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 Las acusaciones:





Los orientalistas alegan que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue objeto de las influencias judeo-cristianas de su época, y que el Corán refleja esta influencia. Sugieren que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, habría enfrentado dos grandes problemas si hubiese aceptado el Judaísmo o el Cristianismo. Si se hubiese hecho cristiano, estaría dando entrada al régimen bizantino cristiano a La Meca, lo cual no sería tolerado por sus habitantes. El segundo problema era que no podía fingir que sabía más que los miembros más antiguos y los sacerdotes de esas dos religiones, el Judaísmo y el Cristianismo. Por lo tanto, en ambos casos, no podría adquirir liderazgo. De aquí, que los Orientalistas sugieran que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, decidiera copiar/asumir el papel de Musa (Moisés) o ‘Isa (Jesús), la paz sea con ellos, porque vio que “eran hombres (como él), y que podía hacer lo (mismo) que habían hecho".





Los orientalistas alegan que la influencia monoteísta del Islam es atribuible a la presencia de cristianos y judíos en La Meca. También sugirieron la existencia de un “informante” monoteísta perteneciente a una de esas religiones. Sin embargo, algunos también sugirieron que lo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recibió de su informante “era un  conocimiento objetivo”, pero que el  "significado y la interpretación de los hechos objetivos" vino a él "mediante el proceso acostumbrado de revelación".





 





Sugirieren que el aumento gradual en la exactitud de las narraciones coránicas en lo pertinente a las historias bíblicas, es prueba de que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, consiguió estas historias de un informante.





 





Además, alegan que el Corán reprodujo errores contemporáneos que se encuentran originalmente en las escrituras judeo-cristianas.





Refutaciones:





El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, tenía solamente 12 años cuando conoció a Bahira (un monje cristiano) por un período de tiempo muy breve en el camino a Siria. Una reunión tan breve no habría sido suficiente para discutir doctrinas religiosas. Es ilógico suponer que un jovencito pudo discutir acerca de estas doctrinas y profecías bíblicas sobre el advenimiento del Mensajero, etc., a esta temprana edad.





Los orientalistas reconocen tan sólo una parte de este encuentro, pero dejan de lado otros aspectos importantes que hablan de:





•         El conocimiento de Bahira de profecías en las Escrituras respecto al advenimiento del nuevo profeta.





•         El reconocimiento de Bahira de la señal de la Profecía en Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam.





•         El consejo de Bahira para Abu Talib de llevar al niño de regreso a La Meca.





Al confrontarse con esta información, William Muir (un orientalista escocés, 1819 – 1905 d.C.) trató de explicarla como un error o como el invento de un monje intrigante. Para subestimar la importancia del reconocimiento de Bahira de la señal de la Profecía, Muir escribió una nota en el pie de página diciendo que el relato está lleno de disparates, pero dándose cuenta de su imprudencia, después omitió esta nota en ediciones siguientes sin cambiar el texto principal.





Es de conocimiento general que una caravana comercial que viaja por el inhóspito desierto concentrará su comercio en áreas pobladas solamente, y evitará deambular por viviendas desoladas y pueblos en ruinas o iglesias vacías, sólo para darle gusto de admirar el paisaje a un jovencito. Aún así,  Muir sugiere que la caravana pasó cerca de Petra, Jerash, Ammon y otras ciudades en ruinas y que estas imágenes influyeron en el joven Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam.





En La Meca, había solamente algunos cristianos de condición humilde, tanto social como intelectual. Eran esclavos o comerciantes minoristas y principalmente inmigrantes. Solamente uno o dos residentes originarios de la Maca, como ‘Uzman ibn Al Huwayriz y Waraqah ibn Nawfal, se habían convertido al cristianismo: el primero lo hizo por consideraciones personales o políticas, y el segundo como consecuencia de su búsqueda por una mejor fe. La comunidad mecana tenía cierto grado de conocimiento – de segunda mano – acerca de ambas religiones: el Cristianismo y el Judaísmo.





La pregunta es: una persona de la talla, conocimiento e inteligencia del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, ¿hubiese propuesto una nueva religión y desafiado la credibilidad de los dos sistemas predominantes - el Judaísmo y el Cristianismo – basándose únicamente en rumores y un conocimiento superficial de ambos, tal y como sugieren los orientalistas?





Los orientalistas no son consecuentes en sus acusaciones de que:





•           El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, era ambicioso y, por lo tanto, lo suficientemente cuidadoso para evitar las implicancias políticas de aceptar el Judaísmo o el Cristianismo.





