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QUIÉN ES ALLAH? Uno de los principales conceptos erróneos que los no musulmanes tienen acerca del Islam tiene que ver con la palabra  “Allah”.  Por diversas razones, mucha gente ha terminado creyendo que los musulmanes adoran a un Dios diferente al de los cristianos y los judíos.  Esto es totalmente falso, ya que  “Allah” es simplemente la palabra árabe para referirse a “Dios”, y hay un solo Dios.  Que no hayan dudas: los musulmanes adoran al Dios de Noé,  Abraham, Moisés, David y Jesús – que la paz sea con ellos.  Sin embargo, es verdad que los judíos, cristianos y musulmanes tienen diferentes conceptos del Dios Todopoderoso.  Por ejemplo, tanto los musulmanes – como los judíos – rechazan las creencias cristianas de la Trinidad y de la Divina Encarnación.  Esto, sin embargo, no significa que cada una de estas tres religiones adore a un Dios diferente – porque, como ya lo hemos dicho, hay sólo Un Dios Verdadero.  El Judaísmo, el cristianismo y el Islam afirman pertenecer a la “Fe de Abraham”, y todos ellos se hacen llamar “monoteístas”.  Sin embargo, el Islam enseña que las otras religiones, en una forma u otra, han distorsionado y anulado una creencia pura y apropiada en Dios Todopoderoso al desatender Sus verdaderas enseñanzas y mezclarlas con ideas creadas por el hombre. En primer lugar, es importante observar que “Allah” es la misma palabra que utilizan los cristianos y judíos que hablan árabe, para mencionar a Dios.  Si se mira en una Biblia árabe, se verá la palabra “Allah” en donde iría la palabra “Dios” en una en Biblia en español.  Esto es porque “Allah” simplemente quiere decir en lengua árabe “La Divinidad”, y que equivale a la palabra “Dios” en español, con D mayúscula.  Además, la palabra “Allah” no puede pluralizarse, un hecho que está relacionado con el concepto mismo de Dios. Es interesante destacar que la palabra en arameo “Elí”, que es la traducción de Dios en la lengua que habló Jesús, suena de un modo similar a “Allah”.  Esto es también el ejemplo de varias palabras hebreas que se utilizan para llamar a Dios, como “Eloh” y “Elah”, y el plural mayestático “Elohim”.  La razón para estas similitudes es que el arameo, hebreo y árabe son todas lenguas semíticas con orígenes comunes.  También se puede notar que al traducir la Biblia al español, la palabra hebrea “Eloh” se traduce a veces como “Dios”, “deidad” o “ángel”.  Este lenguaje impreciso da pié a diferentes traducciones basadas en las nociones preconcebidas del traductor, quien hace que la o las palabras “encajen” en su propio punto de vista.  La palabra árabe  “Allah” no presenta dificultad o ambigüedad, ya que solo se utiliza para Dios Todo poderoso.  Además, en español, la única diferencia entre “dios”, (deidad o falso dios), y “Dios”, (Único y Verdadero Dios), es escribirlo con mayúscula.  Debido a los ya mencionados hechos, una traducción más adecuada de la palabra “Allah” al español podría ser “El Único Dios” o “El Único y Verdadero Dios”.   Más importante, también se podría afirmar que la palabra árabe  “Allah” contiene un profundo mensaje religioso debido a su etimología, la fuente de su significado y origen lingüístico.  Esto es porque viene del verbo árabe  “ta’allaha” (o alaha), que significa “ser adorado”.  Por lo tanto en árabe, la palabra “Allah” significa “El que es o Merece ser adorado”.  Esto, en resumidas cuentas, es el mensaje mismo del monoteísmo islámico. Basta decir que sólo porque alguien afirme ser judío, cristiano, musulmán o “monoteísta”,  no lo aleja de la posibilidad de caer en creencias corruptas y prácticas de idolatría.  Mucha gente, incluyendo a algunos musulmanes, afirman creer en Un Dios incluso habiendo caído en actos de idolatría.  Muchos protestantes acusan a los católicos romanos de practicar la idolatría en cuanto a los santos y la Virgen Maria.  De modo similar, la iglesia ortodoxa griega es considerada idólatra por muchos otros cristianos ya que utilizan iconos en sus adoraciones.  Sin embargo, si le preguntas a un católico romano o a un griego ortodoxo si Dios es Único, contestarán invariablemente: “¡Si!”.  Esta afirmación sin embargo, no les impide usar ídolos en sus ritos.  Lo mismo se aplica para los hindúes, que consideran a sus dioses como “manifestaciones” o “encarnaciones” de Un Dios Supremo. Antes de concluir… hay muchas personas, que obviamente no hacen honor a la verdad, que quieren que la gente crea que  “Allah” es sólo un “dios” árabe[1], y que el Islam es completamente ajeno a una fe civilizada y monoteísta, sugiriendo que no tiene raíces en común con las religiones abrahámicas  (i.e. cristianismo y judaísmo).  Decir que los musulmanes adoran a diferentes dioses porque dicen “Allah” en vez de Dios es tan ilógico como decir que los franceses adoran a otro Dios porque utilizan la palabra “Dieu”, que la gente hispano hablante adora a un Dios diferente porque dicen  “Dios” o que los hebreos adoran un Dios diferente porque a menudo lo llaman “Yahweh”.  ¡Este es un argumento ridículo!  También debe mencionarse que afirmar que la lengua que cada uno habla tiene la única palabra correcta para mencionar a Dios, es equivalente a negar la universalidad del mensaje divino, el cual está dirigido a toda la humanidad y a cada una de las naciones, tribus y personas a quienes Dios envió profetas, quienes hablaron diferentes lenguas. Nos gustaría preguntar a nuestros lectores qué piensan acerca de los motivos de esta gente.  El motivo es que la verdad máxima del Islam tiene bases sólidas y que su inquebrantable creencia en la Unicidad de Dios es irreprochable.  Por esto, algunos cristianos no pueden criticar sus doctrinas directamente, pero inventan cosas acerca del Islam que no son verdad para que el público pierda el deseo de aprender más.  Si el Islam fuese presentado de otra manera al mundo, seguramente haría que mucha gente reconsidere y reevalúe sus propias creencias.  Es muy posible que cuando se percaten de que existe una religión universal que enseña a las personas a adorar y amar a Dios con un genuino monoteísmo, sientan al menos la necesidad de reexaminar las bases de sus propias creencias y doctrinas.





