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Él es el Espiritu Santo. Es un ser tal que dejó perplejos a los seguidores de las religiones abrahámicas porque no hay consenso sobre el estatus del Espíritu Santo: ¿es Dios o un ángel o qué?





Cada religión abrahámica tiene su propia concepción de este ser inusual. Es imposible conciliar esas concepciones dada la considerable disparidad entre ellas.





Consideremos la naturaleza de este ser a la luz del Corán, por un lado, y la Biblia, incluidos el Antiguo y el Nuevo Testamento, por el otro.





EL ESPÍRITU SANTO EN EL ISLAM


En el Islam, el Espíritu Santo es Gabriel, que es un ángel de Dios. A veces se le menciona con el nombre de “Gabriel”, mientras que a veces se le llama “Espíritu Santo”.





Se le llama exclusivamente “Espíritu Santo” con exclusión de los otros ángeles dado su papel central en la revelación de las Sagradas Escrituras y su apoyo a los profetas de Dios.





Los eruditos buscaron explicar la palabra “Espíritu” como un nombre exclusivo de Gabriel a diferencia de los otros ángeles. Al-Jayyani comentó: “Se le llamaba ‘Espíritu’, porque él mismo anima a los seres tanto como ellos son animados por los espíritus”.





Ar-Razi seguido de Ibn ‘Adil señaló:





“Fue llamado ‘Espíritu’ porque fue creado del Espíritu de Dios”.





Se dice que recibe este nombre “porque representa la salvación de toda la creación en términos de juicio. Así que es como un espíritu que da vida”.





También se dice “porque es totalmente un espíritu a diferencia de los seres humanos que tienen tanto cuerpo como espíritu”. Se le llama “digno de confianza” porque se le confiaron las revelaciones transmitidas a los profetas y otras personas.





La evidencia de que Gabriel es “el Espíritu Santo” es la referencia frecuente a él de que fue quien trajo el Corán al Profeta Muhammad y que es él quien lo apoyó, así como lo hizo a los demás profetas. Estas son algunas de las cualidades del Espíritu Santo que se establecen en el Corán.





Acerca de la revelación del Corán por parte de Gabriel, leemos en el Corán:





Dile [¡oh, Muhammad!] a quien sea enemigo del ángel Gabriel, que él es quien descendió la revelación a tu corazón con la anuencia de Dios, confirmando los Mensajes anteriores, como guía y buena nueva para los creyentes. (Al-Baqarah 2:97)





Sobre su apoyo al Profeta Muhammad, también leemos:





Ambas deben arrepentirse, pues sus corazones se han apartado [del respeto debido al Profeta]. Pero si siguen confabuladas [por celos] contra él, sepan que Dios es su Protector, y que lo socorrerán el ángel Gabriel y los creyentes virtuosos, y todos los demás ángeles acudirán en su ayuda. (At-Tahrim 66: 4)





Acerca del descenso el Corán por medio del Espíritu Santo, leemos en el Corán:





Diles: “Es el Espíritu Santo [el ángel Gabriel] quien lo ha revelado [por orden] de tu Señor con la Verdad para afirmar a los creyentes…” (An-Nahl 16: 102)





Sobre su apoyo a los profetas y mensajeros, también leemos:





Y revelé a Moisés el Libro, y después de él envié Mensajeros; y concedí a Jesús, el hijo de María, milagros evidentes y lo fortalecí con el Espíritu Santo [el ángel Gabriel]. (Al-Baqarah 2:87)





Sobre el Espíritu Santo dando vida con el permiso de Dios, el Corán nos dice que él jugó un papel en el embarazo de María. En el Corán, leemos:





y puso un velo para apartarse de la vista de los hombres de su pueblo. Entonces le envié a Mi ángel, quien se le presentó con forma humana. Ella dijo: “Me refugio en el Compasivo de ti, [apártate de aquí] si es que tienes temor de Dios”. Le dijo: “Soy un enviado de tu Señor para agraciarte con un hijo puro”. (Mariam 19: 17-19)





Acerca del Espíritu Santo como salvación para toda la creación en términos de juicio, también leemos:





Diles: “Es el Espíritu Santo [el ángel Gabriel] quien lo ha revelado [por orden] de tu Señor con la Verdad para afirmar a los creyentes, y como guía y albricias para los musulmanes que se someten a Dios”. (An-Nahl 16: 102)





EL ESPÍRITU SANTO EN EL CRISTIANISMO


En el Cristianismo, el Espíritu Santo es la tercera de las tres personas que constituyen Dios. Junto con el Padre y el Hijo, el Espíritu Santo es Dios. Según la ortodoxia, procedía únicamente del Padre. Según el catolicismo y el protestantismo, procedía del Padre y del Hijo por completo.