•         Fue lo suficientemente descuidado al instituir una nueva religión en base a información recogida en chismorreos de bazar y de narradores de cuentos judíos en tiendas de vino.





Influencia monoteísta judeo-cristiana:





Es muy ingenuo decir que el Islam es resultado de la mezcla de información de segunda mano sobre el Judaísmo y el Cristianismo, con algunos elementos árabes propios. Es absurdo sugerir que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, era un conocedor de los dos sistemas religiosos.





El concepto de profecía, el recuerdo de Ibrahim (Abraham), la paz sea con él, como un profeta y fundador de Al Ka‘bah, la cuál era apreciada universalmente por los árabes, así como los ritos de Al Hayy (la peregrinación hacia Al Ka‘bah) instituidos por Ibrahim, la paz sea con él, son incuestionablemente anteriores al tiempo de los judíos y cristianos. Los árabes pre-islámicos, independientemente de cualquier influencia judía o cristiana, ya conocían el concepto de Al-lah como el Al-lah supremo. Las enseñanzas de Ibrahim, la paz sea con él, encontraron tierra fértil en Arabia mucho antes que el arribo del Judaísmo o el Cristianismo, y los árabes ya estaban familiarizados con la palabra "Hanif" en el sentido de adorador de un solo Al-lah.





El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, acusó a los árabes, judíos y cristianos contemporáneos, de haberse desviado de las enseñanzas originales de sus profetas y de haber degenerado en el politeísmo. También rechazó lo que ellos alegaban que eran las enseñanzas de sus escrituras. Así que la afirmación que él hubiese concebido la idea del monoteísmo por influencias judeo-cristianas, sólo puede considerarse como una mal interpretación de los hechos.





El Corán no sostiene que está enseñando una nueva religión. Por el contrario, ratifica y reaviva las enseñanzas originales que Al-lah Ha dado a través de los profetas de todas las naciones. Afirma que sus enseñanzas son las mismas de Ibrahim, Musa (Moisés) e ‘Isa (Jesús), la paz sea con ellos, y habla de todos ellos en términos muy positivos. Siendo que todos los orientalistas coinciden en afirmar que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no había leído ninguna de las escrituras, por lo tanto, el origen de su conocimiento debe ser otro.





El rechazo a las enseñanzas bíblicas acerca de la divinidad de Jesús o la Trinidad se hace manifiesto incluso en las Suras reveladas en La Meca, mucho antes de la emigración del Profeta a Medina. Por lo tanto, no es correcto decir que estos renunciamientos sucedieron en los albores de su separación de los judíos y los cristianos en Medina.





Era imposible, incluso, vislumbrar el monoteísmo observando al Judaísmo y el Cristianismo en aquellos días. Las prácticas de estos dos grupos religiosos se encontraban hundidas en la más degradante corrupción y supersticiones, una situación muy alejada del monoteísmo.





Los varios movimientos de reforma en el Cristianismo, particularmente el movimiento Cluniacense, el movimiento iconoclasta y la Reforma empezada por Martín Lutero, dan testimonio de la profundidad de la degradación en la que tanto los cristianos como el Cristianismo de esa época habían descendido. En una manera, todos estos movimientos de reforma y el subsecuente énfasis en el monoteísmo, a pesar de la adhesión a las doctrinas de la Trinidad y divinidad de Cristo, son el resultado del monoteísmo sin compromiso enunciado y propagado por el Islam. En otras palabras, el Islam fue quien influyó en los movimientos de reavivamiento en el Cristianismo y no al revés.





El relato de que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, escuchó a Qays bin Sa‘idah predicando en  la feria de ‘Ukadh, es falso y ha sido descartado, porque uno de sus narradores, Muhammad ibn Hal-lay Al-Lajmi, es un mentiroso confirmado. La hipótesis de que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, aprendió de Zayd ibn Harizah, que Al-lah esté complacido con él, quien venía de una familia cristiana, también fue descartada debido a que Zayd vino al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, como un niño pequeño y, por consiguiente, no podía haberle enseñado el Cristianismo a su padre adoptivo. Además, Zayd, que Al-lah esté complacido con él, tenía fe genuina en el mensaje del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le siguió hasta su muerte.