 





Muchas personas adoran deidades como árboles, piedras e incluso seres humanos; es por eso que los judíos e idólatras le preguntaban al Mensajero de Allah cuáles eran las características de su Señor. Ante esta pregunta, Allah reveló:








“Di [¡Oh, Muhammad!]: Él es Allah, la única divinidad. Allah es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él.”





(Corán 112:1-4)





También dice:








“Ciertamente vuestro Señor es Allah, Quien creó los cielos y la Tierra en seis días, luego se estableció sobre el Trono. Hace que la noche y el día se sucedan ininterrumpidamente. Y creó el sol, la luna y las estrellas sometiéndolos a Su voluntad. ¿Acaso no Le pertenece la creación y Él es Quien dictamina las órdenes según Le place? ¡Bendito sea Allah, Señor del Universo! “





(Corán 7:54)





Agrega además:








“Allah es Quien elevó los cielos sin columnas, luego se estableció sobre el Trono; sometió al sol y a la luna haciendo que cada uno recorra [su orbita] por un plazo prefijado; Él decreta todos los asuntos y explica detalladamente Sus preceptos para que tengáis certeza de que ante Él compareceréis. Él fue quien extendió la tierra, dispuso en ella firmes montañas y ríos, a cada variedad de frutos los creó de a pares, y hace que la noche suceda al día. Ciertamente en esto hay señales para quienes recapacitan.” “Allah bien sabe qué se está gestando en el vientre de todas las hembras, y si completará el ciclo de gestación o no, y Él asignó a todas las cosas su justa medida. Él conoce lo oculto y manifiesto, es Grande y Sublime.”





