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El Dhiker (recuerdo) de Al-lah





Primer Jutba:


Alabado sea Al-lah, el verdadero merecedor de toda alabanza, Quien bendijo a Sus criaturas con incontables beneficios y dádivas, y Quien hizo que los corazones y las bocas de los creyentes se llenaran de Su recuerdo. Atestiguo que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, Él Único, que no tiene coparticipes, un testimonio que debe ser hecho con sinceridad en público y en privado. Y atestiguo que Muhammad es el siervo de Al-lah y Su Profeta, la persona que más adoró a su Señor y cumplió con sus órdenes, que la Paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con sus familiares, con todos sus discípulos y con todos aquellos que les siguieron, siguen y seguirán de la forma correcta hasta el Día Final.


Hermanos y hermanas, teman a Al-lah y recuérdenlo siempre en sus corazones, sus palabras y sus acciones, porque Al-lah está con quien Lo recuerda, dijo Al-lah en un hadiz Qudsi (el relato en el que el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-


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lam, menciona que Al-lah dijo, y no es parte del Corán): “Yo soy según la consideración que Mi siervo tenga de Mí. Estoy con él cuando Me recuerda, y si lo hace en su ser, Yo lo recuerdo en Mi Ser; si Me recuerda en público ante un grupo de personas, Yo lo menciono en frente de un mejor público que ellos”.


Musulmanes y musulmanas, el Dhiker se hace con el corazón, la lengua y los demás órganos y miembros. Hacerlo con el corazón significa que este está siempre conectado con Al-lah y que en él la alabanza, la glorificación y la exaltación de Al-lah es constante; además, están presentes las bendiciones generales y particulares que Al-lah ha concedido a la persona, y se detiene a reflexionar cuando es testigo de una de las señales de Al-lah en la creación, aferrándose aún más a su Creador y alabándolo por Su grandeza y poderío.


El Dhiker con la lengua se da mediante la pronunciación de palabras y frases que nos acercan a Dios. Dentro de las formas de Dhiker “verbal”


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tenemos: At-Tahlil (decir: La Ilaha Il-la Al-lah [nada ni nadie merece adoración sino Al-lah]), At-Takbir (decir: Al-lahu Akbar [Al-lah está por encima de todo]), At-Tahmid (decir: Al Hamdu Lil-lah [alabado sea Al-lah]), At-Tasbih (decir: Subhanal-lah [glorificado sea Al-lah]), la lectura y recitación del Corán, la lectura de temas relacionados con las ciencias islámicas, porque al estudiarlas se está conociendo los juicios de la Shari’a (Ley Islámica) que Al-lah mismo ha decretado. También, aconsejar a un hermano para que haga el bien es una forma de Dhiker, igual se considera el ordenar el bien y la prohibición del mal.


El Dhiker con los demás miembros del cuerpo se refiere a toda acción y obra de bien que nos acerque a Al-lah, Altísimo sea. Así, decimos entonces que hacer el Wudu’ (la ablución) es parte del recuerdo de Al-lah, como lo es la oración, el Zakat, el ayuno, el Hayy (la peregrinación), el respeto, la obediencia y el buen trato hacia los padres, fortalecer los lazos familiares, en fin, todo acto que hagamos con el cual busquemos adorar y agradar a Al-lah, pues la intención


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es lo que nos asegura que una acción sea o no un acto de adoración; por lo tanto, hacer la intención antes de una obra es una forma de Dhiker, en resumen podemos decir que todo el Islam es Dhiker.