La acusación de que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recibió instrucciones de Waraqah ibn Nawfal sobre el Cristianismo, no es aceptada debido a que, si esta información hubiese sido verdadera, entonces los Quraysh habrían aprovechado para agrandar el asunto en contra del Profeta. La aseveración de que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, fue instruido por un extranjero, ya fue tratada y refutada apropiadamente por el Corán mismo, y no será tratada aquí. Si algunos de los cristianos y judíos de la Maca hubieran suministrado al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, información sobre religiones anteriores, no habrían creído en la misión y liderazgo del Profeta, y nunca se habrían hecho Musulmanes ellos mismos.





Las tribus mecanas torturaron a algunos de esos conversos para conseguir - a la fuerza - una confesión de que Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, había obtenido ayuda de ellos. Yabir, que Al-lah esté complacido con él, una de las víctimas de la opresión, después de haber sido perseguido y torturado salvajemente, dio la siguiente y significativa respuesta: "No soy yo el que enseña a Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, sino que él es quien me enseña y guía" [Tafsir Al Qurtubi].





 





El Dr. Yamal Badawi, un renombrado predicador del Islam en Canadá, menciona algunos puntos relacionados con este tema específico que son dignos de resaltar. Dice: "Sería excesivamente imaginativo decir que a través de sus ocasionales conversaciones con judíos y cristianos, mientras se ocupaba de su caravana, Muhammad había aprendido lo suficiente de ambas religiones como para formar una nueva, poderosa y viable religión; una tarea que desafía el esfuerzo conjunto de los sabios por siglos".





Además, la acusación de los orientalistas plantea varias interrogantes. El Dr. Badawi nos menciona seis de ellas:





1. ¿Por qué es que, a pesar de la abundancia de material histórico sobre la vida de Muhammad y a pesar de las exhaustivas investigaciones sobre su vida que por siglos llevaron a cabo severos críticos, no ha sido posible descubrir aquel misterioso maestro o maestros de los cuales Muhammad pudo haber aprendido todo eso?





2. Es conocido que Muhammad tuvo mucha oposición, fue ridiculizado y perseguido, por cerca de trece años, por sus propios contemporáneos. ¿Será posible que tal cantidad de severos enemigos no hayan sido capaces probar ante las masas que la pretensión de Muhammad sobre la revelación era un vil engaño? ¿No les fue posible revelar y nombrar a lo que ellos consideraban la fuente humana o fuentes humanas de sus enseñanzas? Incluso, algunos de sus adversarios que hicieron esta acusación, cambiaron sus ideas después para acusarlo de magia, posesión demoníaca u otras acusaciones en vez de esta.





3. Muhammad se crió entre su gente, y cada aspecto de su vida les fue expuesto, en especial por la sinceridad que caracteriza a la vida tribal en el desierto. ¿Cómo pudieron miles de sus contemporáneos, incluyendo muchos de sus más cercanos parientes que le conocían tan bien, creer en su veracidad si es que tenían alguna sospecha de que estaba reclamando el crédito de ideas que le fueron inculcadas por otros maestros, sin molestarse siquiera en darles crédito?





4. ¿Qué clase de maestro puede haber enseñado a Muhammad una completa y coherente religión que cambió el curso de la historia? ¿Por qué no hablaron, él o ellos - si es que los hubo -, contra el susodicho alumno, que continuó aprendiendo de ellos mientras que los ignoraba y clamaba una fuente divina para sus enseñanzas?





5. ¿Cómo fue que muchos judíos y cristianos contemporáneos a Muhammad abrazaron el Islam y creyeron en su veracidad (de Muhammad), si sabían que él estaba copiando de sus escrituras o aprendiendo de sus sacerdotes o rabinos? (N.d.T.: Basta citar el caso de Palestina, Siria, Turquía y Egipto, origen de la cristiandad y antiguos bastiones de la misma; cuyos habitantes son en su mayoría, 90% ó más, musulmanes hoy en día).





6. Es conocido que algunas de las revelaciones coránicas le llegaron a Muhammad en presencia de la gente. El Corán fue revelado en un lapso de veintitrés años (23) ¿Dónde estaba el misterioso - tal vez invisible - maestro humano de Muhammad? ¿Cómo pudo haberse escondido por tanto tiempo? ¿Cómo pudo Muhammad, rodeado constantemente de seguidores, hacer frecuentes visitas secretas a aquel misteriosos maestro, o maestros, durante veintitrés (23) años, sin haber sido descubierto ni siquiera una vez?





