Algunas observaciones sobre los universos múltiples (la hipótesis del multiverso)
Primera consideración: No hay la menor pizca de evidencia que pruebe que existen estos universos múltiples. Como mero principio, no podemos observarlos[1]. Es por esto que dicha idea ha sido criticada con severidad por los principales científicos:
John Polkinghorne de Cambridge, exprofesor de física matemática, ha denominado a esta idea "pseudociencia" y "una suposición metafísica"[2].
En otro apartado, dijo lo siguiente: "El cuento de los universos múltiples a veces es presentado como puramente científico, pero de hecho un portafolio de suficientes universos diferentes solo puede ser generado por procesos especulativos que van mucho más allá de lo que la ciencia seria puede endosar honestamente"[3].
Arno Penzias, físico estadounidense y ganador del premio Nobel, quien ayudó a descubrir la radiación cósmica de microondas de fondo que ayudó a establecer la teoría de la Gran Explosión, argumentó lo siguiente: "Algunas personas se sienten incómodas con que el mundo haya sido creado con un propósito. Para plantear cosas que contradigan el propósito, tienden a especular acerca de cosas que no han visto"[4].
Martin Rees es un cosmólogo y astrofísico británico de Cambridge y expresidente de la Royal Society. En una entrevista en 2000 con una revista científica, admitió que los cálculos son "altamente arbitrarios", y que la teoría misma "cuelga de suposiciones", sigue siendo especulativa y no es susceptible de investigación directa. "Los otros universos no están disponibles para nosotros", dijo. Agregó que ni siquiera podemos saber si los universos son finitos o infinitos en número[5].
Richard Swisburne, un reconocido filósofo, comenta: "Proponer la existencia de un billón de billones de otros universos, en lugar de un Dios, a fin de explicar el orden de nuestro universo, parece el culmen de la irracionalidad"[6].
Segunda consideración: Esta hipótesis viola el principio de la navaja de Ockham, según el cual la explicación más plausible es aquella con la menor cantidad de supuestos y condiciones[7].
Tercera consideración: Todas las teorías conocidas de multiverso tienen en realidad requisitos significativos de equilibrio armónico. En consecuencia, el equilibrio armónico de un "multiverso" necesitará una explicación. A fin de ser creíble, un mecanismo factible debe ser sugerido para los múltiples mundos. ¿De dónde proviene el "generador de multiverso"? Un "generador de multiverso" requerirá un "diseño". Tendría que estar "bien hecho" con las leyes correctas y tener los ingredientes adecuados (condiciones iniciales) para funcionar y producir universos capaces de sostener vida. Por ejemplo, examinando el multiverso de supercuerdas inflacionario, este requiere al menos cinco mecanismos o leyes especiales. Quién o "qué" diseñó este generador hipotético es algo que sigue sin respuesta.
Por lo tanto, la hipótesis del generador de universos no socava el argumento del equilibrio armónico, sino que pone el tema del equilibrio armónico en el tope de la lista.
Cuarta consideración: Dado que un multiverso no puede ser observado, ¿cómo puede alguien saber que los demás mundos están menos ordenados y son más caóticos y menos fructíferos que el nuestro? Si el único mundo que conocemos y que podemos usar es la pista para la estructura de los demás, y este está armónicamente equilibrado (perfectamente ajustado), entonces, por analogía, los demás mundos deberían estar, cuando menos, tan bien diseñados como este. Esto requiere un Creador aún más poderoso[8].
Quinta consideración: A pesar de que en la actualidad no hay evidencia científica de que exista el multiverso, no parece ser necesario negar su posibilidad[9]. Así como hay muchos planetas muertos en nuestro universo, tal vez, y solo tal vez, existan también muchos universos muertos. Es interesante que existe un teorema importante[10] según el cual, incluso si un multiverso fue el que hizo que nuestro universo exista, ¡este tuvo que tener un comienzo! En consecuencia, la mejor explicación sería que fue diseñado por un Creador poderoso, no que surgió por azar.
En resumen, la hipótesis del multiverso es puramente especulativa. Incluso si resultara tener algún mérito científico, es totalmente compatible con la creencia en Dios.
Universo o multiverso, el equilibrio armónico gana. Cara o cruz, el Creador gana.
1. Después de agotar todas las explicaciones causales colectivamente exhaustivas, el equilibrio armónico del universo queda mejor explicado como el "diseño" de un Creador inmensamente Sabio y Poderoso. La creación divina, no el azar, es la explicación más convincente y razonable para el equilibrio armónico del universo.