Al-lah, el Sabio y el Misericordioso, decretó para Sus siervos que Lo recuerden siempre y en toda ocasión, para que de esta forma sus vidas enteras giraran entorno al Dhiker. Por ello, estableció que se iniciara y finalizara todo asunto mencionando Su nombre. De esta forma, tenemos que antes de comer o beber debemos decir: Bismil-lah (en el nombre de Al-lah) y al terminar: Al Hamdu Lil-lah; esto porque Al-lah se complace con un siervo que antes de comer o beber Lo menciona, y después de haber saciado su hambre o sed Le agradece enalteciendo Su nombre. Incluso, determinó que cuando una persona entrara al baño para hacer sus necesidades fisiológicas, tomar un baño o simplemente lavarse las manos, dijera: Bismil-lah. A’udhu Bil-lahi Minal Jubuzi Wal Jaba-iz (en el nombre de Al-lah, me refugio en Al-lah del demonio y sus secuaces); al haber terminado y disponerse a salir, se


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dice: Gufranak, Al Hamdu Lil-lahi Al-ladhi Adh-haba ‘Annil Adha Wa ‘Afani (Te pido perdón, alabado se Al-lah, Quien hizo que la enfermedad no me alcanzara y me libró de ella).


En este mismo orden de ideas, nos encontramos con que Al-lah dictó que al acostarse para dormir se mencionara: Bismikal-lahumma Ahia wa Amut, Al-lahumma Bika Wada’tu Yanbi Wa Bika Arfa’uhu, Fa In Amsakta Ruhi Fagfir Laha War Hamha, Wa in Arsaltaha Fahfadh-ha Bima Tahfadhu Bihi ‘Ibadakas-Salihin (en Tu nombre, oh Al-lah, vivo y muero. Oh Al-lah, por ti coloco mi cuerpo en mi lecho y lo levanto de él, si decides tomar mi alma, perdóname y ten misericordia de mí; y si quieres regresarla a mí cuando me despierte, protégeme de la forma que lo haces con Tus siervos virtuosos). Además, el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, solía decir al irse a la cama: “Al-hamdu Lil-lahi Al-ladhi At’amana Wa Saqana Wa Kafana Wa Awana, Fa Kam Mimman La Kafi Lahu, Wa La Ma‘wa (Alabado sea Al-lah, Quien nos ha dado de


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comer y beber, nos ha dado lo necesario y nos ha bendecido con un techo que nos protege, pues cuántos no tienen ni lo mínimo que necesitan ni un techo que los cubra)”. El demonio, durante la noche, hace tres nudos en la cabeza de cada persona, estos nudos se desatan uno tras otro librando a la persona de la pesadez, la pereza y la maldad de Satanás, haciendo el Dhiker al levantarnos, la ablución y la oración del Fayer (alba); al soltarse estos nudos, el creyente se siente activo. Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, relata que durmió donde su tía materna Maimuna, esposa del Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, y que cuando el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, se despertó, él lo vio pasándose las manos sobre su cara para quitarse las marcas del sueño, y luego lo escuchó recitar: “En la creación de los cielos y la Tierra y en la sucesión de la noche y el día hay signos para los dotados de intelecto”, hasta terminar el Sura de Ali ‘Imran (la Familia de ‘Imran, el tercero en el orden del Corán). En otro relato tenemos que se mencionó que el Profeta Muhammad, sal-lal-


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lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Quien se despierta en la noche y dice: La Ilaha Il-lal-lahu Wahdahu La Shariaka Lahu, Lahul Mulku Wa Lahul Hamdu Wa Huwa ‘Ala Kul-li Shai-in Qadir Wal Hamdu Lil-lah Wa Subhanal-lah Wa La Ilaha Il-lah Wal-lahu Akbar, Wa la Hawla Wa La Quwata Il-la Bil-la (nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, Único y sin asociados, de Él es el Dominio y la alabanza, y Él tiene poder sobre todo, alabado y glorificado sea Al-lah, nada ni nadie merece adoración sino Él, está por encima de todo, y no hay poder ni fuerza más que la Suya); y luego dice: Al-lahummag-fir li (oh Al-lah, perdóname) o suplica, su plegaria le será escuchada, y si se levanta, hace el Wudu’ y luego una oración voluntaria, esta le será aceptada”.


