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El amor es un fenómeno tan rico y variable que muchos eruditos dicen que no se puede definir y que se conoce solo por sus efectos. Desde la perspectiva islámica, el amor se divide en distintas categorías. Algunas formas de amor son buenas y se deben promover, pero otras son negativas. Existen algunas personas o cosas a las que amamos naturalmente y no lo podemos controlar, mientras que en otros casos el amor va apareciendo gradualmente y con el tiempo se convierten en relaciones fuertes.





El primero tipo de amor es el emocional, como el amor por nuestros padres, hijos o parejas. Suele tener diferencias en algún sentido, por ejemplo, el amor de una madre por su hijo será distinto al amor de alguien por su pareja. En los matrimonios, el amor será más fuerte si la pareja cuenta con virtudes valoradas por su cónyuge, como la belleza, la virtud, la estabilidad o la práctica religiosa. Este tipo de amor no se puede controlar, una persona no puede ser responsabilizada por amar a uno de sus hijos más que a los otros[1].





El amor por nuestros padres es natural, pues el hijo tiene una tendencia natural e instintiva para amar a sus padres; el niño recibe amor y protección de parte de ellos y comprende las dificultades que debieron superar para criarlo. Por extensión, uno también ama a los miembros de su familia.





El segundo tipo de amor es el romántico y este, a su vez, se puede dividir en dos clases. El primer tipo es cuando una persona está enamorada de otra, pero esta persona teme a Allah y no incurre en nada que Él hubiese prohibido y se mantiene casta. La mejor solución para alguien que está genuinamente enamorado es casarse con la persona amada si es posible. Si no es posible, uno debe evitar a esa persona para evitar caer en lo que fue prohibido por Allah.





La segunda clase es cuando el amor romántico se convierte en una especie de obsesión. Las obsesiones, en la mayoría de los casos, toman control de la persona y se convierten en el principal propósito de su vida. Este "amor" obsesivo es prohibido y pecaminoso. Los eruditos lo consideran una enfermedad del alma que aflige a un corazón vacío de todo amor de Allah. La ley islámica ha dispuesto varias medidas preventivas para proteger a la gente de tan destructivas emociones que no pueden controlar.





La última categoría es el más sublime y puro tipo de amor, el amor de Allah. Un musulmán debe tomar en cuenta los siguientes puntos:





Primero, el amor a Allah no es opcional, es un deber de todo musulmán. Es un componente integral de la fe de la persona como Allah establece en el Corán:





“… pero los creyentes aman más a Dios [de lo que los incrédulos aman a sus divinidades]...” (Corán 2:165).





Segundo, el amor a Allah es distinto a todas las categorías de amor mencionadas. El amor a Allah no es un simple alegato que se pueda pronunciar; debe ser algo que reside en el corazón. Los eruditos del Islam consideran al amor un "acto" del corazón, algo que, de hecho, motiva el corazón y mueve a la persona para obedecer a Allah y evitar los pecados. El amor a Allah está fuertemente relacionado con el concepto de adoración en el Islam y la fe individual. La adoración es el fruto del amor de una persona por Allah, y el amor de Allah en reciprocidad es su objetivo. El amor es el combustible que impulsa la adoración y evita que se convierta en un hábito. Todos los actos de devoción, adoración y obediencia se nutren de esta fuente. La definición específica de adoración dice que es todo lo que Allah ama y Le complace. El amor entra en cada buena obra que hacemos; cuando realizamos el salah, recitamos el Corán, ayunamos, hacemos el Hayy, damos caridades o mencionamos a Allah, el amor por Él debe estar presente.





Tercero, el amor por Allah es distinto de los tipos naturales y emocionales de amor descritos arriba. El verdadero amor por Allah está siempre combinado con una sensación de temor por Su Divina Majestad y Gloria, un sentimiento de insignificancia frente al poder divino. Por otro lado, el amor por la pareja o los hijos no conlleva tales sentimientos de temor. Esto significa que la persona no solo dice "amo a Dios" y lo deja así, sino que de hecho hace lo que a Allah Le complace y evita lo que ha prohibido, porque la persona comprende el poder de Allah y Su potestad para castigar.





Cuarto, el amor por Allah supera al amor por los demás. Cuando se da un conflicto entre ambos amores, uno debe dar preferencia a lo que Allah ama.





Quinto, cuanto más obedezca una persona a Allah y Lo adore, más crecerá su amor por Él.





Sexto, el amor por el Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) es parte del amor por Allah. Todos los tesoros y riquezas del mundo no se igualan al amor por el Profeta. Y esto se debe discutir por separado.





Séptimo, seguir al Profeta Muhammad es una señal veraz de amor por Allah, tal como dice en el Corán:





“Di: 'Si verdaderamente aman a Dios, ¡síganme!, que Dios los amará y perdonará sus pecados'” (Corán 3:31).





Un musulmán nuevo debe aprender lo más posible sobre cómo el Profeta rezaba y adoraba a Allah, sobre su guía y su Sunnah en todos los asuntos de la vida, e imitarlo con amor para ganarse el amor divino. Nada de lo que Allah ama o sirve para acercarse más a Él ha sido omitido por el Profeta de la misericordia.





La siguiente pregunta entonces es: "¿Cómo puedo alcanzar el amor de Allah?".





(a)  El primero y más importante medio para alcanzar el amor de Allah es comprender el significado del testimonio de fe (Shahadah) y comprometerse a vivir de acuerdo a él. La ilaha illa Allah es el propósito de tu creación, la definición de tu relación con Allah, y la llave hacia el amor de Allah y la entrada al Paraíso. Aquel cuyas últimas palabras sean La ilaha illa Allah en esta vida, entrará al Paraíso. Uno también debe aprenderse los nombres bellos y atributos sublimes de Allah. Uno no puede amar realmente a quien que no conoce.





