La Realidad de Los Ángeles
En el folclore, los ángeles son considerados fuerzas positivas de la naturaleza, imágenes de holograma o ilusiones. La iconografía occidental representa a los ángeles como a gordos querubines, bebés, hombres jóvenes apuestos o mujeres con un halo que rodea su cabeza. En la doctrina islámica, son seres creados reales que eventualmente sufrirán la muerte, pero que generalmente están ocultos a nuestros sentidos.
No son divinos ni semi-divinos, y tampoco son asociados de Dios encargados de administrar diferentes partes del universo. Además, no se les debe venerar ni rezar, porque ellos no entregan nuestras oraciones a Dios. Ellos se someten a Dios y cumplen con Sus mandamientos.
En el mundo islámico, no hay ángeles caídos: no se dividen en ángeles "buenos" y "malos". Los seres humanos no se convierten en ángeles después de la muerte. Satanás no es un ángel caído, sino que es un yinn, una creación de Dios diferente a los seres humanos y los ángeles.
Los ángeles fueron creados de luz antes que los seres humanos fueran creados. Su representación gráfica o simbólica en el arte islámico es escasa. Sin embargo, son hermosos seres con alas, tal como son descritos en las Escrituras islámicas.
Los ángeles tienen diferentes jerarquías y órdenes en el sentido de que son de diferente tamaño, condición y mérito.
El mayor de ellos es Gabriel. El Profeta del Islam, Muhammad, lo vio en su forma original. Asimismo, los portadores del Trono de Dios se encuentran entre los ángeles más grandes. Ellos aman a los creyentes y ruegan a Dios que les perdone sus pecados. Ellos llevan el Trono de Dios, acerca de quienes el Profeta Muhammad, que la paz y la misericordia de Dios sean con él, dijo:
“Se me ha permitido hablar sobre uno de los ángeles de Dios que llevan el Trono. La distancia entre el lóbulo de su oreja y su hombro equivale a setecientos años de viaje”. (Abu Dawud)
Los ángeles no comen ni beben, no se aburren ni se cansan de adorar a Dios:
“Le glorifican noche y día, ininterrumpidamente, y no se agotan por ello.” (Corán 21:20)
El Número de Ángeles
¿Cuántos ángeles existen? Sólo Dios sabe. La casa frecuentada es un santuario celestial sagrado por encima de la Kaaba, el cubo negro en la ciudad de La Meca. Todos los días setenta mil ángeles la visitan y se van para nunca regresar a ella nuevamente. [1]
Los Nombres de los Ángeles
Los musulmanes creen en los nombres de los ángeles mencionados en las fuentes de la legislación islámica, algunos de ellos son Yibril (Gabriel), Mika'il (Miguel), Israfil, Málik (el guardia del Infierno), y otros. De ellos, sólo Gabriel y Miguel son mencionados en la Biblia.
Las habilidades de los Ángeles
Los ángeles poseen grandes poderes que les fueron otorgados por Dios. Pueden tomar diferentes formas. En las escrituras islámicas se describe cómo en el momento que Jesús fue concebido, Dios envió a Gabriel donde María en la forma de un hombre:
“…Entonces le enviamos Nuestro espíritu [el Ángel Gabriel], quien se le presentó con forma humana.” (Corán 19:17)
El ángel Gabriel también visitó a Abraham en forma humana. Del mismo modo, los ángeles visitaron a Lot para informarle del peligro inminente en forma de hombres jóvenes y apuestos. Gabriel solía visitar al Profeta Muhammad en diferentes formas. A veces, aparecía en la forma de uno de sus discípulos, y, a veces, en forma de un beduino del desierto.
Los ángeles tienen la capacidad de tomar formas humanas, en algunos casos de gente conocida.