Además, Al-lah enseñó unas súplicas, para que el que esté sumido en la preocupación y el miedo y no pueda conciliar el sueño las haga y de esta forma su corazón se conforte. En Bujari encontramos registrado que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Si tienen un buen sueño, sepan que este proviene de Al-lah, así que


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enaltézcanlo y cuéntenselo a sus seres queridos. Pero si tienen un sueño malo o una pesadilla, este procede de Satanás, por lo que deben pedir que Al-lah los proteja de su mal y de lo que vieron en su sueño, y no se lo cuenten a nadie, pues al fin y al cabo no les va a dañar”.


Como decíamos con anterioridad, Al-lah, Altísimo sea, ha establecido muchas formas de hacer Dhiker en relación con todo lo que hacemos en nuestro diario vivir. Vimos unos ejemplos en lo que mencionábamos antes, y no está de más recordar el Du’a (súplica) que nos enseñó nuestro Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, al salir de la casa o entrar en ella, cuando entramos debemos decir: “Al-lahumma Inni As-alula Jairal Mawlay Wa Jairal Majray, Bismil-lahi Walayna Wa Bismil-lahi Jarayyna, Wa ‘alal-lahi Tawakkalna” (oh Al-lah, te suplico encontrar el bien en esta salida y cuando regrese a casa. En el nombre de Al-lah regresamos, en Su nombre salimos y a Él nos encomendamos); y luego se saluda con el saludo del


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Islam a quien esté en la casa. Al salir expresamos: “Bismil-lah, Tawakkaltu ‘Alal-lah, Al-lahumma Inni ‘Audhu Bika An Adil-la Aw Udal-la, Aw Azil-la Aw Uzal-la, Aw Adhlim Aw Udhlam, Aw Ayhal Aw Iuyhal ‘alaia” (oh Al-lah, Me refugio en Ti de desviarme o ser desviado, de equivocarme o de que me precipite en el error, de oprimir y ser oprimido, de ser ignorante o que sean ignorantes conmigo); y dijo el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Quien al salir de su casa dice: Bismil-lah Tawakkaltu ‘Alal-lah Wa La Hawla Wa La Quwata Il-la Bil-lah (En el nombre de Al-lah, me encomiendo en Al-lah, no hay fuerza ni poder salvo en Al-lah) se le responde: ‘Has sido protegido y guiado’, y el demonio se aparta de él”.


Hermanas y hermanos, su Señor les ha mandado que hagan algunos Dhiker en tiempos y situaciones y por razones determinadas, como también lo ha hecho de forma general, es decir para todo momento y circunstancia, dijo Al-lah, Altísimo sea: “Recordadme, pues, que Yo os recordaré, agradecedme [Mis mercedes] y no seáis ingratos”, y


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también dijo: “¡Oh, creyentes! Recordad constantemente a Al-lah, y glorificadle mañana y tarde”. Por su parte, el Mensajero y Profeta de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, era constante en el Dhiker, pues recordaba a Al-lah en todo momento. Sigan el ejemplo de su Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, y gánense el Paraíso y los goces que en él hay repitiendo frecuentemente: Subhanal-lah, Al Hamdu Lil-lah, La Ilaha Il-lal-lah, Al-lahu Akbar y La Hawla Wa La Quwata Il-la Bil-lah; dijo el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Dos frases livianas y fáciles de pronunciar, pero que pesan mucho en la balanza con la que se pesarán las obras: Subhanal-lahi Wa Bihamdihi (glorificado y alabado sea Al-lah), Subhanal-lahil ‘Adhim (glorificado sea Al-lah el Majestuoso)”.


Que Al-lah nos bendiga con lo que leamos y entendamos del Corán, y nos beneficie con la compresión de Sus sabios signos.


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Le pido a Al-lah perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.


Segundo Jutba:


Alabado sea Al-lah, Quien inicia la creación y luego la repite, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta que guió hacia la verdad y la senda recta, y fue el siervo más temeroso y piadoso de todos los siervos de Al-lah, Muhammad, con sus familiares y con todos sus discípulos.


