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El Islam ha elevado el estatus de la mujer. Muchos, al escuchar esto, pueden asumir que se trata de una contradicción porque la idea prevalente –al menos en Occidente– es que el Islam no eleva el estatus de la mujer, sino que la oprime y suprime. En relación a esto se puede decir que hoy hay básicamente dos puntos de vista en el mundo. Estas dos visiones frecuentemente están en conflicto, no sólo a nivel personal donde los seres humanos individualmente toman posiciones, sino también a un nivel internacional en términos del debate sobre la autenticidad y la veracidad de ambas.





El primer punto de vista es la visión liberal de Occidente. Una visión que clama tener sus raíces en las tradiciones judeocristianas que probablemente, basados en investigación, en realidad corresponde a una visión aparecida luego de la Reforma, ideas que tienen raíces en el secularismo y la cosmovisión mundial que apareció después, ya en la “era de la ilustración”.





 La segunda visión es la de los musulmanes –la visión del mundo islámico–, y esta visión establece que sus raíces e ideología se basan en la revelación dada por Dios (o Allah, en árabe) al Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él. Aquellos que proclaman esta visión dicen que puede ser usada por la humanidad en todo tiempo y lugar, y que su relevancia y beneficio no están restringidos a cierto periodo de tiempo, área geográfica o etnia. De la misma manera, los adherentes a la primera visión, la del secularismo occidental y la tradición liberal, creen que su visión del mundo, ideas, cultura y civilización son la mejor para la humanidad. El autor norteamericano, Francis Fukujama, escribe en un libro titulado El Fin de la Historia y el Último Hombre. En este libro básicamente él propone la teoría de que el desarrollo de la humanidad, en términos del desarrollo de sus ideas, ha concluido en el periodo final del pensamiento liberal secular y posteriormente nada nuevo vendrá para la humanidad. Sin embargo, en su libro, él agrega que la única parte del mundo que no ha adoptado este punto secular es el mundo islámico, y propone que habrá un conflicto en términos de esta ideología en dicho mundo.





Con esta breve introducción, uno de los temas en contención entre estas dos visiones mundiales –la del punto de vista secular occidental y la Islámica tradicional– concierne a las mujeres. ¿Cuál es la posición y el estatus de la mujer? ¿Cómo son percibidas las mujeres? ¿Son las mujeres elevadas en una cultura y oprimidas en otra?





La visión occidental es que las mujeres sólo son exaltadas en Occidente y que cada vez tienen más y más derechos con el pasar del tiempo, mientras que sus hermanas –dicen ellos– en el mundo islámico todavía están siendo oprimidas. Los musulmanes que afirman que es el sistema islámico el que provee la verdadera libertad para hombres y mujeres por igual, y que las mujeres en Occidente, al igual que los hombres, han sido engañadas con una idea de libertad que en realidad no es tal.





Cómo las mujeres son entendidas en el Islam no puede ser adecuadamente comprendido –y esto es más significativo, yo creo– a menos que uno entienda exactamente lo que podríamos llamar la filosofía básica o el entendimiento ideológico, porque este es, en realidad, un concepto teológico.





Primero, analicemos cómo son percibidas y entendidas exactamente las mujeres en la tradición occidental para comparar y contrastar perspectivas. Nosotros sabemos que la tradición occidental se ve a sí misma como la heredera intelectual de las tradiciones griegas que existían antes de Jesucristo, la paz sea con él; por consiguiente, muchas de estas tradiciones intelectuales de Occidente están fundadas en alguna medida en los escritos de los primeros filósofos griegos como Aristóteles y Platón, etc.





¿Cómo veían ellos a las mujeres? ¿Cómo eran las ideas de Aristóteles y Platón sobre las mujeres? Cuando uno revisa el trabajo de los primeros filósofos griegos, se encuentra que ellos tenían unas visiones muy despectivas sobre las mujeres. Aristóteles en sus escritos argumenta que las mujeres no eran seres humanos completos y que la naturaleza de una mujer no era la de una persona completa. Como resultado, las mujeres eran por naturaleza deficientes, no podrían ser confiables y eran miradas con menosprecio. De hecho, escritos describen que las mujeres libres en muchos aspectos de la sociedad griega –excepto por las pocas mujeres de las clases de la élite– tenían posiciones no mejores que animales o esclavos.