Gabriel es mensajero celestial de Dios a la humanidad. Él transmitió la revelación de Dios a Sus profetas y mensajeros. Dios dice:
“Dile [¡Oh, Muhámmad!] a quien sea enemigo del Ángel Gabriel que él es quien trajo la revelación a tu corazón con la anuencia de Dios, confirmando los Mensajes anteriores, como guía y albricia para los creyentes...” (Corán 2:97)
Las tareas de los Ángeles
Algunos ángeles están a cargo de la ejecución de la ley de Dios en el mundo físico. El ángel Miguel es responsable de las lluvias, que caigan en la dirección que Dios desea. Hay ayudantes por orden de su Señor, dirigirán los vientos y las nubes, a donde Dios quiera. Otro ángel es el responsable de soplar el cuerno, se llama Israfil, para que tenga comienzo del Día del Juicio Final. Otros son responsables de tomar las almas de los cuerpos en el momento de la muerte: el Ángel de la Muerte y sus ayudantes. Dios dice:
“Tomará vuestras almas el Ángel de la muerte que es el encargado de ello, y luego compareceréis ante vuestro Señor.” (Corán 32:11)
Luego hay ángeles de la guarda, responsables de la protección de los creyentes a lo largo de su vida, en su casa o en sus viajes, dormidos o despiertos.
Otros son responsables de registrar las obras de las personas, las buenas y las malas acciones. Éstos son conocidos como los "honorables escribas".
Dos ángeles, Munkar y Nakir, son responsables de interrogar a las personas en la tumba.
Entre los ángeles están los guardias del Paraíso y los diecinueve guardias del infierno cuyo líder es Malik.
También hay ángeles encargados de insuflar el alma en el feto y escribir cómo será su sustento, su vida, sus acciones, y si será feliz o infeliz.
Algunos ángeles viajan alrededor del mundo en busca de reuniones donde Dios es recordado. También hay ángeles que constituyen el ejército celestial de Dios, de pie en filas, nunca se cansan o se sientan, y otros que prosternados o inclinados nunca levantan la cabeza, adorando por siempre a Dios.
Como hemos visto los ángeles son una creación grandiosa de Dios, que varían en número, funciones y capacidades. Dios no tiene ninguna necesidad de estas criaturas, pero con el conocimiento y la creencia en ellos aumenta la admiración que uno siente por Dios, ya que Él es capaz de crear lo que desea; la magnificencia de Su creación es una prueba de la magnificencia del Creador.
La creencia en las escrituras reveladas por Dios es el tercer artículo de la fe islámica.
Podemos identificar cuatro razones principales para la revelación de las escrituras:
(1) La escritura revelada a un profeta es un punto de referencia para aprender la religión y las obligaciones ante Dios y el prójimo. Dios se revela a la humanidad y explica el propósito de la creación a través de las escrituras reveladas.
(2) Al utilizarlo como referencia se pueden solucionar las discusiones y diferencias por temas de creencia, práctica religiosa o de índole social.
(3) Las escrituras están para mantener la religión a salvo de la corrupción y el deterioro, al menos por algún tiempo después de la muerte del profeta al que fueron reveladas. En el presente, el Corán revelado a nuestro Profeta Muhámmad, que la paz de Dios sea con él, es la única escritura que se mantiene libre de toda tergiversación y cambio.
(4) Es la prueba de Dios a los seres humanos.
El musulmán cree firmemente en que los libros divinos fueron realmente revelados por Dios a Sus profetas para guiar a la humanidad. El Corán no es la única palabra de Dios, ya que Dios también habló a los profetas anteriores a Muhámmad.
“…Y a Moisés Dios le habló directamente.” (Corán 4:164)
Dios describe a los verdaderos creyentes como aquellos que:
“…Creen en lo que te ha sido revelado [¡Oh, Muhámmad!] y en lo que fue revelado anteriormente….” (Corán 2:4)
El mensaje central de todas las escrituras es adorar sólo y únicamente a Dios.
“Y por cierto que a todos los Mensajeros que envié antes de ti [¡Oh, Muhámmad!] les revelé que no existe más divinidad que Yo, [y les ordené:] ¡Adoradme sólo a Mí!” (Corán 21:25)
El Islam es la más completa de las revelaciones sagradas en el presente.
Los musulmanes creemos en las siguientes escrituras:
(i) El Corán, revelado al Profeta Muhámmad.
(ii) La Toráh (Tawrah en árabe) revelada al Profeta Moisés (algo diferente al Antiguo Testamento que podemos encontrar en la actualidad).
(iii) El Evangelio (Inyil en árabe) revelado al Profeta Jesús (diferente al Nuevo Testamento que se lee en las iglesias actualmente).
(iv) Los Salmos (Zabur en árabe) de David.
(v) Los Pergaminos (Suhuf en árabe) de Moisés y Abraham.
Tercero, los musulmanes creemos en lo que es verdadero en ellos y no ha sido alterado o deliberadamente inventado.