Ustedes, quienes han creído en Al-lah, recuérdenlo constante y asiduamente, de día y de noche. Sepan que el Dhiker vivifica el corazón, revitaliza la fe y acerca al individuo al Conocedor de lo


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oculto y no visto. En el Dhiker se encuentra la tranquilidad que acaba con la desesperación, se abren las puertas ante las dificultades, se alejan las calamidades y se logra lo que se aspira y desea, en los Sahihain (Bujari y Muslim) se registró que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, relató de su Señor que dijo: “Yo soy según la consideración que Mi siervo tenga de Mí. Estoy con él cuando me recuerda; y si lo hace en su ser, Yo lo recuerdo en Mi Ser; si Me recuerda en público ante un grupo de personas, Yo lo menciono en frente de un mejor público que ellos, si se acerca a Mí un palmo, Yo Me acerco a él un codo; si se acerca a Mí un codo, Me acerco a él una brazada; y si viene caminando hacia Mí, Yo voy donde él corriendo”.


El recuerdo de Al-lah se hace con el corazón, con la boca y con el resto de miembros del cuerpo. El Dhiker que se hace con el corazón es aquel que es constante internamente, en el que se reflexiona sobre los bellos nombres de Al-lah, Sus nobles atributos y el significado que cada uno encierra, además de


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maravillarse con las cosas que Él ha hecho, creado y dispuesto; pero también, reconocer la gran sabiduría que encierra cada uno de los dictámenes que Él, en Su omnisciencia, ha decretado. Esta clase de Dhiker pasa del corazón a la lengua mencionando los nombres y atributos divinos, igual que la remembranza de las leyes y juicios dados por Al-lah. Así, tenemos que At-Tahlil, At-Takbir, At-Tasbih, At-Tahmid, la enseñanza y el estudio del Corán, y de las ciencias islámicas, y llamar al bien y prohibir el mal, son parte de lo que significa recordar a Al-lah con la boca. Y por último, el Dhiker debe aplicarse y ponerse en práctica, por ello, toda obra que se haga con la intención de acercarse y adorar a Al-lah y siguiendo las enseñanzas del Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, es considerada como Dhiker de Al-lah.


Creyentes, recuerden a Al-lah sentados, de pie o acostados, pues esta es la verdadera vida y el camino que lleva a la virtud. Aprendan los Dhiker enseñados por el Profeta de Al-lah, que la paz las bendiciones de Al-lah sean con él, y utilícenlos en todo momento, ya


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que hacerlo trae beneficios y bendiciones. Dentro de las formas de recuerdo de Al-lah enseñadas por nuestro amado Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, encontramos que nos dijo: “Quien dice: La Ilaha Il-lal-lahu Wahdahu La Shariaka Lahu, Lahul Mulku Wa Lahul Hamdu Wa Huwa ‘Ala Kul-li Shai-in Qadir cien veces en el día, recibirá la recompensa equivalente a quien libera a diez esclavos, se le anotan cien Hasana (bendiciones), se le borrará de su registro cien pecados y tendrá una especie de látigo que alejará a Satanás de él todo el día hasta que anochezca. No hay nadie que pueda hacer una obra mejor que esta, excepto aquel que menciona más veces estas nobles frases. Quien dice: Subhanal-lah Wa Bi Hamdihi cien veces en el día, le serán borradas sus faltas, así sean tantas como la espuma que flota sobre el mar”. Y dijo el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Quien dice: La Ilaha Il-lal-lahu Wahdahu La Sharika Lahu, Lahul Mulku Wa Lahul Hamdu Wa Huwa ‘Ala Kul-li Shai-in Qadir diez veces, tendrá la recompensa de quien libera a cuatro esclavos descendientes de Ismael”. Dijo el Mensajero de Al-lah,


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sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Dos frases livianas y fáciles de pronunciar, pero que pesan mucho en la balanza con la que se pesarán las obras y son muy amadas por el Misericordioso: Subhanal-lahi Wa Bihamdihi, Subhanal-lahil ‘Adhim”. Mencionó el Profeta de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Para mí decir: Subhanal-lah, Al Hamdu Lil-lah, La Ilaha Il-lal-lah y Al-lahu Akbar, es mejor que todo lo que hay en este mundo”.