(Corán 13:2-9)








Allah también dice:








“Pregúntales [¡Oh, Muhammad! a los idólatras]: ¿Quién es el Señor de los cielos y la Tierra? Y diles: Él es Allah. Pregúntales: ¿Es que tomáis en vez de Él [ídolos como] protectores que no pueden beneficiarse ni perjudicarse a sí mismos? Y también: ¿Acaso se pueden equiparar el ciego y el vidente? ¿O las tinieblas y la luz? ¿O es que aquello que Le atribuyen a Allah ha creado algo como lo hace Él, por lo que os confundisteis y creísteis que debíais adorarlo? Diles: Allah es Quien ha creado todas las cosas, y Él es Único, Victorioso.”





(Corán 13:16)





Al establecer Sus pruebas y evidencias para la humanidad, dice:








“Entre Sus signos están la noche y el día, el sol y la luna; si realmente es a Él a Quien adoráis entonces no adoréis al sol ni a la luna prosternándoos ante ellos, sino adorad a Allah y prosternaos ante Él [solamente], pues es Quien os ha creado. Pero si se ensoberbecen [y rechazan adorar a Allah] sabed que los [Ángeles] que están próximos a su Señor Le glorifican por la noche y el día, y no se cansan de ello.  Entre Sus signos está que puedes observar a la tierra sin vegetación; pero cuando enviamos el agua sobre ella, se remueve e hincha [y luego brotan las plantas]; ciertamente que Aquel que le vuelve a dar vida [a la tierra árida] es Quien resucitará a los muertos, y Él tiene poder sobre todas las cosas.”





(Corán 41:37-39)





También dice:








“Y entre Sus signos está la creación de los cielos y de la Tierra, la diversidad de vuestras lenguas y razas. Por cierto que en esto hay signos para quienes los comprenden. Y entre Sus signos está [haberos creado] la noche para que descanséis en ella y el día para que procuréis Su gracia [el sustento]. Por cierto que en esto hay signos para quienes escuchan.”





(Corán 30:22-23)





Al describirse a Sí mismo con los atributos de belleza y perfección, dice:








“¡Allah! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él, Viviente, se basta a Sí mismo y se ocupa de toda la creación. No Lo toma somnolencia ni sueño. Suyo es cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él sino con Su anuencia? Conoce el pasado y el futuro; y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere. Su Trono se extiende en los cielos y en la Tierra, y la custodia de ambos no Le agobia. Y Él es Sublime, Grandioso.”





(Corán 2:255)





También dice:








“Él es Remisorio, perdona los pecados, acepta el arrepentimiento, es severo en el castigo y es generoso al conceder Sus gracias. No hay otra divinidad salvo Él; y ante Él será la comparecencia.”





(Corán 40:3)





También dice:








“Él es Allah, no hay otra divinidad salvo Él, Soberano, Santísimo, Pacificador, Dispensador de seguridad, Celador, Poderoso, Compulsor y Soberbio. ¡Glorificado sea Allah! Él está por encima de lo que Le atribuye.”





(Corán 59:23)





El Sabio y todo poderoso Señor que se hizo conocer ante Sus siervos y estableció para ellos Sus signos y pruebas y se describió con los atributos de perfección en las revelaciones proféticas, la sabiduría y la naturaleza humana para testificar Su existencia, Su señorío y su derecho único a ser adorado. Les mostraré, Dios mediante, todo eso en las siguientes páginas.





