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La oración ocupa un lugar muy importante en la religión del Islam. Es el segundo pilar de la religión y el acto de la oración ritual se realiza cinco veces al día. Hay mucho poder embebido en las posiciones de la oración, como por ejemplo, el poder que establece y refuerza nuestra conexión con Dios. Esta es una conexión que Dios Mismo estableció cuando creó a los seres humanos. Nuestro antepasado Adán fue responsable de enseñar a su familia cómo adorar a Dios de la manera correcta, lo que incluyó la oración.





Todos los profetas y mensajeros de Dios enviados a las naciones de toda la Tierra, divulgaron el mismo mensaje: "Adoren solo a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él" (Corán 11:50). Todos ellos pronunciaron palabras de sabiduría, guiando a la gente y recordándole que Dios es Uno, sin asociados, sin hijos ni hijas. La mayoría de los profetas mencionados en el Corán son conocidos por la gente de las religiones cristiana y judía, y todos ellos rezaban de forma similar a como lo hacen los musulmanes en la actualidad.





Los musulmanes creen que el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con el) es el último Profeta, y que su misión y mensaje fue ligeramente distinto al de todos los profetas anteriores a él. Mientras que cada Profeta fue enviado específicamente para guiar a su propia nación, el Profeta Muhammad fue enviado como guía para toda la humanidad. Él dijo: "Todo Profeta fue enviado exclusivamente para su nación, pero yo fui enviado para toda la humanidad"[1]. Una vez entendemos la conexión entre todos los profetas de Dios, no es sorprendente ver que todos ellos rezaban básicamente del mismo modo. Lo que sorprende, sin embargo, es que, aunque hay descripciones de la oración en la Biblia, los cristianos y judíos ya no rezan en la forma en que rezaban los profetas.





El resto de este artículo está dedicado a examinar pasajes de varios libros de la Biblia y compararlos con la forma en que rezan los musulmanes.





La postura más reconocible de la oración musulmana es tocar el suelo con la frente. Es el ápice de la oración de una persona, y está mencionada en las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad como la posición en la que el orante está lo más cerca posible a Dios. "La mayor cercanía con su Señor es cuando se encuentra prosternado"[2]. Consideremos los siguientes versículos bíblicos[3].





"Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando..." (Mateo 26:39).





"Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, Le adoró..." (Josué 5:14).





"Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros…" (Números 20:6).





"Entonces Abram se postró sobre su rostro..." (Génesis 17:3).





"… y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios" (Apocalipsis 7:11).





"… y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra" (Nehemías 8:6).





"…Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros..." (1 Crónicas 21:16).





Muchos otros lugares de la Biblia, donde encontramos el método de oración mencionado, nos recuerdan la forma en que oran los musulmanes. En el libro bíblico titulado Daniel, podemos leer una descripción de Daniel orando a Dios en un momento de gran crisis.





"Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes" (Daniel 6:10).





Resulta interesante anotar que el Profeta Daniel oraba en dirección a Jerusalén. En los primeros días de la misión del Profeta Muhammad, los fieles también rezaban hacia Jerusalén. Sin embargo, la dirección de la oración musulmana cambió. Dieciséis meses después de que el Profeta Muhammad y sus seguidores emigraron a la ciudad de Medina, la dirección fue cambiada hacia la Casa de Dios en La Meca.





Las descripciones de las posiciones que adoptan los musulmanes durante los cinco rituales diarios de oración, se pueden encontrar en la Biblia. Muchas están mencionadas en el libro de los Salmos.





 "Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor" (Salmos 95:6).





"… Se postrarán delante de él todos los que descienden al polvo …" (Salmos 22:29).





Y en el libro de Reyes encontramos que el Profeta Elías se arroja sobre la tierra arrodillándose antes de tocar el suelo con la frente.





"… Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas" (1 Reyes 18:42).





Esta es una posición muy familiar para los musulmanes. Así también era la posición que adoptaba Jesús durante la oración en momentos de temor e incertidumbre.





"Y él [Jesús] se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró" (Lucas 22:41).





Aunque los judíos y cristianos no oran como dice en la Biblia, los musulmanes continúan orando de manera similar a los profetas, según lo previsto por el Creador de los cielos y de la Tierra.



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