El primer grado
El Islam: Sus pilares son cinco: Atestiguar que no existe dios digno de alabanza excepto Allah y que Muhammad es Su Mensajero; realizar las oraciones, pagar el Zakat, ayunar el mes de Ramadán y la realizar la Peregrinación.
Primero: El testimonio de Fe:
No existe dios digno de alabanza excepto Allah y que Muhammad es Su Mensajero.
La primera parte de este testimonio significa que no existe deidad en los cielos ni en la tierra que tenga derecho a ser adorada, excepto Allah. Él es el único Dios verdadero y todas las otras deidades son falsas[1]. También significa purificar todos los actos de adoración solamente para Allah y alejarse de todo acto de idolatría. Quien pronuncie este testimonio no podrá beneficiarse de él hasta tanto no cumpla dos condiciones:
1. Que la diga con fe, conocimiento, convicción y amor por ella.
2. Que no crea en nada de lo que es adorado excepto Allah. Quien diga esta frase y no deje de creer en lo que se adora aparte de Allah, la frase no le será de ningún beneficio.[2]
Atestiguar que Muhammad es el Mensajero de Allah significa seguirlo en todo lo que él ordena, creer en todo lo que informa, abstenerse de todo lo que él prohíbe y adorar a Allah de la manera que él enseñó. Muhammad fue enviado como Mensajero de Allah para toda la humanidad, pero él no es más que un siervo de Allah y por lo tanto no debe ser adorado, sino obedecido y seguido. Aquel que siga a Muhammad entrará al Paraíso y quien no le obedezca irá al Infierno.
Se debe saber y tener en mente todo eso, los dictámenes islámicos en temas de fe, actos de adoración ordenados por Allah, sistemas legales y temas de legislación y moral a la hora de construir una familia, o en permitir o prohibir cosas que no pueden ser recibidas excepto a través de este noble Profeta, pues él es el Mensajero de Allah, el que transmite Su Ley a la humanidad.[3]
Segundo: La oración [4]
La oración o plegaria es el segundo pilar del Islam. En realidad, es la columna del Islam, pues es el vínculo entre el hombre y su Señor. Se repite cinco veces al día y así el hombre renueva su fe, se purifica de los pecados y lo protege de las cosas obscenas y los pecados. Cuando se levanta de dormir por la mañana, se presenta frente a su Señor puro y limpio antes de comenzar sus tareas terrenales cotidianas. Magnifica a su Señor, afirma Su absoluto derecho a ser adorado postrándose, parándose e inclinándose ante Él cinco veces cada día.
Antes de comenzar a realizar esta oración, debe purificar su corazón, su cuerpo, su ropa y el lugar de la oración. El musulmán debe realizar esta oración en congregación con sus hermanos musulmanes, si le resulta fácil hacerlo, mientras todos observan a su Señor con el corazón y con el rostro hacia la Ka'abah, la Casa Sagrada de Allah en La Meca. La oración fue prescripta como la mejor forma en que el Creador le exige a Su creación que Lo adore; pues contiene Su glorificación con todas las partes del cuerpo; de la palabra que sale de la boca, de las acciones de las manos, piernas, cabeza, sentidos, etc.; cada parte cumple una tarea durante este rito de adoración.
Los sentidos y el cuerpo tienen su función y el corazón hace su parte también. La oración implica exaltar a Allah, alabarlo y glorificarlo. También contiene el testimonio de la verdad, recitar el Corán, pararse humilde frente a su Señor y rogarle con devoción buscando su complacencia. Luego se inclina, se postra y se sienta, todo en sometimiento, humildad y mostrando indefensión ante Su grandeza y Su poder. El corazón de este siervo se parte, su cuerpo se vuelve humilde y sus extremidades se rinden con humildad ante su Señor. Luego concluye la oración dándole gracias a Allah y adorándolo, e invocando la paz y las bendiciones sobre el Profeta Muhammad y pidiéndole finalmente al Señor las cosas buenas de este mundo y del Más Allá.[5]
Tercero: El Zakat[6]
El Zakat, la caridad o contribución social obligatoria, es el tercer pilar del Islam. Es obligatorio para los musulmanes ricos pagar el Zakat de su riqueza. Es una pequeña porción de la riqueza que el musulmán le da a los pobres y necesitados y a otros que la merezcan.
Los musulmanes deben pagar el Zakat a sus destinatarios debidos con buena voluntad. No debe recordarles a ellos que está pagándola ni tampoco perjudicarlos de forma alguna por ello. Debe pagarla buscando la complacencia de Allah; no desear con ella ningún tipo de recompensa ni agradecimientos de los hombres. Debe pagarla sólo en nombre de Allah sin hacer alarde ni buscar fama alguna.
El pago del Zakat trae bendiciones y alegría a los corazones de los pobres, destituidos y necesitados. Evita que caigan en la mendicidad y es una compasión para ellos y una protección contra la negligencia y la pobreza que les podría afectar si fueran dejados de lado por la sociedad. Pagar el Zakat cuando es debido es una cualidad de generosidad, grandeza, altruismo, filantropía y compasión. También significa liberarse de la avaricia y la ambición desmedida. Es mediante el Zakat que los musulmanes se apoyan unos a otros, que los ricos muestran compasión por los pobres, para que no haya en la comunidad, si este rito se implementa de manera adecuada, pobres destituidos, deudores sometidos o un viajero que no pueda completar su travesía de regreso a su hogar.
