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En años recientes, los profesionales de la salud alrededor del mundo se han preocupado cada vez más por la propagación de enfermedades infecciosas. Brotes de gripe porcina, gripe aviar, y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) han hecho que las enfermedades infecciosas tengan un contexto global y ahora están en la agenda de los líderes mundiales y de quienes hacen las políticas de salud. En países desarrollados y en vías de desarrollo, los oficiales de salubridad se enfocan en las investigaciones sobre enfermedades infecciosas y vinculan dichas investigaciones a la formación de políticas y a la infraestructura.





El ámbito de las enfermedades infecciosas está cada vez más amenazado por la globalización. Los viajes aéreos fáciles y frecuentes permiten a las enfermedades propagarse rápidamente entre comunidades y países. El control de enfermedades infecciosas seguirá enfrentándose a problemas del siglo XXI como el calentamiento global, los conflictos, el hambre, la sobrepoblación, la deforestación y el bioterrorismo.





Debido a la atención creciente de los medios, muchos de nosotros somos conscientes de los peligros asociados con la gripe porcina y aviar, y entre 2003 y 2004 el mundo entero contuvo el aliento cuando 8.098 personas se enfermaron con el SARS, antes de que se lograra contener la epidemia[1]. Estas tres enfermedades han llevado a un interés renovado en las enfermedades infecciosas por parte del público, sin embargo, Gideon Informatics[2], la base de datos líder en el mundo sobre enfermedades infecciosas, ha rastreado y documentado más de 20 grandes enfermedades infecciosas desde 1972.





Algunas medidas básicas resultan adecuadas cuando se trata de controlar la propagación de cualquier enfermedad infecciosa. Estas incluyen el lavado de manos meticuloso, cubrirse la boca al estornudar y toser, la eliminación adecuada de tejidos, quedarse en casa y lejos de lugares públicos, y en casos extremos como el SARS, la cuarentena.  En la serie de artículos intitulados Salud en el Islam, explicamos con cierto detalle que el Islam es una religión que se preocupa por crear una comunidad de creyentes saludables.





El Islam es un sistema holístico y tiene en cuenta el bienestar físico, emocional y espiritual de los individuos y las sociedades. Aunque la atención del individuo es importante, la protección de las comunidades, incluidos sus miembros más débiles, es de suma importancia. Hace más de 1.400 años, el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, enseñó a sus seguidores prácticas de higiene que siguen siendo aplicables en el siglo XXI.





En las tradiciones del Profeta Muhammad encontramos evidencia que muestra claramente la posición del Islam sobre toser y estornudar abiertamente. El Profeta Muhammad instruyó a los creyentes que cubrieran sus bocas cuando estornudan[3]. El efecto más obvio de estornudar o toser sin cubrirse la boca es la propagación de bacterias y virus, además de gotas imperceptibles a simple vista, que pueden caer sobre el rostro de otras personas.





Según el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, los virus que causan el SARS parecen transmitirse más rápidamente por las gotitas respiratorias producidas cuando una persona tose o estornuda. Lo que se conoce como diseminación de gotas pude ocurrir cuando las gotas provenientes de la tos o el estornudo de una persona infectada, son lanzadas a corta distancia (hasta 1 metro) a través del aire y depositadas en las mucosas de la boca, nariz u ojos de personas cercanas. El virus también se puede propagar cuando una persona toca una superficie u objeto contaminado con las gotas infecciosas y luego se toca la boca, nariz u ojos. El virus del SARS puede propagarse más ampliamente a través del aire (propagación aérea).





El Islam es la religión de la limpieza: “Ciertamente Allah ama a los que se arrepienten y purifican” (Corán 2:222). En las tradiciones del Profeta Muhammad se dice que la higiene es la mitad de la fe; por lo tanto, es importante mantener el cuerpo fresco y limpio, y el Islam insiste en muchas prácticas para facilitar esto. Las partes privadas se lavan siempre después de utilizar el sanitario, y los musulmanes deben poner especial atención a estar limpios antes de la oración. Ellos se lavan las manos, la cara (incluyendo enjuagarse nariz y boca), los brazos y los pies, al menos 5 veces al día. El Profeta Muhammad insistió en que los creyentes lavaran sus manos antes de rezar, y también antes y después de comer[4], y al levantarse por las mañanas[5].





Al tratar de detener la propagación de cualquier tipo de influenza, incluyendo la gripe porcina y la aviar, la primera línea de defensa es el lavado frecuente de las manos. Tanto la Organización Mundial de la Salud como la CDC recomiendan tomar las siguientes precauciones: cubrir nariz y boca con un pañuelo al toser o estornudar y eliminar el pañuelo en la basura tras su uso. Lavar las manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente después de toser o estornudar. Evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca, los gérmenes se propagan de esa forma. Quedarse en casa si se siente enfermo. La CDC recomienda permanecer lejos del trabajo o la escuela y limitar el contacto con los demás para evitar infectarlos.





El control de infecciones en el Islam incluye el aislamiento y la cuarentena. El Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, instauró estrategias que hoy día son implementadas por las autoridades de salud pública. Él ordenó a sus seguidores no viajar a lugares que se sabía estaban afligidos por enfermedades, y aconsejó a quienes estaban en zonas o comunidades contaminadas, no salir para no llevar la enfermedad más lejos. Dijo: “Si escuchas que hay una plaga en una tierra, no entres en ella; y si (la plaga) visita una tierra donde te encuentras, no salgas de ella”[6]. También aconsejó a las personas enfermas que no visitaran a las personas saludables[7].





Durante el brote mundial de SARS, fueron dispuestos funcionarios de cuarentena para brindar asistencia médica apropiada, quienes a veces incluyeron aislamiento médico y restricciones en el traslado de personas. La CDC dice que el aislamiento es necesario no sólo para comodidad del paciente sino también para proteger al público. Muchos niveles del gobierno alrededor del mundo tienen capacidad legal para obligar a las personas enfermas a permanecer en cuarentena o aislamiento para detener la propagación de enfermedades.





Las enseñanzas y los principios del Islam están diseñados para beneficiar a toda la humanidad. Las normas y recomendaciones para la limpieza y la higiene personal promueven el bienestar de los individuos y de las comunidades. El control de infecciones es inherente al comportamiento higiénico del Islam. Lavarse las manos, cubrirse la boca cuando se tose o estornuda, el aislamiento voluntario cuando uno no se siente bien, evitar trasladarse, son estrategias de salud pública eficaces e integrales. Medidas tomadas en el siglo XXI para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas y virus, cumplen casi exactamente las mismas prácticas de higiene y control de infecciones enseñadas por el Profeta Muhammad.





 



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