Las pruebas de Su existencia y Señoría son las siguientes:








Primero: La creación de este universo y su maravilloso diseño


¡Oh ser humano! Todo este universo que te rodea; los cielos, las estrellas, las galaxias y la tierra que pisas y sobre la cual existen distintas platas que dan frutos, y sobre la cual encontrarás criaturas en parejas… este universo no se creó sólo ni por azar. Debe entonces tener un creador. Quién es entonces ese creador que lo creó con este diseño y perfección maravillosa y lo hizo una señal para que descubran a Allah, el Único a quien nos sometemos, no existe Señor ni deidad digna de alabanza excepto Él. Dice Allah en el Corán:








“¿Acaso surgieron de la nada [sin Creador] o son ellos sus propios creadores? ¿O crearon los cielos y la Tierra? Ciertamente no tienen fe [para darse cuenta de la verdad].”





(Corán 52:35-36)





Estos dos versículos implican tres preguntas:





¿Fueron creados de la nada?


¿Se crearon a sí mismos?


¿Los falsos dioses crearon los cielos y la tierra?


Si su creación no fue accidental y no se crearon a sí mismos ni crearon los cielos y la tierra, entonces se debe afirmar que existe un creador que creó a los falsos ídolos como también a los cielos y la tierra. Ese Creador es Allah, el Único, el Dominador.





Segundo: La Naturaleza


Todas las criaturas tienen la inclinación natural a creer en la existencia del Creador; a afirmar que Él es más grande y poderoso que todas las cosas. Esta inclinación está afirmada en la naturaleza básica y no necesita ser probada por ninguna evidencia excepto para aquel que tiene su naturaleza desviada; una naturaleza que ha sido expuesta a circunstancias que la alejan de lo que normalmente se inclina[1]. Allah dice:








“Conságrate al monoteísmo, que ello es la inclinación natural con la que Allah creó a los hombres. La religión de Allah es inalterable y ésta es la forma de adoración verdadera, pero la mayoría de los hombres lo ignoran.”





(Corán 30:30)





El Mensajero de Allah dijo: “Todo niño nace con la inclinación natural hacia el monoteísmo y son sus padres quienes lo convierten en judío, cristiano o zoroastriano[2] tal como el animal da a luz a su prole, en la que no hay mutilación alguna”. Luego Abu Huraira (narrador de este Hadiz) dijo: “Reciten si quieren (las palabras de Allah):





“Conságrate al monoteísmo, que ello es la inclinación natural con la que Allah creó a los hombres. La religión de Allah es inalterable y ésta es la forma de adoración verdadera, pero la mayoría de los hombres lo ignoran.”.”





(Al-Bujari y Muslim)





También dijo:





“Ciertamente, mi Señor me ordenó que les enseñe lo que no saben y que Él me enseñó hoy: ‘Todo el dinero que le otorgo a un siervo es lícito (para él). He creado a mis siervos naturalmente inclinados hacia el monoteísmo y fueron los demonios que vinieron a ellos, los alejaron de su religión, les prohibieron lo que yo había hecho lícito y los incitaron a asociarme compañeros en la adoración; nada de eso ha sido aprobado por mí’”.





Ahmad y Muslim





Tercero: El consenso de las personas


Todos los pueblos modernos y antiguos concuerdan en que este universo tiene un creador que es Allah, el Señor de los mundos, que Él es el Creador de los cielos y la tierra y que no tiene compañeros entre Sus criaturas ni tampoco en Su Soberanía.





No existe creencia que haya sido narrada por ninguno de los pueblos pasados que dé cuenta de que sus falsas deidades tuvieron participación con Allah en la creación de los cielos y la tierra. Por el contrario, ellos creían que Allah los creó a ellos y a sus dioses, que no existía ningún creador o proveedor aparte de Él y que sólo Él tiene el poder para beneficiar o perjudicar[3]. Allah nos informa en los siguientes versículos Coránicos acerca de la afirmación que los idólatras hicieron de Su Señorío:








“Si les preguntas [a los idólatras] quién creó los cielos y la Tierra, y sometió el sol y la luna, responderán: ¡Allah! ¿Cómo, entonces, es que se desvían? Allah concede abundante sustento a quien quiere de Sus siervos y se lo restringe [a quien Le place]. Ciertamente Allah tiene el conocimiento de todas las cosas. Si les preguntas [a los idólatras] quién hace descender agua del cielo con la que vivifica la tierra seca, responderán: ¡Allah! Di: ¡Alabado sea Allah! La mayoría [de los hombres] no razonan.”