Cuarto: El ayuno
Consiste en ayunar durante el mes de Ramadán desde el amanecer hasta el ocaso. El musulmán que ayuna abandona la comida, la bebida y las relaciones sexuales como un acto de adoración a Allah y logra que su ego se abstenga de esos deseos. Allah libera del ayuno a los enfermos, a los viajeros, a la mujer embarazada, a la mujer que amamanta y a la que acaba de dar a luz. Para ellos ordenó reglas adecuadas para cada situación.
En este mes, el musulmán se abstiene de sus deseos y este acto de adoración diferenciará a su alma del mundo animal y la asemejará al mundo de los ángeles que están cerca de Allah. La situación del musulmán que ayuna puede llegar a asemejarse a alguien que no tiene necesidad de este mundo más que alcanzar la complacencia de Allah.
El ayuno le da vida al corazón, hace que la persona renuncie al mundo, alienta a la persona a buscar lo que está con Allah y les recuerda a los ricos y pobres cuáles son sus condiciones para que sus corazones sientan empatía por ellos y sepan que viven por el favor de Allah y por lo tanto deben aumentar su gratitud hacia Él.
Ayunar purifica el corazón y crea el temor de Allah. Hace que las personas y la sociedad sientan el control de Allah sobre ellos en la alegría y las dificultades, tanto en público como en secreto; donde la sociedad pasa un mes entero cumpliendo este acto de adoración, conscientes de su Señor; inundados por el temor a Allah, Alabado sea, con la creencia de que Allah sabe lo que está oculto y secreto, que el hombre inevitablemente se parará frente a Él y Él le preguntará por sus acciones: las importantes y las insignificantes.[7]
Quinto: La peregrinación[8]
La peregrinación a la Casa de Allah en La Meca. Es obligatoria para todo musulmán adulto, en su sano juicio y capaz; que tenga la riqueza o pueda procurar los medios necesarios para transportarse hasta La Meca y vivir durante su viaje con la condición de que su provisión sea un excedente de la provisión de sus dependientes. También debe estar seguro de que el camino sea seguro como también procurar la seguridad de sus dependientes mientras él está fuera. La peregrinación es obligatoria una vez en la vida para toda persona que esté en condiciones de hacerlo.
La persona que intente hacer la peregrinación debe arrepentirse ante Allah para que su alma pueda liberarse de los pecados. Cuando llega a La Meca y otros lugares sagrados, debe llevar a cabo los ritos de la peregrinación como un acto de adoración y glorificación hacia Allah. Debe saber que la Ka'abah y otros sitios no deben ser adorados junto con Allah, pues no benefician ni perjudican de modo alguno. También debe saber que si Allah no les hubiera ordenado a los musulmanes emprender una peregrinación a esa Casa, no sería apropiado que ningún musulmán lo hiciera.
El peregrino usa dos prendas blancas. Los musulmanes de todo el mundo se reúnen en un mismo sitio, usando una misma vestimenta y adorando al mismo Dios; sin diferencias entre los gobernantes y el pueblo; entre ricos y pobres; entre blancos y negros. Todos son criaturas de Allah y siervos suyos. No existe superioridad de un musulmán por sobre otro excepto por la piedad y las buenas acciones.
A través de la peregrinación, los musulmanes logran la cooperación y el reconocimiento mutuo, recuerdan ese Día que Allah los levantará a todos y los reunirá en un mismo lugar para reflexionar, y por medio del cual se preparan para lo que viene después de la muerte a través de actos de obediencia a Allah.
La adoración en el Islam [9]
Es adorar a Allah en significado y realidad. Allah es el Creador y usted es la criatura; usted es el siervo y Él es a Quien se adora. Si ese es el caso, el hombre debe seguir el Camino Correcto de Allah en esta vida y seguir Su Ley y el camino de sus mensajeros. Allah ha ordenado importantes leyes para Sus siervos como creer en Su Unicidad, realizar las oraciones, pagar el Zakat, cumplir con el ayuno y realizar la peregrinación.
Sin embargo, dichos actos no son los únicos actos de adoración en el Islam. La adoración en el Islam es mucho más completa. Es todo lo que Allah ama y con lo que se complace por medio de acciones y palabras, evidentes u ocultas. Por lo tanto, todo acto o palabra que uno haga o diga y que Allah ame o con la que se complazca es un acto de adoración. Incluso, todo buen hábito que uno tenga con la intención de complacer a Allah es adoración. La buena relación con su padre, familia, esposa o esposo, hijos y vecinos, si se busca por medio de ella alcanzar la complacencia de Allah, es adoración. La buena conducta en el hogar, en el mercado y la oficina, si se hace por Allah, es adoración. Cumplir con las obligaciones, ser honesto y justo, abstenerse de perjudicar a otros, dar asistencia a los débiles, ganarse la vida por medios lícitos, gastar dinero en la familia y los hijos, consolar a los pobres, visitar a los enfermos, dar de comer al hambriento y ayudar a los que sufren dificultades son todos actos de adoración si se hacen con la intención de adorar a Allah. Por lo tanto, todas las acciones que uno hace para consigo, la familia o la sociedad, y en las que se pretenda ganar la complacencia de Allah, son actos de adoración.
