En el remoto desierto de la península del Sinaí en Egipto se encuentra una tierra con un inmenso significado histórico y espiritual para las tres grandes religiones monoteístas del mundo.
Las tradiciones judía, cristiana y musulmana tienen profundos vínculos con el paisaje y los monumentos de esta región.
El monte Sinaí es venerado por las tres religiones por su relevancia en la historia del éxodo cuando Moisés condujo al pueblo hebreo fuera de Egipto y hacia uno de los milagros más grandes conocidos en la historia de la humanidad; la partición del Mar Rojo.
UNA CONVERSACIÓN CON DIOS
El monte Horeb del sur del Sinaí ( o el Monte Moisés) es espiritual e históricamente importante para cristianos, judíos y musulmanes.
En el siglo IV E.C., los cristianos coptos llegaron a la montaña y fundaron una pequeña iglesia en el lugar donde se creía que Dios le habló a Moisés en la forma de la zarza ardiente. El Corán nos cuenta esta historia en el capítulo Ta-Ha.
Más tarde, el sitio se convirtió en el Monasterio de Santa Catalina, venerado por muchos como uno de los lugares más sagrados de la Tierra. El monasterio ha sobrevivido a muchos grupos de merodeadores del desierto durante los últimos 1.500 años.
Los musulmanes lo dejaron intacto incluso durante las Cruzadas porque honra a uno de los profetas más importantes del Islam.
Fuente: About Islam