Cuarto, el Islam afirma que Dios reveló el Corán como testigo de las previas escrituras y como confirmación de ellas, porque dice:
“Te hemos revelado [a ti, ¡Oh Muhámmad!] el Libro con la Verdad [El Corán], que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados.” (Corán 5:48)
Es decir que el Corán confirma lo que es verdad en las escrituras previas y rechaza cualquier alteración y cambio que hayan realizado las manos humanas.
Las Escrituras Originales y la Biblia
Debemos distinguir entre dos asuntos: las versiones originales de la Toráh, del Evangelio y de los Salmos, y la Biblia de la actualidad. Los originales fueron revelaciones de Dios, pero la Biblia actual no contiene la escritura original exacta.
No existe ninguna escritura divina hoy en día en la lengua original en que fue revelada, excepto el Sagrado Corán. La Biblia no fue revelada en español. Los diferentes libros de la Biblia en la actualidad son traducción de traducción y de la cual existen diferentes versiones. Estas traducciones múltiples fueron hechas por personas cuyo conocimiento u honestidad no es conocida. Como resultado, algunas biblias son más largas que otras y tienen contradicciones e inconsistencias internas. No existen originales. El Corán, por el contrario, es la única escritura que existe hoy en día con su lenguaje y palabras originales. Ninguna letra del Corán ha sido cambiada desde su revelación. Es consistente internamente, sin ninguna contradicción. Es en la actualidad tal como fue revelada 1400 años atrás, transmitida por una sólida tradición de memorización y escritura. A diferencia de otros textos sagrados, el Corán en su totalidad ha sido memorizado por casi todos los eruditos islámicos y cientos de miles de musulmanes generación tras generaci
Las escrituras previas consisten en:
(i) Historias de la creación del hombre y antiguas naciones, profecías de lo que vendrá como signos del Día del Juicio, apariciones de nuevos profetas, y otras noticias.
Las historias, profecías y noticias en la Biblia que se leen en las iglesias y las sinagogas en la actualidad son parte verdad y parte mentira. Estos libros consisten en algunos fragmentos traducidos de las escrituras originales, reveladas por Dios, palabras de algunos profetas, mezcladas con explicaciones de sus eruditos, errores de escritura, maliciosas inserciones y eliminaciones. El Corán, nos ayuda a dilucidar la mentira de la verdad. Para un musulmán, es el criterio para juzgar y distinguir la verdad de la falsedad de las historias. Por ejemplo, la Biblia todavía contiene claros pasajes que afirman la unicidad de Dios.[1] También, pueden encontrarse algunas profecías con respecto al profeta Muhámmad en la Biblia.[2] Sin embargo, hay pasajes, hasta libros enteros, que se admite son escrituras de seres humanos.[3]
(ii) La ley y las sentencias, lo permitido y lo prohibido, como la Ley de Moisés.
Si adoptamos la ley, lo legal y lo prohibido, que contiene el libro anterior que no ha sufrido alteración alguna, el Corán todavía contiene esas sentencias, que cancelan la ley anterior que era ideal para ese tiempo y no es aplicable para el presente. Por ejemplo, las leyes antiguas pertenecientes a las asambleas, rituales de plegarias, ayuno, herencia, casamiento y divorcio han sido canceladas o, en algunos casos, reafirmadas por la Ley Islámica.
El Sagrado Corán
El Corán es diferente a las demás escrituras en los siguientes aspectos:
(1) El Corán es milagroso porque es inimitable. Nada similar a él puede producirse por los seres humanos.
(2) Después del Corán, ninguna otra escritura será revelada por Dios. Ya que el Profeta Muhámmad es el último profeta, por lo tanto el Corán es la última escritura.
(3) Dios prometió proteger al Corán de toda alteración, para salvaguardarlo de la corrupción y preservarlo. Por otro lado, las escrituras previas no eran definitivas y por eso sufrieron alteraciones y distorsiones, y ya no son iguales a sus revelaciones originales.
(4) El Corán, por un lado, confirma las escrituras anteriores, y por el otro es testigo de su veracidad o falsedad.
(5) El Corán las abroga, abroga las sentencias de las escrituras previas y las hace inaplicables. La Ley de las escrituras antiguas ya no es aplicable; las sentencias anteriores han sido canceladas con la Ley del Islam.