2. La hipótesis del multiverso es altamente especulativa, pero incluso si fuera cierta, no entraría en conflicto con la creencia en Dios.
3. La razón de que la evidencia arrojada por el equilibrio armónico sea en extremo convincente y razonable, pero no definitiva, es que la ciencia está limitada por su propia naturaleza. Para ser más precisos, todo esfuerzo científico está limitado por definición. Obviamente, lo que podemos aprender de la ciencia también está limitado a cierto nivel. Para entender esta afirmación, debemos saber que hay dos tipos principales de razonamiento generalmente aceptados: inducción y deducción. La ciencia está basada en la inducción, mientras que las matemáticasestán basadas en la deducción[1]. Por definición, el razonamiento deductivo es incierto. El conocido "problema de la deducción" llevó al pensador Charlie Broad a decir: "La inducción es la gloria de la ciencia y el escándalo de la filosofía"[2]. Por lo tanto, la ciencia no puede probar deductivamente la existencia de Dios, porque la ciencia es un esfuerzo empírico basado en la inducción. Por otra parte, la ciencia por sí misma no puede tener certeza de que ha contemplado toda información posible para una explicación completa de un fenómeno en particular, mucho menos para todo el universo.
Pero la ciencia nos permite identificar la elevada improbabilidad de que los requisitos para que la vida exista en el universo se dieran por mero azar.
4. Es por lo anterior que cuando describimos la evidencia del equilibrio armónico como "convincente", no queremos decir que todo el mundo quedará convencido con nuestra explicación de cada pieza de evidencia, ni que hemos completado un caso tan definitivo e irrefutable para esta evidencia que nadie podrá oponerse a las conclusiones. La evidencia es convincente en sí y por sí misma, pero nuestra articulación de dicha evidencia solo será tan buena como nuestra comprensión de la misma.
Por otro lado, si alguien no quiere creer en Dios, ninguna cantidad de evidencia podrá obligar a esa persona a aceptar la existencia de Dios como un hecho.
5. Finalmente, no tenemos que depender de la ciencia, la lógica compleja ni de un elevado nivel de educación para "ver" la evidencia del Creador. La creación entera señala a su Creador. Este conocimiento siempre ha estado disponible para los seres humanos, independientemente de su nivel de educación. Después de todo, un hombre analfabeto tiene tanto derecho a conocer a Dios como los científicos y filósofos modernos. Pensar lo contrario es el colmo de la arrogancia.
A continuación, se presentan reflexiones de un poeta árabe y conclusiones de un teólogo moderno y de algunos físicos notables. Ellas muestran que el conocimiento de la existencia de Dios ha sido fácil e igualmente accesible a todos aquellos que eligen "ver" a Dios en sus entornos inmediatos:
Poeta árabe: "El estiércol de camello indica la presencia de un camello, y las huellas indican que alguien caminó por allí. Así mismo, los cielos con sus estrellas y la Tierra con sus montañas y valles deben indicar la existencia del Omnisciente, el Sabio (dos de los nombres de Dios)"[3].
Keith Ward dijo: "Puede que no haya pruebas de Dios en la física. Pero ya no es cierto que la física haya hecho a Dios superfluo. Al contrario, es el indicador más fuerte de que nuestro mundo físico está basado en principios universales tan elegantes y hermosos, tan ordenados e interrelacionados, que sugiere a la mente con fuerza casi abrumadora que la base de este mundo es un Creador racional y consciente, Quien ha impreso en los cielos y en la Tierra las marcas manifiestas de Su obra"[4].
John Polkinghorne comentó: "Cuando te das cuenta de que las leyes de la naturaleza deben estar increíblemente bien afinadas y equilibradas para producir el universo que vemos, eso conspira para plantar la idea de que el universo no ocurrió simplemente, sino que debe haber un propósito detrás de él"[5].
Allan Sandage, quien determinó el valor exacto de la constante de Hubble, la edad del universo, y también descubrió el primer cuásar, escribió: "Me parece muy poco probable que todo ese orden provenga del caos. Tiene que existir algún principio organizador. Dios es, para mí, un misterio, pero es la explicación para el milagro de la existencia, de por qué hay algo en lugar de nada"[6].
Vera Kistiakowski, profesor de física del Instituto Tecnológico de Massachusetts, resumió así las implicaciones de la evidencia:
"El orden exquisito expuesto por nuestro entendimiento científico del mundo físico requiere la divinidad