Incluso satisfacer alguna pasión personal de forma lícita es adoración si se hace con una buena intención. El Mensajero de Allah dijo: “Incluso si alguno de ustedes sacia sus deseos sexuales, eso es un acto de caridad”.
Los compañeros dijeron: “¡Oh Mensajero de Allah! ¿Si alguno de nosotros sacia su propio deseo obtendrá una recompensa?”.
Él respondió: “Díganme, si lo hubiera hecho de una manera ilícita, ¿no habría pecado acaso? De igual forma, si lo hace de forma lícita, obtendría una recompensa”.
Muslim.
El Profeta también dijo: “Todo musulmán debe dar caridad”.
Le preguntaron al Profeta: “¿Cómo lo hace si no tiene con qué dar caridad?”.
Él dijo: “Trabaja con sus dos manos, obtiene un beneficio de ello y luego da caridad”.
Le preguntaron nuevamente: “¿Pero qué pasa si no puede hacerlo?”.
Él dijo: “Debe ayudar a la persona necesitada a la que le han hecho mal”.
Le preguntaron de nuevo: “¿Pero qué pasa si no puede hacerlo?”.
Él respondió: “Debe fomentar lo que es bueno”.
Y le preguntaron una vez más: “¿Pero cómo lo hace si no puede hacer eso tampoco?”
Él respondió:
“Debe abstenerse de hacer el mal, pues eso es también para él un acto de caridad”.
Bujari y Muslim
El segundo grado
La fe y sus seis pilares: Creer en Allah, en Sus ángeles, Sus Libros revelados, Sus Mensajeros, creer en el Último Día y creer en la Predestinación.
Primero: Creer en Allah
Se debe creer en Allah; creer que Él es el Señor, el Creador, el Sustentador y Controlador de todos los asuntos. Se debe creer también en Su derecho único a ser adorado, que Él es el único Ser Divino Verdadero, que todas las otras deidades son falsas. Se debe creer en Sus Nombres y Atributos, que Él tiene Bellos Nombres y Sublimes Atributos de perfección.
Se debe creer en Su Unicidad, en el sentido que no tiene compañeros en Su Señorío, ni tampoco en Su derecho a ser adorado o en Sus Nombres y Atributos. Dice Allah:
“Es el Señor de los cielos, de la Tierra y de cuanto hay entre ellos. Adórale, pues, y persevera en Su adoración. ¿Conoces a alguien similar a Él?”
Corán 19:65.
También se debe creer que ni la pereza ni el sueño se apoderan de Él; que Él conoce lo evidente y lo oculto; y que a él le pertenecen la soberanía de los cielos y de la tierra. Dice Allah en el Sagrado Corán:
“Él posee las llaves de lo oculto y nadie más que Él las conoce. Sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No hay hoja que caiga que Él no lo sepa, ni grano en el seno de la tierra, o algo que esté verde o seco sin que se encuentre registrado en un libro evidente.”
Corán 6:59.
También se debe creer que Él, glorificado sea, se encuentra establecido sobre Su Trono por encima de Su creación, y que Él está junto a su creación a través de Su conocimiento y que conoce sus condiciones, oye sus palabras, ve sus lugares y controla sus asuntos. Él provee a los pobres, alivia a los rechazados, le da autoridad a quien Él desea, se la quita a quien Él desea y es sobre toda cosa poderoso.[1]
Los siguientes son algunos de los beneficios de la creencia en Allah:
1. Le permite al hombre amar a Allah y glorificarlo, y como tal, llevar a cabo Sus mandamientos y abstenerse de lo que Él prohíbe. Si el hombre hace eso, alcanza la felicidad en este mundo y en el Más Allá.
2. Creer en Allah crea en la mente una autoestima y dignidad, pues a través de ella, el hombre sabe que sólo Allah es el Verdadero Poseedor de todo lo que hay en este universo, que nadie excepto Él puede causar el bien o el mal. Este conocimiento hace que el hombre prescinda de todo salvo Allah y elimine de su corazón el temor por otros y que no anhele nada excepto a Allah.
3. Creer en Allah crea humildad en el corazón; pues el hombre sabrá que todo favor que tenga es gracias a Allah. El demonio no podrá engañarlo, tampoco será arrogante ni hará alarde de su poder o riqueza.
4. El que cree en Allah tendrá cierto conocimiento acerca de que no existe camino a la salvación y el éxito excepto a través de las buenas acciones que complacen a Allah. Algunas personas, sin embargo, tienen la falsa creencia de que Allah ordenó que Su hijo sea crucificado como expiación de los pecados de la humanidad; algunos creen en falsos dioses creyendo que éstos harán por ellos lo que quieran cuando en realidad no dañan ni benefician; algunos son ateos, y no creen en la existencia de un Creador. Todas estas creencias no son más que ideas erróneas; pues cuando aquellos que las sostienen se encuentren con Allah el Día de la Resurrección y vean la realidad, verán que vivieron en un gran error.
5. Creer en Allah crea en el hombre un gran poder de determinación, valentía, perseverancia, firmeza y confianza en Allah al luchar en los asuntos de este mundo para alcanzar la complacencia de Allah. Tendrá la certeza total de que deposita su confianza en el Poseedor de los cielos y la tierra y que lo ayudará y lo guiará. Luego será firme como las montañas en su paciencia, firmeza y confianza en Allah.[2]
Segundo: Creer en los ángeles
El musulmán cree en los ángeles, es decir, que fue Allah Quien los creó y los describe como
“siervos honrados”; ellos no hablan hasta que Él haya hablado y actúan según Su Mandato. Él sabe lo que está ante ellos y lo que está detrás, y no pueden interceder a menos que sea por aquello con lo que Él está complacido”.