 (b) El segundo medio más importante para alcanzar el amor de Allah es cumplir con las obligaciones religiosas y acompañarlas de actos de adoración voluntarios. La más importante de las obligaciones religiosas es aprender el salah y rezar regularmente. Esto es seguido por el ayuno, el pago del Zakat, y cumplir con las demás obligaciones religiosas. Algunos eruditos dicen que hay un Paraíso en la Tierra, que si alguien no entra en él, no entrará al Paraíso en la otra vida. Una persona entra al Paraíso en la Tierra disfrutando de la adoración y obediencia a Allah. Con el tiempo, comprendiendo el significado espiritual, y con paciencia uno obtendrá el mayor beneficio espiritual de cumplir con las obligaciones del Islam: el amor de Allah. El Profeta (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) relató:





“Allah, el Todopoderoso, dijo: ‘A quien se muestre enemigo de un siervo amado por Mí, Yo le voy a declarar la guerra. Mi siervo no se acerca más a Mí sino con lo que es más amado para Mí, y eso es lo que hice obligatorio para él. Y Mi siervo sigue acercándose más a Mí con buenas obras voluntarias hasta que lo amo. Cuando lo amo, Soy el oído con el que oye, la vista con la que ve, la mano con la que golpea y el pie con el que camina. Lo que Me pida, ciertamente le daré; y donde Me pida refugio con seguridad se lo garantizaré”’ (Al Bujari). [Este hadiz no debe ser tomado literalmente, quiere decir que tal persona actuará de acuerdo con lo que agrada a Dios. Por ejemplo, no mirará cosas prohibidas, escuchará solo lo que es útil y beneficioso, como escuchar la recitación del Corán o lecciones de Islam, etc.]





(c)  Disfrutar de estar a solas con Allah durante la oración, recitando el Corán, y meditando en silencio con el Creador. Invocar a Allah presentándole nuestros problemas, pedir Su ayuda suplicándole en las partes del rezo donde se lo debe hacer, tales como la prosternación. Uno no alcanza este nivel inmediatamente después del primer rezo. La persona debe luchar contra las distracciones, contra su propio ego y contra el demonio; y con paciencia debe practicar estar atento para alcanzar ese estado del salah donde llega a disfrutarlo.





(d)  Una persona puede alcanzar el amor de Allah desarrollando las cualidades que Allah ama y evitando las que Le disgustan. Estas cualidades se encuentran en el Corán y en las enseñanzas del Profeta Muhammad. Algunas de ellas son:





- La paciencia ante el prejuicio religioso y la persecución:





“Dios ama a los perseverantes” (Corán 3:146). 





Un musulmán nuevo debe ser paciente cuando enfrenta la burla, cuando pierde amigos, o lo ridiculizan por aceptar el Islam. Debe ser perseverante en el aprendizaje y la práctica del Islam.





- Haciendo buenas obras:





“Y Dios ama a los que hacen el bien” (Corán 3:134, 148).





Controlando el enojo, gastando más en caridad, y aprendiendo los modales para suplicar a Allah; todas estas acciones caen dentro de esta categoría.





- Taqwa:





“Dios ama a los piadosos” (Corán 3:76).





 Taqwa es obedecer los mandamientos de Allah y evitar Sus prohibiciones en la vestimenta, el alimento, la conducta, las relaciones personales y otros aspectos de la vida.





- Retornar arrepentido a Allah continuamente y guardar una higiene apropiada:





“Dios ama a los que se arrepienten y a los que se purifican” (Corán 2:222; 9:108).





- Encomendarse a Allah en todos los asuntos, especialmente en las decisiones tomadas después de consultar:





“Porque Dios ama a los que se encomiendan a Él” (Corán 3:159).





- Ser justo:





“... pero si juzgas entre ellos, hazlo con equidad y justicia, porque Dios ama a los justos” (Corán 5:42).





Allah no ama:





- La arrogancia, como la del que rechaza la verdad después de que se hace evidente:





“Él no ama a los soberbios” (Corán 16:23).





- Las transgresiones, como hablar sin conocimiento sobre de Allah y Su religión:





“Porque Dios no ama a los transgresores” (Corán 2:190; 5:87).





- La injusticia contra los demás:





“Dios no ama a los injustos” (Corán 3:57; 42:40).





 - Ser exagerado en la comida, la bebida y la vestimenta:





“Y no derrochen, porque Dios no ama a los derrochadores” (Corán 6:141; 7:31).





- Difundir la corrupción, así como incitar a la guerra:





“Pero [sepan] que Dios no ama la corrupción” (Corán 2:205; 5:64).





- Violar tratados y compromisos:





“Dios no ama a los traidores” (Corán 8:58).





- Los pecados:





“Dios no ama a los que niegan la verdad y transgreden” (Corán 2:276).





- La incredulidad:





“... Dios no ama a los que rechazan la verdad” (Corán 3:32).





- La vanidad y la avaricia:





“Dios no ama a quien se comporta como un arrogante jactancioso. Que los avaros, los que incitan a otros a la avaricia, y los que ocultan el favor que Dios les ha concedido, sepan que Dios ha preparado para los ingratos un castigo humillante” (Corán 4:36-37).





- Engañar a Allah y a la gente:





“Dios no ama a quien traiciona y comete injusticias. [Los hipócritas] pueden engañar a la gente, pero no pueden engañar a Dios, porque Él está con ellos cuando pasan la noche tramando lo que no Le complace” (Corán 4:107-108).





- Mencionar las malas acciones de los demás:





“A Dios no Le complace que se hagan públicos los errores de otros, excepto que sea para denunciar o detener una injusticia” (Corán 4:148).





