Este artículo es la primera de dos partes donde se analiza el verdadero papel de Jesús
Parte 1: discusión sobre si Jesús se llamó a sí mismo “Dios”, Jesús nombrado como “Señor” y la naturaleza de Jesús.
Jesús es una figura que es amada por miles de millones de personas alrededor del mundo; sin embargo, hay mucha confusión alrededor del estatus de esta personalidad colosal. Ambos, musulmanes y cristianos, tienen una alta estima por Jesús, pero sus puntos de vista difieren.
Las cuestiones planteadas en este artículo tienen por objetivo llegar al centro de las controversias que rodean a Jesús: ¿Jesús es Dios? ¿Jesús fue enviado por Dios? ¿Quién fue el Jesús histórico real?
Algunos versículos ambiguos de la biblia pueden ser erróneamente aplicados para mostrar que Jesús es divino en alguna forma.
Pero si miramos los versículos claros y directos de la Biblia, vemos una y otra vez que se refieren a Jesús como un ser humano extraordinario y nada más. Lo que surge cuando consideramos los hechos históricos y lógicos sobre la vida de Jesús es la prueba concluyente no solo de que Jesús no puede ser Dios, sino que él jamás proclamó serlo.
A continuación, exponemos cinco líneas de razonamiento que clarifican este tema a través de la propia Biblia y, por lo tanto, nos permiten descubrir al Jesús real.
1.Jesús nunca se llamó a sí mismo “Dios”
La Biblia (a pesar de haber sido cambiada y adulterada con el tiempo) contiene muchos versículos en los que Jesús habla de Dios como una persona separada de sí mismo. Estos son solo algunos de ellos.
Cuando un hombre se expresó de Jesús como “buen maestro” él le contesto: “¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino solo uno, Dios’’ [Marcos 10:18].
En otra instancia, Jesús dice: “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad sino la voluntad del que me envió” [Juan 5:30].
Jesús habla de Dios como un ser separado de sí mismo: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos y diles: subo a mi Padre y a vuestro padre, a mi Dios y a vuestro Dios” [Juan 20:17]. En este versículo él afirma que fue enviado por Dios: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado” [Juan 17:3].
Si Jesús fuera Dios, le habría dicho a la gente que lo adorara a él, pero hizo lo contrario y desaprobó a cualquiera que lo adorara: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombre” [Mateo 15:9].
Si Jesús hubiera afirmado que era Dios, entonces habría cientos de versículos en la Biblia que lo mencionaran, pero no existe ni un solo versículo en toda la Biblia en el que Jesús diga: “Yo soy Dios, adórenme”.
2.¿Jesús como Hijo y Señor?
En ocasiones, Jesús es mencionado como “Señor” en la Biblia, y en otras ocasiones como “hijo de Dios”. Dios es llamado “el Padre”; así que, al poner estos nombres juntos, se podría afirmar que Jesús es el hijo de Dios. Pero, si miramos cada uno de estos títulos en contexto, encontraremos que son simbólicos y no deben ser tomados literalmente.
“Hijo de Dios” es utilizado en el hebreo antiguo para una persona recta. Dios llama a Israel su “hijo”: “Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito” [Éxodo 4:22]. David también es llamado “hijo de Dios”: “Jehová me ha dicho: mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy” [Salmos 2:7]. De hecho, cualquiera que es recto es mencionado como “hijo de Dios: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios” [Romanos 8:14].
Del mismo modo, cuando la palabra “padre” es utilizada para referirse a Dios, no debe ser tomada de manera literal, sino como una forma de decir que Dios es el Creador, Proveedor, Sustentador, etc. Hay muchos versículos para que entendamos este significado simbólico de la palabra “Padre”
por ejemplo: “Un Dios y padre de todos, el cual es sobre todos” [Efesios 4:6].
Jesús a veces es llamado “Señor” por sus discípulos. “Señor” es un término utilizado para Dios y también para la gente que ellos tenían en alta estima. Hay muchos ejemplos de la palabra “Señor” utilizada por la gente en la Biblia: “Y se acercaron al mayordomo de la casa de José y le hablaron a la entrada de la casa. Y dijeron: ‘¡Ay! Señor nuestro, nosotros en realidad descendimos al principio a comprar alimentos’” [Génesis 43:19-20]. También, en otras partes de la Biblia, Jesús es incluso llamado “siervo” de Dios por los discípulos: “El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a Su siervo Jesús” [Hechos 3:13]. Esto muestra claramente que cuando “Señor” se utiliza para referirse a Jesús es un título de respecto y no de divinidad.