Es irónico que el estado del Espíritu Santo como la tercera de tres personas y procedente del Padre y/o el Hijo no tenga fundamento en la Biblia. Echemos un vistazo a la naturaleza del Espíritu Santo según la Biblia.





En el Antiguo Testamento, notamos que el Espíritu Santo no está establecido como Dios. Más bien se le presenta como el Espíritu de Dios que apoya a los creyentes. Sin embargo, el Antiguo Testamento sugiere encarnación, inmanentismo y panteísmo, que no están respaldados por el Islam.





En el Antiguo Testamento leemos sobre el Espíritu Santo:





“Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu firme dentro de mí renueva; no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu”. (Salmos 51: 10-11)





También leemos:





“Mas ellos se rebelaron y contristaron a su Espíritu santo, y él se convirtió en su enemigo, guerreó contra ellos. Entonces se acordó de los días antiguos, de Moisés su siervo. ¿Dónde está el que los sacó de la mar, el pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en él su Espíritu santo” (Isaías 63: 10-11)





En el Nuevo Testamento, observamos que existe una marcada discrepancia sobre la naturaleza del Espíritu Santo. El Nuevo Testamento nos dice que María quedó embarazada del Espíritu Santo. No hay nada de malo en ello. En realidad, el Espíritu Santo jugó un papel importante en hacer que María quedara embarazada de Jesús, aunque el Nuevo Testamento sugiere encarnación, inmanentismo y panteísmo como el Antiguo Testamento.





En el Nuevo Testamento leemos:





“La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. 19. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. 20. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.” (Mateo 1: 18-20)





De acuerdo con los versículos anteriores del Nuevo Testamento, es seguro decir que si damos por sentado el inmanentismo y el panteísmo de la encarnación, es Jesús quien procedió del Espíritu Santo y no al revés.





Dado que es Jesús quien procedió del Espíritu Santo según el Nuevo Testamento, no debería sorprendernos cuando Jesús declara, como lo cita el Nuevo Testamento, que el insulto a él puede ser perdonado, mientras que el insulto al Espíritu Santo no puede ser perdonado.





En el Nuevo Testamento leemos:





“«Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. 32. Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro”. (Mateo 12: 31-32)





Teniendo en cuenta lo anterior, si admitimos que la Santísima Trinidad es correcta, el orden de las personas debe ser el siguiente: el Padre, luego el Espíritu Santo y luego el Hijo.





Sin embargo, incluso los versículos interpretados como implicando la Santísima Trinidad en el Nuevo Testamento involucran flagrantes contradicciones. Por ejemplo, leemos:





“Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. 19. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,” (Mateo 28: 18-19)





Podemos preguntarnos: ¿quién le dio a Jesús toda la autoridad en el cielo y en la tierra? Si es el Padre quien los dio, es el Padre quien debe ser Dios. Si es el Padre y el Espíritu Santo quienes los dieron, es el Padre y el Espíritu Santo quienes deben ser Dios con exclusión de Jesús.





Si Jesús realmente ordenó el bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ¿significa eso que son dioses o personas del mismo dios?





Los políticos, por ejemplo, dicen: “en nombre del pueblo” y “en nombre del rey”. Asimismo, los juristas dicen: “en nombre de la ley”. ¿Significa eso que la gente, el rey o la ley es su dios?





También podemos preguntarnos: “¿Dónde dice la Biblia explícitamente que el Espíritu Santo es Dios o la tercera de tres personas o procede del Padre y/o del hijo en conjunto?”





 





Fuente: About Islam



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