Se ha estimado que hasta un 95% de todos los comportamientos humanos, son aprendidos siguiendo el ejemplo de otros. Sin embargo, incluso si esto fuera solo parcialmente cierto, esa es una muy buena razón para elegir modelos a imitar positivos para nosotros y nuestros hijos. Lastimosamente, en el ambiente actual saturado 24/7 por los medios de comunicación, nos inclinamos más por elegir modelos a imitar en el campo del deporte o del entretenimiento, sin tratar de diferenciar entre un modelo a imitar y un héroe. Un héroe es alguien a quien usted admira quizás por su progreso deportivo o por su talento para la actuación, pero ¿acaso esa persona lleva el tipo de vida que quisiera emular? Los modelos a imitar, por otra parte, son personas que poseen las cualidades que quisiéramos tener también, y son personas que nos influyen de modos que nos hacen desear ser mejores seres humanos. Por ejemplo, es a partir de modelos a imitar que aprendemos cómo manejar los problemas de la vida.





Es fácil ser influenciados por las personas que nos rodean y a quienes admiramos. Es fácil imitar sus modales y cualidades sin ser conscientes de ello. Si esas cualidades son buenas, entonces imitarlos será algo bueno; pero ¿qué pasa si la gente que consideras tu modelo a seguir te empuja fuera del recuerdo de Allah? Eso puede ser desastroso. Por fortuna, la historia islámica está llena de ejemplos sorprendentes (hombres, mujeres y niños), de quienes aprendemos cómo ser grandes madres, padres, maestros, amigos, estudiantes, etc. Las muestras positivas de buena moral, buenos modales, determinación, fuerza de voluntad y estándares éticos elevados, ayudan a los demás a emular estos atributos positivos.





Según el Islam, los mejores seres humanos son los profetas. Después de ellos, los mejores seres humanos son los compañeros, discípulos y seguidores de los profetas. Por supuesto, el mejor ejemplo de comportamiento ejemplar en cualquier situación dada es el propio Profeta Muhammad. Sabemos a partir de sus tradiciones auténticas (la Sunnah) que su carácter era el Corán, es decir, que él vivió y practicó todo lo que el Corán enseña. Cuando buscamos modelos a imitar, no necesitamos mirar más allá del propio Profeta y de quienes lo rodearon en los primeros días del Islam. De hecho, cuando seguimos a los sahabah estamos siguiendo al Profeta Muhammad, pues ellos no aprendieron el Islam de nadie más que él. De hecho, sus virtudes son muchas, pues fueron ellos quienes apoyaron el Islam y divulgaron la fe, luchando junto al Profeta y transmitiendo el Corán, la Sunnah y las normas islámicas. Ellos sacrificaron sus posesiones y sus vidas por la causa de Allah. Los amamos porque amaron a Allah y a Su Mensajero.





El Profeta Muhammad dijo: "Las mejores personas son las de mi generación, luego quienes vienen después de ellos, y luego los que vienen después"[2]. Los sahabah no tuvieron todos exactamente las mismas personalidades, orígenes, mentalidades, perspectivas ni gustos. Cada uno de ellos fue único, sin embargo, todos estaban unidos por el Islam. Como musulmanes, también somos todos distintos. Podemos aprender diferentes lecciones de cada uno de los sahabah, podemos aprender de sus experiencias. Algunos fueron suaves, otros estrictos, algunos eran hombres y mujeres eruditos, mientras que otros eran iletrados. Algunos de los sahabah llevaron vidas austeras, mientras que otros fueron millonarios y grandes empresarios de su época. Es por la misericordia de Allah que Él nos ha dado tantos modelos de comportamiento, carácter y conducta. Continuemos nuestra exploración observando a dos de los amigos más cercanos del Profeta Muhammad.





Abu Bakr


Abu Bakr era un comerciante exitoso con una reputación de honestidad y amabilidad. Fue el primer hombre adulto que se convirtió al Islam, y aceptó al instante el mensaje del Profeta Muhammad. El Profeta dijo que, si pesara la fe de Abu Bakr, superaría a la de toda la Ummah. Abu Bakr sobresalió en todas las formas de adoración, y era conocido como "As-Sabbaaq" es decir, el que ganaba en todas las competencias. Omar Ibn Al Jattab una vez donó la mitad de su riqueza para financiar la Batalla de Tabuk, esperando así superar a Abu Bakr, solo para descubrir que Abu Bakr ya había donado toda su fortuna. Abu Bakr era tierno y compasivo; simpatizaba con los pobres y compadecía a los miserables, y cuando recitaba el Corán, lloraba.





Omar Ibn Al Jattab


Omar Ibn Al Jattab pasó de ser uno de los oponentes más fuertes del Islam a ser uno de sus creyentes más fieles. Omar fue una figura pionera en el mundo islámico. Era un líder, estadista, musulmán piadoso y consciente de Dios, que respetaba a todas las personas, incluyendo a los no musulmanes, y ordenó a los creyentes tratar a los no musulmanes con respeto. Nos mostró cómo aplicar el mandato coránico "no cabe coacción en la religión". Omar fue conocido por su poder y su fuerza, y utilizó esto, junto con su intelecto audaz y su sabiduría, por la causa del Islam y para el empoderamiento de los musulmanes. El Profeta Muhammad llamó a Omar "Al Faruq" (el criterio entre el bien y el mal).





Dado que los seres humanos aprenden tanto imitando el comportamiento de los demás, es importante que elijan o tengan acceso a buenos ejemplos a seguir. Esto es particularmente así en el Islam. En un mundo que se burla a menudo de la moral y los modales islámicos, es esencial que los musulmanes tengan personas a quienes observar, admirar e imitar. No hay mejores personas que los sahabah, aquellos hombres y mujeres que fueron cercanos al Profeta Muhammad y a quienes se les enseñó el Islam tal y como fue revelado. En la lección anterior, vimos brevemente a dos sahabi, y ahora veremos a dos de las esposas más influyentes del Profeta Muhammad.





Jadiyah, la hija de Juwailid


Jadiyah fue la primera, y durante 25 años, la única esposa del Profeta Muhammad. Ella tenía 40 años y había enviudado ya dos veces cuando se casó con él, que tenía en ese entonces 25 años, y a quien aún no se le había concedido la profecía. Jadiyah era una empresaria exitosa, rica por derecho propio, conocida por tratar con discapacitados, huérfanos, viudas y pobres con amabilidad y compasión. Ella fue apodada “At-Tahira” (la pura). Jadiyah amó y apoyó al Profeta Muhammad durante los primeros años difíciles del Islam. Lo hizo con el espíritu de colaboración y compañerismo que es inherente a un verdadero matrimonio islámico.