3.La naturaleza de Jesús
La naturaleza de Jesús fue totalmente diferente a la de Dios, hay muchas partes de la Biblia que subrayan esta diferencia: Dios es Omnisciente, y Jesús mismo admitió que no lo era. Esto puede verse en el siguiente pasaje donde Jesús dice:
“Pero del día de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos sino solo el Padre” [Mateo 24:36].
Dios es independiente y no necesita sueño, comida ni agua. Jesús, sin embargo, comió, bebió, durmió y dependió de Dios: “Como me envió el padre viviente y yo vivo por el Padre” [Juan 6:57]. Otra señal de la dependencia de Jesús a Dios, es que él Le rezó a Dios: “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando” [Mateo 26:39]. Esto muestra que el mismo Jesús buscó ayuda de Dios, siendo Dios aquel que responde las plegarias y, por lo tanto, no necesita rezarle a nadie. También Jesús dijo: “He dicho que voy al Padre, porque el Padre es mayor que yo” [Juan 14:28].
La Biblia aclara que Dios es invisible y no es un ser humano: “No podrás ver Mi rostro porque no me verá hombre y vivirá” [Éxodo 33:20]. “Dios no es un ser humano” [Números 23:19]. Jesús, por otro lado, fue un hombre que fue visto por miles de personas; por lo tanto, no pudo ser Dios. Además, la Biblia deja claro que Dios es demasiado grande para estar dentro de Su creación: “Mas ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la Tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no Te pueden contener: ¿Cuánto menos esta casa que he edificado? [2 Crónicas 6:18]. De acuerdo a este versículo, Jesús no puede ser Dios viviendo en la Tierra.
También, la Biblia llama a Jesús un Profeta [Mateo 21:10-11]; así que, ¿cómo pudo ser Jesús ser Dios y ser el Profeta de Dios al mismo tiempo? Eso no tendría sentido.
Adicionalmente la Biblia nos informa que Dios no cambia: “Porque yo Jehová no cambio” [Malaquías 3:6:]. Jesús, sin embargo, pasó por muchos cambios en su vida, como edad, peso, estatura, etc.
Estas son solo algunas de las pruebas dentro de la Biblia que aclaran que la naturaleza de Jesús y de Dios son completamente diferentes. Algunas personas pueden afirmar que Jesús tuvo tanto una naturaleza humana como una divina, esta es una afirmación que Jesús nunca hizo y que contradice claramente la Biblia, la que sostiene que Dios tiene una sola naturaleza.
4.El mensaje de Jesús
Los profetas del Antiguo Testamento, como Abraham, Noé y Jonás, nunca predicaron que Dios sea parte de una trinidad, y o creyeron en Jesús como su salvador. Su mensaje era simple: Dios es uno y solo Él merece tu adoración. No tiene sentido que Dios enviara profetas durante miles de años con el mismo mensaje esencial y luego, de manera repentina, dijera que Él está en una trinidad y que debes creer en Jesús para ser salvo.
La verdad es que Jesús predicó el mismo mensaje que los profetas del Antiguo Testamento. Hay un pasaje en la biblia que realmente subraya su mensaje central. Un hombre se le acerco a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”; Jesús le respondió: “El primer mandamiento de todos es: oye, Israel; el Señor, nuestro Dios, el Señor uno es” [Marcos 12:28-29]. Así que el más grande mandamiento, la creencia más importante según Jesús, es que Dios es uno. Si Jesús fuera Dios hubiera dicho: “Yo soy Dios, adórenme”, pero no lo hizo. Él solo repitió un versículo del Antiguo Testamento confirmando que Dios es uno.
Algunas personas afirman que Jesús vino para morir por los pecados del mundo, pero consideren la siguiente declaración de Jesús: “Y esta es la vida eterna: que te conozca a Ti, el Único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la Tierra, he acabado la obra que me diste que hiciese” [Juan 17:3-4]. Jesús dijo esto antes de ser arrestado y posteriormente llevado para ser “crucificado”. De este versículo queda claro que Jesús no vino a morir por los pecados del mundo, ya que terminó el trabajo que Dios le había encomendado antes de que lo arrestaran para su “crucifixión”.