(Corán 29:61-63)








“Y si les preguntas [a los idólatras] quién creó los cielos y la Tierra, te responderán sin duda: Los creó el Poderoso, Omnisciente [y a pesar de ello Le atribuyen copartícipes].”





(Corán 43:9)





Cuarto: La Razón


La razón humana confirma inevitablemente que este universo tiene un Creador; pues la razón sensata sostiene que este universo es una cosa creada que no surgió de la nada, por lo tanto, tiene un Creador.





Además, el hombre sabe que entra en crisis y angustia y cuando no puede evitarlas o eliminarlas, mira al cielo con el corazón sincero y busca la ayuda de Su Señor para eliminar su aflicción, aunque en el día a día renuncie a su Señor y adore a sus ídolos. Esto es un hecho indiscutible. Incluso el animal levanta su cabeza y mira al cielo cuando lo afecta la angustia. Allah Todopoderoso nos informa que el hombre, cada vez que se ve afligido, acude con prisa a su Señor y Le pide que lo proteja de aquello que le produce el daño. Dice Allah:








“Cuando azota a los hombres una desgracia invocan a su Señor arrepentidos, más cuando les agracia con Su misericordia, un grupo de ellos atribuye copartícipes a su Señor.”





(Corán 30:33)





También dice sobre los idólatras:





“Él es Quien hizo posible que transitaseis por la tierra y por el mar. Y cuando os encontráis en los barcos y navegáis con buenos vientos os contentáis por ello. Mas si os sacude una fuerte tormenta golpeándoos las olas por todos lados y pensáis que no tenéis salvación, entonces invocáis a Allah con toda sinceridad diciendo: Si nos salvas de ésta nos contaremos entre los agradecidos. Pero cuando Allah les salva, Le desobedecen nuevamente corrompiendo la Tierra con injusticia. ¡Oh, hombres! Vuestra corrupción recaerá sobre vosotros mismos. Sólo disfrutaréis del placer transitorio de esta vida, luego compareceréis ante Nosotros y os comunicaremos cuanto hacíais.”





(Corán 10:22-23)





Dice también:








“Y cuando olas como montañas les envuelven invocan a Allah y prometen rendirle culto sincero; pero cuando les pone a salvo llevándolos a tierra firme algunos de ellos sólo cumplen parte de su promesa. Y sabed que sólo niegan Nuestros signos los perjuradores e ingratos.”





(Corán 31:32)





Este Señor que hizo existir el universo creó al hombre en su mejor forma, incluyó en su naturaleza el carácter de siervo y el sometimiento a Él, sometió la razón humana a Su Señorío y a que se Lo adore de forma exclusiva. Es Allah a Quien todos los pueblos testifican unánimemente Su cuidado... pues Él debe ser inevitablemente el Único en Su Señorío digno de ser adorado. Puesto que Él no tiene compañeros en la creación de Sus criaturas, tampoco debe tenerlos en Su adoración. Existen numerosas evidencias de ello, algunas de las cuales son:





1- Existe un solo Dios en este universo que es el creador y proveedor de todas las cosas. Nadie ocasiona daño o beneficio excepto Él. Si hubiese otro dios aparte de Él, ese dios tendría que haber hecho su propia obra, creación y legislación, y en ese caso habría una lucha que sería vencida por el más poderoso. Por lo tanto, el sometido no podría haber sido un dios y el que somete tiene que ser el Dios verdadero, con quien nadie puede compartir el derecho a la adoración, de igual forma que nadie puede compartir con Él Su cuidado y señorío. Dice Allah:








“Allah no ha tenido un hijo, ni existe otra divinidad salvo Él. Si así fuera, cada divinidad acapararía su propia creación, y entonces pretenderían predominar unas sobre otras. ¡Glorificado sea Allah! Allah está por encima de lo que Le atribuyen.”[22]





(Corán 23:91)





2- Nadie merece ser adorado excepto Allah, que creó los cielos y la tierra; pues, el hombre busca obtener el favor de Allah que le dará beneficios y evitará los perjuicios, los males y las calamidades y nadie, excepto el poseedor de los cielos y la tierra, puede hacerlo. Quienes buscan la verdad, deben leer estas palabras:





“Diles [a los idólatras]: Invocad a quien queráis en vez de Allah, pero sabed que ellos [los ídolos] no pueden beneficiar ni perjudicar, ni siquiera en el peso de una partícula, tanto en los cielos como en la Tierra, ni tienen participación alguna [en el poder divino], ni tampoco Él tiene ayudantes de entre ellos. No se aceptará ninguna intercesión [de los ídolos como suponían los incrédulos], y sólo podrán hacerlo aquellos a quienes Él se lo permita, hasta que, cuando el terror se aleje de sus corazones [el Día del Juicio, los Ángeles] les dirán: ¿Qué dijo vuestro Señor? Dirán: La Verdad. Y Él es Sublime, Grande.”





(Corán 34:22-23)





Estos y otros versículos cercenan la tendencia que pueda tener una persona de acercarse a otros que Allah, a través de cuatro factores:





Primero: Que aquellos a quienes adoran los politeístas no poseen ni el peso de un átomo frente a Allah, y que el que no tiene ni el peso de un átomo no puede beneficiar ni perjudicar a nadie y por lo tanto no es digno de alabanza ni de ser tomado como compañero de Allah en la adoración. Es Allah el único dueño y controlador.





Segundo: Que no poseen nada en los cielos ni la tierra y no tienen siquiera el peso de un átomo de participación en la creación.





Tercero: Allah no tiene ningún ayudante entre Sus criaturas. Al contrario, es Él Quien les ayuda en lo que es beneficioso para ellas y las aleja de lo que las perjudica. Pues Él no tiene necesidad de ellas, son ellas quienes tienen absoluta necesidad de Él.





Cuarto: Estos llamados compañeros no son capaces de interceder ante Allah en nombre de sus seguidores y ni siquiera recibirán permiso para hacerlo. Allah no da permiso de interceder excepto a Sus amigos, y Sus amigos tampoco pueden interceder, excepto en nombre de alguien con quien Allah esté complacido en sus palabras, acciones y creencia. [4]





3- La organización sistemática y la ejecución precisa de los asuntos de este universo es el indicador más fuerte de que su controlador es el único Señor, el único Rey, junto a Quien no hay ningún otro creador. Así como es imposible que este universo tenga dos creadores, también es imposible que tenga dos Señores. Dice Allah:








“Si hubiese habido en los cielos y en la Tierra otras divinidades aparte de Allah, éstos se habrían destruido. ¡Glorificado sea Allah, Señor del Trono! Él está por encima de lo que Le atribuyen.”





(Corán 21:22)





Si se hubiera asumido que había en el cielo y en la tierra otro dios aparte de Allah, ambos se habrían arruinado. Porque, de haber habido otro dios aparte de Allah, ambos tendrían que ser autocráticos y tener el derecho de disponer libremente. Eso habría llevado a peleas y luchas y a la ruina del cielo y de la tierra como resultado. Es imposible que el cuerpo tenga dos almas que lo controlen; si eso sucede, el cuerpo se destruiría - ¿cómo entonces se puede imaginar que este universo, que es mucho más complejo, tenga dos amos?