Corán 21:26-28
Los describió en el Sagrado Corán diciendo:
“A Él pertenece cuanto existe en los cielos y la Tierra; y quienes están junto a Él [los Ángeles] no se ensoberbecen de Su adoración, y no se cansan de hacerlo. Le glorifican noche y día, ininterrumpidamente, y no se agotan por ello.”
Corán 21:19-20.
Allah los oculta de nuestra vista, para que no podamos verlos. Pero Allah en ocasiones le permite verlos a algunos a Sus Profetas y Mensajeros.
Los ángeles tienen funciones asignadas. El ángel Gabriel tiene asignadas las Revelaciones que transmite de Allah a quien Él desee de Sus Mensajeros. Entre ellos hay un ángel designado para tomar las almas, también están los designados para los fetos de los vientres, los que se dedican a la protección de los seres humanos y otros encargados de registrar sus acciones. Toda persona tiene dos ángeles.
“Dos Ángeles registran sus obras, uno a la derecha y otro a la izquierda. No pronuncia palabra alguna sin que a su lado esté presente un Ángel observador que la registre.”
Corán 50:17-18.
Beneficios de creer en los ángeles
1. Purifica la creencia del musulmán y la libra de las manchas del politeísmo; pues cuando el musulmán cree en la existencia de los ángeles a quienes Allah les asigna estas grandes funciones, dejará de creer en la existencia de criaturas imaginarias que según algunas personas tienen una participación en la gestión de los asuntos del universo.
2. Les permite a los musulmanes saber que los ángeles no benefician ni perjudican, sino que son siervos honrados que no desobedecen a Allah cuando Él les ordena sino que hacen lo que se les indica. Como consecuencia el musulmán no los adora, ni tampoco les encarga sus asuntos ni depende de ellos.
Tercero: Creer en los Libros Revelados
Creer que Allah les reveló Libros a sus Profetas y Mensajeros, para explicarles la verdad y llamar a ella. Dice Allah:
“Por cierto que enviamos a nuestros Mensajeros con las pruebas evidentes e hicimos descender con ellos el Libro y la balanza de la justicia para que los hombres sean equitativos.”
Corán 57:25
Estos Libros son muchos. Algunos de ellos son las Escrituras del Profeta Abraham, la Tora del Profeta Moisés, los Salmos entregados al Profeta David y el Evangelio del Profeta Jesús, que la paz sea con todos ellos.
La creencia en los Libros Revelados significa creer en que fue Allah Quien se los reveló a Sus Mensajeros y que estos contenían la Ley que Allah quiso transmitirle a las personas en ese momento.
Todos estos Libros que Allah nos informa se han extinguido en su versión original. Las escrituras de Abraham ya no existe en el mundo. En cuanto a la Tora, los Evangelios y los Salmos, si bien existen de nombre en manos de judíos y cristianos, han sido alterados, tergiversados y adulterados y faltan muchos de sus contenidos originales. También se han agregado contenidos que no estaban originalmente y se les atribuye su autoría a personas que no son sus autores reales. El antiguo testamento, por ejemplo, tiene más de cuarenta libros, y sólo cinco de ellos se le atribuyen a Moisés. En cuanto a los evangelios que existen hoy, ninguno se le atribuye a Jesús. El último Libro revelado por Allah es el Corán que fue revelado al Profeta Muhammad. Siempre fue y sigue siendo protegido y conservado por Allah. No ha habido cambios ni alteraciones en sus letras, palabras, vocales ni significados.
El Corán difiere de todos los Libros anteriores de distintas maneras:
1. Los Libros pasados se han perdido; han sufrido alteraciones e interpolaciones; han sido atribuidos a personas que no son sus autores; se les han agregado muchos comentarios y exégesis y contienen muchas cosas que contradicen la Revelación Divina, la razón y la naturaleza. En cuanto al Corán, sigue siendo protegido por Allah, con sus letras y palabras que Allah le reveló a Muhammad. No ha sufrido alteración ni agregado alguno; pues los musulmanes se han esforzado siempre por mantenerlo libre de defectos. No lo mezclan con la historia de la vida del Profeta ni con la de sus compañeros, ni tampoco agregan comentarios al Corán ni reglas relacionadas con los actos de adoración ni las relaciones humanas.
2. Hoy en día, no existe una autoridad histórica reconocida para los libros antiguos. Aún así, no se sabe nada de aquellos a quienes les fueron revelados los libros o en qué idioma les fueron revelados. Algunos de ellos se les atribuyen a quienes no son los verdaderos autores.
En cuanto al Corán, los musulmanes lo han transmitido de Muhammad de forma sucesiva, verbalmente y por escrito. Y en cada época y país, hay miles de musulmanes que conocen este Libro de memoria como también hay miles de copias del mismo. Si las copias orales no coinciden con las escritas, entonces no se reconocerán las divergentes; pues lo que está en la memoria de las personas siempre debe estar de acuerdo con lo que consta en las copias escritas.