Esta visión aristotélica de la mujer fue posteriormente llevada a la tradición cristiana temprana de la iglesia católica. Santo Tomas de Aquino en sus escritos propone que la mujer era una trampa de Satán. La historia de Adán y Eva suma otra dimensión a las tempranas ideas griegas de Aristóteles. Las mujeres eran la causa de la caída del hombre y, por consiguiente, eran una trampa de Satán. Y deberían ser miradas con precaución porque ellas causaron la primera caída de la humanidad y, por consiguiente, la maldad proviene de las mujeres. Este tipo de pensamiento fue persistente en los escritos de los padres de la Iglesia a través de la edad media. En ellos encontramos estos temas propuestos de una manera u otra. Sin embargo, después de la reforma protestante, Europa decide liberarse a sí misma de los grilletes y cadenas de la iglesia católica.





El conjunto de conceptos (ideas) propuestos durante la Iluminación o la Era de la Razón, crearon la sensación de una necesidad de cambio en las ideas y la forma de pensar. Muchas de estas ideas eran de naturaleza científica –como que la tierra giraba alrededor del sol, y no era el sol el que giraba entorno a la tierra–. De naturaleza teológica, como los escritos de Martín Lutero, y de naturaleza social como la posición de la mujer en la sociedad; sin embargo, los escritores de la Iluminación continuaron arrastrando este tema básico, sin mucho cambio: que la mujer no era un ser humano completo. Durante la revolución, escritores franceses como Rousseau, Voltaire y otros, miraban a la mujer como un peso que había que cargar. Debido a esto, Rousseau en su libro Emile propone una forma de educación diferente para la mujer, basado en el hecho de que la mujer era incapaz de entender lo mismo que los hombres eran capaces de entender.





Esta es la tradición que Occidente heredó. Posteriormente, encontramos en 1800 los primeros escritos hechos por mujeres, y algunos hombres, que hacen un llamado a cambiar estas ideas. Y allí encontramos los orígenes de los primeros movimientos feministas. Uno de los más tempranos libros escritos fue la Vindicación de los Derechos de la Mujer, por Mary Walsencraft, que apareció en el 1800. A continuación, empezó la tradición de que las mujeres recibieran ciertos derechos. Los primeros fueron, básicamente, derechos legales, porque hasta 1800 las mujeres no podían tener propiedad privada o disponer de sus bienes como lo hacían los hombres. Es conocido que las primeras leyes que permitieron a las mujeres tener bienes en Estados Unidos y Europa, aparecieron sólo después de las últimas décadas del 1800.





La Revolución Industrial causó otro ímpetu, otra búsqueda a este movimiento feminista. Las mujeres en la Revolución Industrial, especialmente en Inglaterra, eran forzadas a trabajar por muchas horas en las minas de carbón,etc., y su paga era bien baja comparada con la de los hombres. Por lo tanto, la primera convocatoria del movimiento fue que las personas que trabajan la misma cantidad de horas merecieran la misma cantidad de dinero o pago. Finalmente, se produjo una ruptura en este siglo de todo lo que era entendido desde la tradición occidental. Viniendo desde el último movimiento feminista que apareció después de la Segunda Guerra Mundial, un nuevo movimiento llamó a la emancipación de las mujeres no sólo en términos legales, sino que también cuestionó algunas morales sociales y llamó a una mayor libertad sexual para las mujeres y hombres por igual. Sostuvo que, básicamente, muchos de los problemas eran causados por la institución del matrimonio, el concepto de la familia, etc. Muchas personas escribieron concerniente a la necesidad de alejarse de todo esto.





Finalmente, en la década de 1990, el argumento prevaleciente en Occidente fue que se debe hablar de género y ya no de sexos. Esta idea fue expresada recientemente en un libro publicado hace un año, llamado The Age of Extrems (La Era de los Extremos)[1].





El autor analiza la idea de que no hay diferencia entre el género masculino o femenino, y que el género es sólo debido al medio ambiente. Por consiguiente, podemos cambiar el medio ambiente para que los hombres puedan tomar el papel de las mujeres y las mujeres tomar el papel de los hombres, cambiando la educación y el ambiente.





Aquí es hasta donde hemos llegado. Así que encontramos en esta tradición occidental de 2 500 años, que venimos del primer extremo que fue expresado por los griegos –en donde a las mujeres se les negaba su esencia humana– a este extremo expresado hoy –en donde no hay diferencia entre los sexos y es un asunto de género, clima y medio ambiente–. 





Esto es, claro, un breve resumen de la primera visión. No le hago justicia a esos 2 500 años en estos pocos párrafos, pero es para darnos una idea.