Jadiyah fue la primera persona en aceptar el mensaje del Islam y se mantuvo junto a su esposo mientras la familia y los amigos se volvían contra él y planeaban matarlo. Jadiyah apoyó el surgimiento del Islam con su riqueza y su salud. Ella proporcionó comida, agua y medicinas para la comunidad desterrada y boicoteada. A pesar de que no estaba acostumbrada a las privaciones, Jadiyah jamás se quejó de las condiciones de pobreza que tuvo que soportar. Después de que falleció (tres años antes de la migración de los musulmanes de La Meca hacia Medina), el Profeta Muhammad comentó que había sido una madre amorosa, una esposa leal y empática, que compartió con él todos sus secretos y sueños más profundos.





Aisha, la hija de Abu Bakr


Aisha era la hija de Abu Bakr, uno de los compañeros más cercanos del Profeta Muhammad. Durante su matrimonio con el Profeta, la pareja desarrolló una relación estrecha y fue en los brazos de Aisha que murió el Profeta Muhammad en año 632 E.C. Considerada por muchos como su esposa favorita, fue una figura activa en numerosos eventos y una testigo importante de muchos más.





Aisha era generosa y paciente. Soportó sin quejarse la pobreza y el hambre que eran comunes en los primeros días del Islam. Durante días y días no se encendía un fuego en la casa del Profeta para cocinar ni hornear pan, y vivían simplemente de dátiles y agua. La pobreza no angustiaba ni humillaba a Aisha y cuando llegó la autosuficiencia, esta no corrompió sus modales.





Aisha también era conocida por su sabiduría y curiosidad. Ella siempre hacía preguntas y aclaraba incluso los puntos más pequeños, esto la convirtió en un recurso invaluable. Más de 2.000 hadices se remontan a ella. Debido a su amplio conocimiento, a menudo era consultada antes de tomar decisiones o emitir veredictos. Ella vivió mucho tiempo después de la muerte del Profeta y pudo enseñarles a los musulmanes su religión durante muchos años antes de morir.





Como se expuso en la primera parte de esta lección, las personas, en particular los niños, aprenden imitando el comportamiento de personas importantes o famosas en sus vidas. Trate de recordar la última vez que escuchó a niños jugando, de seguro muchos de ellos querían ser la última estrella del deporte o de la música. Lamentablemente, para cuando estos niños llegan a la edad adulta, pueden contar todo sobre las estrellas que aparecen en los medios de comunicación, pero ni un solo hecho sobre los compañeros del Profeta Muhammad. Pueden citar estadísticas deportivas a la perfección, pero tropiezan con la recitación de Al Fatiha. En el Día de la Resurrección, estos ídolos del entretenimiento ignorarán y rechazarán a todos aquellos que los tomaron como modelos a seguir. Curiosamente, al final de un anuncio de Reebok, un ídolo del baloncesto camina hacia la cámara y dice: "Solo porque encesto una pelota no significa que tenga que criar a tus hijos". Incluso las propias estrellas se dan cuenta de que no siempre muestran un comportamiento al que otros deberían aspirar o emular.





Un buen modelo a seguir no solo debe demuestran el mejor comportamiento, sino también cómo aprender de los errores y faltas. Los sahabah en particular, se encontraban a menudo en situaciones difíciles y en curvas de aprendizaje empinadas. En muchos casos fue el propio Profeta Muhammad quien corrigió su comportamiento, y lo hizo de modo que no humilló ni molestó a quien cometía la falta. Los buenos modelos a seguir, como los sahabah, enseñan con su comportamiento, enseñan a quienes los admiran cómo vivir de manera que sea agradable a Allah. De ellos aprendemos que los seres humanos no son perfectos, pero pueden buscar complacer a Allah en todo lo que hacen y en cada reacción ante las influencias externas.





¿Qué es la fe?


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En su definición de la palabra fe, el Diccionario de la Real Academia Española incluye lo siguiente: conjunto de creencias de una religión; seguridad, aseveración de que algo es cierto; fidelidad. 





En el Islam la fe significa creer, sin duda, que algo es verdad. Solo puede ser otorgada a una persona por Allah e incluye la creencia y el reconocimiento de Allah como Única Divinidad. Una persona con fe entiende y acepta su posición como siervo de Allah y reconoce el derecho de Allah a ser obedecido y agradecido. La fe también implica saber que las promesas de Allah a Su siervo creyente son verídicas y se cumplirán.





La fe o imán es algo que se dice con palabras, se cree dentro del corazón, y se practica.





El Profeta Muhammad dijo que la fe tiene más de setenta ramas, la más mayor de ellas es decir: "'No hay divinidad excepto Allah' y la menor es eliminar un obstáculo del camino"[1].





La fe se expresa con las palabras "La ilaha il-la Allah wa Muhammad rasul Allah", que significa: No hay divinidad verdadera sino Allah y Muhammad es Su Mensajero. La fe se pone en práctica cumpliendo los cinco pilares del Islam y reside en el corazón con la creencia en los seis pilares de la fe.





Los cinco pilares del Islam


• Shahadah: Pronunciar sinceramente el testimonio de fe.





• Salah: realizar la oración de la manera correcta cinco veces al día.





• Zakat: Pagar un porcentaje fijo como caridad para beneficiar a los pobres y necesitados.





• Sawm: Ayunar durante el mes de Ramadán.





• Hayy: Peregrinación a La Meca (situada en la actual Arabia Saudita), donde el peregrino realiza una serie de rituales.





Los seis pilares de la fe


• Creer en Allah.





• Creer en Sus ángeles





• Creer en los libros revelados





• Creer en los mensajeros y profetas de Allah.





