los males; ciertamente Él es Magnánimo, Generoso.


Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él}; y dijo el Profeta Muhammad, sal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Quien pide a Al-lah, Glorificado sea, una bendición para mí, Al-lah lo recompensa por esta acción con diez bendiciones”.


¡Oh Al-lah! Da bendiciones y paz a nuestro Profeta Muhammad, a sus familiares, a todos sus discípulos y a quienes sigan su guía de buena manera hasta el Día del Juicio. ¡Oh Al-lah! Da tu complacencia a todos los discípulos de Tu Mensajero, de quienes fueron destacados Abu Baker, Omar, ‘Uzman y ‘Ali. Complácete también con todos los seguidores de estas nobles personas, quienes siguen su guía hasta el Día del ajuste de cuentas, y con nosotros los presentes, pues Tú eres en verdad el más Clemente.


¡Oh Al-lah! Enaltece y dignifica al Islam y a los musulmanes, protégenos del mal de nuestros detractores, y líbranos de los problemas del encarecimiento de los productos, la propagación de enfermedades, de la usura y el interés monetario, del adulterio y la fornicación, de los terremotos, de las dificultades y las tribulaciones, y de la perversión y corrupción oculta y evidente.


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¡Oh Al-lah! Perdónanos y perdona a nuestros hermanos creyentes que ya fallecieron, y no hagas que en nuestro corazón se encierre el desprecio y el odio por los que han creído en Ti como se debe. Tú eres el más Bondadoso y Misericordioso.



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