Sobre todo, el Corán se transmitió oralmente de una manera nunca vista por los libros de este mundo. Este particular método de transmisión ni siquiera se puede encontrar entre los musulmanes respecto a otros libros. La metodología de conservación del Corán es la siguiente: El alumno aprende el Corán de memoria de manos de su maestro, quien a su vez lo aprendió de memoria de manos de su propio maestro. El maestro le da al alumno un certificado llamado “iyaazah” en el que el maestro da fe de que le enseñó al alumno lo que él mismo aprendió de sus maestros uno tras otro, y todos ellos mencionarán a su maestro en sucesión hasta llegar al Mensajero de Allah mismo. Así se sucede la cadena de maestros en sucesión oral hasta llegar al Mensajero de Allah.
Existen muchas evidencias fuertes y pruebas históricas, con cadenas de transmisores conectadas, sobre el conocimiento de cada Sura y cada versículo del Corán en relación a dónde fue revelado y cuándo le fue revelado a Muhammad.
3. Los idiomas en los que fueron revelados los Libros pasados se han extinguido hace mucho tiempo. Nadie hoy en día habla esas lenguas y pocas personas pueden entenderlas. En cuanto al idioma en el que fue revelado el Corán, es una lengua viva hablada en la actualidad por decenas de millones de personas. Se enseña y estudia en todos los países del mundo. Incluso quienes no la estudian pueden encontrar en todas partes alguien que les enseñe el significado del Corán.
4. Cada uno de los Libros previos estaba dirigido a una época en particular y fue enviado a un pueblo específico; es por eso que contenían reglas peculiares a ese pueblo y a esa época. Sea cual fuere el libro que tenga esas características no es apto para toda la humanidad.
En cuanto al Sagrado Corán, es un Libro dirigido a todo momento y lugar. Comprende preceptos sobre cómo deben relacionarse los seres humanos entre sí y modales aptos para todas las edades; pues está dirigido a la humanidad en general.
En vista de lo anterior, queda claro que no es posible que el libro final de Allah para la humanidad esté en libros cuyas copias originales ya no existen y cuyos idiomas ya nadie habla en el mundo de hoy, luego de haber sido alterados. La prueba que Allah para Su Creación debe estar en un Libro, protegida y segura de todo agregado, defecto o alteración. Sus copias deben repartirse en todo lugar y estar escritas en una lengua viva que sea leída por millones de personas, y que puedan transmitir el Mensaje de Allah a toda la humanidad. Este Libro es el Sagrado Corán que Allah le reveló a Muhammad y que es el testigo de todos los Libros anteriores y que los confirma, antes de que fueran interpolados. Es el Libro que toda la humanidad debe seguir, para que sea luz, cura, guía y misericordia para ellos. Dice Allah:
“Y éste [el Corán] es un Libro bendito que hemos revelado para que os atengáis a sus preceptos y os guardéis [con él de la incredulidad], que así se os tendrá clemencia.”
Corán 6:155
Dice también:
“Di: ¡Oh, hombres! Ciertamente soy el Mensajero de Allah para todos vosotros.”
Corán 7:158
Cuarto: Creer en los Profetas y Mensajeros
Creer que Allah envió a Profetas y Mensajeros a Su Creación para darles las buenas nuevas del Paraíso si creen en Allah y en los Mensajeros, y advertirles de los castigos de la desobediencia. Dice Allah en el Sagrado Corán:
“Por cierto que enviamos a cada nación un Mensajero [para que les exhortase a] adorar a Allah y a evitar al Seductor.”
Corán 16:36.
También dice:
“A estos Mensajeros enviamos como albriciadores y amonestadores, para que los hombres no tuvieran argumento alguno ante Allah luego de que se les presentasen.”
Corán 4:165
Estos Mensajeros son muchos. El primero de ellos fue Noé y el último Muhammad. Hay muchos de ellos de los que conocemos sus historias, como Abraham, Moisés, Jesús, David, Juan, Zacarías y Salih. Hay otros de los que Allah no nos dio información. Dice Allah:
“Te mencionamos [¡Oh, Muhammad!] algunos de los Mensajeros que enviamos y otros no.”
Corán 4:164
Todos estos Mensajeros fueron seres humanos creados por Allah. No tenían ninguna característica divina. Por lo tanto, no se debe dirigir ningún acto de adoración hacia ellos; pues no pueden provocar ningún beneficio ni daño. Dice Allah sobre el Profeta Noé:
“No os digo que poseo los tesoros de Allah, ni conozco lo oculto, ni os digo ser un Ángel.”
Corán 11:31
Allah también le ordenó a Muhammad que dijera:
“Diles: No os digo que poseo los tesoros de Allah, ni conozco lo oculto, ni tampoco os digo ser un Ángel.”
Corán 6:50
Y que dijera:
“Di: No poseo ningún poder para beneficiarme ni perjudicarme a mí mismo, salvo lo que Allah quiera.”
Corán 7:188
Los Profetas son, por lo tanto, siervos honrados a quienes Allah escogió y honró con el Mensaje y los describió como Sus siervos. Su religión es el Islam y Allah no aceptará ninguna otra religión. Dice Allah:
“Ciertamente para Allah la religión es el Islam [el sometimiento a Él.”