• Creer en el Último Día.





• Creer en la predestinación o decreto divino.





La fe (imán) crece y decrece


El Profeta Muhammad dijo: "... El corazón es como una pluma en la raíz de un árbol, volteada una y otra vez por el viento”[2].





Es la fe, la completa confianza en Allah lo que nos hace sentir protegidos, seguros y cercanos a Allah; sin embargo, la fe no es fija, sino que aumenta y disminuye. La fe fluctúa a menudo según las circunstancias de la vida, pero cualquiera que sea la razón de las fluctuaciones, la fe aumenta con la obediencia a Allah y disminuye con la desobediencia. Como creyentes, debemos tratar de aprender qué cosas disminuyen nuestra fe, como las deficiencias en nuestra oración o los susurros de Shaitan. Luego debemos tomar las medidas apropiadas para evitar esas cosas o situaciones y, al mismo tiempo, tratar de aumentar nuestra fe haciendo las obras que Allah ama. Todos tenemos momentos en los que sentimos la necesidad de realizar actos de adoración y esto es natural, y sucederá muchas veces a lo largo de nuestras vidas. Así que asegurar nuestra fe es una de las cosas más importantes que un creyente puede hacer. El punto de partida para aumentar el nivel de fe en el corazón es reconocer que hay un problema.





Cosas que reducen nuestro nivel de fe 


. Descuidar los actos de adoración.





. Cometer pecados, especialmente los pecados pequeños que se cometen continuamente.





. Ignorancia de los nombres y atributos de Allah.





. No meditar sobre las señales de la grandeza de Allah, particularmente sobre aquellas que experimentamos todos los días, como el sol, la luna y las estrellas, o la habilidad de respirar o procrear.





. Descuidar el estar agradecido a Allah por las habilidades o posesiones más básicas.





. No buscar el conocimiento adecuado.





. No realizar buenas obras, incluso las más pequeñas, como sonreír.





. Perder el tiempo haciendo cosas que no sirven ni para este mundo ni para el otro.





. Olvidar que nuestro último propósito es adorar a Allah.





· Ser obsesivo con las necesidades de la vida, por ejemplo, comer demasiado, dormir mucho todo el día, quedarse despierto hasta tarde sin ningún propósito, hablar sin razón y estar preocupado por la riqueza.





A veces, muchas personas sienten que se esfuerzan lo más posible y no pueden entender por qué su fe parece estar disminuyendo. En este punto es importante recordar que al peor enemigo de la humanidad, Shaitan, le encanta hacer que la gente olvide lo que es mejor para ellos. Shaitan fomenta la negligencia y la pereza que causan una disminución en la fe.





Los niveles fluctuantes de fe son normales. Todos los experimentamos. En tales momentos, es importante realizar todos los actos obligatorios de adoración, de modo que nunca se abandone completamente el camino de Allah, porque donde hay la más pequeña porción de fe, la esperanza subsiste.





En la siguiente lección descubriremos que hay una variedad de opciones para aumentar la fe.





Debido a que Allah es nuestro Creador y conoce la naturaleza del ser humano, Él nos ha proporcionado una guía que tiene sentido para la humanidad y es fácil de implementar. De forma inherente, encontramos nuestro nivel de fe (imán) y devoción subiendo y bajando a menudo sin un patrón o una razón aparente. Por otro lado, dedicarse a los pecados disminuirá nuestra fe, en ocasiones muy rápidamente. En respuesta a nuestras necesidades, Allah nos ha dado muchos métodos para aumentar nuestra fe y, dado que tenemos diferentes capacidades, estos son variados. Una persona puede tener la capacidad de aumentar sus oraciones voluntarias, otra puede encontrar fácil ayunar y otra puede tener los medios para dar más caridad.





Ocho maneras de aumentar una fe debilitada


1.     Conociendo a Allah a través de Sus nombres y atributos


Se alienta a los creyentes a que recuerden a Allah y le estén agradecidos en todo momento, y una manera fácil y beneficiosa de hacerlo, es contemplar y comprender Sus bellos nombres. A través de estos nombres, somos capaces de conocer a nuestro Creador y aprender a alabarlo y adorarlo, y a llamarlo por los nombres que son indicativos de nuestras necesidades. “Diles: 'Ya sea que Lo invoquen diciendo: ¡Oh Allah!, ¡Oh Compasivo! O cualquier otro nombre con el que Lo invoquen, Él los oirá. Sepan que Él posee los nombres [y atributos] más sublimes'... (Corán 17:110).





2.     Reflexionando sobre Sus signos en el universo


“En la Tierra hay signos para quienes tienen certeza interior. También en ustedes mismos. ¿Es que no ven?” (Corán 51:20-21). El universo entero da testimonio de la Unidad de Allah. Al contemplar el universo, desde el grano de arena más fino hasta las poderosas y majestuosas montañas, una persona es capaz de ver la Magnificencia de Allah. Este vasto universo está funcionando de acuerdo a un sistema preciso, todo está en su lugar correcto, creado en las proporciones adecuadas.





3.     Haciendo du'a en toda oportunidad


Hacer du'a es alentador, fortalecedor, liberador y transformador, y es uno de los actos de adoración más poderosos y efectivos que un ser humano puede realizar. La du'a ha sido llamada el arma del creyente. Afirma la creencia de una persona en Allah y rechaza todas las formas de idolatría o politeísmo, reforzando y aumentando la fe. “Y si Mis siervos te preguntan por Mí [¡oh Muhammad!, diles] que estoy cerca de ellos. Respondo la súplica de quien Me invoca. [Entonces] que me obedezcan y crean en Mí, que así se encaminarán” (Corán 2:186).





4.     Recordar a Allah


El Corán está lleno de versículos que nos indican que debemos recordar mucho a Allah, lo más que podamos.





"… ¿Acaso no es con el recuerdo de Dios que se sosiegan los corazones?" (Corán 13:28).