Jesús también dijo: “La salvación viene de los judíos” [Juan 4:22]. De acuerdo a esto, no tenemos que creer en la Trinidad o que Jesús murió por nuestros pecados para obtener la salvación, ya que los judíos no tienen dichas creencias.
5.Los primeros cristianos
Históricamente, hubo muchas sectas en el cristianismo primitivo que tuvieron diferentes creencias con respecto a Jesús[1]. Algunas creyeron que Jesús era Dios, otras creyeron que Jesús no era Dios pero era en parte divino, y otras creyeron que era un ser humano, nada más. El cristianismo trinitario, el cual cree que Dios, Jesús y el Espíritu Santo son uno en tres personas, se convirtió en la secta dominante del cristianismo, una vez que fue formalizada como la religión estatal del Imperio Romana en el siglo IV. Los cristianos que negaron que Jesús era Dios fueron perseguidos por las autoridades romanas[2]. Desde este punto en adelante la creencia trinitaria se generalizó entre los cristianos, hubo varios movimientos en el cristianismo primitivo que negaron la trinidad, entre los más conocidos están el adopcionismo y el arrianismo.
El Dr. Jerald Dirks quien es un experto en cristianismo primitivo, dijo al respecto: “El cristianismo primitivo se vio envuelto en muchos conflictos acerca del tema de la naturaleza de Jesús. Las diversas posiciones adopcionistas dentro del cristianismo primitivo fueron numerosas y, por momentos, dominantes. Se puede especular que el cristianismo arriano y nestoriano bien podría ser una fuente muy importante dentro del cristianismo actual, si no fuera por el hecho de que esas dos ramas del cristianismo, que originalmente se ubicaban en el Oriente Medio y el norte de África, fueron muy similares a las enseñanzas islámicas con respecto a la naturaleza de Jesús, que con toda naturalidad fueron absorbidas por el Islam a comienzos del siglo VII[3].
Ya que hubo tantas sectas en el cristianismo primitivo, cada una con diferentes creencias acerca de Jesús y con sus propias versiones de la Biblia, ¿Cuáles de ellas podemos decir que seguían las verdaderas enseñanzas de Jesús?
No tiene sentido que Dios enviara innumerables profetas, como Noé, Abraham y Moisés para decirle a la gente que crea en un solo Dios y, de repente, enviara el mensaje radicalmente diferente de la trinidad que contradice las enseñanzas de Sus anteriores profetas. Es claro que la secta del cristianismo que creyó que Jesús era un Profeta humano y nada más, estaba siguiendo las verdaderas enseñanzas de Jesús. Esto es porque su concepto de Dios es el mismo que fue enseñado por los profetas en el Antiguo Testamento.
Jesús en el Islam
La creencia islámica acerca de Jesús nos desmitifica quién fue el Jesús real. Jesús en el Islam fue un individuo extraordinario, escogido por Dios como un Profeta y enviado al pueblo judío. Él nunca predicó que él mismo fuera Dios o el hijo verdadero de Dios. Él nació milagrosamente sin padre, y realizó muchos milagros sorprendentes, como curar al ciego y al leproso, y levantar al muerto, todo con el permiso de Dios. Los musulmanes creemos que Jesús retornará antes del Día del Juicio para traer justicia y paz al mundo. Esta creencia islámica acerca de Jesús es similar a la creencia de algunos cristianos antiguos. En el Corán, Dios se dirige a los cristianos sobre Jesús de la siguiente forma:
¡Oh, Gente del Libro! No se extralimiten en las creencias de su religión. No digan acerca de Dios sino la verdad: Porque el Mesías, Jesús hijo de María, es un Mensajero de Dios y Su palabra [¡Sé!] que depositó en María; un espíritu creado por Él. Crean en [la unicidad de] Dios y en Sus Mensajeros. No digan que [Dios] es una parte de la trinidad, abandonen esa idea, es lo mejor para ustedes. Dios es una única divinidad. Lejos está, Glorificado sea, de tener un hijo. A Él pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra. Dios es suficiente como protector
4:171
El Islam no es sólo otra religión, es el mismo mensaje predicado por Moisés, Jesús y Abraham. Islam literalmente significa “sumisión a Dios” y nos enseña a tener una relación directa con Dios. Nos recuerda que, ya que Dios nos creó, nadie debe ser adorado excepto Dios, también nos enseña que Dios no es como un ser humano o como nada que podamos imaginar. El concepto de Dios está resumido en el Corán como:
Di: ‘Él es Al-lah, Uno. Al-lah es el Absoluto. No engendró ni fue engendrado. Y no hay nada ni nadie que sea semejante a Él
(112:1-4)[4]
Convertirse en musulmán no es darle la espalda a Jesús. Por el contrario, es regresar a las enseñanzas originales de Jesús y obedecerlo.