 





 





 





Aumento gradual de la exactitud en el Corán:





Las enseñanzas del Islam que se encuentran en el Corán, como las leyes y las obligaciones, fueron reveladas gradualmente durante un período de 23 años, y la disposición de las aleyas y suras reveladas va de acuerdo con las necesidades de la sociedad de la época. Un buen ejemplo es la advertencia acerca del consumo de bebidas alcohólicas en el Corán, y cómo fueron prohibidas definitivamente. La prohibición no vino de repente. La sociedad fue preparada espiritualmente primero para aceptar tal prohibición, y cuando la prohibición se hizo efectiva, fue aceptada abierta y gustosamente. Esto puede ser tomado como un aumento gradual en exactitud por algunos de los orientalistas, quienes quieren ver un problema aquí, pero no lo hay. Sin embargo, es digno de mencionar que algunos orientalistas han empezado a descartar esta línea de pensamiento.





 





El Corán no deriva de las escrituras Judeo-cristianas como alegan los orientalistas, tal y como lo demuestran las siguientes evidencias:





 





Información que se da en el Corán, y que no es mencionada en la Biblia:





•      Algunos de los profetas mencionados en el Corán, como Hud (enviado a la gente de ‘Ad) y Salih (enviado a la gente de Zamud), la paz sea con ellos, no son ni siquiera mencionados en la Biblia.





•     La información mencionada en el Corán sobre el Profeta Ibrahim (Abraham), la paz sea con él, específicamente sobre sus enseñanzas acerca del monoteísmo y los problemas que enfrentó consecuentemente, no se encuentran en la Biblia.





•      Los milagros relacionados con ‘Isa (Jesús), la paz sea con él, cuando habló en la cuna y confirmó la castidad de su madre, cuando le dio vida a aves hechas de arcilla con el permiso de Al-lah, y la mesa con comida que descendió del cielo.





•     El viaje de Musa (Moisés), la paz sea con él, al lugar donde "coinciden los dos mares".





•     El incidente del plan de Faraón para matar a Musa, la paz sea con él, y que un "creyente" de su corte lo disuadió de llevar a cabo su nefasto plan.





•     Musa, la paz sea con él, golpeó las piedras e hizo brotar de ellas los 12 manantiales para cada tribu israelita.





•     Los magos de la corte de Faraón que murieron por su creencia en Al-lah.





Ejemplos donde el Corán contradice el relato de la Biblia:





•     Nuh (Noé), la paz sea con él, predicó específicamente el monoteísmo según el Corán.





•     El Corán niega categóricamente el concepto de la Trinidad y confirma que ‘Isa, la paz sea con él, no es más que un Profeta, no Al-lah, ni el hijo de Al-lah, ni parte de una trinidad.





•     El Corán afirma categóricamente que ‘Isa, la paz sea con él, no fue crucificado o asesinado.





•     El Corán dice que todos los profetas, la paz sea con ellos, eran hombres nobles enviados por Al-lah y declara inocentes a todos los profetas de tener mala intención o de cometer actos pecaminosos, a diferencia de lo que encontramos en la Biblia





•     El Corán testifica que todos los profetas de Al-lah, la paz sea con ellos, fueron sinceros en cumplir la misión para la que fueron enviados por Al-lah, y nunca la traicionaron - como parece indicar la Biblia en el caso de Musa y Harun (Aaron), la paz sea con ellos - ni pecaron - como en el caso de Lut (Lot), Dawud (David), Sulayman (Salomón), la paz sea con ellos, etc.





En algunos relatos, el Corán da más detalles que la Biblia:





1. En los incidentes relacionados con el Profeta Nuh, la paz sea con él.





2. Maryam (María), que Al-lah esté complacido con ella, recibe la orden de rezarle a Al-lah, implicando que era un ser humano en necesidad de la misericordia divina.





3. La historia completa de Yusuf (José), la paz sea con él, relatada con una atmósfera espiritual y con más detalles de su vida que no encontramos en la Biblia.





 





Es cierto que algunos incidentes históricos son mencionados tanto en la Biblia como en el Corán, pero esto no quiere decir que el Corán los seleccionó de estas fuentes. Más bien, es una confirmación de los eventos del pasado, pero descritos con una visión clara. No había bibliotecas o museos en la Maca, y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no podía leer ni escribir. No había eruditos y filólogos en la Maca para desentrañar los secretos del antiguo texto para Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.





 





A pesar de reconocer casualmente que hay elementos nuevos en el Corán, parece que los orientalistas nunca se han preocupado por encontrar las fuentes de estos elementos. Si lo hubiesen hecho, seguramente habrían encontrado razones que indican claramente que las suposiciones bajo las que han estado trabajando tan diligente e impresionantemente necesitan revisión.



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