4- El consenso de los Profetas y Mensajeros: Todos los pueblos sostienen que los Profetas y Mensajeros son los más sabios, los más inteligentes, los mejores en la moralidad, los más sinceros, los más conocedores de lo que Allah quiere y los más correctamente guiados de todos los pueblos, porque recibieron la revelación de Allah y la transmitieron a la gente. Y todos los Profetas y Mensajeros - desde Adán hasta el último Profeta, que es Muhammad, la paz sea con todos ellos – han convocado a sus pueblos a creer en Allah y abstenerse de adorar a otros que no sean Él y les han dicho que Él es el único y Verdadero Señor. Dice Allah en el Corán:








“Y por cierto que a todos los Mensajeros que envié antes de ti [¡Oh, Muhammad!] les revelé que no existe más divinidad que Yo, [y les ordené:] ¡Adoradme sólo a Mí!”





(Corán 21:25)





También dice que Noé, la paz sea con él, le dijo esto a su gente:








“No adoréis sino a Allah, pues temo que os azote el castigo de un día doloroso [el Día del Juicio].”





(Corán 11:26)





Él, glorificado sea, también dice lo siguiente acerca del último de todos los Mensajeros, Muhammad:








“Diles: Ciertamente se me ha revelado que Allah es vuestra única divinidad. ¿Acaso no vais a someteros a Él?”





Corán 21:108





Este Dios es el Único que creó maravillosamente al universo a partir de la nada; Él creó al hombre en su mejor forma y perfeccionó su creación e imprimió en su naturaleza la afirmación de Su Señorío y Su exclusivo derecho a ser adorado. Él concede paz y tranquilidad mediante su sometimiento a Él y el seguir Su Camino, y ordenó que su alma no descanse hasta que se rinda ante su Creador y esté en contacto permanente con Él. También hace que sea imposible contactarse con Él excepto mediante Su Correcto Camino, el cual transmitieron los honorables Profetas. Él le dio inteligencia al hombre la cual alcanza su pináculo cuando el hombre cree en Allah, glorificado sea.





Cuando uno tiene una naturaleza correcta, un alma en paz y un corazón con fe, se logra la felicidad, la seguridad y la paz en este mundo y en el más allá. Pero cuando el hombre se niega a todo eso, vivirá en callejones oscuros del alma, desorganizado y dividido entre sus dioses, ignorante de quién puede beneficiarlo o protegerlo del mal. Es para que la verdadera fe se establezca en el corazón y quede expuesta lo terrible de la idolatría ante Allah que Él hace una parábola de un hombre cuyos asuntos se dividen entre numerosos dioses y un hombre que adora solamente al Señor. Allah, glorificado sea, nos dice:








“Allah ejemplifica [la idolatría] con un hombre que tiene muchos amos asociados que discrepan entre sí, y [al monoteísmo] con un hombre sometido a un solo amo [que solo tiene un objetivo]. ¿Acaso se asemejan? ¡Glorificado sea Allah! [No se equiparan]; pero la mayoría de los hombres lo ignoran.”





(Corán 39:29)





Allah compara al siervo politeísta con un siervo que tiene muchos dueños y que todos ellos pelean entre sí por su propiedad. Él se divide entre ellos y todos le ordenan cosas y le asignan responsabilidades para satisfacer sus distintos y contradictorios deseos, los cuales agotan su energía y difieren en las indicaciones. Y compara al siervo monoteísta con un siervo que tiene un solo amo. Sabe lo que su amo quiere y cuáles son las tareas que le asigna. Por lo tanto, está cómodo y tiene claro su camino. Estos siervos no pueden ser iguales. Pues, uno se somete a un sólo amo y disfruta el placer de la corrección, el conocimiento y la certeza y el otro se somete a distintos amos que discuten entre sí y por lo tanto es castigado y se ve afectado. No tiene una condición estable y no puede complacer ni siquiera a uno de ellos, ni pensar en complacerlos a todos.





Luego de dejar en claro la existencia de Allah, Su Señorío y Su derecho exclusivo a ser adorado, debemos familiarizarnos con Su creación del universo y el hombre y conocer Su sabiduría detrás de todo ello.





 



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