La otra visión de la que me gustaría hablar con más detalle es la visión islámica. ¿Cómo ve el Islam a la mujer? Bien, primero que todo, que los musulmanes, a diferencia, por ejemplo, de los filósofos griegos o los escritores franceses después de la Revolución Francesa, no sienten que sus conceptos, ideas y creencias sean las de los hombres. Sino más bien, ellos creen que lo que son enseñados, lo que practican, y todo lo relacionado a ello, es parte de la revelación divina hecha por Dios, y por eso su verdad y veracidad no es cuestionable, ya que es revelada. El argumento es que Dios sabe lo que es mejor para lo que Él ha creado. Él creó a los seres humanos, Él es un Dios de sabiduría, un Dios que todo lo conoce y, por consiguiente, Él sabe lo que es mejor. Él decreta lo que es mejor para la humanidad, que son Sus criaturas.  Por consiguiente, los musulmanes tratan de vivir un código de ley que es una expresión de esa creencia.





Ahora no quiero discutir los diferentes detalles del código de ley, porque eso, siento, no nos beneficiaria en esta presentación.





Aunque, probablemente, algo de eso salga en la sección de preguntas y respuestas, y estaré gustoso de considerar cualquier pregunta que puedan tener. Pero lo que me gustaría discutir es cómo el Islam ve a la mujer, por ejemplo, ¿cuál es la condición de mujer? ¿Pensaban los musulmanes como los primeros escritores griegos o los primeros padres de la Iglesia, que las mujeres no eran seres humanos completos? ¿Sentían que la mujer era una trampa de Satán y, por lo tanto, debe ser rechazada y considerada como algo maligno y peligroso? ¿Cómo percibían a las mujeres?





Investigando en las tradiciones islámicas que, como dije, están basadas en la revelación conocida como El Corán, encontramos que es algo muy claro que los musulmanes aprenden que hombres y mujeres comparten una unidad en su humanidad, es decir, que no hay diferencia respecto a su humanidad y el porcentaje de humanidad que tienen. Esto es algo que en la actualidad tomamos por obvio, pero –como expliqué anteriormente– en la civilización occidental temprana se pensaba que la mujer no era un ser humano completo.





Por lo que estas enseñanzas, que se dictaron hace 1 400 años, fueron una idea revolucionaria, en el sentido de que tan sólo hace 100 años en Occidente se acepta a la mujer como un ser humano completo en los círculos intelectuales. En un principio, las mujeres no eran consideradas así.





El Corán describe en árabe el origen de los seres humanos, la traducción podría ser la siguiente:





“¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre y una mujer, y os congregamos en pueblos y tribus para que os conozcáis los unos a los otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Dios es el más piadoso”. (Corán 49:13)





Este versículo del Corán enseña que los seres humanos provienen de una pareja de hombre y mujer. Lo que indica es que tanto hombres como mujeres, en términos de su humanidad, son iguales. De la misma manera, otro versículo, que pertenece a un capítulo que se titula Las Mujeres porque la mayoría de los temas que trata corresponden a la mujer, dice en su traducción:





“¡Oh, humanos! Temed a vuestro Señor Quien os ha creado a partir de un solo ser, del que creó a su cónyuge…”





 …esta es una referencia a Adán y Eva,





“…e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres”. (Corán 4:1)





Es decir, que otra vez se establece que tanto el hombre como la mujer provienen de un mismo origen, una misma familia, un mismo par de padres. Esto muestra que comparten una humanidad completa.





De igual manera, en las tradiciones del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, que son la segunda fuente de la religión islámica, encontramos que él dice que las mujeres son mitades gemelas de los hombres. La palabra árabe que se utiliza es Shaqaa’iq, que yo traduzco como “mitades gemelas”, que significa un todo separado en dos mitades. El concepto es que existe una sola humanidad, una sola esencia que es compartida, y que hombre y mujer comparten eso. Este concepto es repetido en el Corán. Las palabras del Profeta Muhammad también enfatizan esto. Como dije, es un concepto muy importante de comprender para cuando reflexionamos en cómo la civilización occidental miraba a la mujer: no como un ser que compartía completamente la humanidad con el hombre.  





Y si bien en la actualidad no encontramos mención de eso, porque es algo asumido que tanto el hombre como la mujer son seres humanos, sabemos que es un concepto tardío en la civilización occidental. 