Corán 3:19
Los mensajes básicos de los Profetas eran los mismos, pero sus Leyes diferían. Dice Allah:
“Te hemos revelado [a ti, ¡Oh Muhammad!] el Libro [el Corán] con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados. Juzga, pues, entre ellos conforme a lo que Allah ha revelado y no sigas sus pasiones apartándote de la Verdad que has recibido. A cada nación de vosotros le hemos dado una legislación propia y una guía. Y si Allah hubiera querido habría hecho de vosotros una sola nación, pero quiso probaros con lo que os designó. Apresuraos a realizar buenas obras. Compareceréis ante Allah, y Él os informará acerca de lo que discrepabais.”
Corán 5:48
La Ley final es la de Muhammad. La misma elimina a todas las otras leyes anteriores. Su Mensaje es el último de los Mensajes Divinos y él es el último de todos los Mensajeros. Quien crea en alguno de los Profetas debe creer en todos ellos y quien niegue a alguno de ellos los negará a todos; pues todos los Profetas y Mensajeros llaman a creer en Allah, Sus ángeles, Sus Libros, Sus Mensajeros y en el Último Día y porque su religión es una sola. Por lo tanto, el que no crea en los otros habrá descreído de todos ellos; pues todos ellos llamaron a creer en todos los Profetas y Mensajeros[3]. Dice Allah:
“El Mensajero y sus seguidores creen en lo que le fue revelado por su Señor. Todos creen en Allah, en Sus Ángeles, en Sus Libros y en Sus Mensajeros. No hacemos diferencia entre ninguno de Sus Mensajeros. Y dicen: Oímos y obedecemos. Perdónanos Señor nuestro, pues ciertamente a Ti volveremos.”
Corán 2:285
También dice:
“Por cierto que quienes no creen en Allah ni en Sus Mensajeros y pretenden hacer distinción entre [la fe en] Allah y Sus Mensajeros diciendo: Creemos en algunos y en otros no, intentando tomar un camino intermedio, son los verdaderos incrédulos.”
Corán 4:150-151
Quinto: Creer en el Último Día
El destino de todo ser vivo en este mundo es la muerte. ¿Cuál es entonces el destino del hombre después de la muerte? ¿Cuál es el fin de las personas injustas que escaparon al castigo en este mundo? ¿Escaparán a la consecuencia de sus injusticias? ¿Qué pasa con las personas correctas que perdieron su recompensa de este mundo? ¿Se perderá su recompensa?
Ciertamente, la humanidad continuará muriendo, generación tras generación, hasta el momento en que Allah dé Su permiso para que este mundo llegue a su fin y todas las criaturas sobre la faz de la tierra tengan su muerte. Allah resucitará a todas las criaturas un día que todos verán; un día en el que Allah reunirá a todas las generaciones, pasadas y futuras. Luego llamará a los hombres para que rindan cuentas de todos sus actos, sean buenos o malos, que han cometido en este mundo. Los creyentes serán llevados al Paraíso acorde a sus obras mientras que los incrédulos marcharán al Infierno.
El Paraíso es la morada que Él ha preparado para sus amigos creyentes. Allí hay tres tipos de felicidad que nadie puede describir. Tiene distintos grados y cada grado tiene moradores según el grado de su fe en Allah y su obediencia a Él. El grado más bajo de los moradores del Paraíso equivale a diez veces el Reino de uno de los reinos de este mundo.
El Infierno es la morada de castigo que Allah ha preparado para quien no cree en Él y obra corruptamente. Tiene todo tipo de tormentos cuya sola mención es aterradora. Si Allah permite que alguien muera en el Más Allá, ciertamente serán los habitantes del Infierno los que mueran de sólo verlo.
Allah sabe, gracias a Su conocimiento previo de todas las cosas, lo que todo hombre hará o dirá, para bien o para mal, en secreto o en público. Él le asignó dos ángeles a cada hombre: Uno que registra sus buenas acciones y el otro que se encargará de sus malos actos, y nada se les escapa. Dice Allah:
“No pronuncia palabra alguna sin que a su lado esté presente un Ángel observador que la registre.”
Corán 50:18
Todos sus actos serán registrados en un libro que se le dará al hombre el Día de la Resurrección. Dice Allah:
“A cada uno se le expondrá el registro de sus obras, y verás a los pecadores que por temor a su contenido dirán: ¡Ay de nosotros! ¿Qué clase de registro es éste, que no deja nada grande ni pequeño sin enumerar? Encontrarán mencionado todo cuanto hubieren cometido, y tu Señor no oprimirá a nadie.”
Corán 18:49
El hombre leerá lo que está allí registrado y no negará nada y quien niegue alguna de sus acciones, Allah le dará el poder del habla a sus oídos, ojos, manos, piernas y piel, para que puedan contradecirlo. Dice Allah:
“Dirán a sus pieles: ¿Por qué atestiguáis contra nosotros? Les responderán: Allah nos ha ordenado hablar, Él es Quien puede conceder la facultad de hablar a todas las cosas [que desee]; y sabed que Él os creó la primera vez [cuando no erais nada], y que ante Él compareceréis. No os precavisteis [cuando cometíais pecados] de que atestiguarían en vuestra contra los oídos, ojos y piel; y pensabais que Allah ignoraba gran parte de lo que hacíais.”