"¡Creyentes! Que las posesiones materiales y los hijos no los distraigan del recuerdo de Allah..." (Corán 63:10).





"¡Oh, creyentes! Tengan presente a Dios en todo momento, y glorifíquenlo por la mañana y por la tarde" (Corán 33:41-42).





Recordar a Allah a través de los actos de recordación trae paz y tranquilidad. Algunas frases beneficiosas son:





Subhan Allah (Allah está libre de todo defecto)





Alhamdu lil-lah (Todas las alabanzas y agradecimientos son para Allah)





Allahu Akbar (Allah es más Grande)





La ilaha il-la Allah (No hay divinidad con derecho a ser adorada excepto Allah)





5.     Recitar, leer o escuchar el Corán


El Corán es una sanación para el cuerpo y el alma. Cuando la vida se vuelve demasiado difícil o estamos abrumados por una lesión, enfermedad o tristeza, el Corán iluminará nuestro camino y aligerará nuestras cargas. Es una fuente de consuelo y tranquilidad. En el mundo de hoy mucha gente tiene riquezas y lujos incalculables, pero poca satisfacción. El Corán llena nuestros corazones, mentes y almas, y aumenta nuestra fe. El Profeta Muhammad envió maestros del Corán a las tribus periféricas y a las ciudades lejanas, y dijo que los mejores de sus seguidores eran aquellos que aprendían el Corán y luego lo enseñaban a los demás[1].





6.     Obtener un conocimiento correcto del Islam


Adquirir conocimiento permite al creyente mirar el mundo que le rodea y contemplar las maravillas de la creación. El conocimiento correcto y auténtico fortalece la fe y la aplicación de ese conocimiento le permite a uno adorar con sumisión y certeza. “Aquellos que fueron agraciados con el conocimiento y la sabiduría, saben que el Corán es la Verdad que proviene de su Señor; creen en él y así se sosiegan sus corazones. Allah guía por el camino recto a los que creen” (Corán 22:54).





7.     Incrementar los actos voluntarios, como hacer buenas obras y dar sadaqah.


Una de las mejores maneras de aumentar la fe es realizando buenas obras. “Al creyente que obre rectamente, sea varón o mujer, le concederé una vida buena y le multiplicaré la recompensa de sus buenas obras” (Corán 16:97).





Cuanto más aumentamos las buenas acciones, más crece nuestra fe y, por lo tanto, esperamos las recompensas de Allah tanto en este mundo como en el otro.





8.     Juntarse con buenas compañías


La amistad y el compañerismo son importantes en el Islam. Un buen amigo es aquel que se preocupa por tus faltas y las corrige cuando es posible. Es fácil dejarse influenciar por las personas que nos rodean e imitar su forma de ser y sus características sin ser conscientes de ello. Si estas son buenas cualidades, entonces será algo bueno para nosotros; pero, ¿qué pasa si las personas de las que se rodea están ayudando a disminuir su imán? Esto podría ser un desastre, y Allah lo advierte en el Corán: “El injusto morderá sus propias manos [lamentándose] y dirá: "¡Ojalá hubiera seguido el camino del Mensajero! ¡Ay de mí! ¡Ojalá no hubiera tomado a aquel por amigo!, pues me alejó del Mensaje, a pesar de que me había llegado” (Corán 25:27).





¿Qué es Taqwa?


FruitsofTaqwa.jpgTaqwa es una palabra árabe que no es fácilmente traducible al español. A menudo es definida como "conciencia de Dios", pero a veces es traducida como "piedad" o como "temor reverencial de Allah". Taqwa proviene de las letras raíz que significan "proteger". Así, Taqwa en el Islam adquiere un significado distinto. Ser consciente de Allah, de Su presencia y de Su conocimiento conforma un escudo. De acuerdo con algunos eruditos, Taqwa es ser consciente de la presencia de Allah y de Su conocimiento, lo que motiva a la persona a realizar buenas obras y evitar lo que está prohibido. El destacado erudito islámico Ibn Rayab dijo que la esencia de la Taqwa es hacer un escudo para protegerse contra la ira o el castigo de Allah.





“Tengan Taqwa de Dios como es debido, y no mueran sino como creyentes monoteístas” (Corán 3:102).





Al comprender que esta vida no es más que un lugar transitorio y una mera parada en nuestro viaje hacia el Más Allá, la persona está en capacidad de adquirir Taqwa y beneficiarse así de sus muchos frutos. El gran sahabi y cuarto califa bien guiado del Islam, Ali Ibn Abi Talib, dijo: “El mundo (de esta vida) se está yendo, y el Más Allá está llegando, y cada uno de ellos tiene sus buscadores; entonces, sé uno de los que buscan el Más Allá y no de aquellos que buscan los encantos de esta vida. Hoy hay acción (de buenos y malos actos), pero no cuentas; y mañana habrá cuentas, pero (no habrá) acción (de obras por hacer)”[1].





Los beneficios (o frutos) de tener Taqwa


·       Tener Taqwa de Allah hace que los asuntos de una persona en este mundo se vuelvan fáciles. Uno de los mayores beneficios es que Allah otorgará a una persona con Taqwa, o a una persona que luche sinceramente por alcanzar la Taqwa, paz mental, satisfacción y tranquilidad en esta vida. No habrá preocupación ni dolor que lo consuma todo.





“... Sepan que a quien tenga Taqwa, Él le facilitará sus asuntos” (Corán 65:4).





“A quien dé caridades, tenga Taqwa y crea en los valores más sublimes, le facilitaré el camino del bien” (Corán 92:5-7).





·       La Taqwa proporciona una forma de salir de la dificultad. El ser humano siempre busca una manera de escapar de sus problemas y dificultades. Las personas buscan soluciones y piden consejo a su familia y amigos, y pueden incluso buscar consejo en las columnas de los periódicos. En tiempos de mucha angustia, algunas personas toman drogas o alcohol como medios de escape; pero tener Taqwa significa que tenemos acceso al mejor consejo que existe o que existirá: Las palabras de Allah en el Corán y el consejo de Su Mensajero, el Profeta Muhammad. La Taqwa es la llave para resolver todos los dilemas y problemas.