Pasemos a otro nivel. ¿Cuál es el objetivo de la humanidad? ¿Cuál es el propósito de que los seres humanos existan en la tierra, y hasta qué punto deben esforzarse por alcanzarlo? ¿Qué les ocurrirá si se esfuerzan hasta ese punto, y qué les ocurrirá si no?





Como el islam es una religión que se ve a sí misma como la revelación de Dios y la verdad, los musulmanes sentimos que los seres humanos tienen un propósito determinado aquí en la tierra, y que en cada cosa que Dios ha creado hay sabiduría. No hay nada creado por juego o azar y, por consiguiente, los seres humanos tienen un propósito. Ese propósito ha sido elucidado en las enseñanzas del islam. Fuimos creados para adorar a Dios. Un versículo del Corán dice que Dios creó a la humanidad sólo para que lo adore; por consiguiente, la esencia de la humanidad es la misma para hombres y mujeres, ya que comparten el mismo objetivo, que es adorar a Dios. Este es el asunto más importante en la cultura y civilización islámica.





Como ustedes saben, la cultura y civilización islámica tiene sus raíces en la creencia religiosa. ¿La civilización norteamericana en qué tiene basada sus raíces? En los escritos de los padres fundadores de la patria norteamericana, en la Declaración de Independencia –y las ideas que contiene– y en la Constitución. Está basada en algunos de los argumentos entre la monarquía y la democracia, que fueron escritos por algunos de los primeros escritores y padres fundadores. Por lo tanto sus raíces están basadas en el pensamiento político. Sí, puede tener algunas tradiciones que son más antiguas y se extienden a algunas ideas tomadas de ciertas partes del cristianismo y similares, pero, en esencia es un pensamiento político, diferente al Islam, que es una religión en su esencia.   





La civilización del Islam, con más de 1 400 años de antigüedad, tiene sus raíces en la religión. Para un musulmán su objetivo mayor es servir a Dios, adorarlo sólo a Él, y esto es lo que significa la palabra Islam.





“Musulmán” no es una descripción racial, no es una categoría étnica. “musulmán” significa él que se somete, islam significa someterse al deseo de Dios, la sumisión voluntaria a Dios; por consiguiente, el Islam es una religión de sumisión a Dios. Entonces, hombres y mujeres comparten el mismo objetivo y se espera que cumplan las mismas responsabilidades, pues se requiere de ambos atestiguar que nadie, salvo Dios, merece ser adorado, sólo Dios; y que Muhammad es Su Mensajero, y este es el aspecto más importante de la religión islámica. Hombres y mujeres deben rezar cinco veces al día, que es el segundo pilar del Islam, deben ayunar el mes de Ramadán, deben realizar la peregrinación a La Meca, están obligados a dar de sus bienes en caridad, están obligados a tener la misma creencia, están obligados a tener la misma moralidad y código de comportamiento.





El hombre y la mujer comparten estos ingredientes esenciales del comportamiento islámico. Este concepto coloca al Islam en un lugar singular en la historia de las religiones. Por ejemplo, cincuenta años antes del nacimiento del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, quien nació en el 560 d.C. aproximadamente, encontramos que había una reunión de obispos en Francia, que discutían si la mujer poseía o no alma; y que si la poseía, ¿cuál sería su propósito en la tierra? ¿Era adorar a Dios? Y si adoraba a Dios, ¿iría al Paraíso? Al final, fue decidido que las mujeres sí tenían alma, lo que rompió con las tradiciones previas. Pero que su propósito no era de adorar a Dios, sino servir al hombre.





En el islam, sin embargo, la base de la sumisión no es que la mujer se someta al hombre, sino que ambos, hombre y mujer, se sometan a Dios. Por consiguiente, cuando usted lee los versículos del Corán, es claro que los obedientes, sean hombres o mujeres, obtendrán el Paraíso, lo que es la gran finalidad y objetivo en la vida de un musulmán y la base de esa civilización. De la misma manera, los que son desobedientes y los que son rebeldes a Dios y que no quieren adorarlo, también reciben el mismo castigo, sean hombres o mujeres. Es por esto que a través del Corán se encuentra la redacción dirigida a hombres y mujeres. La lengua árabe posee una conjugación diferente para los pronombres tanto masculinos como femeninos. El discurso del Corán utiliza ambas conjugaciones al dirigirse a los creyentes y a la raza humana en general. Esto podrán comprobarlo una y otra vez, no hay necesidad ahora de recitar todas las páginas, pero están ahí si alguien quiere saber.





 



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