Relató el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “La noche en la que fui ascendido al cielo me encontré con Abraham, él me dijo: ‘Saluda de mi parte a tu Umma (Nación) y diles que la tierra del Paraíso es muy buena, que su agua es dulce y que se logra con decir: Subhanal-lah, Al Hamdu Lil-lah, La Ilaha Il-lal-lah y Al-lahu Akbar”. En los Sahihain encontramos que Sa’d Ibn Abi Waqas relató que un beduino vino donde el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y le dijo: “Mensajero de Al-lah, enséñame algunas frases para decir”, le respondió: “Di: La Ilaha Il-lal-lah Wahdahu La


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Sharika Lahu, Al-lahu Akbar Kaziran, Al Hamdu Lil-lahi Kaziran, Subhanal-lahi Rabbil ‘Alamin (glorificado sea Al-lah, Señor del Universo), y La Hawla Wa La Quwata Il-la Bil-lahil ‘Azizil Hakim (No hay poder ni fuerza más que en Al-lah, el Poderoso y Sabio)”, replicó el beduino: “Estas frases son para mi Señor, enséñame unas para mí”, le contestó: “Di: Al-lahummagfirli War Hamni, Wah Dini War Zuqni (Oh Al-lah, perdóname, ten misericordia de mí, guíame y provéeme)”.


Musulmanes y musulmanas, tengan pendiente siempre el Istigfar (pedir perdón) pues hacerlo es un medio para que Al-lah libre al individuo de las preocupaciones, lo haga encontrar una salida ante las dificultades y que le provea de donde menos se piensa. Dijo Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él: “Estando con el Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, le contábamos cien veces que decía: ‘Rab-bigfir Li Wa Tub ‘Alaia In-naka Anta At-Tauwabur-Rahim (Señor mío, perdóname y absuélveme, pues Tu eres el Indulgente y el Misericordioso)’”.


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Dijo Al-lah, Altísimo sea: “¡Oh, creyentes! Recordad constantemente a Al-lah, y glorificadlo mañana y tarde. Él es Quien os bendice, y Sus Ángeles [ruegan el perdón por vosotros] para extraeros de las tinieblas a la luz, y Él es Misericordioso con los creyentes. Su saludo el día que se encuentren con Él [en el Paraíso] será: ¡Paz! Y por cierto que les tiene reservada una recompensa generosa.”


Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: “Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él” [Corán 33:56]; y dijo el Profeta Muhammad, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “Quien pide a Al-lah una bendición para mí, Al-lah lo recompensa por esta acción con diez bendiciones”.


¡Oh Al-lah! Da bendiciones y paz a nuestro Profeta Muhammad, a sus familiares, a todos sus discípulos y a quienes sigan su guía de buena manera hasta el Día del Juicio. ¡Oh Al-lah! Da tu complacencia a todos los discípulos de Tu Mensajero, de quienes


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fueron destacados Abu Baker, Omar, ‘Uzman y ‘Ali. Complácete también con todos los seguidores de estas nobles personas, quienes siguen su guía hasta el Día del ajuste de cuentas, y con nosotros los presentes, pues Tú eres en verdad el más Clemente.


¡Oh Al-lah! Enaltece y dignifica al Islam y a los musulmanes, protégenos del mal de nuestros detractores, y líbranos de los problemas del encarecimiento de los productos, la propagación de enfermedades, de la usura y el interés monetario, del adulterio y la fornicación, de los terremotos, de las dificultades y las tribulaciones, y de la perversión y corrupción oculta y evidente.


¡Oh Al-lah! Perdónanos y perdona a nuestros hermanos creyentes que ya fallecieron, y no hagas que en nuestro corazón se encierre el desprecio y el odio por los que han creído en Ti como se debe. Tú eres el más Bondadoso y Misericordioso.



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