“... Sepan que a quien tenga Taqwa, Él le dará una solución” (Corán 65:2). 





·       Una persona con Taqwa realiza buenas obras, y esas obras son aceptadas y amadas por Allah. La Taqwa es la fuerza motivadora, lleva a la persona a la rectitud, porque aquellos con Taqwa saben que Allah observa los motivos internos y las acciones externas. La Taqwa se nutre al adorar y servir a Allah con Ihsan y aumenta cuando uno realiza buenas obras, como la oración, el ayuno, la contemplación y el recuerdo de Allah.





“¡Oh, creyentes! Tengan Taqwa y hablen solo con la verdad. [Si lo hacen,] Él hará virtuosas sus obras y perdonará sus pecados. Quien obedece a Dios y a Su Mensajero obtendrá un triunfo grandioso” (Corán 33:70-71).





“Dios solo acepta las obras de los que obran con fe sincera” (Corán 5:27).





·       La Taqwa proporciona protección de Shaitan. Cuando Shaitan se acerca a un creyente, tratando de embellecerle una mala obra, la Taqwa sirve como un escudo que protege a la persona del mal.





“Los piadosos, cuando el demonio les susurra, invocan a su Señor y entonces pueden ver con claridad” (Corán 7:201).





·       Por la voluntad de Allah, la Taqwa bendice el sustento de una persona y le otorga prosperidad económica. La humanidad busca constantemente formas de aumentar el sustento y procurar una vida de comodidad y facilidad. A veces, en nuestro entusiasmo, olvidamos que solo Allah es el Proveedor y Sustentador, no solo de nosotros sino del universo y de todo cuanto existe. Si realmente deseamos un aumento en las provisiones, entonces la Taqwa es nuestro medio para conseguirlo. Allah nos ha informado qué hay disponible para quienes poseen Taqwa y ponen su confianza en Él.





En la lección anterior, examinamos los frutos de la Taqwa al observar varias aleyas del Corán. De esto, aprendimos que la Taqwa es una característica deseable por la que los creyentes debemos esforzarnos, y que ese esfuerzo, a su vez, nos trae innumerables beneficios. En esta lección, veremos lo que los salaf decían sobre la Taqwa. Estos hombres, mujeres y niños analizaban su Taqwa, sin embargo, nunca se jactaron de ser poseedores de la Taqwa, pues consideraban que se trataba de un asunto personal entre ellos y Allah ya que Él dice en el Corán:





“… No se elogien a sí mismos [diciendo que son piadosos], Él bien sabe quién es el que tiene realmente Taqwa” (Corán 53:32).





El Profeta Muhammad dijo: "La Taqwa está aquí", y señaló su pecho[1]. 





Omar Ibn Abdul Aziz, el líder virtuoso de los musulmanes, dijo: "Nadie puede alcanzar la Taqwa verdadera mientras no esté libre de acciones y palabras que puedan causarle vergüenza en este mundo o en el Más Allá". Una vez le preguntaron: "¿Cuándo llega el adorador a la cima de la Taqwa?"; contestó: "Si pone todos sus pensamientos y deseos de su corazón en un plato, y luego camina con él por el mercado, no debería sentirse avergonzado de nada de lo que hay allí".





Omar Ibn Al Jattab le preguntó a Ubai Ibn Kaab sobre la Taqwa, él le dijo: "¿Has caminado por un sendero espinoso?", Omar le contestó: “De hecho, sí”. Ubai entonces le preguntó: “¿Y qué hiciste?”. Omar respondió: “Me subí [la ropa] e hice mi mayor esfuerzo [por evitar las espinas]”. Entonces, Ubai le dijo: “Eso es Taqwa”.





A Fudhail Ibn 'Iiad (muerto en 803 E.C.), un ladrón que cambió su vida por la causa de Allah, alguien le preguntó: "¿En qué país te gustaría que yo viviera?". Respondió: "No existe conexión entre tú y alguna nación. El mejor país para ti es aquel que te ayude a adquirir Taqwa”.





Sufian Az-Zawri Ibn Said (716–778 E.C.) era un erudito musulmán y jurista que también compilaba ahadiz. Se le atribuye un gran número de narraciones. En cuanto a la Taqwa, dijo: “Conocimos una gente a la que le encantó cuando se le dijo: Teman a Allah, el Altísimo. Ellos escucharon esto con sumisión, pero hoy en día resulta que la gente se enoja por eso”. Si miramos el año en que murió este gran hombre, podemos ver que fue menos de 100 años después de la muerte del Profeta Muhammad. En ese período tan corto, la Taqwa ya había comenzado a perder importancia. Entender el significado de Taqwa y cómo adquirirla, es un concepto islámico muy importante.





Los califas del Islam se aconsejaban entre sí y a quienes los rodeaban tener Taqwa. Ellos sabían que temer a Allah significaba ser conscientes de que Allah los observaba todo el tiempo, y sabían que no había lugar para ocultar un pecado, un error o un delito menor. Allah, el Misericordioso, ve nuestras transgresiones, pero nos trata con una misericordia sin límite si tenemos una Taqwa sincera.





Abu Bakr dijo en un sermón: "Les aconsejo temer a Allah"[2]; y cuando estaba en su lecho de muerte, llamó a Omar y le aconsejó temer a Allah[3]. Del mismo modo, Omar le escribió a su hijo diciéndole: “Te aconsejo que temas a Allah”[4]. Ali Ibn Abi Talib aconsejó a uno de los líderes de su ejército diciéndole: “Te aconsejo que temas a Allah, con Quien, sin lugar a dudas, te reunirás”[5].