Corán 41:21-22
La creencia en el Último Día, el Día de la Resurrección, fue predicada por todos los Mensajeros y Profetas. Dice Allah:
“Entre Sus signos está que puedes observar a la tierra sin vegetación; pero cuando enviamos el agua sobre ella, se remueve e hincha [y luego brotan las plantas]; ciertamente que Aquel que le vuelve a dar vida [a la tierra árida] es Quien resucitará a los muertos, y Él tiene poder sobre todas las cosas.”
Corán 41:39
También dice:
“¿Acaso no ven que Allah, Quien creó los cielos y la Tierra sin agotarse en nada, tiene poder para resucitar a los muertos? Ciertamente Él tiene poder sobre todas las cosas.”
Corán 46:33
Eso es lo que implica la Sabiduría divina; pues Allah no creó Su creación en vano ni por diversión. La persona más débil en inteligencia no lleva a cabo ninguna acción importante sin tener un fin para ella. Cómo puede imaginarse esto en el caso del hombre y luego pensar que Allah solo creó Su creación por diversión y que la dejará en vano o descuidada. Alabado es Allah por sobre todo lo que digan. Dice en el Corán:
“¿Acaso creíais que os creamos sin ningún fin, y que no ibais a comparecer ante Nosotros?”
Corán 23:115
También dice:
“Y no hemos creado el cielo, la Tierra, y todo cuanto hay entre ellos en vano. Esto es lo que creen los incrédulos; pero ¡ay de los incrédulos! por [el castigo que les aguarda en] el Infierno.”
Corán 38:27
El intelecto y la razón demuestran la necesidad de creer en el Último Día. Cuando el hombre cree en el Día de la Resurrección, sabe por qué debe abstenerse de lo prohibido y hacer lo que debe hacer, con el anhelo de complacer a Allah. También sabrá que quien comete injusticias inevitablemente tendrá su recompensa y que las personas a las que dañó recibirán su restitución el Día de la Resurrección. También sabrá que el hombre debe tener una recompensa: Buena por las buenas acciones y un castigo acorde para los malos actos, de tal manera que cada alma reciba la recompensa que se merece y se establezca la Justicia Divina. Dice Allah en el Sagrado sobre este concepto:
“Quien haya realizado una obra de bien, por pequeña que fuere, verá su recompensa Y quien haya realizado una mala obra, por pequeña que fuere, verá su castigo.”
Corán 99:7-8
Nadie en la humanidad sabe cuándo llegará el Día de la Resurrección. Es un Día que no conocen ni los profetas ni los ángeles. Allah se guarda ese conocimiento para Sí mismo. Dice en el Corán:
“Te preguntan cuándo llegará la Hora [del Día de la Resurrección] Diles: Sólo mi Señor lo sabe, y nadie salvo Él hará que ésta acontezca en el momento decretado.”
Corán 7:187
También dice:
“Sólo Allah sabe cuándo llegará la hora [el Día del Juicio].”
Corán 31:34
Sexto: Creer en la Predestinación
Se debe creer que Allah sabe lo que sucede y lo que sucederá; que sabe las condiciones, acciones, vidas y provisiones de Sus siervos. Dice Allah:
“Ciertamente Allah tiene el conocimiento de todas las cosas.”
Corán 29:62
También dice:
“Él posee las llaves de lo oculto y nadie más que Él las conoce. Sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No hay hoja que caiga que Él no lo sepa, ni grano en el seno de la tierra, o algo que esté verde o seco sin que se encuentre registrado en un libro evidente.”
Corán 6:59
Él registra todo en un Registro. Dice Allah:
“Ciertamente Nosotros tenemos poder para resucitar a los muertos, y registramos lo que hubieren realizado y las consecuencias [buenas y malas] de ello; y todo está mencionado en un libro claro [la Tabla Protegida]”
Corán 36:12
Dice Allah:
“Sabe que a Allah pertenece cuanto hay en el cielo y en la Tierra. En verdad, todo está registrado en un libro [en la Tabla Protegida]; ello es fácil para Allah.”
Corán 22:70
También dice:
“Ciertamente cuando decide decretar algo dice: ¡Sé!, y es.”[36]
Corán 36:82
Puesto que Allah es el creador de todas las cosas, también le ha asignado a cada cosa un objetivo en la predestinación. Dice Allah:
“Hemos creado todas las cosas en su justa medida.”
Corán 54:49
Y dice además:
“Allah es el Creador de todas las cosas, y Él es su Amparador.”
Corán 39:62
Él creó a los hombres para que Lo adorasen y se los evidenció. Les ordenó que Lo obedezcan, les prohibió que Le desobedezcan y también se los evidenció. Les dio poder y voluntad mediante los cuales pudiesen llevar a cabo los Mandamientos de Allah y obtener las recompensas; y a través de ellos podían también cometer actos de desobediencia y ser castigados.
Si el hombre cree en predestinación divina, logrará lo siguiente:
1. Dependerá de Allah haciendo uso de los medios; pues sabe que los medios y las causas suceden por el Decreto Divino de Allah.
2. Tranquilidad y paz mental; pues cuando sabes que es Allah Quien da y que lo que está predestinado sucederá definitivamente, alcanzará paz mental y se complacerá con el decreto de Allah. No hay nadie más complacido y con mayor tranquilidad que la persona que cree en la predestinación divina.
3. No será arrogante cuando obtiene lo que anhela; pues sabrá que eso sucede por la bendición de Allah, quien le da el éxito que Él ha predestinado. Por lo tanto, le agradecerá a Allah por ello.