El profeta Muhammad fue una figura religiosa y política cuya misión fue unir las diferentes tribus de la Península Arábiga específicamente, y el mundo entero en general, bajo una religión. Como ejemplo a seguir para el mundo, la vida y las decisiones del Profeta Muhammad son aquellas de las que puede obtenerse mucho beneficio y sabiduría. Desde la época de la revelación, el Profeta vivió una vida bajo la supervisión directa del Creador. Así, estuvo bajo la protección de Dios para no cometer ningún error en difundir la religión y la forma de vida correctas. Todas y cada una de sus acciones son de las que deben ser emuladas, y Dios mismo dijo sobre él:
“En efecto, tienes un carácter con una alta escala de valores”.
El Profeta fue un hombre concentrado en una misión, y sus preocupaciones no eran las de otros humanos ordinarios. Por estas razones, uno debe investigar las razones por las cuales el Profeta tomó ciertas decisiones en el transcurso de su vida. Aunque algunas de ellas puedan parecer de fácil aplicación, otras pueden resultarnos poco familiares en esta época. En consecuencia, es importante tener en cuenta los distintos contextos que rodearon su vida para así no sacar conclusiones falsas sin base ni evidencia alguna.
Una de estas facetas de la vida del Profeta que es poco comprendida, o francamente mal representada, es el hecho de que él haya contraído múltiples matrimonios en el curso de su vida. Para entender la sabiduría de esto, uno debe estudiar los diferentes factores que rodearon esta decisión. Sólo entonces puede sacarse una buena conclusión con base en ellos.
La vida marital del Profeta puede ser dividida en cuatro etapas.
La primera etapa
Los primeros 25 años de su vida fueron un periodo de celibato. La juventud es normalmente la época de la vida cuando la gente se hace temeraria, cuando las pasiones alborotadas en la adolescencia se hacen salvajes, pues aún no se ha aprendido el autocontrol. Más aún, en la época en que él vivió, la sociedad árabe no restringía las relaciones sexuales. A pesar de ello, él llevó una vida casta y pura, ganándose el título de Amin (el confiable). Un hombre que se puede controlar a sí mismo como adulto joven tiene mayor posibilidad de mantener el autocontrol en la vejez.
La segunda etapa
Cuando eventualmente se casó, no fue con una virgen joven, menor que él. Al contrario, después de pasar célibe 25 años, su primera esposa, Jadiyah, tenía 40 años de edad y se había casado ya dos veces. Permanecieron felizmente casados por 25 años hasta que ella murió, y durante ese período él no se casó con nadie más. Cuando él recibió la primera revelación, ella fue la primera persona en creer que él era un Profeta de Dios. ¿Puede haber mayor testimonio que una esposa 15 años mayor que su esposo, siendo la primera persona en creer en su llamado?
Él también tuvo muchas razones para casarse con otra esposa mientras estaba casado con ella:
En primer lugar, aunque ella le dio tres hijas, Jadiyah no le dio ningún hijo varón que sobreviviera a la infancia. En una sociedad que practicaba el infanticidio femenino debido a su preferencia por los hijos varones, esta fue de seguro una dura prueba. Sus adversarios incluso se mofaron de él después de la muerte de su segundo hijo. Dios, sin embargo, los repudió:
Por cierto que a quien te desdeñe y odie le privaremos de todo bien [en esta vida y en la otra
Corán 108:3
Segundo, él fue un hombre muy bien parecido. Uno de sus seguidores lo describió así:
‘Comencé a mirarlo a él y a la luna, él vestía un manto rojo, y me pareció que era más bello que la luna’.
