Alabado sea Dios.

El Mensajero de Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) fue lavado con sus vestimentas. Cuando sus compañeros (que Dios esté complacido con ellos) difirieron sobre si debían quitarle la ropa para lavarlo o no, oyeron una voz que provenía de afuera de la casa diciendo: “Laven al Profeta con sus vestimentas; viertan agua sobre él y lávenlo con ellas, y que la paz esté con él”. Entonces lo amortajaron en tres piezas de algodón blanco, entre las cuales no había camisa ni turbante, como dice en el reporte de ‘Aa'ishah (que Allah esté complacido con ella). Luego la gente ofreció la oración funeraria por él, individualmente. No fueron dirigidos en la oración por ningún imam; más bien, cada persona ingresó y rezó en la mezquita”. Fin de la cita. 

Shéij ‘Abd el-‘Azíz ibn Baaz (que Allah tenga misericordia de él).