4. No se sentirá triste ni angustiado cuando no logra lo que se propone ni cuando no sucede lo que espera; pues sabe que todo sucede gracias al decreto de Allah. Pues nadie puede resistirse a Su Mandamiento ni apelar a Su Juicio. Lo que él ha predestinado sucederá inevitablemente. Por lo tanto, será paciente y obtendrá así la recompensa de Allah. Dice Allah:
“No sucede ninguna desgracia en la Tierra ni os azota a vosotros mismos adversidad alguna sin que esté registrada en un libro [la Tabla Protegida] antes de que acaezca. Ello es fácil para Allah. No os desesperéis por lo que no habéis conseguido y no os regocijéis por lo que se os ha concedido. Ciertamente Allah no ama a los arrogantes, jactanciosos.”
Corán 57:22-23
5. Completa dependencia de Allah. Pues los musulmanes saben que solamente Allah tiene el poder de causar el bien o el mal. Sólo entonces dejará de temer a las personas poderosas debido a su poder y no dudará en hacer buenas acciones por temor a los hombres. El Profeta le dijo a Ibn Abbas:
“Debes saber que si toda la humanidad se une para beneficiarte, no podrán beneficiarte a menos que sea con lo que Allah ha decretado previamente para ti. De la misma manera si se unen para perjudicarte, no podrán hacerlo a menos que sea con lo que Allah ha decretado previamente para ti”.
Ahmad y At-Tirmidhi
El tercer grado
El tercer grado es el “Ihsán” (sinceridad y perfección extremas en los actos de adoración). Este grado implica que uno adora a Allah como si Lo estuviera viendo, y a pesar de no verlo, saber que Él nos si nos ve a nosotros. Se debe adorar al Señor con esta cualidad. Es decir, teniendo en mente que Allah está cerca; que se está parado frente a su Señor. Esta condición hace que el hombre tenga temor devocional, admiración y humildad para con Allah. Hace que el hombre sea sincero en sus actos de adoración y le da el incentivo para acercarse más a la perfección.
El siervo es consciente de su Señor a la hora de cumplir con un acto de adoración y le recuerda que el Señor está tan cerca que es como si pudiera verlo. Como no puede hacerlo, debe es consciente de que Allah lo ve y conoce sus asuntos públicos y secretos, y que nada se le puede ocultar.[4]
El siervo que ha llegado a este grado adora a su Señor con sinceridad, sin orientarse a otros además de Él. No espera alabanzas de los demás ni tampoco teme que lo culpen; pues le basta con que su Señor esté complacido con él. Es un hombre cuyas acciones públicas y privadas son iguales. Adora a su Señor en privado y en público con certeza y con fe de que Allah sabe todo lo que hay en su corazón y lo que sucede en su mente. La fe se apodera de su corazón y se manifiesta en él la conciencia de su Señor; su cuerpo se rinde ante Allah; pues sólo lo utilizará para complacer a Allah y para aquellas cosas que Él ama y desea.
Puesto que su corazón está apegado a su Señor, no buscará ayuda en ninguna otra criatura, pues Allah es suficiente para él; no se quejará ante ningún hombre, pues se ha acercado a Allah con sus necesidades y le basta tenerlo a Él como ayuda. No se siente solo en ningún sitio ni tampoco le teme a nadie, pues sabe que Allah está con él en todas sus situaciones. Allah es suficiente para él y Él es el Mejor Custodio. No abandonará ninguna orden que Allah le ordene llevar a cabo ni cometerá ningún pecado, pues tiene vergüenza ante Él y detesta que Él lo descubra haciendo lo prohibido o ignorando lo que se le ha ordenado hacer. No oprimirá ni perjudicará a nadie ni tampoco le quitará a nadie sus derechos pues sabe que Allah lo está observando, y que lo llamará a rendir cuentas de sus acciones.
No dañará la tierra; pues sabe que todas las cosas buenas que hay en la tierra son propiedad de Allah y que son Su Creación. Tomará de la tierra lo bueno según sus necesidades y agradecerá a su Señor por facilitárselas.
Todo lo expuesto en el presente libro son solo algunos asuntos importantes y grandes pilares del Islam. Toda persona que crea en estos fundamentos y actúe según ellos será musulmán. Si no, el Islam es una religión; una forma de adoración y una ideología de vida. Es la completa y perfecta orden divina que incluye en sus mandamientos todo lo que el individuo y la sociedad necesitan en todos los aspectos de su vida religiosa, política, económica, social y relativa a la seguridad. El hombre descubrirá allí principios, fundamentos y reglas que regulan momentos de paz y días de inseguridad y guerra, y establecen obligaciones; a la vez que conservan la dignidad del hombre, los animales y el medio ambiente que lo rodea. También le explican la realidad del hombre, la vida y la muerte; y la resurrección después de la muerte. También descubrirá en el Islam la mejor metodología para relacionarse con las personas que lo rodean; como dice Allah:
“hablad cortésmente”
Corán 2:83
O cuando dice:
“perdonan a los hombres.”
Corán 3:134
“¡Oh, creyentes! Sed firmes con [los preceptos de] Allah, dad testimonio con equidad, y que el rencor no os conduzca a obrar injustamente. Sed justos, porque de esta forma estaréis más cerca de ser piadosos. Y temed a Allah; Allah está bien informado de lo que hacéis.”
Corán 5:8.