Tercero, la poligamia estaba ampliamente generalizada y era socialmente aceptable para las mujeres de la época. No había barreras sociales que le impidieran tomar otra esposa. Él pudo fácilmente desposar a una mujer más joven y hermosa que hubiera escogido, pero no lo hizo. Más aún, cuando fue presionado para que se casara después de la muerte de Jadiyah, eligió a otra viuda.
Cuarto, los paganos de La Meca le ofrecieron riquezas, ornamentos de oro y plata, liderazgo e incluso el casarse con las más bellas mujeres, sólo si dejaba de predicar, pero se rehusó. Dijo:
“Incluso si pusieran el sol en mi mano derecha y la luna en mi mano izquierda, no abandonaría mi propósito hasta que Dios me dé el éxito o hasta que muera” .
¿Es esta la respuesta de un hombre dominado por sus deseos, o la de un hombre entregado a la llamada de Dios?
La tercera etapa
Después que pasó el mejor momento de su vida (físicamente), contrajo matrimonio con más de una esposa en el período comprendido entre el año 2 H. y el año 7 H. (623 - 628 d.C.). Esto ocurrió entre las edades de 55 y 60 años, y todos los matrimonios fueron realizados por razones desinteresadas. Estos fueron años de guerras para la emergente nación islámica, cuando los musulmanes tuvieron que pelear en defensa propia para proteger sus vidas y su religión. En consecuencia, cientos de sus compañeros fueron muertos, dejando tras ellos viudas y huérfanos sin nadie que cuidara de ellos. El Profeta Muhammad estableció un ejemplo para los compañeros sobrevivientes al casarse con las viudas en aras de mantenerlas, de modo que muchas de sus esposas eran viudas. Si la lujuria hubiera sido su motivo, la elección no habrían sido las viudas o divorciadas.
El Profeta Muhammad se casó con una virgen, Aisha, que era joven. Tal matrimonio es el que ha causado la mayor controversia entre los críticos que le imputan inmoralidad al carácter del Profeta debido a éste. Él se casó con ella a pedido de su padre, Abu Baker, quien era su más cercano y el primero de sus seguidores fuera de la familia. Abu Baker fue el primero de los compañeros en la estima del Profeta, y su aliado más confiable. Con él compartió la peligrosa emigración hacia Medina. ¿Por qué ofendería gratuitamente a semejante aliado rechazando su petición? Aisha es también la fuente de mucho de lo que se conoce de la Sunnah del Profeta, que sería mucho más pobre sin el legado dejado por ella. Además, el Profeta estaba cumpliendo el mandamiento de Dios, que es casar a aquellos que estén listos para casarse lo antes posible. La consumación o boda completa (nikah), se realizó tres años después de la disposición contractual (el compromiso), cuando ella ya era madura. Como niña, ella vivía en la casa de su padre, donde Muhammad la visitaba, a menudo participando con ella en sus juegos de muñecas.
Otra razón tras sus matrimonios fue el consolidar alianzas. Al casarse con familiares de aliados estratégicos y enemigos vencidos, estableció los cimientos de la cooperación entre los musulmanes de diferentes tribus. Ninguna de las esposas que el Profeta desposó después de Aisha se comparaban con su juventud, inteligencia o deseo de aprender, pero todas ellas contribuyeron en otras formas a la estabilidad de la nación musulmana. Tal hombre fue un amo, no un esclavo, de sus pasiones. Sus matrimonios señalan planeación con amplitud de miras e intereses compasivos. Si no hubiera sido por esta compasión, sin duda él habría escogido, además de Aisha, a otras similares a ella, en lugar de viudas y divorciadas, para que fueran sus esposas.
La cuarta etapa
Con la conquista de La Meca en el año 8 H.; la guerra terminó en su mayor parte. Después de esto, el Profeta no volvió a casarse. Esto muestra que él agregaba esposas a su familia sólo en la época de inestabilidad y guerra, tanto para protegerlas a ellas y a sus hijos, como para expandir y estabilizar la nación musulmana.
El hecho de que el Profeta Muhammad llevara una vida virtuosa fue admirado por sus adversarios, y a esto se refiere el Corán cuando Dios desafía a sus detractores preguntándoles de forma retórica si pueden hallar algún defecto moral en su vida. Él le dijo al Profeta Muhammad que:
(Di), Vosotros bien conocéis mi lealtad y confiabilidad, puesto que viví muchos años entre vosotros antes de la revelación
Corán 10:16
Nadie fue capaz de encontrar ninguna falta en su carácter que pudiera ser utilizada en su contra. Asumiendo, en contra de toda evidencia, que él era un impostor y el autor personal del Corán, ¿habría presentado su vida virtuosa como prueba de su declaración de ser Profeta de Dios?