Recordemos que la Taqwa anima al creyente a desconfiar de cualquier cosa que Le desagrade a Allah. La Taqwa también hace que un creyente esté ansioso por complacer a Allah. Las siguientes son algunas cosas fáciles que podemos hacer para aumentar nuestra Taqwa:





1.     Dedicar tiempo a diario a la recitación del Corán.





2.     Reflexionar sobre los significados de las palabras de Dios y tratar de actuar en consecuencia.





3.     Recordar a Allah con palabras de adoración, como Alhamdu lil-lah.





4.     Tratar de mantenerse ocupado haciendo buenas obras, recordando que estas pueden ser tan simples como sonreír.





5.     Mantenerse en buena compañía. Tratar de estar cerca de aquellos que uno percibe que tienen Taqwa.





6.     Procurar ser humilde.





7.     Adquirir conocimiento religioso.





“… Tomen provisiones para el viaje, pero [sepan que] la mejor provisión es la Taqwa. ¡Oh, dotados de buen discernimiento! Cumplan correctamente Conmigo” (Corán 2:197).





El significado de la confianza en Allah


TrustinAllah.jpgEn árabe se conoce la confianza en Allah como tawakkul. La palabra significa literalmente "poner nuestros asuntos en manos de otro". Allah tiene muchos nombres bellos. Uno de esos nombres relacionado a la confianza es Al Wakil (Aquel que dispone de los asuntos). El Corán se refiere a Allah como Al Wakil catorce veces. Por ejemplo:





“... y dijeron: 'Dios es suficiente para nosotros, porque Él es el mejor Protector'" (Corán 3:173).





“... Dios te es suficiente como Protector” (Corán 4:81).





“Él es el Protector de todas las cosas” (Corán 6:102).





Allah nos ordena depositar nuestra confianza en Él: “Él es el Señor del oriente y del occidente. No hay nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Él. Tómalo como tu Protector” (Corán 73:9).





De la misma forma, Allah nos prohíbe depender de Su creación: “He revelado a Moisés el Libro como guía para el pueblo de Israel, y les ordené: 'No tomen protector fuera de Mí'" (Corán 17:2).





En conjunto, estos versículos nos muestran que poner nuestra confianza en Allah es un acto de adoración. A través de nuestra confianza y dependencia expresamos nuestra creencia monoteísta, y es por ello que solo las debemos dirigir a Allah.





¿Cómo depender de Allah?


1. No confundir dependencia con holgazanería


A menudo se confunde el tawakkul con estar relajado y pensar que los problemas se resolverán sin nuestra intervención. No nos debemos equivocar pensando que abandonando todo esfuerzo de alguna forma todos los desafíos llegarán a buen puerto. Parte de depender de Allah es trabajar y esforzarse con la certeza de que Él se encargará de los asuntos y nos ayudará a superar los obstáculos.  





Dependencia no significa dejar de trabajar para buscar el sustento, relegar la educación, no querer conseguir un empleo, o dejar pasar una fecha de entrevista laboral. Allah ha decretado que debemos trabajar, y es por Su generosidad que da sustento a la gente que se esfuerza. ¡No se quede sentado en su casa pensando que su sustento le llegará! Allah nos ordena depender de Él y trabajar al mismo tiempo; de esa forma, buscar el sustento se convierte en un acto físico de adoración, mientras que confiar en Allah es adoración del corazón. Él dice:  





“Así que supliquen a Dios el sustento, adórenlo solo a Él y agradézcanle” (Corán 29: 17).





Otra forma de entender verdaderamente la confianza es observar qué es el imán. No es únicamente tener fe en el corazón, sino una combinación de fe y acción. De igual manera, depender de Allah no significa abandonar todo esfuerzo, es luchar con la actitud de que Allah se hará cargo de los asuntos y nos ayudará a superar pruebas. 





Recuerde cuando el Profeta le preguntó a un beduino: "¿Por qué no atas tu camello?", y este respondió: "¡Pongo mi confianza en Allah!". El Profeta le dijo: "Ata tu camello, luego pon tu confianza en Allah"[1].





2. No se vuelva arrogante


Siempre debemos trabajar y planificar basados en lo que Allah nos ha dado. Debemos sacar provecho de esas bendiciones agradeciéndole por ellas, sin llenarnos de arrogancia a causa de nuestras cualidades personales. Toda fuerza y habilidad proviene de Allah, y es finalmente Su favor lo que determinará nuestro éxito. 





3. Acepte el decreto de Allah


Luego de hacer su mejor esfuerzo, acepte lo que pase. Debe creer que Allah, por Su sabiduría, ha decidido desechar sus planes por razones que solo Él conoce. Recuerde que la creencia en Al Qadr (decreto divino) es uno de los pilares de su fe. Debes saber que lo que tenga que ocurrir ocurrirá, y todo lo que usted puede hacer es su mejor esfuerzo. 





4. Tome precauciones


En el Corán Allah nos cuenta la historia de dos profetas, Iaqub (Jacobo) y su hijo Yusuf (José). En una ocasión, cuando Iaqub envió a sus hijos a Egipto, les instruyó que entrasen a la ciudad por diferentes puertas para evitar alguna sospecha, pero Allah decretó otra cosa. El punto es que Iaqub tomó todas las precauciones que pudo para evitar un posible riesgo.  





Hay un error en el cual solemos caer: tendemos a confiar solo en nuestros esfuerzos y nos olvidamos de depender en Allah, o creemos que estamos confiando en Él al no tomar acción para resolver nuestros problemas. 





Beneficios del tawakkul 


Debemos aplicar el tawakkul en nuestras vidas cotidianas. Uno de sus mayores beneficios es que nos alivia de una ansiedad y preocupación sin sentido que emana de nuestros desafíos diarios. Al estar convencidos de que todos los asuntos están en manos de Allah y solamente podemos hacer aquello que está bajo nuestro control, dejamos los resultados a Allah y aceptamos Su decreto sea cual fuera. Un musulmán inteligente que comprende el tawakkul nunca dejará de esforzarse, y tampoco se regocijará en demasía con el éxito ni se deprimirá con el fracaso. 



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