Su humilde forma de vida
Aquellos pocos años en Medina en los que se llevaron a cabo la mayoría de sus matrimonios, no fueron años de lujo y comodidad. Por el contrario, su vida fue dura, empañada con la lucha a muerte contra los incrédulos. Grandes ejércitos estaban a las puertas de Medina listos para aplastar a los musulmanes, y gran parte de Arabia se había unido en contra suya. Las batallas debieron ser luchadas en rápida sucesión, sin tiempo para descansar en los laureles de la victoria o las cenizas de la derrota entre ellas. Para un líder responsable, no había tiempo para entregarse a las pasiones, ni siquiera el hombre ordinario que tuviera tal inclinación hallaría fácil el satisfacer sus pasiones en tales tiempos.
Huérfano desde pequeño, llegó a ser el gobernante de una Arabia unificada, pero eso no cambió su sencilla forma de vida. Comía la misma comida humilde y vestía la misma ropa que había llevado desde su juventud, quizás incluso más simple y humilde que entonces. El mobiliario de su dormitorio consistía de una estera hecha de hojas de palmera datilera, que le dejaba marcas en el cuerpo; uno de sus más cercanos compañeros le dijo al respecto:
“Oh, Mensajero de Dios, los líderes de los Persas beben en copas de oro y plata, ¿y tú vives así?” (Ahmed)
Él a menudo se iba a la cama en la noche sin comer, y en su casa pasaban días sin que se encendiera fuego para cocinar. Cuando esto ocurría, toda la familia debía sobrevivir con dátiles y agua, a pesar del hecho de que el tesoro público estaba a su disposición. El Profeta pudo haber vivido con comodidad si lo hubiera deseado, ya que sus seguidores, algunos de los cuales eran muy ricos, estaban dispuestos a sacrificar cualquier cosa por él. Sin embargo, debido a la orden de Dios respecto al comportamiento de los Profetas, él no aceptaría caridad para sí mismo ni para su familia. Más aún, ya fuera en tiempos de pobreza o de riqueza, él no era un hombre dedicado a los placeres de esta vida mundana.
Sus noches
El Profeta Muhammad tuvo muchas esposas, pero no dedicaba la mayor parte de la noche en el disfrute conyugal con ellas. El Profeta fue ordenado por Dios:
Levántate en la noche y ora gran parte de ella, la mitad, o un poco menos
Corán 73:2-4
Sus esposas describieron cómo sus pies se inflamaban de estar de pie orando. Esta ocupación habitual y constante claramente no pertenece a la vida de un hombre entregado a los placeres sensuales.
La vida sencilla de sus esposas
Después de la migración a Medina, el comercio próspero cambió la condición de los musulmanes. Las conquistas trajeron comodidades a la vida, y las esposas del Profeta naturalmente desearon compartir las comodidades legítimas de la vida. Sin embargo, Dios reveló:
¡Oh, Profeta! Diles a tus mujeres: Si preferís la vida mundanal y sus placeres transitorios, venid que os dejaré en libertad [divorciándoos] de buena forma. Pero si preferís a Allah y a Su Mensajero, y la morada que os aguarda en la otra vida, ciertamente Allah tiene una magnífica recompensa para quienes de vosotras obren el bien
Corán 33:28-29
A todas las esposas se les ofrecieron alternativas, pero ni una sola de ellas lo dejó por una vida más cómoda. Si ellas hubieran sospechado que él era un impostor, o hubieran encontrado al menos una falla en su carácter, o incluso si hubieran realmente deseado la vida cómoda que se les ofrecía como alternativa a estar casadas con él, simplemente pudieron haberlo dejado. En lugar de ello, cada una de ellas eligió el honor de ser su esposa. De seguro si él hubiera sido un hombre sensual, no les hubiera negado a sus esposas deseos como éste, ni hubiera estado dispuesto a divorciarlas a todas si se hubieran inclinado, aunque fuera un poco, hacia los placeres mundanos que ahora tenían a su disposición.